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CORRESPONDENCIA
Miércoles, 04 de Julio de 2018
¡El decálogo del buen bebedor!.- Pouis
En esta página se ha escrito en diversas ocasiones sobre el consumo de alcohol en tertulias, aperitivos, meriendas… Hoy os quiero comentar una escena que me marcó mucho sobre la connivencia con el consumo de alcohol, incluso con menores de edad.
Como todos vosotros, estábamos acostumbrados a las tertulias. Algunas más interesantes, otras más divertidas, algunas (pocas) instructivas y muchas insoportables. Siendo ya residente en CM Belagua lo habitual era invitar, de vez en cuando, a algún profesor de la Universidad para departir sobre algún tema de interés. Con café y las consabidas botellas de coñac y anís.
En una ocasión el invitado, ilustre profesor de derecho, nos iba a aportar sus conocimientos sobre el posible papel de España en el Mercado Común Europeo (España no había entrado en dicho mercado todavía). El tema sugería un buen motivo para dormitar durante una hora. Pero, para sorpresa de todos los nuevos, los veteranos (de la Obra o no) nos animaron a asistir, asegurándonos que no se nos olvidaría la tertulia y que seria realmente “instructiva”. Como anticipo nos aseguraron que el tertuliano se “plimparía” (bebería) más de media botella de espirituoso a lo largo de la sobremesa.
Dicho y hecho. Al comenzar la tertulia y después de las presentaciones de rigor, el conferenciante se dirigió a la audiencia y nos dijo (más o menos literalmente):
“El Mercado Común es un tema realmente aburrido. Voy a comentaros algo que es mucho más interesante para vosotros, ¡EL DECÁLOGO DEL BUEN BEBEDOR! ¡Cómo beber sin que se os suba a la cabeza! Por favor, tomad nota que no os arrepentiréis”.
Ante mi estupefacción, el director sonrió y, sirviéndose una generosa copa, se prestó, como el resto, a aprender a trasegar sin riesgos. Éramos muchos los bachilleres que estábamos viviendo en el Colegio Mayor (unos 12) que tendríamos unos 15 o 16 años y varios alumnos de primero y quizás de segundo, que no tendrían los 18 todavía.
Ciertamente, desde mis primeras visitas al Club, el consumo de alcohol era habitual (no en grandes “dosis” pero sí era frecuente). Supongo que la presión social habrá moderado, sino evitado, este consumo de alcohol indiscriminado en los centros de la Obra, pero en aquella época parecía que nos hacía "más hombres" y más en el papel "de la vida ordinaria". ¡Qué pena que "la vida ordinaria" se quedara en esas deplorables costumbres!
Un saludo a todos y ¡sed buenos, no bebáis en exceso!
Pouis
P.D.: No voy a repetir el decálogo, aunque lo recuerdo vívidamente. Si alguien está interesado se lo puedo enumerar, aunque este no creo que sea el medio más adecuado para fomentar el uso de alcohol, a pesar de nuestra mayoría de edad (supongo).
Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XXIII) y (XXIV).- PlasticOnoBand
Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XXIII)
Se dieron cuenta de que habían ido demasiado lejos con la censura
Llegados a este punto, vuelvo a recordar los dos ejes en los que creo que hay que entender la carta de 9 de enero de 2018 escrita por el prelado del Opus Dei, teóricamente, a los miembros, pero en realidad, al Papa, para que este lea las cosas tan "maravillosas" sobre la libertad que el prelado les dice a los miembros.
Decíamos que uno de los ejes para entender la carta es, a mi juicio, la convulsa situación jurídica e institucional del Opus Dei, y el otro eje es la proximidad del Sínodo de Obispos, del 3 al 28 octubre de este año, sobre el discernimiento vocacional.
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Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XXIV)
De todos es sabida la animadversión de san Josemaría hacia los jesuitas en general y hacia el padre Arrupe en particular
Veíamos en la entrega anterior que, con Benedicto XVI hubo problemas. Sin embargo, el problema mayor vino el 13 de marzo de 2013, día en que Francisco, jesuita, fue elegido Papa.
