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CORRESPONDENCIA
Viernes, 12 de Enero de 2018
El grito inútil y de tardío arrepentimiento por el error irreparable.- Agustina
Hace unos días, World nos envió el texto de un Crónica de 1956 titulado “Ver Claro”, que hacía referencia a los que nos íbamos de la Obra. Ahora me envía un amigo numerario una “meditación” del Tomo III sobre el mismo tema. Le pregunté si seguían vigentes los tomos de Meditaciones y me contestó hoy mismo: “Los tomos de meditaciones siguen vigentes y se usan a diario. La única variación es que salió un 7° tomo con algunas fiestas más (más todavía) y las correspondientes a los domingos del tiempo ordinario que no estaban."
Para quienes piensen que las cosas han cambiado, para quienes crean que se trata de errores personales y no institucionales, aquí dejo esta meditación -vigente en el año 2018-.
Agustina L. de los Mozos
MEDITACIÓN 269.
MEDITACIONES. Tomo III. págs. 384 a 389
TIEMPO ORDINARIO. SEMANA XIII. SÁBADO
-Conviene estar prevenidos: podemos pasar por momentos de ceguera.
-Nuestra decisión de seguir el camino iniciado ha de ser irrevocable.
-Propósito firme: ser fieles en lo pequeño para ser fieles siempre.
NOS REMONTAMOS hoy a los tiempos de los Patriarcas, para considerar la historia de dos hermanos, Esaú y Jacob. Su padre Isaac, a las puertas de la muerte, derrama su bendición sobre Jacob y sobre toda su descendencia. El olor de mi hijo -le dice- es como el olor de un campo cuajado, al que ha bendecido Yavé. Déte Dios el rocío del cielo y la grosura de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante los pueblos y prosternense ante ti las naciones. Sé señor de tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Maldito quien te maldiga, y bendito quien te bendiga (1). [(1) L. I (I) (Cenes. XXVII. 27-29).]
El hijo pequeño es preferido al mayor, y Esaú llora y se desespera -cuando su desgracia no tiene remedio- porque le fue arrebatada la bendición paterna. Pero el llanto de Esaú, llanto estéril y sin esperanza, es el grito inútil y de tardío arrepentimiento por el error irreparable que cometió en una hora ciega de ofuscación…
(Leer artículo completo...)
Reflexiones sobre el artículo de Crónica.- AlexanderSupertramp
Hola a todos.
Creo que ha sido una feliz coincidencia el que se publicasen el mismo día el escrito de World y de Neo. Me refiero a que la editorial de Crónica que compartió World me dejó mal, muy pensativo, y luego ver más abajo la reflexión de Neo sobre el acceso a la información que antes no teníamos es algo que me hizo mucho sentido.
La verdad es que cada vez me doy más cuenta de que en la Obra existen elementos de fanatismo que es importante considerar. Soy cuidadoso al usar una palabra tan fuerte. No me refiero a un ultraconservadurismo ni nada de eso, sino al hecho de justificar conductas abiertamente cuestionables sólo porque son propter regnum coelorum. Quizá me tomó mucho tiempo reconocer este fanatismo a causa del cariño que sigo teniendo a viejos amigos de la Obra o porque aún reconozco que mis años allí también me sirvieron para crecer en algún sentido. En fin, los informes de conciencia, el proselitismo con personas sin una total capacidad de discernimiento a espaldas de sus padres y tantas otras cosas ampliamente testimoniadas en esta página son algunos ejemplos de ese fanatismo.
Volviendo a la editorial en cuestión: ese texto es francamente violento, fanáticamente violento. No recordaba haberlo leído. Sí recuerdo alguna carta de don Álvaro en la que comparaba al que no perseveraba con el mismísimo Judas Iscariote, texto que se me dio a leer justamente en mi proceso de “discernimiento tardío” (después de 15 años en la institución), junto con alguno de esos libros de Jesús Urteaga que parecían lectura más motivacional que espiritual. En ellos, por no ser lectura interna, no se hablaba de los que no perseveraban, pero era bien claro que el autor estaba pensando en eso. Recuerdo también el video de alguna tertulia de Josemaría con jóvenes del centro de estudios en Brasil. De ella recuerdo que algún numerario le había compuesto una canción francamente desastrosa, y también que otro le hizo alguna pregunta relacionada con los que “no perseveraban en su vocación”, cosa rara de ver en una tertulia ya que el tema era bastante tabú. De la respuesta no recuerdo mucho, pero debe haber sido algo por el estilo de lo que dice esa editorial.
