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CORRESPONDENCIA
Viernes, 11 de Noviembre de 2016
El proceso es casi idéntico al que usaba la Inquisición.- Dionisio
Querido Zartán.
Captado el chiste para la tercera edad. ¿Tienes chistes para la cuarta?
Desasnarte no es posible, desde el momento en que el burrito lo dejaste, junto con otras cosas igual de inútiles, en la “casa” del perfecto personaje del “Hasta luego”. Tú no consigues entender la causa porque la autora no entendía la causa, no sé si más tarde llegó a entenderla algún día. Yo tampoco entiendo la causa de que la trataran de esa forma.
Sin embargo, el proceso es casi idéntico al que usaba la Inquisición. Seguramente empezó de la misma forma: una delación. Alguna “hermana” creyendo servir a Dios, o no, llevó un chisme, que seguramente provenía de alguna mente enferma, quizá la suya propia. La cúpula estimó oportuno darle algo de atención y la llamaron a Roma.
Y a partir de ahí la presión para que confesara y se arrepintiera de su “gran pecado”. En los interrogatorios, la Inquisición tampoco acusaba de nada concreto, ni sabían quién le acusaba, y la gente podría terminar confesando cualquier cosa, lo que ellos creían que el otro quería oír, tuviera o no relación con la delación inicial. A eso le añades una dosis de tortura e imagínate lo que puede llegar a suceder.
En el lado oscuro no respetan a la gente. No hay intención real de ayudar. Hay una mente institucionalizada y burocratizada. El objetivo es el sometimiento. La gente es un instrumento para el crecimiento de la institución. Quieren instrumentos dóciles, gente sometida. A partir de ahí puede salir cualquier cosa. Ya me dirás si lo que contaba el viernes pasado Nicanor no es escalofriante.
Id preparándoos para la Navidad, está a la vuelta de la esquina.
Un abrazo,
Dionisio, el Areopagita.
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