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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 03 de Febrero de 2017



En un centro de universitarias (1).- María Canela

A una numeraria le angustia seguir siéndolo.

Su formación es tal que el lugar sin Dios que es el infierno, es mejor lugar que estar fuera de la obra. 

No puede dar el paso. Empieza a tener comportamientos fuera de lo ordinario. El centro fija la atención en ella. Desde delegación deciden llevarla a un psicólogo numerario. Él informa que vocación sí que tiene, pero que hay una idea equivocada de la vocación y de Dios Padre. Empieza su terapia de ayuda para permanecer en la obra...



(Leer artículo completo...)




Algo pasa en los colegios.- Debilbao

Hola a todos.

Hace tiempo que tenía la inquietud de contar algo que ocurre en algunos de los colegios de Fomento, pero el miedo es libre y en la zona en la que me muevo hasta las paredes escuchan... nos conocemos todos.

Sé que Fomento nació como una respuesta de las familias vinculadas a la obra ante la ola de problemas que asolaron los cimientos de la iglesia después del Vaticano II. Funcionaron como semillero de vocaciones y proporcionaron tranquilidad a los padres de buena fe que no encontraban su hueco dentro de los centros de enseñanza religiosa en los que ellos se habían formado. Esos centros los sacaron adelante muy buenos profesionales, la mayoría no eran miembros de la Obra, que entendieron bien el valor del esfuerzo, la exigencia y la responsabilidad como pilares de la formación de una persona.

Actualmente todo esto ha cambiado mucho. Ahora no se contratan buenos profesores, se llenan los colegios de antiguos alumnos con apellidos "influyentes" de estómagos agradecidos que siguen a ciegas (saben que no pueden pagar los colegios de sus hijos y que peligra su puesto de trabajo si tienen la osadía de dar su opinión) las proclamas de una dirección desquiciada y egocéntrica, incapaz de responder a los cambios que surgen dentro de la sociedad... No importa el nivel de inglés de los profesores, nadie controla lo que se explica o se hace en clase. Se prepara a unos pocos alumnos, siempre los mismos, para participar en todo tipo de concursos únicamente como medio de publicidad institucional pero dejando de lado el perjuicio que eso supone para el resto de los alumnos que pasan horas sin la atención de profesores ocupados en lo extraordinario más que en lo ordinario.

Se pierde el tiempo poniendo como excusa cualquier acto religioso (velas interminables, rosarios de 45 minutos, novenas de 1 hora) y las alumnas se convierten en figurantes de una campaña de marketing (fotos, videos, blogs...) que resta horas de trabajo y extiende la idea de que lo importante es "dar una imagen exterior" que en ningún momento es real.  Muchas de los profesores de estos colegios no podrían trabajar en otro ambiente que no fuese el que les ha proporcionado el nacer en Mirasierra, estudiar en Montealto o el Prado, continuar sus estudios en la Villanueva (también en Mirasierra) y casarse con algún otro alumno de los mismos colegios para trabajar (sobre todo ellas) bajo la capa protectora de quienes las vieron nacer. ¿Y qué opción queda a quienes creen en el ideario de Fomento? Denunciarlo, pedir que nuestro dinero vaya a las manos de verdaderos profesionales, controlar las contrataciones... para eso pagamos y no queremos irnos. ¡Que se vayan ellas!

Debilbao




 

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