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CORRESPONDENCIA

Lunes, 13 de Julio de 2015

El viernes comenté algo de las castas que hay en el Opus Dei. Hoy continuo con nuevos comentarios.

En el Opus Dei hay muchos numerarios que se consideran de una casta superior. Los agregados y los supernumerarios tienen que obedecer a todo lo que digan. Existen frases generalizadas como la de que "lo que puede hacer un supernumerarios o un agregado que no lo haga un numerario". Esto no está escrito en ningún documento o publicación interna, pero es expresión común, que se oye muy a menudo y se vive con hechos. Este giro se amplia cuando añaden que lo que pueda hacer un supernumerario que no lo haga un agregado. Son ejemplos del sistema de castas que existe en la Obra. Expresiones como las que acabo de citar no son algo que vive una persona concreta. Viene de más adentro y de más arriba. No es algo que surja de una manera aislada.

Muchos numerarios no solo lo viven de palabra, sino con hechos. Determinadas charlas de formación interna solo las pueden dar los numerarios. Los n, como se les denomina en el vocabulario interno de escritos del Opus Dei, pueden dar todo tipo de charlas. Los agd (agregados) pueden dar algunas charlas y los s (supernumerarios) con fidelidad puede dar el circulo de formación a otros supernumerarios y llevar hasta la dirección espiritual de otros s. Es como un ejército en el que los numerarios son los mandos superiores o jefes. Los agregados son los oficiales; los supernumerarios con fidelidad son los suboficiales; y los supernumerarios la clase de tropa. Ese es el "ejército" que ha dejado el fundador.

Conozco algunos casos en el Opus Dei de numerarios que viven este sistema de castas hasta en la vida civil. Si en una empresa trabajan numerarios, agregados y supernumerarios, siempre los n serán los jefes de agd y s. Una parte del tiempo que pertenecí a la Obra pensé que eso era prácticamente imposible. Pues no, no lo es, porque sé de casos directos que así ha sucedido. ¿Cómo puede ser que la estructura interna del Opus Dei se aplique también en la calle? El mismo director n de la empresa a la que me estoy refiriendo ni siquiera echaba el café en la taza cuando venía algún personaje. Tenía que ser la secretaria la que lo hiciera. Si en los centros de la Obra las numerarias auxiliares son las que sirven las comidas, en la vida civil han de ser las secretarias las que lo hagan. No me extraña que Antonio Esquivias haya dicho que cuando salió del Opus Dei no sabía ni manejar una tarjeta en un cajero automático. En el fondo los numerarios han sido formados de una forma profundamente machista y con sentido de casta. En mis primeros años en la Obra había sacerdotes diocesanos pertenecientes a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz (ss+) que formaban parte de consejos locales de los centros de agregados y de supernumerarios. Cuando salí de la prelatura en 1998 eso ya no existía. Lo más que llegan los sacerdotes diocesanos es a formar parte del consejo local de sus centros de la sociedad sacerdotal a la que pertenecen. Y claro, siempre al frente está un sacerdote numerario. El jefe siempre es un numerario. ¡Qué estructura!

Nachof cuenta en uno de sus artículos el caso de una oposición para ocupar una plaza de catedrático en una universidad española. Al final se quedaron finalistas un numerario y un agregado del Opus Dei y éste obtuvo la plaza. Por aquel tiempo todavía vivía uno de los numerarios que pitaron al poco tiempo de terminar la guerra civil española, que era catedrático de la misma disciplina. Pues bien, el numerario veterano dijo al agregado que donde compitan por un puesto un numerario y un agregado tiene que ceder éste. Me lo ha confirmado éste que lo vivió, que en estos momentos no pertenece a la Obra. ¡Qué fuerte! ¿Este no es un caso de castas en el Opus Dei?

ELCANARIO

En relación al comentario de Ramón, también pensaba lo mismo que tú sobre el País por lo que entiendo que fuiste numerario.

En efecto en los centros en que residí durante mi época en la prelatura, se compraban cada  día el ABC y el Diario de Navarra en Pamplona. Los demás periódicos se consideraban que se desplazaban un poco de la línea conveniente para las numerarias de "mi clase y posición". Quiero decir que todas las mañanas esos eran los periódicos que se podían consultar en el comedor a la hora del desayuno. De vez en cuando alguien compraba el Mundo, pero el centro de numerarias no estaba suscrito, a pesar de que en ese periódico estuviera la firma de una muy conocida numeraria.

