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CORRESPONDENCIA
Miércoles, 01 de Julio de 2015
Más encuentros al atardecer.- Maripaz
Hola, en primer lugar dar las gracias a Amandus y a Hormiguita por sus entrañables palabras.
Amandus, yo también de vez en cuando busco con nombre y apellidos en Facebook o Google a alguna de mis antiguas compañeras, e incluso a numerarios a los que atendí en numerosas ocasiones. Suelo hacerlo por curiosidad y porque guardo incluso bonitos recuerdos de esas personas. No hace mucho descubrí en Facebook a un numerario al que recuerdo estudiando la carrera, muy joven, y que ahora es todo un catedrático y le llaman de usted con mucha reverencia. Lo curioso es que me pidió él estar en mis contactos, y yo le acepté sin reconocerle, pensando que era amigo de otro amigo mío. Por supuesto ha cambiado mucho, pero cuando me fijé bien, pude darme cuenta de quién era perfectamente y me hizo ilusión. Él sigue dentro. Yo, hace diecisiete años que me fui. De alguna manera pude colaborar desde la Administración en sus necesidades más primarias y elementales para que pudiera llegar a donde ha llegado... jejeje. ¡Si entonces era un crío!
También he sufrido algún que otro desengaño con gente que se ha ido o que siguen dentro...
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Varias felicitaciones.- Paiquito
Hola.
Quisiera decir que coincido con Hormiguita en su felicitación a Maripaz por la excelente recreación de su vivencia, que a mí también me ha pasado el reencontrarme en situaciones similares, aunque quizá con más tiempo pasado, y nos ayuda a visualizar la diferencia entre las épocas de nuestra vida.
También quisiera felicitar a ArturoHV por aportar conocimientos de gran detalle a algo que es la piedra de angular del mundo escrivariano. Esa piedra angular tiene todo el tonelaje del mundo cuando uno está dentro de esa burbuja, y es importante el desconstantinopolizar al arzobispo de constantinopla, que aquel que lo desconstantinopolice, buen desconstantinopolizador será.
Saludos cordiales.
Paiquito
Maripaz, pisa fuerte.- Class
Recordemos a Mateo 10:14: “Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies”
Cuando me echaron del opus, cuando salí de delegación, me sacudí el polvo de mis zapatos. Y pensé aquí os quedáis, yo puedo volar.
Una vez tuve que ir a un hotel donde se hacían retiros y convivencias, había una parte pública y otra “opusina”. Fue un sitio que cuando estuve con el opus, lo pasé muy mal, por supuesto, al irme, me sacudí los zapatos.
Al cabo de los años, volví, porque viajé a la zona por motivos laborales y me reservaron dicho hotel. Al verlo me entró una pereza impresionante, pero al entrar, pisé fuerte (lo hice físicamente), aquí estoy yo, y con la cabeza bien alta, … sólo me faltaba entrar las orejas y el rabo del director en mis manos … como en los toros… total, para que los utiliza… sobretodo las orejas.
Y si me encuentro un opusino, lo trato como una persona normal, con la mirada firme y sin dejarme amedrentar… y por supuesto diciéndole las cosas claritas.
Maripaz, pisa fuerte, y todos los fantasmas se esfuma. Y si de vez en cuando, te tienes que sacudir los pies, te los sacudes, sobretodo de los sitios que no han sido gratos a tu espíritu.
Buen verano a los del hemisferio norte y buen invierno a los del sur!!!
Class
Centros cerrados.- Elcanario
Se suele hablar de la importancia que tuvo Madrid en los orígenes y desarrollo del Opus Dei desde sus comienzos. Hablaré de la experiencia que tuve desde el 19 de marzo de 1965, fecha en que pité, hasta el 28 de octubre de 1998, día en que piso por última vez el centro Amaniel, existente en la calle Federico Rubio i Gali de Madrid. En ese intervalo, he visto crearse centros de varones y posteriormente desaparecer. De las mujeres de la Obra no sabíamos nada. Solo las veíamos cuando teníamos reuniones multitudinarias en alguna obra corporativa con el fundador o sus sucesores al frente de la prelatura, don Alvaro y don Javier. Hoy voy a referirme algunos casos que viví...
