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CORRESPONDENCIA

Lunes, 15 de Junio de 2015

Es una gran ilusión pensar que –como dicen los documentos internos, “sea quien sea”- al Padre le importan sus hijos. Le importarán algunos, pero no todos, ni mucho menos la mayoría. Esta es una lección que sea aprende con los años, cuando ya es tarde.

Digo esto a cuento de lo que relataba Gervasio:

«Recientemente un numerario me relataba cómo últimamente iban las cosas en este terreno, al menos en su caso, que es representativo porque no me parece un caso aislado. Había percibido con gran dolor de su corazón cómo otro numerario con el que tenía trato asiduo, había sido invitado y en cierto modo forzado a abandonar el Opus Dei, después de muchos años de servicio en la institución, porque suponía una carga, tanto por su escasa aportación económica como por su situación personal. Tomó buena nota de lo acontecido. A partir de ese momento decidió retirar de sus entregas mensuales al Opus Dei una determinada cantidad, para el día de mañana.»...

Padre de familia numerosa y pobre.
Adenda
Autor: Gervasio, 15/06/2015

Soy de Argentina, fui casi 16 años agregada, hace poco que dejé de serlo y me casé.

A raíz de lo que cuenta Gervasio en su artículo “Padre de familia numerosa y pobre”, recuerdo que en una oportunidad pedí al consejo local que reserve de mi $$$$$ una cantidad para pagar la facultad, pasaron unos meses y cuando fui a pedir el dinero para pagar MIS ESTUDIOS, no la tenían, se hicieron las reverendas estúpidas, la bronca que tuve tal es así que nunca mas volví a confiar y dejaba en caja lo necesario y a veces nada. De vez en cuando me recordaban entregar la cuenta de gastos, que por supuesto dibujaba, no soy una persona que le encante anotar todo, me basta lo que me enseñaron mis padres con respecto al dinero a cuidar y no malgastar. ¿Qué es esa leyenda de “familia numerosa y pobre”? Por favor! Si todos los días tenían entrada, plato principal y postre. Yo en mi casa, nunca, apenas una fruta.

Nera

Tres botones de muestra sobre su “discreto magisterio pastoral”, entre subordinados.

                Me he animado a escribir estos tres testimonios de entre los muchos que podría contar del inefable y discreto D. Vicente (V.P.). Desde luego nunca me dijo ni me reprochó nada directamente. Su magisterio era muy incisivo pero aparentemente manso e inocente. Consistía en indirectas -muy directas- en las que podías sentirte aludido si tenías la piel fina y si sabías adivinar la trayectoria del dardo envenenado que él arrojaba...

Hola.

El último escrito de Gervasio resalta la paradoja entre trabajar como padre de familia pobre y vivir como hijo de familia pobre con la que se anima y se exige a los fieles de la prelatura. ¿Incluye esto a los aspirantes?

Por otro lado, leyendo lo que dice el opus dei en su página informativa sobre las numerarias auxiliares:

“Algunas de las numerarias denominadas numerarias auxiliares se dedican –de modo prioritario (no exclusivo) y ordinario (no necesariamente siempre)- con su trabajo profesional a la atención doméstica de los centros del Opus Dei, para que las actividades de evangelización de la prelatura se desarrollen en el ambiente que caracteriza a una familia cristiana.”

Quisiera preguntar quiénes son las que no se dedican de modo prioritario a la atención doméstica, pues son “algunas” y no todas las que se dedican… Y también si la definición dada es para las “fieles”, es decir, las que ya tienen la fidelidad al opus dei o incluye a las aspirantes también.

¿Es una buena experiencia laboral haber trabajado en el servicio doméstico de la prelatura?

Saludos cordiales.

Paiquito

Radio Euskdi 13/06/2015

 “He trabajado en el Opus durante treinta años y vivía plenamente seguro, como todos en el Opus, con residencia y comida y unos pocos euros en el bolsillo para el concepto de «gastos ordinarios», de los que incluso hay que dar cuenta cada mes. En esa ingenuidad, vivíamos todos. Tampoco había nadie que se preocupara por la pensión y en treinta años nadie habló conmigo sobre ella. Menos todavía se planteaba la hipótesis de salir del Opus". Son palabras del estupendo libro " El Opus Dei, el cielo en una jaula", escrito por Antonio Esquivias , ex numerario y ex sacerdote de la Prelatura.

Link: Antonio Esquivias, ex- sacerdote del Opus Dei

El pasado 19 de marzo hizo cincuenta años que yo solicité la admisión en el Opus Dei como socio numerario. En la vida civil, ese aniversario se suele denominar "Bodas de oro". En aquella fecha de 1965, también"pitó" en el mismo centro quien ahora se conoce en Opuslibros como Harto. Por ello, en esa conmemoración escribí un correo electrónico a mi gemelo de pitaje para recordarle tal aniversario. El ya no se acordaba pero hemos quedado en vernos. El fundador decía que la Obra era el mejor sitio para vivir y para morir. Esa sentencia ha fallado. Los dos nos hemos ido. Por algo será. Fuera, qué felices estamos. Yo fui a su boda celebrada en Madrid.

En la Obra, entre los miembros varones, se suele poner mucho cuidado en la guarda del corazón para que ninguna mujer lo conquiste. Yo me fui con 53 años. Ni estoy casado ni tengo pareja. Ese principio, en mi caso ha fallado. Soy muy feliz pues tengo una libertad muy grande que no tenía cuando pertenecía a la Prelatura. Lo importante para mi fue dar el paso de salida. Me costó tomar la decisión, pero la tomé. Yo estuve casi treinta y cuatro años dentro. Desde el principio te van gobernando a través de todos los medios de formación y, principalmente, a través de la llamada charla fraterna o confidencia.

