Si quieres ayudar económicamente al sostenimiento de Opuslibros puedes hacerlo desde aquí.

CORRESPONDENCIA

Lunes, 28 de Septiembre de 2015

El amigo cura del 25.09.2015 nos ha predicado un sermoncito enternecedor sobre la conveniencia de perdonar los desmanes que en su tiempo nos infligieron los directores de la Obra de Escrivá. Es un buen consejo, porque, cuando se perdona a alguien, no sólo gana el perdonado, sino también el perdonante. Ambos se regeneran y sanan las respectivas heridas de su interior para rehacer sus vidas a mejor. Pasa lo mismo al dar limosna: no sólo se beneficia el pobre, sino también el donante, en cuyo interior fructifica la alegría de la caridad. En ambos casos se produce eso que en inglés se llama win-win, es decir, doble ganancia o ganancia por parte doble.

Pero el amigo cura se olvida de que, para dar el perdón de manera eficaz y no sólo formal, se necesita que, en primer lugar, el pecador reconozca su pecado y pida sinceramente perdón a sus víctimas con intención de rectificar. Si esta condición no se da, la concesión de perdón es un paripé que no sirve de nada; sólo gana el causante del mal, y la víctima hace el ridículo porque deja el status quo tal y como estaba.

Dicho de otra manera: el amigo cura debería dirigirse no sólo a los usuarios de Opuslibros aconsejándonos perdonar, sino sobre todo a los directores de la prelatura personal para exigirles que pidan perdón a los muchos ex miembros a quienes han causado graves daños morales y económicos. Esta petición de perdón, con la consiguiente rectificación en su labor de gobierno, es tan evangélica y cristiana como la concesión del perdón por parte de las personas perjudicadas.

El amigo cura nos ha presentado el ejemplo de algunos errores que, a lo largo de la historia de la Iglesia, sus jerarcas han cometido y concluye que, pese a ellos, a la larga ha predominado en la Iglesia el bien sobre el mal. En este punto me parece que nuestro amigo tampoco se equivoca, pues también es cierto que la jerarquía eclesiástica ha impulsado en varias ocasiones profundas reformas (como, por ejemplo, por mencionar las más importantes: la reforma gregoriana del siglo XI, la del concilio de Trento del siglo XVI, la del concilio Vaticano II del siglo XX, etc.). Toda reforma eclesiástica implica el reconocimiento de que, antes de ella, se hacían cosas mal que debían corregirse o erradicarse, esto es, lleva implícita una petición de perdón por los errores hasta entonces cometidos, unida a un proyecto renovador de rectificación. Este es el motivo por el que, a la larga, ha predominado el bien sobre el mal en la historia eclesiástica: se ha pedido, al menos implícitamente, perdón por los errores cometidos y se han impulsado las debidas reformas desde las instancias de gobierno de la Iglesia.

Pues bien, hasta el momento presente los directores de la Obra de Escrivá no se han dignado a reconocer ninguno de los evidentes y clamorosos errores que han cometido y cometen en la vida interna de su Obra. Es más, ante las sinceras denuncias que se han hecho desde Opuslibros, la reacción de los directores del Opus ha sido interponer en varias ocasiones recursos judiciales contra Agustina, dando así a entender que no se arrepienten en absoluto de lo que siempre han hecho y continúan haciendo. Es evidente, por tanto, su nulo deseo de pedir perdón a los ex miembros y de impulsar las debidas reformas de la institución. Perdonar a los directores del Opus en las presentes circunstancias supondría una única ganancia, la de ellos, que continuarían haciendo daño a más gente sin ningún remordimiento de conciencia. Y así no se promueve reforma alguna que, en este caso, es más que necesaria. El perdón se les dará cuando lo pidan y lleven a cabo las debidas reformas; sólo así todos disfrutaremos de verdad del win-win.

Concluyo, por tanto, recomendando a nuestro amigo cura que escriba a los directores del Opus para motivarlos a que reconozcan sus pecados, pidan perdón por ellos a los ex miembros y promuevan las necesarias reformas de su institución a la luz del Evangelio y de la praxis de la Iglesia.

