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CORRESPONDENCIA
Viernes, 14 de Diciembre de 2018
El Opus Dei y el caso Gaztelueta.- JaraySedal
Tiene razón Perplejo en su magnífica exposición "CASO GAZTELUETA: UNA VEZ MÁS EL OPUS DEI NINGUNEA A LOS DÉBILES".
Lo verdaderamente espeluznante del caso es como el Centro Gaztelueta ha afrontado el caso, poniéndose en cabeza de la manifestación en favor de la inocencia del acusado, removiendo Roma con Santiago, movilizando a profesorado y padres, agitando las redes sociales (donde sigue viva su web), incluso después de la primera sentencia, que nominalmente respetan, pero ni comprenden ni comparten, mostrando expresamente su apoyo al profesor condenado y su familia.
Ni el más mínimo atisbo de duda, ni la más mínima prudencia exigible en estos casos. Es inconcebible para ellos que algo así ocurra en su centro educativo y, por extensión, en cualquiera del Opus Dei, en cualquier obra corporativa, en el Opus Dei en general.
Esa cerrazón misma a la mera eventualidad de que pueda existir cualquier caso de abuso sexual en el centro, y en cualquier grado que este alcance, es precisamente la que focaliza toda la atención en el colegio y, por extensión, en el Opus. Porque esa identificación acarrea que la condena del profesor, y puede confirmarse, conlleve la del propio centro y, por extensión, la del Opus. ¿Qué credibilidad tendrán si se confirma la sentencia? ¿O están tan seguros que no sucederá?
Habrán hecho de la anécdota (poniéndonos en el mejor de los casos) categoría. No cambiarán nunca. No es posible el pecado en el Opus Dei.
JaraySedal
Inocencia/culpabilidad.- Neo
En estos días he leído la sentencia del caso Gaztelueta, he leído las declaraciones del director del colegio y he oído a miembros del Opus Dei dar su opinión.
En cuanto a la sentencia quisiera dar varias consideraciones:
1º En delitos de abusos sexuales que no hay daños físicos ni pruebas biológicas que determinen la autoría material del delito de forma científica, las declaraciones de víctima y acusado/a son las únicas para determinar la inocencia o culpabilidad, y en la mayoría de los casos suficientes para dictar sentencia.
2º La sentencia fue dictada por órgano judicial colegiado, la Audiencia Provincial, sentencia dictada por tres magistrados, en este caso, por unanimidad de los jueces/magistrados, no hay ningún voto discordante. Jurídicamente hablando es relevante.
3º Existen hechos probados y sentenciados, aunque falta la firmeza y hay que esperar al recurso de casación.
En cuanto a la inocencia o culpabilidad del numerario, hay una sentencia condenatoria. Lo demás son especulaciones y nada más.
En cuanto a la condición de numerario del condenado, nada es garantía de inocencia, nada, la condición humana está expuesta a muchos condicionantes y la vida en ocasiones tan opresiva que se da sobre todo en numerarios/numerarias, y más en el tema de la sexualidad, pueden generar cauces y vías de evasión que pueden dar lugar a estos hechos.
Sea como fuere, la versión oficial del Opus Dei es negar los hechos, intentar que su imagen quede lo menos afectada posible y en eso están, en la más absoluta negación de los hechos y si no hay reconocimiento de los hechos, ni perdón, ni propósito de enmienda.
Hoy oía en los medios de comunicación que la Compañía de Jesús (jesuitas), iba a iniciar una investigación interna rigurosa de los posibles abusos sexuales cometidos en sus centros en los últimos 60 años.
El Opus Dei debe asumir sus errores y no sólo en este caso que todavía no es firme, sino en otras muchas prácticas y costumbres, mientras tanto el declive y el retroceso es imparable.
Neo
La destrucción afectiva que practica el Opus.- Pez
A pesar de mi admiración- casi devoción- por tí, Josef Knecht, mi admiración por tu estilo y mi acuerdo con tus escritos y opiniones, hoy voy a intentar corregirte, y que Dios me perdone el atrevimiento.