De todos es sabida la animadversión de san Josemaría hacia los jesuitas en general y hacia el padre Arrupe en particular. Esa animadversión también ha permanecido algo latente en la institución, en el Opus Dei. Se puede ver claramente exteriorizada en los tomos 2 y 3 de la biografía sobre san Josemaría Escrivá que tiene por autor a Andrés Vázquez de Prada, aunque verdaderamente, él no la escribió, sino que solo la firmó.
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Comentario crítico a una carta (I) - Comentario crítico a una carta (II)
Comentario crítico a una carta (III) - Comentario crítico a una carta (IV)
Comentario crítico a una carta (V) - Comentario crítico a una carta (VI)
Comentario crítico a una carta (VII) - Comentario crítico a una carta (VIII)
Comentario crítico a una carta (IX) - Comentario crítico a una carta (X)
Comentario crítico a una carta (XI) - Comentario crítico a una carta (XII)
Comentario crítico a una carta (XIII) – Comentario crítico a una carta (XIV)
Comentario crítico a una carta (XV) – Comentario crítico a una carta (XVI)
Comentario crítico a una carta (XVII) – Comentario crítico a una carta (XVIII)
Comentario crítico a una carta (XIX) – Comentario crítico a una carta (XX)
Comentario crítico a una carta (XXI) – Comentario crítico a una carta (XXII)
Tres casos de agregados.- Nachof
Hoy quiero añadir algo al comentario de Pouis sobre la asistencia de algunos de la Obra a los encierros de los sanfermines. Debo confesar que yo fui a Pamplona únicamente dos veces en la década de los setenta del siglo XX coincidiendo con las fiestas de San Fermín. Previamente se nos advertía que había mal ambiente, por lo que los directores invitaban a algunos a participar en los encierros. Los que asistían tenían que seguir el criterio de "ahogar el mal en abundancia de bien"
En aquellos años se nos decía que teníamos que hablar claro de la Obra. Los directores tenían miedo de que algunos hablaran del Opus Dei como grupo político. De ahí que invitaran a algunos que tenían hecha la fidelidad a meterse en esos ambientes. En especial yo recuerdo a uno cuyo apellido empezaba por la letra L. Con el tiempo este agregado se "quemó" y era fácilmente identificado. Por ello dejó de vivir en Pamplona y se trasladó a Badajoz. No volví a saber nada de él. Me he hecho muchas preguntas sobre su continuidad.
El caso de L. me ha recordado algo lo ocurrido en Asturias en los años sesenta del siglo XX. Esta provincia de España era conocida por sus minas de carbón. A los directores se les ocurrió que agregados mayores fueran mineros. Una vez estos agregados (entonces se les llamaba oblatos) aparecieron en una de las tertulias del fundador del Opus Dei en Pamplona con traje de mineros y con lámparas de las minas. Todo un espectáculo. La Obra no solo hacía apostolado con los ricos, sino también con los pobres. Pasado el tiempo los mineros del Opus no perseveraron. Actualmente el gobierno español quiere acabar con la minería en Asturias y otras provincias o comunidades autónomas.
El tercer caso que quiero presentar es el del Instituto Tajamar de Madrid. El fundador, de acuerdo con la Comisión Regional, uno de los entonces de España, hoy Vicaría Regional, decidieron empezar con el apostolado con los obreros. Para ello inauguraron una obra corporativa en Vallecas, uno de los entonces barrios pobres de Madrid. Con el tiempo, el primer director de Tajamar abandonó la Obra y se casó con una supernumeraria.
Esto fue poco. Los tres primeros que pitaron en Tajamar no perseveraron. Sus nombres eran D.M., F-J. R y L.G. El primero de ellos hasta recibió de parte del fundador una pequeña cruz de palo, elaborada con la vigas de la ermita de Molinoviejo. Como se sabe los primeros de un país que se hacen de la obra reciben una cruz de palo. Tajamar fue una excepción.
NACHOF
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