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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 13 de Febrero de 2017



Bienvenida al Opus Dei.- María Canela

¿Estás a punto de ingresar en la Obra?

¿Ingresaste y te sientes como si te hubieran enterrado viva? Quizá necesites saber esto.

Hay un discurso que se repite y merece ser traducido. A ver si te suena familiar lo siguiente:

Muchas personas que Dios ha puesto en tu camino por algo, han visto en la oración que tienes vocación. Como en el evangelio, Dios utiliza a otros para darte a entender su voluntad.

Si eres una persona de fe y espiritual, estas palabras puede que te hagan mella. Te paso aquí la traducción que será de tu interés.

Estas personas distintas son el sacerdote, la directora, subdirectora y secretaria o numeraria amiga que hablan entre sí. Si vas a un retiro, el sacerdote que esté en ese retiro, y si vas a convivencias tipo Univ, el sacerdote de allí.

El sacerdote que te confiesa busca la forma de sacarte información antes del avemaría y después de la absolución, y tiene el deber de darle la información a las directoras. Este deber va más allá de la fuerza que pueda tener para ellos la ética más básica. La numeraria amiga sea o no del consejo local, no debe guardarse nada de lo hablado entre ustedes. Su entrega y pertenencia a la obra va mucho más allá del respeto y la ética que deban haber en una amistad sana. Mienten con la especie de paz que les da el creer que están haciendo lo que dicen los directores y por tanto Dios.

El hecho de que una organización tenga muchas vocaciones la hace merecedora de confiar que el Espíritu Santo sopla en ella.

El Opus Dei necesita dar esa imagen.

Cuando a ti te plantean una vocación directamente o indirectamente, lo que está ocurriendo es que están obedeciendo a un mandato que deben cumplir. El Padre del Opus Dei les pide 500 vocaciones en un plazo, pues harán cualquier cosa, al margen de la moralidad, para conseguirlo. La conciencia de muchos estará muy tranquila.

Plantear una vocación indirectamente: me refiero a un bombardeo en un retiro donde cualquier meditación hasta la bendición de la mesa va en ese sentido. O bien simplemente compartiendo una excursión, o fiesta, bombardeo de canciones que hablan del amor y alguien que te susurra que puede ser Jesucristo el que te ama así. Bombardeo de películas que mueven a la generosidad y entrega. Bombardeo de tertulias donde cuentan anécdotas de pitajes que dicen reales pero están preparadas para motivarte según hayan visto cuáles son tus motivaciones. Bombardeo de personas que se acercan a contarte su pitaje y ruptura con el chico con quien se iban a casar (pueden ser historias reales o exageradas todas con el mismo fin). Whatsapps que te llegan cuando saben que más confusa o motivada estás. 

Casi cualquier persona a la que te dirijas en ese entorno a pedir ayuda, ante tal acoso y confusión, está preparada para contestarte que lo que está ocurriendo no es que haya un bombardeo, sino que tú estás oyendo la llamada de Dios. Te harán interpretar la ansiedad que te produce tal acoso como soberbia y miedo a la vocación. Según lo que vean a lo que eres sensible te podrán decir desde:

1) la alegría que les darás a tus padres supernumerarios

2) las penas del infierno y a los tibios los vomita Dios

3) prometer que serás la directora de un colegio que van a abrir nuevo

4) que puedes estudiar tu oposición de notario sin ni siquiera tener que lavarte la ropa o cocinar

5) que tienes casa-centro en cualquier parte del mundo

6) que puedes navegar, jugar al golf, etc. gratis, en las casas y clubs de supernumerarios y simpatizantes

7) que si no te haces de la obra, todas las almas que Dios tenía previsto que le conocieran a través tuyo con la gracia que da la vocación, estarán condenadas a una vida sin Dios, y de ti depende. 

 

Seguro que puedes seguir agrandando la lista. Pero espero que la idea haya quedado clara.

 

Si en un momento de querer acabar con tanta presión escribes la carta y al día siguiente vas al centro con firme decisión de romperla y dar marcha atrás, quizá te encuentres con la respuesta de "ya ha sido enviada", "ya no se puede dar marcha atrás", "es normal que ahora te sientas así, el demonio te está tentando", "espera y habla esta tarde con el sacerdote". El sacerdote estará preparado y tendrá mal espíritu si habla en contra del consejo local. 

 

Una vez vi un límite a sus acciones. La secretaria llevaba a escribir la carta de admisión a la futura numeraria que acababa de haber ingerido alcohol con la secretaria en un pub. Resultó que la directora dijo que era mejor cuando estuviera sobria.