Varios de los escritos aparecidos en Opuslibros contradicen tu opinión de que no ha sido probada la culpabilidad del numerario abusador.Tras estudiarme la sentencia, yo también opino que el tribunal ha hecho buen trabajo, no incidiré más en ello. En lo que estoy muy en desacuerdo es en tu argumento de que el estilo de vida de un numerario, su falta de intimidad en los centros y en el propio colegio hacen poco creíbles los sucesos de que le condenan. ¡Es que eso lo dice mucha gente de violadores o asesinos vecinos suyos!
En primer lugar, el sistema de destrucción afectiva que practica el Opus con los numerarios/as, al prohibir todo tipo de sana relación afectiva, amistades etc., crea personas de gran indigencia afectiva...
(Leer artículo completo...)
Me creo la sentencia de Gaztelueta.- Orange
Quiero aportar algún dato en relación a la opinión de Joseph Knecht, según la cual, debido a la presión y el férreo control que el Opus ejerce sobre los numerarios le parece difícil que el profesor de Gaztelueta hizo lo que la sentencia dice que hizo.
Cuando yo estaba en el Centro de Estudios, (años 70 del pasado siglo), efectivamente, existía ese férreo control que tan detalladamente describe Joseph Knecht. No obstante, y por razones que ahora, pasado tanto tiempo, no vienen al caso, tuve acceso, por aquello de lo mal que se guarda el secreto de las intimidades de conciencia en el Opus Dei, a información de la vida interior de un numerario, que en materia de pureza y sexualidad fue deplorablemente orientado y dirigido por un consejo local y un cura ineptos, ya que todos sabemos que el enfoque formativo que se da en el Opus en este tema es sumamente desacertado.
De forma, que ese numerario, a pesar del férreo control antes citado, hacía las siguientes cosas:
1) Se masturbaba con frecuencia harto mayor de lo "normal" , (a veces antes de bajar a Misa). 2) Se las apañaba para quedarse escondido el zonas donde la administración entraba a limpiar para poder mirar a las chicas mientras limpiaban. 3) Se leía en el periódico la cartelera de cines y se iba a ver por las tardes las películas más verdes que encontrara. 4) Se pasaba horas subiéndose a autobuses urbanos atestados de gente para realizar tocamientos a mujeres de forma disimulada, aprovechando el barullo. Lo mismo hacía en aglomeraciones de gente, incluyendo procesiones. 5) Se iba a la biblioteca de la facultad a "estudiar", sentándose en el asiento desde el que mejor podía mirar las piernas de las estudiantes sentadas enfrente. 6) En alguna ocasión esporadica acudió a burdeles. 7) Se citó en un par de ocasiones con una joven ex-novia suya. 8) todo esto lo practicó intermientemente durante los 2 años del Centro de Estudios sin que los directores ni el cura hicieran nada efectivo para cambiar tan "impropia" conducta.
Al terminar el centro de estudios siguió dentro de la Obra y luego le perdí la pista y no he vuelto a saber nada de él. Si vive y lee esto, seguro que me reconocerá. Si es así, te mando mis mejores afectos.
Es decir, que este caso pone de manifiesto que a pesar de todos los férreos controles que pueda haber en el Opus, EL QUE QUIERE HACERLA, LA HACE. Por eso no me extraña nada ni me cuesta entender y aceptar como cierto, todo lo que se puede leer en la sentencia de Gaztelueta.
Orange.
El rigor probatorio.- El Cid Campeador
“We are a society that, every fifty years or so, is afflicted by some paroxysm of virtue—an orgy of self-cleansing through which evil of one kind or another is cast out. From the witch-hunts of Salem to the communist hunts of the McCarthy era to the current shrill fixation on child abuse, there runs a common thread of moral hysteria.” —
Dorothy Rabinowitz, Harper’s Magazine, May 1990
He conocido un caso de pederastia en la Obra. Tal y como me cuenta la víctima, de cuyo testimonio no dudo, el señor que lo llevó a cabo era director y continuó siendo director en una ciudad alejada del lugar de los hechos.
Yo conocía estos hechos cuando escribí el non sequitur sobre esta sentencia condenatoria, que ahora elaboraré. Yo sé que han pasado estas cosas, pero en un juicio se examina un caso concreto. No me parece bien que el acusado en este caso concreto se convierta en chivo expiatorio.