Josef Knecht

Querido amigo cura:

Me ha gustado mucho tu escrito. No estoy de acuerdo con lo que dices, pero entiendo tus razones y me gustan. Creo que eres una buena persona, con buenas intenciones. Me recuerdas a otros curitas jóvenes que he conocido que en su momento estuvieron vinculados a la labor de san Rafael.

Hay una canción de Willie Nelson que me gusta mucho. Parte de su estribillo dice: “forgiving you is easy, but forgetting seems to take the longest time.” No sé lo que les haya pasado a otros, pero para mí perdonar al lado oscuro ha sido relativamente fácil. Olvidar todo aquello es otra cosa, especialmente porque ni siquiera quiero olvidarlo, ya que del olvido sale impunidad y nuevas víctimas.

Me alegra mucho que tu paso por el lado oscuro no haya sido malo para ti, o al menos que creas eso. Y lo mismo para toda tu familia. No le deseo mal a nadie. Sin embargo, hay mucha gente muy maltratada, con tratamiento psiquiátrico, con dosis de pastillas que a ti te dejarían como a un zombie. Esto no me lo han contado. Los conozco. Comprendo tus buenas intenciones, pero esto es mucho más grave que perdonar o no.

Si tú crees que Escriba (ese era su apellido antes de todo el maquillaje social) es solamente un santo aragonés, con mala leche te falta conocer mucho sobre ese personaje. Te recomiendo vivamente que leas en esta página web varios estudios muy profundos que se han hecho. Son asombrosos. Ni yo me esperaba o sospechaba que ese señor era así de… mejorable, por usar tus propias palabras. Su canonización creo que ha sido una vergüenza para la iglesia. Perdona si te escandalizo, pero creo que en estos momentos tú eres más canonizable que él. Me apuesto cualquier cosa.

Sobre el lado oscuro también hay datos muy interesantes que van más allá de la fragilidad de las instituciones de la iglesia. Si sigues leyendo esta página web encontrarás estudios muy serios y acusaciones muy graves y bien fundamentadas. Yo no te quiero cansar repitiendo las partes esenciales de la argumentación, pero deseo ofrecerte un hecho comprobado e indiscutido que probablemente remueva tu joven alma sacerdotal.

Cuando un numerario expresa su deseo de ser ordenado sacerdote no se le ordena. No se conoce ninguna excepción a esta regla. Todos los sacerdotes numerarios y coadjutores de la prelatura opus dei han sido ordenados porque no querían ser sacerdotes. Simplemente aceptaron obedientemente que el prelado les llamara a las sagradas órdenes. ¿Te parece que esto es una institución católica normal?

Lo dejo aquí y te pido que tengas mucha paciencia y muchas ganas de perdonar porque me temo que la que te va a caer encima va a ser buena.

Un cariñoso abrazo.

Dionisio, el Areopagita.

Estimado Sr. Cura.

Creo sinceramente que la mayoría de los que nos hemos ido del opus hemos perdonado todo lo que nos hicieron pasar, porque muchos seguimos siendo creyentes, sabemos que ser cristiano significa ser discípulo de Cristo y también que El murió perdonando. Yo en concreto así lo veo.

Lo que ocurre es que muchos pensamos, entre ellos yo, que amar (principal mandamiento del cristiano) es también alertar. Nadie que se ha caído por un precipicio y ha estado a punto de matarse, deja de luchar para que las autoridades correspondientes pongan una señal de peligro y así evitar que otros caigan. Si no lo consigue la pone él mismo.

Usted sabe porque lee esta página que hay personas, muchas, muchísimas, que lo han pasado rematadamente mal mientras fueron de la obra y después de salirse hasta que lo superaron. Esa gente hace un gran bien contando todo lo que les ha pasado, para alertar a otras personas, para ayudar a otras personas, para amar a otras personas. En eso a mi entender consiste esta web.

Como hija de la Iglesia, acepto y secundo sus actos, aunque no los entienda, digo esto por la santificación de Escrivá.