 

Y las personas que se resisten a seguir los mandatos de sus directores llenos de la inmoralidad que se vive, y denuncian a los directores superiores, subiendo hasta llegar al Padre, quizá reciban del Padre una felicitación de Navidad firmada de puño y letra. Creerás que le han tomado el pelo. No, consideran que es lo mejor que te pueden enviar y no hacer caso a las denuncias es común. Tienen las diferentes conjugaciones del verbo "encomendar " para solucionarlo todo.

 

Y si se va de la Obra, además de "encomiéndala": quizá añadan: le resultaba difícil vivir  la pureza, le resultaba difícil la pobreza, etc. Cualquier cajón de sastre donde la imaginación vuela.

 

María Canela





Hay clases y categorías y diferentes tratos y privilegios.- Madurez

Al hilo de lo relatado por María Canela sobre ese curso de retiro que le tocó atender, se me ha venido a la cabeza la realidad insultante que es ver que hay varias clases y categorías de numerarios y diferentes tratos y privilegios.

En el último centro en que estuve antes de largarme había varios de estos numerarios premium. Por cierto, estando ya en ese centro hice un curso anual en una lujosa e impactante casa de retiros. Yo fui de relleno como otros para entretener a miembros del Consejo (Ocáriz entre ellos), de la Comisión de España, de Delegaciones y algún que otro teólogo VIP. Aquel curso anual no tuvo que ver con los que yo había asistido ni con el siguiente y último al que asistí: excursiones gastronómicas diarias, largos paseos en el barco de un obsequioso supernumerario, horario relax total, buenas comidas...

A lo que vamos, Fernando. En aquel centro había al menos tres numerarios premium: alto cargo de la Administración del Estado, empresario importante y profesional liberal de buenos ingresos. Denominadores comunes: coches alemanes caros y en modo alguno justificables para vivir la pobreza; ropa comprada siempre en las mejores tiendas del barrio de Salamanca; aficiones fuera de lugar como la caza y todo lo que conlleva, todo; pisos habilitados como estudio u oficina en edificios caros de barrios caros y donde se daban lujos que en modo alguno se ven en un centro; socios de clubes deportivos de alto standing en donde alternaban a un nivel que no es el de un padre de familia numerosa y pobre y..., que hacían en general lo que les salía de las narices.

El alto funcionario trabajaba en un organismo a cuatro paradas de metro del centro. Ese Golf GTI no se justificaba, ni siquiera para ir a ver a su familia de sangre a una capital de provincia a la que en dos horas y media en Auto Res bastaban y que él justificaba así.

Por esas fechas saqué una plaza en un Instituto fuera de Madrid, en la misma Comunidad, pero el transporte público suponía casi hora y media para llegar. Qué más lógico que consultar un Ibiza o un Corsita para trasladarme y ganar tiempo, ese tesoro que Dios nos entrega. Pues no. ¿Y Fulano, para qué quiere un GTI, o Mengano un BMW o Perengano otro BMW, coches que no podemos tocar nadie por el qué dirán y para ir a ver a su familia o...? Si Perengano es un hombre de negocios, hay Ford, Renault, Peugeot muy apañados y representativos. Nada, te vas en medios públicos. Eso sin contar la ropa, los clubes, los pisos, las aficiones y deportes...

Sí, hay numerarios, y agregados, y supernumerarios de primera, segunda y tercera división. Un viejo supernumerario, que había sido un militar muy importante y con destinos absolutamente top, se me quejaba: "Desde que no estoy en tal sitio, desde que me he jubilado, ya no me llaman a comer a la Comisión ni a la Delegación". Ay, amigo, ¿ahora te enteras de qué va este rollo?, le contesté. Qué cara me puso el pobre. Sé que no os sorprendo.

Sacada mi plaza de funcionario, que es para siempre para siempre, enfilé la recta que lleva al mundo, del que, gracias a Dios, nunca me separé. Preparé la oposición (y me dejaron) con un fin: largarme. Como para seguir en aquella Obra Corporativa... Y en ese último año lo hice: con nómina de funcionario, con el dinero que decidí ya no entregar nunca fruto de otras actividades que realizaba propias de mi profesion y que me insistían en que me quitaban tiempo para la labor y que fue un colchón fantástico... Me compré un Golf GTI como el del colega. Lo metía en un garaje para ocultarlo. Las veces que lo vieron decía que era de un amigo. No es coche propio de un numerario, oí varias veces. ¡Joder!, ¿y los de los otros? En fin, ahí queda eso.

Y un consejo en el que abundaré otra vez: si te vas a largar, prepárate o ten una fuente de ingresos que te permita vivir libre, si no espera, métete a reponedor de Mercadona aunque seas Licenciado, pero no salgas con una mano delante y otra detrás. Si puedes y tienes edad, claro. ¡Y aun así! ¡¡Aun así!!

