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CORRESPONDENCIA

Miércoles, 05 de Septiembre de 2018

Hola,

Evidentemente todo el mundo en España de cierta clase social sabe que con el opus mejor no te metas. Tú lo estás descubriendo ahora. Pues bueno, más vale tarde que nunca.

Me parece que estás dando demasiadas vueltas al tema y comentando las cosas con mucha gente. Si uno tiene pensando ir a los tribunales no se puede ir distribuyendo la información así entre las amistades. La boca cerrada, ya te has enterado de que son muy malos, ahora ¡acción!

El opus es lo que es, extorsión y mentira a partes iguales y sin ningún límite, puesto que ni los ciudadanos ni el estado de derecho se lo ponemos. Es un monstruo. Y ya aclarada la parte metafísica del asunto búscate un buen abogado, o consulta con varios, elige el que mejor te parezca y plantea el asunto en los tribunales. Hay engaño, dolo es evidente. Pero todo esto lo tiene que resolver un juez.

Complicado, difícil, pues sí, tanto la profesión de la abogacía como la profesión de la judicatura son dos profesiones muy tocadas por ellos. En pertenencia directa o en influencias.

Pero hay que pelear y a ver hasta donde se puede llegar con el tema.

De otra forma lo valioso del caso sería que nos lo contaras con nombre y apellidos, tendría un valor de denuncia pública, pero bueno, de momento tu hija acaba de dejarlo y quizás no quieres complicarle el proceso de desenganche.

Pero si los ciudadanos españoles no agarramos este toro por los cuernos de una vez, pasarán 100 años y seguirán extorsionando. 

Me permito hablar así a lo bestia puesto que me las he tenido que ver con el opus en los tribunales de varias maneras. Algunas las conté en mi autobiografía, otras son posteriores y ya las contaré cuando toque.

Hay que luchar y llegar hasta donde se pueda, y me parece que estás dando demasiadas vueltas.

Yo también "contraté" uno de esos créditos. Tuve la suerte de aprobar unas oposiciones y en año y medio, seguía siendo numeraria, devolví hasta el último céntimo. Estoy hasta la coronilla de sus robos, harta, porque evidentemente fue un asalto a mano armada. Que se unía a los millones que le sacaron a mi madre y a los que me sacaron a mí como numeraria escrupulosa que entregaba todo el sueldo a parte de trabajar en mil cosas gratis para que la maquinaria no dejara de funcionar: más gente y más dinero. Esto es como todo, en la medida en que los estafados hablemos, actuemos, la emprendamos, cumpliremos nuestra obligación para con esta sociedad opusdominada.

Por lo demás la cobardía, el miedo, el arrugarse y las cosas buenas que hacen.... mira a toda esa gente que así habla dan ganas de desearle que les quiten un hijo o les roben con el cuento de una vocación como lo han hecho con tantos. 

Esa es la verdad. Cada uno va a lo suyo, de eso no vas a extrañarte ahora, y si te extrañas pues nada, bienvenido al club de los escaldados de esta sociedad que se dice democrática, defensora de los derechos humanos, a veces con raíces cristianas y en la que la solidaridad brilla total y absolutamente por su ausencia. Algo habrá que hacer para no seguir por ese camino, a ti y a mí como escaldados del opus, nos toca poner nuestro granito de arena.... y quién sabe, a lo mejor granito a granito el día de mañana hemos hecho una playa.

Mientras tanto toca ponerse manos a la obra, y nunca mejor dicho. ¡Ánimo!

Ana Azanza

Hace ya más de un mes desde mi primer escrito, donde os contaba mis reflexiones acerca de que la Obra no me hace mejor y que quizás esté malgastando mi vida.

Como imaginaréis, he estado leyendo muchos textos, escritos antiguos... Me han impactado y ayudado muchas cosas. Pero querría mencionar una en concreto. Una anécdota que no conocía de Miguel Fisac en una entrevista, muy parecida a la que os contaba yo en mi primer escrito. Cuenta Miguel Fisac que

"Un día, que no olvidaré porque tengo su amargor en el alma, me fue a ver un compañero que yo había tenido cuando estudiaba el Bachillerato y me contó su situación económica familiar, desesperada, y me pidió que le prestara un dinero. Le dije que volviera a la mañana siguiente. Porque esta decisión yo no la podía tomar por mí mismo. Lo consulté con mi director, y él me prohibió en absoluto, que le diera nada: a él le prohibía consentirlo el espíritu del Opus Dei".