La Iglesia de origen Divino, está formada por humanos y a lo largo de la historia como usted bien dice, ha cometido fallos. No voy a hacer un recorrido por el tiempo, pero todos conocemos esos errores que para nada son divinos, sino totalmente humanos y de los que varios Papas han pedido perdón públicamente. Le pediría que si puede, lea los testimonios escritos en esta página a lo largo de los años, sobre el fundador de la obra, de personas que han vivido muy cerca de él pues, a lo peor, llega a la misma conclusión que yo, es decir que no entienda la santidad de esa persona, mejor, que no entienda cómo la Iglesia ha podido declararlo santo, si no es por la manipulación que el propio opus ha hecho de toda su causa de beatificación y santificación.

Le aseguro que no somos ni resentidos ni amargados ni le echamos la culpa de todo lo malo que nos pueda pasar al opus. Yo al menos soy muy feliz con mi nueva vida y cuando una es feliz, lo único que hace es darle gracias a Dios por haber tenido el suficiente valor para salirse del opus en donde no lo era en absoluto.

Gracias por rezar por nosotros, eso siempre viene bien. A lo mejor algún día, cuando Dios me llame, me da un tirón de orejas y me dice, ¡Que sí mujer, que fue muy santo, que mi Iglesia lo hizo muy bien! Entonces me lo creeré..., pero seguiré sin entenderlo. Jesús podrá quizá decirme ante mi falta de entendimiento, "tampoco tienes por qué, para eso estoy Yo".

Un cordial saludo

La última de la fila

Señor Cura,

Leí su artículo.

Creo que las personas que escribimos en esta web somos muy diferentes en nuestro ser y sentir.

Yo no hablo por otros. A mí lo que me duele es la mentira y el doble discurso del Opus Dei. Este es el pan nuestro de cada día.

La mentira y el doblez no son resultado de la acción solitaria de algún miembro descarriado sino una práctica institucionalizada. Alcanza con ver los documentos internos si no se creen los testimonios de quienes escriben.

Se finge el amor y se fingen los propósitos.

Se hace del doble discurso y del doblez un arte.

No ingresaré en casos concretos porque todos los conocemos.

¿Personas heridas en esta web? Seguramente muchas entre las que escriben y muchas más entre quienes la leen.

¿Resentidos? Seguramente muchos entre quienes escriben y quienes leen. También los debe haber entre quienes están dentro y mienten y difaman a quienes se fueron.

Seguramente "Un Cura" es una persona joven y no ha experimentado el desengaño. Que trate de imaginar que mañana se enterar que ese obispo a quien tanto admira es en realidad un avaro, que engaña a sus feligreses con falsas beneficios y campañas para los refugiados sirios y que, además, ni siquiera era sacerdote. O que su padre - el de Un Cura- regentea una red de prostitución masculina y que su bufete es una fachada.

¿Perdonar? Por supuesto.

Yo lo hice. Lo que sucede es que cuando te desengañás, cuando te hieren el corazón, tu razón perdona pero las emociones están allí. Esto es "cristianamente normal".

Podés preguntar: ¿Por qué si perdonás decís estás cosas? Porque considero que la Obra debe modificar sus elementos patológicos; porque no quiero que otros sufran lo que yo (aunque mi contacto fue mínimo); porque me indigna que en nombre de Dios se mienta y se hagan barbaridades. Como cuando se quemaba a la gente porque pensaba diferente. Torquemada seguramente se acostaría satisfecho por haber cumplido su tarea "en nombre de Dios".

A los que estamos afuera nos pedís que perdonemos. ¿Y, a los de adentro? ¿Dónde está su autocritica? ¿Dónde está el salir a buscar a los heridos para curarlos y consolarlos? ¿Cuándo el Opus Dei dirá la verdad?

Un gran saludo para todos.

HeCheCe

Me alegra mucho que hayas escrito, te hayas animado a poner aquí tu granito de arena, porque me dio pie para poder escribir y dar mi punto de vista. Que es sólo eso, porque nadie es dueño de la verdad. Voy a procurar no ser duro, mucho menos ofensivo. Si llego a molestar a alguien pido mil disculpas. Me voy apoyar en tus palabras o frases para desarrollar lo que quiero expresarte, mis pensamientos, mis erráticas sensaciones.

“…Me tratan muy bien…” Es bien sabido que antes de “pitar” a todos nos trataban muy bien. Es más nos hacían un plano inclinado del que era muy difícil salir. Y tú lo viviste...  