¿Más gente de aquel último centro? Dos depresivos pasados por Roma de cuando Javichu era un niño con sotana; un par de tipos normales y buena gente, que se largaron también y ahora somos muy amigos; los dos curas y dos más anodinos, robotizados, uno el director del centro, trabajando en la Comisión, al que estos dos amigos y yo llamábamos "solobús", imaginad por qué.

Ya haré más consideraciones, quizá no espirituales, pero un día comentaré sobre la buenísima gente que hay en la Obra y que es desperdiciada, que si mandaran cambiarían este círculo dantesco, que aguantan carros, carretas y carretones y aún no se han deprimido y que son buenos, buenos... Que cuando te ven por la calle, te saludan; que les da igual que te hayas ido, te quieren; que te llaman para verte sin otra intención que la de quererte porque te quieran. Ya me entendéis. Y entre esos hay Directores.

Madurez





Qué es ser fuerte.- A.Plaza

Hola Class, si hubiera leído tu escrito hace unos años, no demasiados, me hubiera identificado mucho contigo. Hoy sin embargo, puedo decir que no existen callejones sin salidas y que el error está en el planteamiento de lo que es “ser fuerte”.

Cuando me fui de la obra me sentí super fuerte, ya que daba un paso al abismo más absoluto, pero en realidad ahora sé que no era una persona fuerte. Te diría que todo lo contrario.

Era una persona raquítica por dentro a nivel psicológico, por eso cada paso que daba me parecía propio de la persona más fuerte del mundo. Pero eso era solo mi “falsa” percepción de la realidad.

Es como si una persona con una anemia bestial, casi en estado de inanición, da tres pasos. A ella le puede parecer que es muy fuerte, pero desde fuera, se ve con objetividad que no solo no está fuerte, sino que se muere a chorros. Que dar tres pasos para una persona normal, y no digamos para un atleta, está tirado...

Para eso sirven las “pastillas”, para ayudar cuando la estructura de una persona es frágil como el papel de fumar.

Después de haber experimentado esa “anemia vital” y de haberme sentido, paradójicamente, muy fuerte, me he dedicado a fortalecerme de verdad. Por dentro.

Y ¿sabes cuál es el resultado? Que tu estructura va creciendo y hacer las cosas te cuesta cada vez menos. Lo que antes te parecía propio de una persona fuerte, ahora te das cuenta que no es para tanto. Eres fuerte y no te das ni cuenta. Pero desde fuera si lo notan. Tu relación con los demás se va volviendo cada vez más auténtica y tú, cada vez, te sientes mejor.

¡Animo! Es fantástico trabajar un poco a nivel personal porque la felicidad que se consigue es mucho mayor. Y, al fin y al cabo, ser feliz es lo único importante.

Un abrazo

Arancha





En un centro de universitarias (5).- María Canela

Entró en la cocina antes de la cena, para echar una mano. En ese centro universitario se encargaban de la administración una madre de familia y una chica joven. Por las mañanas venía la administradora.

Un día la chica habló del apostolado que hacían con ella. Querían que fuese recibiendo formación y se hiciera numeraria auxiliar. Ella sólo quería hacer esas tareas para ganarse un dinero. Entre la señora y la numeraria la animaron a que estudiase algo que le gustase en los ratos libres y dejase de ir a esos medios de formación si se sentía presionada. Si aun no sabía qué estudiar, que empezase con idiomas.

Cuando volvía a entrar en la cocina para echar una mano, siempre la animaban al estudio, entre risas y bromas. Ella se sentía aliviada de la presión para que fuera nax. Le extrañaba tanto que esa numeraria que entraba antes de las cenas para echar una mano no insistiera en lo mismo, que en broma le decía que no parecía numeraria.

Un día la señora y la joven no sonreían. No querían hablar. Estaban distantes. Decían que era sólo cansancio. Las dos. La numeraria les pidió una respuesta sincera. Bajo secreto, contaron que la directora les había interrogado sobre ella. No era bueno que la animaran a estudiar. Ambas le pidieron perdón por rendirse a la presión. Si volvían a mantener conversaciones con la numeraria, la directora les había amenazado con echarlas. 

La numeraria no puede evitar llenarse de compasión. Ve la presión a la que están siendo sometidas, y la necesidad de mantener su trabajo. Conocía a la directora y la sabía muy capaz de ejecutar su amenaza. 

No se encuentran trabajos fácilmente.  

Un ejemplo de libertad de expresión. Un ejemplo de cómo se enseña a santificar el trabajo dentro del Opus Dei.

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