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CORRESPONDENCIA

Miércoles, 14 de Diciembre de 2016

Hace unas horas que me enteré de la muerte de Javier Echevarría. Quizá lo más sorprendente para mí mismo es que no me ha producido ni frío ni calor. Es más, me produjo cierta sorpresa saber que “aún estaba ahí”, pues mentalmente en estos últimos años ya no relacionaba al Opus Dei con su figura. Considero que Echevarría, aunque con vida, ya desde hace tiempo no estaba “operativo”.

Echevarría será para la historia real (no para la interna, siempre inmersa en ese merengue hagiográfico) el “Padre” en cuyas manos la Obra empezó a deshacerse. Tras la puesta en marcha del fundador y los rotundos éxitos de los 60 y 70, y de los 80 y 90 con Álvaro del Portillo, es a partir de los mediados de esta década, con Echevarría al frente, cuando la desbandada de miembros es general y la influencia del Opus Dei comienza a menguar. Basta mirar los diarios online para ver que la muerte del prelado ocupa hoy un rinconcito de circunstancias y una breve semblanza. Nada que ver con el fallecimiento de Del Portillo y, no digamos, de Escrivá.

¿Pudo haber hecho algo Echevarría para evitar el declive? Lo dudo. Y lo dudo porque en realidad el cambio que necesitó siempre el Opus Dei fue… que dejara ser el Opus Dei. Abandonar el carácter sectario erradicando prácticas tan funestas como el modo de llevar la dirección espiritual, dando verdadera libertad a los miembros, dejando que fueran realmente laicos en medio del mundo hubiera supuesto demoler el proyecto comenzado por Escrivá y continuado por Portillo. A Echevarría, creo, no le quedó otra que perseverar en la línea de sus antecesores intentando taponar las cada vez más numerosas vías de agua que se abrían y que amenazaban con hundir el invento. Y posiblemente una de las torrenteras más caudalosas e inesperadas que se le metieron por la ventana del barco fue la información que, de forma sencilla e instantánea, comenzó a fluir entre exmiembros y aquellos miembros que se preguntaban de qué realmente iba la cosa. Eso les hizo añicos. Porque como bien se ha comentado en esta web, uno de los pilares del éxito de la Obra siempre fue la compartimentación y la dosificación de la información a criterio de los superiores. Con internet eso ya fue imposible.

Ahí quedan los patéticos intentos por volver a ocultar los documentos internos mediante sentencia judicial, después de estar expuestos casi una década en Opuslibros y Opus Info. Estos fueron, a mi juicio, algunos aspectos del Opus Dei que le tocó gestionar a Echevarría. Espero que la historia -interna y externa- cuenten algún día la verdad sobre este periodo. Saludos.

Jiménez 

Esta mañana me he enterado de la muerte del prelado del opus. No sé si debo dar el pésame o no a mis familiares y amigos de la prelatura. He decidido no hacerlo porque lo veo como un contrasentido, aunque sí hablaré con naturalidad de esa muerte cuando me los encuentre o quede con ellos en los próximos días.

Para mí esta muerte no me supone nada especial con respecto a la pena que me causa la muerte de cualquier ser humano, sea quien sea. Los opusfieles no desean se les felicite en sus fiestas internas y silencian su pertenencia en ambientes externos, por lo que pienso que no querrán condolencias personificadas, como si hubiera muerto su padre. Además, los opusfieles, formando parte de la iglesia y de una diócesis, supongo que no esperan que la gente les visite, llame o escriba dándoles el pésame por la muerte del papa o de su obispo y diciéndoles que sentimos que haya muerto su padre, cuando papa y obispos son realmente los auténticos padres en la fe establecidos por el mismo Cristo.

El opus es una institución reciente de la iglesia católica, con menos de un siglo de existencia, creada por su fundador Escribá, que ya ha tenido varios líderes al frente de la misma y seguirá teniendo otros que la irán mejorando y reformando, pese a quien pese. Es normal el cariño, respeto, fraternidad y simpatía hacia quien hace cabeza y es normal apenarse por su muerte, con sentido cristiano, pero no comprendería situaciones de histerismo por la muerte del líder.

Que descanse en paz Mons. Echevarría y le suceda un líder con sentido común, con sentido humano y con sentido evangélico que haga de los opusfieles cristianos católicos del opus dei.

Blanca Navidad

Que en paz descanse. Que Dios lo tenga en su Gloria.

Class

Queridísimos, ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!

Utilizo el correo celestial, merced a una gracia especial que me ha sido concedida durante este interregno, para despedirme de todos vosotros. Tengo poco tiempo para ello, y mucho que aprender. Sí, hijos míos, lo primero que he visto es lo que aún nos queda por aprender. Nada es lo que parecía y, ahora que el velo de la ofuscación ha desaparecido de mi mente, me apresuro a abrir mi corazón por ver de ayudaros y darle alguna indicación a quien haya de ser mi sucesor, o sucesora. La vida es un regalo, un don de Dios para que hagamos una aventura temporal. La vida no cabe en ningún concepto, dogma o moral. La Vida, su inteligencia, Dios, es mucho más grande que todo eso.