Quiero daros las gracias a quienes me habéis escrito tras mi segundo escrito.
A Pasiva, a Lupe y a Ramón, que ha escrito dos: éste  y éste.

Lupe: me ha impactado lo que me dices sobre los supernumerarios a quienes aconsejo: "lo que tú manifiestas es justamente uno de los motivos por los que he sufrido inmensamente". Me ha hecho pensar que no sólo no hago el bien que podría, sino que en ocasiones -o más que en ocasiones- hago daño.  Te agradezco también tus consejos "fáciles" de poner en práctica, en mi situación actual: mis padres.

Ramón. El primero de tus dos escritos me ha conmovido. Y me ha dado paz, mucha paz. Para seguir adelante con decisiones importantes. En los temas que estamos hablando... y en particular en otro que también me estaba rondando la cabeza. Y mira que nos han hablado de filiación divina... Gracias de nuevo.

Además, valoro mucho que los dos, tanto Lupe como Ramón, os habíais propuesto no escribir más.

Un abrazo

TresDecadas 

Corrían los finales de los ochenta del siglo pasado y se estaba organizan la convivencia del centro de estudios. Éramos universitarios mantenidos por nuestros padres. El “iluminado” de turno, creo que fue algún director, que se iluminó la neurona y propuso hacer la “convi” en algún país de centro Europa, no sé si era Alemania o Suiza o Austria, no lo recuerdo.

Mi reacción fue clara, me negué a ir a al extranjero para hacer la convivencia y así lo expuse:

1.       Para mi, era una falta grave hacia mis padres ya que ellos me tenían que pagar la convivencia  y el esfuerzo económico lo hacían ellos.

2.       Hacerla en el extranjero no me aportaba ni me añadía nada a mi formación

3.       Era una falta de pobreza, si se podía hacer al lado de casa por qué desplazarse miles de kilómetros.

4.       Que los caprichos de los directores no debían influir en los bolsillos y el buen hacer del pueblo obril.

Y así se lo expuse al director de turno. Y pedí que en caso de hacerla convivencia fuera de España o demasiado lejos, que me buscaran otra más cerca. Al final la convivencia se hizo cerca de la ciudad donde residíamos y ya está. 

Referente a las perlas… lástima que perdí la libreta que apuntaba  mis perlas  … era una libreta que se llamaba ALUCINE, donde apuntaba todas las chorradas que decían los numerarios/agregados/ y supers de la Clase VIP de turno, tanto en los medios de formación, tertulias o en cualquier situación … etc.

Yo las apuntaba, pero jamás protestaba, ya que sabía que hablar estas cosas era como picar sobre hierro frío, inútil.

Había un numerario que era un charlatán, que decía … en el opus dei que se trata más a sanos o enfermos … pues a enfermos, ya que en la universidad pasan 15000 alumnos al año y en la CUN pasan tropecientos pacientes más (no recuerdo la cifra) … menuda chorrada. Un amigo mío estuvo ingresado en la CUN y ni vio ningún cura ni nadie le habló de Dios… y eso que iba con cierta reticencia.

Este pobre diablo, numerario iluminado, también decía que la amabilidad de las enfermeras de la CUN, era excelente, ya que tenían un gran amor vocacional y a Dios… como si fueran tocadas con plumas de los ángeles… En la CUN hay de todo como en todas partes, pero como el paciente paga… si lo tratas mal seguro que no vuelve

Otra perla fue una corrección fraterna que recibí de un supernumerario, que no podía explicar chistes “verdes” ya que  le hacía pecar ¿?. El chiste fue: ¿sabéis cómo nació el grito de Tarzán? Pues iba Tarzán de liana en liana y dijo: “Chita, ven!!! agárrate donde puedas” … AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!

Ahora no recuerdo más perlas, tenía un montón, lástima que no recuerdo ninguna más. Algunas de ellas eran amargas, pero no recuerdo ninguna más, sólo recuerdo dos de este personaje, que me daba bastante lástima y esta corrección fraterna… Intento hacer memoria y no me sale nada, de lo que tenía apuntado en la libreta.

He de decir que en la época “dura” de opus, donde me empezaron a incomodar, … me falla bastante la memoria … hay mucha cosa borrada.

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