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CORRESPONDENCIA

Miércoles, 25 de Julio de 2018

Hola Antonio Moya, he leído tu artículo de hoy en Siglo XXI sobre el Opus Dei y me alegra saber que coincidimos en nuestros planteamientos de dejar la Obra.

Escribí un pequeño artículo con una explicación del atropello a la que fui sometida.

Esto ocurrió en julio 2015, después fui asimilando la situación y sopesando los pros y contras para tomar mi decisión en 2018.

Pedí la dispensa y después de tres meses me la concedieron (45 años justos dentro). Pité con 22 años, por una decisión de seguir a Cristo con todas sus consecuencias y la Obra por nueva me pareció lo mejor.

Yo trabajaba, acababa de sacar unas oposiciones (vivo en Madrid), hice el centro de estudios y me pidieron que fuera a Canarias, donde se estaba comenzando, pedí la excedencia en el ministerio y allí aterricé.

No he sido forofa de nada, lo único que me interesaba era servir a la Iglesia y ayudar a los demás con mi desvelo y cariño. Cómo todas con las que convivía, he trabajado mucho y pensaba y pienso lo mucho que El Señor me ha regalado.

En el camino luces y sombras, podría escribir la historia de mi delegación, 45 siempre en Madrid o sus aledaños siempre en contacto con las personas, distintos cargos de consejo local y unos cuentos de oficial de la Delegación... Tras 11 años excedente pedí la reincorporación al ministerio, esto me enriqueció mucho y me llevó a ver cómo era de verdad la sociedad en la que vivimos.

He tratado de ser sincera y decir lo que me parecía bien o mal. A medida que pasaban los años me daba cuenta de que aquello no marchaba bien, cada vez más cerrados en la burbuja de somos los mejores y los obispos no nos entienden… Pedir dinero, a diestro y siniestro y todo en negro, no encajaba con el evangelio... se dejó de hablar del evangelio y se sustituyó cada vez más por Escriva de Balaguer.

Empecé a ser molesta, me fueron arrinconando, y empecé mi aventura personal: ayudar a los demás a través de ONG. En esto pasé algunos años y tuve la oportunidad de ser voluntaria en Caritas. Si contaba algo que me había sucedido en el voluntariado me miraban con mala cara, una me dijo en pleno comedor "cállate ya"!!

Cuando me jubile le dediqué mucho tiempo a Caritas y así sigo. 

Una cosa muy especial que me ha pasado: el médico me dijo que me tenía que operar de un nódulo pulmonar cuanto antes, en junio del 2016. Me encontré totalmente desamparada y escribí al Papa Francisco, para mí muy querido, era un 30 de mayo y cuál fue mi sorpresa que el 6 de junio recibí una carta de la secretaría del Papa contestando a la mía muy cariñosa y esperanzadora. 

En Septiembre de 2017, en una reunión de caritas en la que estaba el Cardenal de Madrid, Carlos Osoro, me acerque a él y le dije que necesitaba hablar con un sacerdote para que me orientara, inmediatamente cogió el móvil y concertó una cita con el director espiritual del seminario. Estoy muy agradecida a tantas personas de Fe en Jesucristo que me han ayudado a dar este paso. También mi cariño hacia Agustina, siempre he podido contar con ella, gracias.

Ahora está la aventura de ser cristiana sin adoctrinamientos y la verdad necesito el apoyo de los que piensan igual que yo.

Un abrazo, Nancy

Estimado Tresdécadas:

Vete, tú que eres libre como el viento, por favor vete. Eso cantaba Nino Bravo, como en el título que he puesto María Dolores Pradera, canciones que tarareaba y oía cuando ya tomé la decisión de irme.

Y te lo han escrito aquí, prevé lo que harás y si tienes trabajo fuera, provéete. Lo que no va en la vida hay que dejarlo: una relación, un matrimonio, un trabajo, una amistad, un lugar... Si no, malo, muy malo. No pasa nada fuera de la Obra, al revés, recuperar los cinco sentidos y todo huele, sabe, se oye, se palpa y se gusta mejor.

A esa cobertura económica y laboral hay que añadir el ir entrando poco a poco en el mundo. Y en el mundo hay mucha gente buena, amores, amistades, situaciones maravillosas. Y tan sencillas en sí mismas y gratificantes que eso sí que VALE LA PENA.

Estar en la Obra es como una abducción extraterrestre, es imposible que nadie la entienda por completo, es más, si no es absolutamente necesario ni hables de la Obra. Si en una conversación sale la Obra, calla, no por cobardía, sino porque no merece la pena. Yo hablo sobre la Obra con un par de amigos de verdad que fueron numerarios como yo y estuvimos en las mismas fechas en el Centro de Estudios y luego en un centro. Nos reímos, ya sea de tal situación o de tal personaje o para más cachondeo usamos alguna expresión de esas muy de Casa. Es como... reírnos de un pasado tragicómico. Vete, decide cómo y cuándo y no des explicaciones, agarras la puerta y fuera, se acabó.

La Obra se hunde, es ahora una endogamia pura, es imposible que pite alguien joven que no vaya por un colegio. Universitarios..., me da la risa. Y lo saben, pero hay que seguir tocando en la cubierta del Titanic. A mí, y lo he dicho aquí varias veces, me da pena, pena porque era un proyecto eminente y hay dentro gente buena, pero Escrivá oyó campanas pero no supo dónde, Dios le dio un don y equivocó el modo de hacerlo rendir. Del Portillo se dio cuenta, pero era tarde para parar la deriva de semejante barco y Javierito, un mindundi mental, hizo que encallara y ese portaviones no lo desatranca nadie. Y ahí está la nave, varada, pesa mucho para sacarla, queda el desguace y vender las piezas.

Vete, ya, vete. Olerás unas flores que te deslumbrarán por su brillo. Un abrazo, valiente.

Madurez

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XLI)

Poderoso señor es don Dinero

La idea de la última entrega era empezar hoy a tocar de lleno la beatificación de Josemaría Escrivá, que para muchos, yo incluido, tiene todos los tintes de ser fraudulenta. Para que esta afirmación no sea gratuita, habrá que demostrarlo en alguna medida.

A la complicación de un proceso de beatificación normal, hay que añadir que, al sustanciarse en algo menos de 20 años desde el fallecimiento, todo va más comprimido, y ello tiene por una parte la ventaja de que los testigos del siervo de Dios, todavía viven. Pero por otra parte, está el peligro de la precipitación y de la menor objetividad.

A lo anterior hay que añadir, en el proceso de san Josemaría una serie de circunstancias aparentemente sin relación, pero que sí tuvieron que ver.

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Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XLII)

Lo que siguió a esto fue una querella criminal contra estos sacerdotes del Opus Dei

Ayer vimos que los santos no salen solo a base de oración, sino de medios humanos y materiales,... y de dinero. Y que, a más dinero, menor tiempo tardan los expedientes.

Por muy divina que sea la Iglesia - que lo es - el Vaticano es un Estado, con su organización administrativa en la que los monseñores que pululan por los despachos, son funcionarios. Y el Papa, es el jefe del Estado Vaticano.

Los que llevamos muchos años trabajando en la Administración Pública sabemos que el público valora en mucho la amistad con los funcionarios y políticos pues les va en ello la celeridad de sus expedientes o conseguir de ellos lo que les favorece, sobre todo con los funcionarios y políticos que se dejan querer.

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