Creedme, pues lo acabo de atisbar y aún veo lo que me falta: el camino largo y hermoso por recorrer hasta fundirme en el seno de lo real. Y es que desde este estado sin tiempo, en que la vida se me ha resuelto como un intenso fogonazo simultáneo, ¡he comprendido ya tantas cosas! Me voy a limitar a lo esencial, el resto, los detalles y el sentido común de esta nueva etapa que comienza para vosotros, os lo dejo apenas incoado y pongo toda mi confianza en cada uno de vosotros para que le deis la vuelta a la Obra como un calcetín.

Quiero en primer lugar pedir perdón a todos los hijos e hijas que he dejado en la cuneta. Hay una frialdad, una soberbia, una suerte de superioridad moral absurda (¡ahora veo cuán absurda!) que nos ha inducido, por ignorancia, ojalá que nunca por maldad, a dar la espalda a los que se fueron, haciendo juicio de intenciones, suponiendo siempre que habían pecado, o que eran débiles o cobardes, sin jamás cuestionarnos si lo estábamos haciendo bien… y ahora veo que la causa de tanta inquina y tanta inhumanidad era el miedo y rechazo a nuestro propio inconsciente reprimido, lo que de uno mismo hemos intentado acallar y que ante el egresado, consciente o inconscientemente, se proyectaba sobre nosotros como una sombra intolerable. Eso cuando no los hemos sencillamente expulsado, o arrinconado, cuando ya no nos eran útiles para la “labor”… Y yo me pregunto, hijos míos, ¿qué mayor labor que vivir el amor con nuestros hermanos?

Quiero pedir perdón, en segundo lugar, a las familias de todos los miembros de la Obra, porque un absurdo y dañino designio nos ha convertido en fríos y desapegados con ellos. Eso tiene que terminarse ya mismo, que nunca nadie de la Obra dé la espalda a la mal llamada “familia de sangre” y que sea ese el primer sitio donde vivir el amor y la caridad que Jesús nos enseña en su Evangelio.

En tercer lugar, un perdón muy especial a las Numerarias Auxiliares, al inhumano trato a que las hemos sometido de una manera escandalosamente clasista y sexista. Ruego al futuro Prelado que contrate un servicio de limpieza y restauración allí donde sea posible o, mejor aún, como en cualquier familia, que nos turnemos gustosamente en las labores del hogar. ¡Aprendamos a ver a Dios entre los pucheros!, que decía, con su habitual gracejo, santa Teresa.

En cuarto y último lugar, pido perdón a todos los sacerdotes numerarios y agregados que hemos ordenado sin vocación al sacerdocio y que lo han hecho solo en virtud de una obediencia mal entendida y peor invocada.

Vamos a ser, a partir de hoy, de verdad, cristianos en medio del mundo, llevando luz y amor a los más desfavorecidos, dejándonos de consignas y de charlas, santificando nuestro trabajo verdadero, nuestra vocación profesional en el tráfago de la sociedad que, más que nunca, necesita de una mirada limpia, de un gesto de entrega y caridad, sobre todo con los que más sufren. Vamos a ser contemplativos en medio del mundo, en vez de las normas del plan de vida, aprended técnicas de contemplación, dedicad un tiempo al silencio interior, vamos a aprender a meditar y a vivir el presente, a NO JUZGAR; para ello, se acabaron las normas y las consignas y los círculos y todo el entramado mental y pietista en que hemos convertido, pura salmuera, nuestras vidas acartonadas; a partir de ahora nos limitaremos a cumplir los mandamientos y a amarnos los unos a los otros, pues en eso se verá que somos cristianos.

Hijos míos, yo tengo que seguir ahora con el trabajo que me queda por delante, gracias de todo corazón por leer esta carta póstuma. Sed felices, dejad de llevar una doble vida, amad al mundo apasionadamente, pero de verdad, con obras, no de boquilla, no con “buenas razones” (que nunca son tan buenas, pues salen ya secas de la boca) sino con amores. Con Amor, hijas, hijos míos, con Amor.

Os bendice y os quiere eternamente, vuestro Padre Javi

Para los de dentro que nos leen: cuenten con mis oraciones por Javier Echevarria. Ya sé que no contamos para nada, ya sé que para vosotros no existimos, que somos "retorcidos y de vida poco ejemplar" (¡nada menos!) pero si han entrado a ver qué se dice por aquí, pues esto: que rezaré por su alma. Un abrazo a cada uno.

CuG

Al morir el prelado, cargo intuito personae, todo debe seguir como lo dejó. Nada puede ser cambiado. De hecho CESAN TODOS LOS CARGOS (ya que son derivados del Prelado). En otras palabras, no es como el caso del Pontífice que Sede vacante nihil innovetur (nada se cambie durante la sede vacante) [Paréntesis: genial lo que hizo la conferencia episcopal alemana respecto a planeación familiar en cuanto había renunciado Benedicto XVI, y antes del Conclave)...  

En el Opus De, todo, absolutamente todo lo que suceda en estos meses puede ser jurídicamente anulado, porque está acéfala la prelatura. (De hecho, lo primero que hará el próximo prelado será convalidad lo actuado, a falta de expresión en contra). 