Llevo casi diecisiete años fuera y me sigo acordando de muchas de las cosas que hacía a diario. Por ejemplo, a las doce de la mañana, rezar el Angelus. Ya son muchos los días que me olvido de ello. ¡Qué bien! Mi primera charla fraterna --entonces se denominaba "confidencia"-- la hice con José Ignacio. Sigue perteneciendo a la Prelatura. Ya van varias veces que le he encontrado por Madrid y siempre hace lo mismo: hace que no me ve. Pienso que como ya no soy de la Obra, ya no intereso. Es la pura verdad. Igual si los cincuenta años del pitaje yo hubiera continuado dentro hasta me hubieran invitado a comer en la vicaría regional, antes denominada comisión regional o también Diego de León, por estar en la calle de ese nombre en Madrid. Ya solo me queda un "amigo" dentro de la Obra, Antonio. Cuando me salí, la primera vez que le vi me preguntó con quién me confesaba. Era como una repetición de la charla fraterna. Daba la sensación que quería seguir llevando mi dirección espiritual. En vista de la experiencia, no lo ha vuelto a preguntar. No solo eso. No vemos muy pocas veces. Una de las últimas descubrió que yo ya tenía teléfono con WhatsApp. Dijo que así nos podíamos ver con más facilidad. El tiempo ha puesto de manifiesto que eso o no era cierto o ha fallado. Siempre hay alguna excusa para no vernos: atender a los muchos enfermos que hay en el Opus Dei, atender un curso de retiro, etc. A veces estoy hasta más de tres meses seguidos en Madrid y no nos hemos visto. ¿Eso es verdadera amistad? Aunque nos conozcamos desde hace más de cuarenta años, eso ya no se tiene en cuenta.

La experiencia es que cuando te vas de la Obra para ellos estás muerto. No es cierto lo que dice Mariano Fazio en la entrevista de "El País". Repito, los que nos hemos ido ya no interesamos. Estoy hablando de los cincuenta años que hace que pité. En mi hogar lo celebré mucho. Afortunadamente me fui. El fundador decía qué bien se está en el Opus Dei. Pues yo estoy fuera y estoy muy bien. En el centro donde pité ese año nos incorporamos seis, pero ninguno de ellos sigue en estos momentos. Luego pertenecí a un centro denominado "Recoletos" donde había más de setenta "oblatos", hoy denominados agregados, pero hoy solo quedan cinco: Suge, Domingo, Blas, Luis C. y Luis Tomás. En aquel entonces se fueron dela Obra los tres primeros oblatos de Tajamar: Daniel, Fernando José y Laureano. Solo había un oblato que llevaba charlas fraternas, José Luis, profesor de la universidad, pero un buen día desapareció. Mariano C, que le sustituyó, también desapareció al poco tiempo. Para justificar la ausencia, los directores siempre decían lo mismo: se ha ido a otro centro. Y preguntabas a los de ese centro y nadie sabía.

Cuando le he dicho a un amigo ex que iba a escribir en Opuslibros me ha respondido que eso forma parte de su pasado y que ya no interesa. El es feliz como está y no quiere saber si don Javier Echevarría es verdaderamente quien está o no al frente del Opus Dei. A mi tampoco me interesa pero quiero dejar constancia de esto que he contado hoy.

ELCANARIO

Al leer el articulo sobre Catherine Tissier, siento una inmensa alegria y agradecimiento por su valentía. Ojala muchas lo hayan leido y se animen a seguir sus pasos, sin miedo, ya que la justicia aunque tarde, siempre llega! No sabia que hay gente que no cree lo que aquí se escribe, o que piensan que somos resentidos, o como divorciados hablando mal de sus ex. Muchas mujeres separadas o divorciadas  hablan de sus malas experiencias para no volver a repetirlas o para ayudar a una amiga a que no cometa los mismos errores, que piensen eso esta bien, no importa, no por eso voy a dejar de escribir lo que viví adentro, y mas si esas vivencias pueden servir para que otras no den ese mal paso. Ese juicio sirvió para desenmascarar a nivel mundial la otra cara del trabajo escondido y silencioso... free de las numerarias auxiliares.

Alguna vez recuerdo se nos pagaba un sueldo cuando trabajaba en un centro de varones. La administradora te entregaba tu sueldo, firmabas un recibo y al llegar al centro lo llevabas al escritorio de la directora y colorin colorado no lo veias mas y tan contentas... a seguir con la misma vuelta a la Noria. Cuando te querias comprar alguna crema, o perfume o abrigo para el invierno, nunca habia dinero, lo podias pedir como regalo para navidad, o sea a esperar se ha dicho. Cuando ibamos al curso anual a otro pais, recuerdo que nos daban el dinero para pagar el curso en un sobre, era bastante dinero, en dolares. Siempre me pareció caro un curso anual! Habia tal corrupcion en ese pais que al pasar la frontera dos policias te llevaban a un cuartito y te pedian dinero para dejarte pasar y te daban 90 dias de estadia. Yo abri el sobre y saqué algo de dinero y se los di. Por eso vi cuanto dinero habia en el sobre.

Cuando fui una vez a otro pais donde estaba mi familia unos dias acompañada con una numeraria, antes nunca ibamos solas, vivimos unos dias en el centro. La numeraria le entregó a la secretaria del centro un sobre con dinero pagando la estadia de ambas, era mucho dinero, tambien en dolares, que hasta la secretaria se asombró y le dijo que era demasiado. O sea en esa familia pagábamos ser hijas! Otro recuerdo de la pobreza que viviamos fue al hacer mi valija para el curso anual... eso merece un capitulo aparte.

Lawrence

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