Según dice la sentencia son necesarias tres cosas para que se pueda considerar una condena fundamentada únicamente en el testimonio de la víctima:
- Ausencia de incredibilidad subjetiva
- Verosimilitud del testimonio
- Persistencia en la incriminación.
Así cualquiera fabrica denuncias. Pienso que son solo conditio sine qua non. No me parecía razonable y me he molestado en leer algunas sentencias del Supremo en internet. Veo con alegría que, efectivamente, no es “del todo así”, por aquello de que el diablo está en los detalles (the devil is in the details):
En consecuencia, no es que el contenido de una testifical que supere ese triple filtro deba ser tenida como válidamente inculpatoria. Lo único que cabe sostener es que un testimonio que no lo hiciera tendría que ser desestimado a limine como medio de prueba; mientras que, en el caso contrario, resultará en principio atendible, y, por tanto, cabría pasar, en un segundo momento, a confrontar sus aportaciones con las de otra procedencia, para confirmar la calidad de los datos. https://supremo.vlex.es/vid/-280758559
Si el tribunal considera que en este caso el testimonio es verosímil, a pesar de que habló de las masturbaciones dos o tres años después de lo sucedido y del famoso incidente del bolígrafo por primera vez solo poco antes de la interposición de la querella, me parece muy bien. Yo no pienso así. De todos modos, tienen que confrontarlo con aportaciones de otra procedencia.
Los únicos hechos que se consideran PROBADOS NO EXCLUSIVAMENTE POR EL TESTIMONIO DEL QUERELLANTE (punto TERCERO A de la sentencia); supongo que lo añadieron porque son necesarios y no basta el testimonio del denunciante:
- Mayor número de preceptuaciones
- Situación de acoso escolar (por parte de otros alumnos)
- Trastorno por estrés postraumático.
No me parece que esto consolide la versión del denunciante. Este es mi razonamiento. Me parece muy bien que haya gente que opine de otra manera. Los puntos de vista de los que ven las cosas desde otro ángulo suelen ser muy enriquecedores. Debemos evitar el sesgo de confirmación de aquellos que buscan únicamente opiniones que corroboren la propia. Es muy fácil errar en un proceso de razonamiento. Shopenhauer decía que los juicios falsos son numerosos, no así las conclusiones lógicas (del tipo: si en la Obra han sucedido casos de pederastia en el pasado, entonces el acusado es culpable; conclusión lógica que a todos nos parecerá falsa).
Me parece muy escaso para una condena de 11 años en prisión. El homicidio lleva una pena de 10 a 15 años y el asesinato de 15 a 20 años. Lo digo porque yo nunca molestaría a un niño, aunque no he descartado el asesinato en el caso de algunos mozalbetes.
No me gusta la arbitrariedad. He escrito en esta web que en la Obra no hay seguridad jurídica. No me gustaría que fuera de la Obra tampoco la hubiese. No habrá nunca justicia plena, supongo que se hace lo que se puede, pero, por favor, que se acerque al ideal de justicia. La justicia nos protege a todos.
Pienso que no tengo síndrome de Estocolmo, pero nunca me lo he planteado. El otro día vi un documental de un asesor político llamado Roger Stone y me gustó una frase suya: Past is fucking prologue.
El Cid Campeador
En el Opus Dei pasa de todo.- Solitudine
Solo yo estaba en la sacristía cuando el sacerdote numerario intentó abusar de mí.
¿Estas cosas no pasan en el opus dei?
¿Que no pasa qué? Pasa de todo. De TODO. Otra cosa es que se oculte. Y que siempre el opus dei salga ileso para salvaguardar su buen nombre. Lo puse en conocimiento de las/los directores/as. No me hicieron caso hasta que me puse firme. Este cura ya está fuera de juego porque siguió haciendo de las suyas.
Si lo hubiera llevado a juicio, ¿Qué hubiera pasado? Porque yo quedé muy mal. Que un sacerdote numerario quisiera…
En fin todo es muy triste.
En la opus puede pasar de todo y de hecho PASA.
Feliz navidad para todos. Yo ya soy feliz a miles de kilómetros de la cosa.
Solitudine
Yo te cuento...- Manzano
No entiendo por qué ahora Roberto ya no quiere ir a las excursiones...