Hice la encuesta y sí te toma algo de tiempo, pero la verdad es que me ha servido para confirmar que la Opus es una secta.

Ojalá que los resultados sirvan para que ayudar a los que sufren o han sufrido por estar en un grupo controlador y especialmente para que cada vez sean menos los que sean engañados por éstos.

Sebas0912 

"Un cura" firma el escrito del 25/09/15. Me llama la atención que según la historia que Vd. relata de sí mismo, parece un autentico milagro celestial que no sea Vd. un miembro del Opus Dei, dada su estrechísima relación con la Prelatura de la que fue aspirante desde la tierna edad de los 14 años y medio, con su adoctrinamiento en un colegio de Fomento/opus y la simultanea participación como sujeto pasivo de actividades de proselitismo coactivo juvenil en un Club del Opus Dei, sin olvidar su familia repleta de miembros de la Obra. Desde luego, si con todo ese "background" el Opus Dei no ha sido capaz de pescarlo es que está perdiendo facultades. A mí me pescaron con menos de la mitad de la mitad de la mitad...

El Opus Dei ha perdido un feudo en el arzobispado de Guayaquil (Ecuador). En efecto, el día 24 de septiembre, la Santa Sede ha nombrado a monseñor Luis Cabrera Herrera, de la orden de los franciscanos, para sustituir a monseñor Antonio Arregui Yarza, numerario del Opus Dei, que había sido su arzobispo desde el 7 de mayo de 2003 y que había presentado su renuncia al cumplir los 75 años. Es la edad fijada por la Iglesia Católica para que los obispos residenciales pongan su cargo a disposición del Papa, que lo puede aceptar a partir de ese momento.

Cuando fue nombrado monseñor Antonio Arregui Yarza al frente del arzobispado de Guayaquil, sustituyó al también numerario del Opus Dei monseñor Juan Larrea Holguín, que estaba al frente de la archidiócesis desde 1989. Por ello, la prelatura ha contado con dos arzobispos de Guayaquil durante veintiséis años. Ambos tuvieron diversos cargos en la Conferencia Episcopal ecuatoriana. El nuevo arzobispo de Guayaquil es un destacado franciscano que es conocido por sus opiniones avanzadas muy en la línea del actual Papa Francisco. Se da la circunstancia de que Arregui y Cabrera Herrera participarán en el Sínodo de la Familia que se reunirá en Roma el próximo mes de octubre, en representación a la Conferencia Episcopal de Ecuador.

¿Hasta qué punto el Opus Dei está perdiendo poder al frente de las diócesis de todo el mundo? Esa baja parece confirmarlo este nombramiento en Guayaquil y el cese de monseñor Rogelio Livieres Plano, también numerario del Opus Dei, al frente de la diócesis de Ciudad del Este en Paraguay y que ejerció el cargo desde el 3 de octubre de 2004 hasta el 20 de diciembre de 2014. Fue sustituido por monseñor Heinz Wilhelm Stecklin. El sucesor de Livieres pertenece a la congregación de los Oblatos de María Inmaculada (OMI). Existe la coincidencia de que ahora monseñor Antonio Arregui Yarza será sustituido por un religioso franciscano.

El Papa Francisco, perteneciente a la Compañía de Jesús, ha significado una revolución dentro de la Iglesia que puede llegar ahora con estos cambios episcopales. De momento, es muy difícil que se produzca un relevo al frente del arzobispado de Lima, pues su actual titular, cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, también numerario del Opus Dei, no cumple los 75 años para retirarse hasta el 28 de diciembre de 2018. La prelatura personal del Opus Dei dirá ahora que estos cambios son normales en la Iglesia y que el Papa Francisco ha expresado su cariño al Opus Dei. ¿Hasta qué punto?

Elcanario

Querida ExAlumna,

Un buen amigo llamó mi atención el otro día sobre tu escrito del pasado miércoles en OpusLibros acerca de los colegios del Opus Dei y de los ex-alumnos de dichos centros. Como yo soy ex-alumna de uno de esos colegios, he pensado que a lo mejor sería interesante que yo contase también mi experiencia al respecto para añadir otros matices a la situación que tú describes...

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la página principal