Felizmente no leí esa editorial cuando pensaba irme, porque me habría hecho muy mal. Esa lectura yo la pondría en el index; hay que tener un criterio muy bien formado para leerla con espíritu crítico. Todo esto me recuerda cómo se trataba el asunto: un tema tabú, del que se habla lo mínimo indispensable. Excelente estrategia, lo más parecido a la labor del protagonista de la novela 1984 en el Ministerio de la Verdad. Eso de que, de vez cuando, el director del centro lo llamara a uno a su despacho, en medio del silencio del tiempo de la tarde, y te dijera casi con un susurro: “fulanito… no perseveró. Encomiéndalo”. Y uno pedía permiso para hacer mortificación extraordinaria por el desdichado, aunque ya fuera un poco tarde, al menos para que no se perdiera su alma. En cierta ocasión se me ocurrió comentar en una tertulia que me había encontrado casualmente con un exn, que se le veía muy bien, que tenía una novia muy simpática, y que le enviaba saludos a todos. Respuesta: todos con cara de póker y, posteriormente, corrección fraterna. Eso lo dice todo. No sea que la “infidelidad” (¡qué palabra!) llegue a naturalizarse y a considerarse algo normal. Eso es lo que leo entre líneas en la editorial que compartió World: los que se van tienen una vida desdichada, y no se sabe nada más de ellos. Durante muchos años yo llegué a pensar eso; y cómo no, si en un entorno tan cerrado es lo único que has escuchado, es difícil pensar otra cosa.
Y justamente con respecto a esto es que conecto con la reflexión de Neo. Diría que al Opus Dei la “sociedad de la información” lo pilló por sorpresa, de modo que la mentira de que las “infidelidades” son van necesariamente seguidas de una vida de desgracia, o que los que se van le van escribiendo al prelado con lágrimas en los ojos que quisieran volver ya se hace menos creíble. Hace 15 o 20 años esa editorial de Crónica todavía era persuasiva; hoy no se la cree el más correcto alumno del centro de estudios (eso espero). Hoy los numerarios tienen a exnumerarios como amigos de Facebook, pueden acceder a escritos notables de Opuslibros, no creo que el director les esté revisando la correspondencia (¿tendrá la clave de los e-mails del centro?), etc. Son tantas cosas nuevas que las autoridades de la Obra o bien elaboran una lista interminable de notas con “criterios de prudencia”, o por fin comienzan a confiar en la buena fe y en la responsabilidad de quienes siguen dentro. No sé mucho es qué está la prelatura ahora, pero ojalá que sea lo segundo.
Alexander Supertramp
Hazte el favor de cambiar tu testamento.- Salypimienta
Hace unos días tuve una larga conversación por Skype con un amigo ex numerario que ni es de mi país ni vive en él. Después de los deseos de salud, amor, prosperidad, etc., nos pusimos al día de nuestras respectivas vidas (la verdad es que nuestra comunicación es bastante limitada, principalmente por la diferencia de horario que hay entre los países en que vivimos). Cumplidos todos los protocolos de urbanidad entramos de lleno a lo que de verdad nos interesa que es el cotilleo opusino. De todos los chismes que me contó, el que me dejó más consternada fue el de la tragedia que vive una pobre mujer con seis hijos gracias a la Obra.
Resulta que una familia tuvo dos hijas, una de ellas se casó y tuvo 6 hijos, y la otra se fue de numeraria. La que se casó, lo hizo con un tipo nefasto casi delincuente borracho, estafador y desobligado. Los padres de la esposa de este sujeto, querían dejar asegurada a su hija cuando ellos faltaran, pero sabían que el tipo la dejaría en la calle en un abrir y cerrar de ojos. La solución ideal, dejar toda la herencia a nombre de la hermana numeraria con la firme promesa por parte de ella, de que le daría su parte de la herencia a la hermana de manera en que el marido de ésta no pudiera echar mano de ello. Muere el padre y la numeraria despita y se va a vivir con la mamá. Todo perfecto hasta que un buen día, la ex numeraria y su madre van a visitar a un pariente a otra ciudad y el autobús en el que viajan tiene un accidente en el que fallecen muchos pasajeros, entre ellos estas dos pobres mujeres. ¿Qué hace entonces la madreguapa? Inmediatamente corre a ver si el testamento que conservan de la chica fallecida es vigente y cobran hasta el último centavo de la herencia (así igualito que los buitres carroñeros).
Yo sé que muchos pueden pensar que esto es como Radio Macuto, porque nos cuentan la historia sin nombres de personas ni lugares. Me imagino que si sucedió no fue en España por aquello de la legítima. El caso es, que creo que la Obra es completamente capaz de una cosa así. Además defenderá a capa y espada que está en su absoluto derecho de recibir una herencia que le corresponde porque así está dispuesto en un testamento. ¿Hacer eso es una inmoralidad? ¡Totalmente! Pero ya sabemos que la ética del Opus Dei es… no… sencillamente NO ES. ¿Para qué nos vamos a andar con cuentos? Lo peor de todo es que no es la primera vez que sé de una historia de este tipo. Por lo tanto, les ruego encarecidamente que todos quienes hayan hecho un testamento a favor del Opus Dei en sus diversas nomenclaturas como asociaciones, fundaciones, universidades…, y que ya no tiene nada que ver con la prelatura, vayan lo más pronto posible a revocar o cambiar su testamento.
De no hacerlo, no duden ni un momento que la Obra se hará de todas las posesiones que tengan sin importarle nada y es capaz de poner en la calle a cualquiera.
Un beso cariñoso a todos.
Salypimienta
P.D. Siiii, ya me di cuenta de que estoy pontificando. Pido perdón y penitencia ;-)
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