Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Correspondencia
Inicio
Quiénes somos
Correspondencia
Libros silenciados
Documentos internos del Opus Dei
Tus escritos
Recursos para seguir adelante
La trampa de la vocación
Recortes de prensa
Sobre esta web (FAQs)
Contacta con nosotros si...
Homenaje
Links
Si quieres ayudar económicamente...

Google

en opuslibros

Si quieres ayudar económicamente al sostenimiento de Opuslibros puedes hacerlo desde aquí.


CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 10 de Febrero de 2017



Hay que ser fuerte.- Class

Para salirse del opus dei hay que ser fuerte, ya que normalmente debes pegar un mazazo sobre tu entorno, y esto no agrada a nadie. Además también debes tragarte muchas formas de pensar  y todo un “modus vivendi” de toda una vida.

Yo aún tengo “respetos humanos”, aún me toca tener alguna relación puntual con ese entorno y me muestro muy políticamente correcto, aún tengo amigos por ahí dentro, y no me gusta contrariarlos, les sigo la cuerda y yo hago mi vida, no de una forma desleal, sino para evitar situaciones engorrosas. Evito tocar ciertos temas. Y así todos contentos. Al salir del opus, yo seguí por otros caminos y ellos permanecieron “fieles” a la prelatura. Por lógica, hay una cierta separación, al menos sea por el simple paso del tiempo. Un ejemplo: yo no hago las normas, ni voy a misa todos los días y cuando estoy con alguno de ellos, les acompaño gustosamente hacer las normas “publicas”, como Rosario, ir a Misa, Visita… o lo que se tercie. No entro a discutir que el Rosario para mí es un “coñazo” (que me perdone quien sea), pero es lo que pienso. ¿Soy falso… No, ¿Soy falso?… Sí,  y yo qué sé.

Si yo aún tengo estos “respetos humanos”, que no los considero malos, imaginémonos una persona que toda su vida ha sido una cosa y de la noche a la mañana debe romper con todo.

Yo me pongo en su lugar y quedo aterrado. Por eso para dar el paso se debe de estar especialmente fuerte. En mi caso como no me quisieron y me echaron, no debí pasar por ese trángulo. De todas maneras mi cabeza era libre, esencialmente cambié poco al entrar y cambié poco cuando me echaron. Cuando pité, mi vida ya estaba bastante madura y montada.

Me pongo en la piel… la familia, el trabajo, los amigos… todo gira alrededor de la cosa… Me miro al espejo y veo una carucha deformada por la fluoxetina (una de las marcas comerciales es el Prozac), con este panorama, no hay fuerzas.

Si me quedo… ¿Me debilito aún más?… EL PEZ QUE SE MUERDE LA COLA.

Con este callejón sin salida… ¿qué puedo hacer?… Pruebo de proyectarme dentro de 10 años… intento pensar… Si sigo dentro estaré peor y si me voy… no sé… ¡Qué incertidumbre!

No puedo salir del círculo vicioso, yo no, no quiero contrariar a mis amigos y decir lo que pienso y siento.

Imaginaos, si yo no me atrevo, por una chorrada que no afecta mi vida… imaginaos si me afectara… estaría aterrado.

¡HAY QUE SER FUERTE! Y yo el primero, pero no puedo.

¡¡¡A ver si lo conseguís vosotros!!!

Class





Fraternidad versus hipocresia.- Solitudine

Quiero escribir sobre la "fraternidad"

En el opus se presume y así te lo inculcan desde el principio machaconamente que la obra es una familia. Lo que yo entiendo por familia es unos padres, hermanos/as con los que te unen unos vínculos de cariño, de afecto, con los que compartes todo.

Compartes habitación, juegos, confidencias. Compartes primera novia, asignaturas, alegrías, felicidad y disgustos, compartes la vida, en una palabra.

En un centro donde supuestamente viven unas personas que se dicen hermanos, no se puede compartir absolutamenuevo nada de lo dicho, so capa de recibir una corrección. No hay cariño. Se vive en un mundo aislado y nada importa si estás enfermo, si necesitas desahogarte, si necesitas un corazón que te comprenda. Indiferencia. Y como tienes que vivir las virtudes se apela a la fortaleza para seguir viviendo. 

El fundador decia: el día que viváis como extraños o indiferentes habéis matado el opus dei. Pues yo os digo que está muerto desde hace mucho tiempo.

Solitudine





En un centro de universitarias (4).- María Canela

Convivencia de numerarias.

Charla con el sacerdote secretario.

Quiere que sientan que pueden preguntar cualquier duda que tengan. Quiere que vean no hay secretos. Quiere que sientan que se puede hablar de todo.

Las directoras contentas ya que no saben qué contestar cada vez que les preguntan el por qué de muchas cosas. De prohibir tumbarse a tomar el sol en posición horizontal. No saben qué contestar cuando les preguntan por qué los hombres duermen en colchón y ellas en tabla. Sienten vergüenza al explicar que en la Obra se cree que las mujeres tienen muchas tentaciones de pureza si duermen cómodamente en un colchón. La tabla les ayuda a vivir la pureza. Prefieren contestar que algo que empiece por "es de espíritu" o "lo vio así el fundador".

Las directoras contentas, entran junto con el sacerdote secretario a la tertulia.

Una de las preguntas: -Me han prohibido ir a ver o llamar a mis padres en Navidad. Me han prohibido coincidir con todos mis hermanos para celebrar el 80 cumpleaños del abuelo. La razón que me dan es que: "esta es tu familia y una numeraria siempre está ocupada, debes ir enseñando a tu familia que eso es así". -Pero había acabado mis encargos. Tenía tiempo. En el centro había un plan de cena y película. No le veo sentido a que nos hagan obedecer en esto. Si desobedezco y llamo por teléfono a mis padres para felicitar la Navidad recibo una corrección fraterna. No lo entiendo. ¿Me lo podría explicar?

El sacerdote secretario se gira hacia la directora y discretamente le dice "pero cómo permites que me hagan estas preguntas y me pones en esta tesitura, ¿no habéis revisado antes las preguntas que iban a hacer?". Se vuelve hacia la que ha hecho la pregunta y le responde: "estas cosas no son para hablarlas aquí, deben hablarse en la charla o con la directora".

Al irse el sacerdote, la directora confusa dice: antes podíamos difuminar las preguntas complicadas diciendo que mejor lo hablaran con el sacerdote secretario. Luego es casi imposible acceder a él. Quedaban tranquilas. ¿Pero ahora?, hubiera sido mejor que no hubiéramos hecho esta tertulia. Nos ha devuelto la pelota. 

Un par de semanas después, este sacerdote va un centro universitario. Tertulia donde todas las de san Rafael pueden hacer preguntas para que vean que no hay secretos. 

Pregunta de una chica de san Rafael: Tengo una amiga numeraria a la que no dejan ir a ver a su familia cuando ella quiere. ¿No es contradictorio que el Opus Dei presuma de llevar una vida de cristianos corrientes?

Respuesta del sacerdote secretario: No sé por qué tu amiga te ha dicho eso. Yo mismo, después de salir de aquí, he quedado a cenar con mi hermano. Viene a la ciudad esta noche. No tengo que pedir permiso a nadie. Veo a mi familia cuando quiero. Llevamos una vida como la de cualquier persona.

La tal amiga numeraria, que semanas atrás estuvo en la otra tertulia, queda impactada. No da crédito. Siente vergüenza ajena por el sacerdote.

<<Anterior>> - <<Siguiente>>




 

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la página principal

 

Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?