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El testamento masónico.- Xavier de Barcelona
Sobre la carta de admisión, que últimamente sale tanto a relucir en la web, pues como tantas cosas en el collage que es el Opus Dei, aseguraría que está inspirada en el testamento masónico, esa sociedad que en mi opinión pretendía emularse. Para ingresar en la masonería el aspirante es encerrado en un cuarto en donde debe escribir porqué quiere ser masón, a eso le llaman escribir el testamento, haciendo mención a la nueva vida que a partir de esos momentos comenzará como masón por tanto es el testamento de la antigua existencia. En la Obra también recuerdo bromas (yo no llegue a ser del opus Dei) en las que se decía tener los años que se llevaba en la institución y no los años que se tuvieran realmente.
El libro de Antonio Esquivas lo devoré en dos sentadas. Mencionar que ya suponía a la vez muy santo y muy humano el origen de su sonoro "eloi eloi lama sabactani" reprochándonos ya no recuerdo ni creo le importe a nadie el qué tras tantas y tan hermosas lluvias caídas suyas y del resto de participantes. Pero ahora... bufff, qué fuerte, que su libro lo sigan valorando otros que anden a su nivel intelectual y ético, yo me limito a aplaudirlo junto a sus actitudes personales extremadamente admirado y agredecido.
Como individuos humanos no tenemos derecho a renunciar a los derechos humanos. Derechos que por cierto, como tantas otras ideas innovadoras hoy totalmente aceptadas, surgieron de las tenidas (reuniones, círculos) masónicas. Pero recordemos que el opus nace para emular y ganarle la plaza a la masonería, que es otra reacción diferente al fascismo pero que persigue el mismo fin, y por tanto aquella famosa frase del Cardenal Cipriani diciendo que los derechos humanos son una cojudez, por mucho que quizás se sacara de contexto y que el autor la negara posteriormente, define plenamente la actitud del Opus Dei respecto a los derechos humanos. Aunque la mayoría crea ser otra cosa en el Opus Dei son como los Cien Mil Hijos de San Luis luchando por la restauración, y en nada van a valorarse e incorporarse los aportes del "enemigo" a la humanidad.
Siempre me pareció que había una conexión entre que los Hijos de San Luis fueran cien mil y aquello que se decía perennemente en la obra durante los 70 y 80 de ser casi cien mil miembros. No sé, quizás ya divago demasiado lo siento. El caso es que la costumbre de escribir la carta de admisión al padre, e incluso las cartas posteriores que por supuesto el Padre nunca lee, es un acto simbólico que me parece inspirado en el rito iniciático del testamento masónico.
Aprecios,
Xavier de Barcelona
El elitismo del Opus Dei: la visita de pobres.- Antonio Esquivias
Publicado en Periodista Digital
El elitismo del Opus Dei: la visita de pobres
Antonio Esquivias
29/06/2016
Recientemente un recién nombrado vicario general del Opus Dei, Mariano Facio, decía que “la percepción de que el Opus es elitista es una visión burguesa”.
Para aclarar el punto voy al centro a la misma formación que se da a los posibles numerarios, al enfoque que la atención a los necesitados tiene dentro de la formación que se da a los jóvenes que acuden a los centros del Opus Dei.
