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CORRESPONDENCIA

Lunes, 11 de Abril de 2016

Estimados todos:

Pido disculpas por no haber sabido leer bien los textos sobre el tabaquismo. A quien se haya sentido ofendido por mi vehemencia le ruego que me disculpe.

Solo quiero añadir que como yo viví en el Opus Dei en los años 80, quizá los comentarios que se hacen sobre el tabaquismo en los años 60-70 y parte de los 80 no los viví en mi centro. Aunque reconozco que se fumaba y a mí me molestaba -me sigue molestando- mucho.

Quizá es un tema en el que soy muy sensible y me dejé arrastrar. Ruego que se me disculpe.

Supo

Estimados amigos os escribo para contaros mi experiencia y para que me orienteis sobre qué puedo hacer. Lo contaré todo de manera muy resumida.

Cuando era muy pequeño fui sometido a acoso escolar en un colegio del Opus Dei. Yo tenía 6 años más o menos y unos niños mayores que yo me perseguían en el recreo y jugaban a arrastrarme por la tierra y tirarme por unos terraplenes que tenían cierta pendiente. Eso me hizo tener mucho miedo a salir al recreo.

Después teníamos un profesor de gimnasia que era muy extraño. Nos hacía practicar karate a los alumnos que no sabíamos con los que sí sabían. Nos hacía jugar a pipilla dando orden a sus alumnos de karate de que dieran un buen puñetazo a quien pillaran. Era un profesor que disfrutaba haciéndonos sufrir a los que no éramos sus alumnos de artes marciales. Un día se llevó a unos chicos a hacer futing por la carretera y un coche atropelló a uno y lo mató. Por fin fue expulsado del colegio.

Después me llamaron opusino porque iba a misa todos los días en el colegio e iba por un club.

A los trece años comencé a tener depresión porque no podía soportar tanta tensión.

Yo era muy buen estudiante. En el bachillerato me negué a ir al colegio porque tenía mucho miedo a que estuvieran todo el tiempo burlándose de mí y además no podía estudiar debido a la depresión y a la medicación que tenía que tomar. Los profesores eran bastante estrictos y no se hicieron cargo de que estaba enfermo.

Con 14 años y medio pité y aunque al principio me gustaba estar en ese ambiente no tardé en comenzar a sentirme cada vez peor. Decían que mi depresión era tibieza espiritual y la doctrina que se enseñaba era muy angustiante para mí. Cuando no pude resistirlo más y decidí dejar el Opus Dei (a los 17 años) resulta que el director me dijo que por irme de casa me desesperaría como Judas.

Anteriormente me dieron mucho la lata con las correcciones fraternas estúpidas. Me coaccionaban para que hiciera la enmendacio, para que no saliese con una amiga que yo tenía. Una supernumeraria llegó a ir a mi centro para decirle al director que estaba escandalizando a la gente porque salía con esta chica.

En resumidas cuentas me agobiaban mucho. No me dejaban ir con mis padres al campo los domingos, yo me iba al campo y ellos venían a recogerme para llevarme al centro. Cuando entregaba el dinero que mis padres me daban para mis ahorrillos encima me regañaban porque decían que mis padres me daban demasiado dinero. Si lo llego a saber me lo hubiera quedado todo para mí. Bueno ya os podéis imaginar.

Mi problema es que como yo ya estaba enfermo con depresiones debido a las tensiones que me habían causado en el colegio con los acosos y las burlas, la presión a la que me sometían en el centro hizo que me pusiera cada vez peor. Cuando me fui no quería pisar una iglesia.

¿Cómo es posible que esta gente no tenga conciencia? ¿Qué clase de espíritu santo les está inspirando para hacer el daño que hacen a las personas? ¿Por qué no les remuerde la conciencia y se arrepienten y piden perdón a las personas a las que hacen daño? Yo no lo puedo entender.

¿Es que Dios no hace justicia? ¿Es que Dios no defiende a los débiles y maltratados? Yo no soporto la idea de Dios. No lo entiendo, me parece un ser injusto e impasible que permite que sus pastores hagan lo que quieran con el rebaño. Es para apostatar.

En fin. ¿Qué puedo hacer? Yo quiero defenderme, luchar contra estas personas, pedir que se haga justicia, que sean amonestados por las autoridades eclesiásticas y que pidan perdón por todo el mal que han hecho.

Gracias por escucharme.

Siul

En el Opus Dei se lava el coco, y se lava el corazón. Que poco se habla del corazón en el Opus Dei. Las lavadas de coco, como tú las llamas R3d, de ordinario no suelen tener gran importancia en la vida, no suelen dejar heridas, pues lo que pasa por la cabeza no tiene por qué bajar al corazón, las ideas y las teorías mientras no arraiguen en el corazón, como vienen se van, no implican un cambio en la forma de ser de la persona; pero lo que lava el corazón por el contrario, siempre acaba lavando la cabeza y transforma el ser de las personas...

Me parece que estamos agotando el tema del tabaco y no se hace mención de los licores del "café, copa y puro" de bastantes días de fiesta. A mí me gustaría saber más sobre los motivos y el entorno para la llamada "ley seca" de Alvaro (del)Portillo, que me parece una medida razonable.

Como anécdota, me acuerdo de que, para soslayarla, buscábamos espirituosos por los 25º o 30º, más que un vino pero menos que un licor destilado, entre los que recuerdo un excelente "Pinot de Charentes", en la región gala. Chin-chin.

Curial

La verdad, algunos de la parroquia se están poniendo un poco pesados con lo del tabaco. Tendremos que dejar pasar unas semanas, a ver si despeja el humo.

Pepito

Nuestra etapa heroica. Lizzy Babieca

La Manipulación como forma de vida. Flanpan

Mi experiencia como supernumeraria. Luciana

Aniversario de mi falsa fidelidad. Andrómeda

Diálogos con el prelado. Gervasio

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