Sharon Sharia

Hola a todos,

A veces leo aquí que algunos de vosotros no habéis perdido la fe. Yo la fe en Dios tampoco la he perdido pero sí que he dejado de creer en la Iglesia Católica.

Como a muchos de vosotros la obra me hizo muchísimo daño, en mis anteriores escritos lo he contado. Como en mi caso queda claro de forma notoria el que la obra se toma la vocación de las personas como le viene en gana, destruyendo vocaciones reales, pues lo conté hasta en el Vaticano.

¿La respuesta? El silencio. Para mí, ese silencio siempre fue señal de complicidad, como dice el refrán: “El que calla otorga”.

Tan solo al salir me ofrecieron su ayuda un jesuita y un sacerdote diocesano que hasta me quiso prestar dinero.

Yo no he podido volver a canalizar mi fe a través de ninguna religión y el distanciamiento ha sido lento pero profundo, pues no soy de cumplir con rituales por costumbre sin estar plenamente convencida.

Y ahora viene el motivo de mi escrito: alguno de vosotros que siga creyendo en la Iglesia Católica, ¿cómo lo hacéis compatible con vuestra experiencia en la obra?

Ya sé que la obra no lo es todo y que habrá sectores de la Iglesia que harán mucho bien, pero la complicidad del Vaticano con la obra me produce un tremendo rechazo.

No creo que haya ninguna voluntad de corregir la mala praxis de la obra ni por asomo. Simplemente, miran para otro lado.

Si alguno quiere aportar ideas serán bienvenidas por mi parte.

Gracias por leerme y feliz Navidad a todos.

Andrómeda

Queridos amigos:

Ciertamente, la prensa ha dicho poco, muy poco, del fallecimiento del Prelado del opus. (Por algo será).

Pero lo que os quería comentar, es lo que volvió a pasar por mi mente, cuando la TV, al comunicar su breve currículo, entre pocas cosas más, se habló de sus estudios de derecho y derecho canónico. Y lo que quiero preguntaros, es si alguno de vosotros conocéis la autenticidad de éste hecho. Desde luego, no tengo porqué ponerlo en duda, y por eso os pido ayuda.

Es que resulta muy raro que, en lo que yo he oído y leído referente a la vida de la Obra, las múltiples biografías de Escrivá, en cuyas faldas siempre estaba pegado Javi, no recuerdo jamás una referencia a los estudios de ese joven que llegó a Roma adolescente, y permaneció junto al fundador hasta el mismísimo momento de su muerte. “Javi, Javi!”

¿No hubiera sido lo normal, que durante su tiempo de estudiante, hubiera surgido alguna anécdota, algún comentario, alguna referencia?

¿No hubiera sido normal que el fundador aprovechara en las tertulias con sus hijos, para presumir del apostolado que hacía su pequeño Javier entre sus colegas universitarios?

¿No hubiera sido normal que el numerario universitario Javi, que se santificaba y santificaba a los demás en su lugar de trabajo, estuviera con frecuencia con sus amigos? ¿Qué hiciera deporte, que se fuera de excursión, que estudiara con ellos?

¿No hubiera sido normal que alguien comentara alguna vez que el Custode del Padre no pudo ir… no estaba en la foto… no le pudo acompañar… porque tenía que estudiar, porque estaba de exámenes, porque estaba preparando el doctorado, etc.?

¿No sabemos nada de sus amigos? ¿No se hizo fotos con sus compañeros? ¿No le pitó ninguno? Al menos, algunos compañeros de clase serían de San Rafael, ¿no? Irían al UNIV, les daría círculos… lo normal. ¿Alguien sabe algo?

Por lo que yo sé, qué poco normal ha sido su vida (escribí aquí hace ya tiempo acerca de lo poco corriente que era su “vida corriente”. Le hacía unas preguntas, pero no me contestó).

Y no estoy haciendo una crítica, (¡Dios me libre del mal gusto de criticar a un muerto!) Estoy describiendo un triste hecho. A todos nosotros nos ha pasado algo parecido en algún momento. Quiero decir: estar donde no debíamos estar, hacer lo que no debíamos hacer. Y cuando nos dimos cuenta, nos fuimos.

Y como mi memoria es frágil, ya sabéis, os agradecería que el que pueda me ayude contándome la verdad, para poder yo hilar lo que no hilo, y reconstruir su biografía.

Ojo, señores de la AOP, que yo pregunto para saber… ojo con los disfraces e historietas. Que hay aquí ilustres investigadores que os pueden dejar a los pies de los caballos. Vosotros podéis ser de gran ayuda. Sería de agradecer.

Que paséis unos deliciosos días Navideños.

Cariñosos abrazos para todos,

Fueraborda

La Manipulación como forma de vida. Flanpan

A propósito de los aspirantes y el Cardenal Basil Hume. Mikołaj

Aislador como industria humana. Josef Knecht

Hijos discapacitados y pureza antes del matrimonio, según Echevarría. Diogneto

Opus Dei, secta o no. Rocaberti

Carta a un amigo que sufrió mucho en el proceso de marcharse de la Obra. Blood brother

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