El instrumento más importante, en realidad el único, ideado por el fundador relacionado con la sensibilidad hacia los necesitados se denomina “visita de pobres”. Esa visita es algo que quienes frecuentan los centros del Opus para la formación de la gente joven deben realizar de vez en cuando. La visita es algo que realizan dos personas, una mayor, miembro de la institución, y un joven en formación. Acuden a visitar durante un rato a una persona necesitada, en la situación más frecuente por soledad o vejez. Llevan un pequeño regalo, según la idea del fundador, de «esas cosas que comen los ricos» y de la que esa persona no puede disponer habitualmente por hallarse fuera de su alcance. Normalmente unos bombones caros o algo de ese estilo. Durante la visita también se puede prestar algún pequeño servicio, que puede ser sencillamente dar conversación y compañía durante un rato o la cantidad de cosas que se pueden hacer con una persona enferma, darle de comer, cambiarle la ropa, hacerle la cama. Muchas veces son visitas a asilos, centros para discapacitados o vagabundos de la calle. Además las visitas deben hacerse siempre a personas distintas, buscando evitar que la persona visitada desarrolle una relación de apego con sus benefactores.
El objetivo de la visita es siempre el joven que acude, su formación y nunca subvenir o llenar una necesidad de esa persona necesitada. Se trata de poner en contacto con personas que sufren y que el joven se dé cuenta de que vive en una situación privilegiada. Las visitas a los pobres son un instrumento para hacer brotar en el joven un sentimiento de culpa, de falta de generosidad, por el contraste entre su vida cómoda y la visión del dolor y la desgracia de la persona visitada. No se trata de suscitar sensibilidad social, sino generosidad en quien acude de forma que se encuentre más abierto a las exigencias de entrega que se plantean en el centro de la Obra. La misma página oficial sobre el fundador dice: "Con estas visitas no se trataba, ni se trata, de resolver un problema social".
El modo cómo están planteadas las visitas originalmente tiene el olor de la situación social en España en los años 30 con dos clases sociales claramente diferenciadas. Sin embargo no busca el cambio de esa situación.
Con el tiempo y los lugares al salir el Opus de España, esa situación tan sencilla propuesta de ir a un pobre con un regalito, aunque se sigue produciendo en ancianos solos y vagabundos y pobres que sigue habiendo, ha provocado la evolución buscando situaciones que siguiesen consiguiendo la finalidad: abrir la generosidad del joven para la entrega en el Opus. De este modo los centros del Opus, por ejemplo españoles, han organizado campamentos para ayudar a construir una escuela en Guatemala durante un mes de verano y han organizado asociaciones con esas finalidades. También se ha buscado organizar ONGs como instrumentos que pudiesen servir como instrumento para la misma finalidad.
Esas obras sociales se emprenden porque son un gancho muy atractivo para las personas con inquietudes y generosas, que son las que el Opus Dei busca. Esto además es un modo de acceder a subvenciones y una actividad exenta de impuestos es decir es un modo de conseguir financiación para sus actividades.
Hago notar el modo fuertemente clasista en que está organizada esta formación: por supuesto no tiene como objetivo solucionar problemas sociales, no se va a atender la necesidad del desfavorecido; tampoco se trata de suscitar sensibilidad social, no se trata de lograr un compromiso con el problema que se atiende, es más se busca lo contrario: que no surja ese compromiso. El compromiso social es algo que se debe evitar estrictamente en estas visitas a los pobres. Dicho en palabras llanas se utiliza al pobre y a su necesidad para la formación de unos jóvenes. Hay que decir que no hay más elementos de sensibilidad social en el plan de formación de los chicos/chicas que acuden a los centros del Opus.
¿Cómo es esa formación social que se busca? Se perfectamente que la vida es muy amplia y que sencillamente el acercamiento a una necesidad puede en la realidad suscitar sensibilidad social en una persona y fomentar la compasión para comprometerse con las necesidades de sus semejantes, porque el compromiso es el fruto natural de la compasión. Pero esa no es la finalidad que se busca, sino generosidad en el terreno espiritual, en la entrega a compromisos religiosos que normalmente van a ser dentro de la institución Opus Dei.
Con la información proporcionada dejo al lector el hacerse la propia opinión sobre si el elitismo del Opus proviene de una “percepción” errónea externa o hay algo en la misma organización que tiene ese aire de elitismo que tan agudamente percibe la opinión pública.
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