Así me excusaba ante el director del club juvenil del Opus Dei dónde yo impartía un taller cuando él me preguntaba por la falta de interés del chico, pues estaba asignado a mi lista de seguimiento para ver si -a su debido tiempo- se le podía invitar a que viniera a estudiar al centro dónde vivíamos los numerarios.
Todos sabemos que venir a "estudiar" era en realidad un eufemismo, ese concepto abarcaba y escondía un plan muy bien medido de acoso proselitista a través de acciones concretas. Ese venir a "estudiar" implicaba que a partir de los 14 años podían ser invitados (¡por ser ya "mayores"!) a continuar actividades extra escolares a nuestro piso residencial al no poder, por edad, seguir en el club juvenil.
Sabíamos que a Roberto le encantaba la montaña, había acudido ya a varias expediciones y campamentos que, con todavía mayor afición, organizaba y se ocupaba un numerario de mi centro, al que llamaremos Alfonso.
No debería alargarme con detalles ni escenarios que la mayoría ya se imagina. Efectivamente y en palabras textuales de un compañero y mejor amigo de Roberto -al que pregunté de si sabía la razón de esa negativa a las salidas de fin de semana- me respondió sin tapujos: ¿no lo sabes?, pues porque Alfonso nos mete mano por la noche.
No quise darle credibilidad, de hecho no estábamos preparados para aceptar según qué cosas, es más, estábamos adoctrinados para que si alguien decía algo en contra a los nuestros sería pura difamación. Y un chico de esa edad sólo tendría fantasías y por tanto lo suyo sería mentir.
No le di credibilidad ni lo conté a nadie, pero yo sabía en el fondo que era más que probable que así fuera. Era consciente -pero que mi formateo mental recibido por años me impedía exteriorizarlo- que Alfonso tenía tendencias homosexuales. Llevaba conviviendo con él 4 años y acumulaba bastantes evidencias. De hecho se confirmó con los años cuando supe de él, también de varios más que conocí cuando todos éramos numerarios.
Evidentemente es sólo un caso, pero es uno más de los que habrán pasado en el mundo y el más incómodo con el que me encontré en mis años de íntima órbita opusina. Demostrarlo siempre es difícil, quizás imposible. Pero que ocurriera algún episodio de este calibre en ocasiones propicias era perfectamente compatible.
Sin entrar ni salir pues de la ya famosa sentencia del caso Gaztelueta, debo decir que a mí no me ha dejado para nada perplejo. Lo que sí me produce estupor e incredulidad es que a estas alturas no seamos conscientes de la común realidad de la verdadera naturaleza humana, de sus debilidades y de la inmensa capacidad para ejercer la estupidez.
Y entre otras muchas e innumerables estupideces, pudiera ser que el padre Escriba hubiera creído que sus hijos, por el mero hecho de serlo, jamás podrían incurrir en según qué pecados. Eran hijos inmaculados que para manipular y estafar había que ser pillos, incluso angelicales, pero sin bragueta.
También dijo que confiaba más en la palabra de uno sólo de ellos que en la firma de cien notarios y la historia ha demostrado sobradamente que no se fiaba ni de propia su sombra.
No discutiré que en determinadas instituciones sea más difícil para sus miembros llegar a cometer determinados abusos. Pero también es verdad que en esos mismos ambientes el hermetismo y secretismo, junto al férreo control que ejercen sobre sus conciencias, es mucho mayor que en otros y los posibles escándalos, por pocos que sean, difícilmente vean la luz.
No vamos ahora a crear polémica sobre la homosexualidad ni podemos de ninguna forma criminizarla y así lo ha manifestado el Papa Francisco exhortando a respetar a todos sin prejuzgar a las personas por ello.
También hace pocos días recomendó evitar admitir en los seminarios a chicos con esa manifestación. Por algo será, algo sabe al respecto nuestro Papa y ninguna institución de la Iglesia, léase n-i-n-g-u-n-a, por muy santa que se crea, puede eludir la indicación. Si no somos capaces de admitir que todo puede pasar o haber pasado en cualquiera de ellas es vivir en el mundo de Alicia, la de las maravillas.
Manzano
P.D. Debido al caso Gaztelueta, en todos los centros educativos vinculados al Opus Dei se recibió la orden de que las tutorías deberían hacerse con la puerta de la sala abierta. ¿Gato escaldado?
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