Como tú, toda mi vida numeraril y aún después estaba convencida de que el País era el periódico de izquierdas, del PSOE, y de que no voy a decir que olía herejía, pero que eso no se leía, que era "tendencioso".

No veas cuál ha sido mi sorpresa cuando me he ido informando un poco más sobre la realidad del País, orígenes, fundadores, quién puso dinero en sus principios (hasta Fraga) y quién ayudó a dar el salto a la fama y riqueza a Polanco, el dueño de ese medio de comunicación tan importante en la transición y democracia españolas. Todo está relacionado con opus de nuestras entretelas. No os penséis que me estoy saliendo del tema.

A parte de las interioridades de la vida en los centros, a "la" opus hoy prelatura personal, le ha cundido mucho en la política de nuestro querido país. Por eso recomiendo vivamente la lectura de Gregorio Morán, El cura y los mandarines no os vais a aburrir, los Opus salen en la política cultural española desde la primera página.

Y sobre el diario el País este vídeo de youtube, no he leído el libro, pero conozco al autor, he leído otras obras suyas sobre otros personajes políticos españoles y merece la pena.

Ana Azanza

Hola chicos. Encontré esta página de casualidad. Les quería contar mi punto de vista respetando el suyo con toda libertad. Leí una experiencia que me partió el alma. Creo que la vocación al Opus Dei no es para todos y no tiene nada de malo si a uno no le convence para sí, pero opino que hay cosas que se desvirtuaron o simplemente se mal interpretaron.

Yo experimenté la Misericordia de mi Dios, la tranquilidad y seguridad de tener la posibilidad de llegar a puerto seguro, es decir, de amarlo. Experimenté, por parte de la gente, ayuda, atención, amor, desinterés material espectacular y constante. Es un lugar donde me siento bien y me incluyen. El sacerdote es muy buena onda y me desenreda de mis líos y presiones innecesarias. Me conoce. Voy cada vez más tranquila.

Otra cosa que sentí. Es verdad que los centros son muy lindos y las comidas y demás, pero yo creo que la pobreza no necesariamente se vive por ese lado, es decir, una persona que por diversas razones se encuentra en la calle puede estar más aferrada que una que tiene casa grande, buena posición económica, etc., o al revés. Eso depende de cada uno. La verdad que demuestran entrega y servicio constantes. Es uno de los lugares donde me siento más aceptada y comprendida. En una de esas llego al centro para hacer la charla que necesitaba con una numeraria amiga (siempre ahí para desahogarme) y me dice espérame que levanto las cosas del té. A todo esto había llegado hace poco de la facultad y estaba tomando el té, cuando después de eso me iba a atender a mí, con todas las cosas que seguro ella tendría.

Siempre me bancan en los retiros. Si no los puedo pagar ya (les parece lo de menos) me dejan pagarlo más tarde… cuando pueda. La verdad que no era de pagar el club de chiquita y no persiguieron a mi familia a causa de eso jaa (que vergüenza que soy jaja).

Lo que aprendí de la obra es a saber recomenzar en mi vida. Estaría triste y preocupada por mi pasado, no soy gran cosa, diría no soy nada y me quieren así, santos en la tierra no hay y de eso estoy lejos, pero ellos me dan la alegría de poder ser una persona nueva y además de tener la posibilidad de ser santa y vivir feliz en el día a día. Feliz y con sentido.

¿Cuál es la verdad de todo esto? La verdad es que no lo transmite “el Opus Dei”, la verdad es que lo transmite Dios. Lo importante para cada persona sin importar cuál es, cómo es, ni NADA es el trato personal con este padre bueno que perdona y ama.

Todo esto aprendí acá. Ese es el resumen.

Muchas Gracias por tener en cuenta mi opinión :)

Ghio

                “Elcanario”, que nos cuenta su odisea personal, marcada por el ritmo tramposo que le interpretaba el “opus” –con minúscula intencionada-, canta muy bien pero que muy requetebién. Es un canario de primera, todo un Caruso, como llamaba mi abuela al suyo.

                Observo, una vez más, al leer su escrito del viernes, la misma cantaleta de siempre: Muchos -demasiados- agregados, agregadas y numerarias auxiliares han experimentado en su propia carne la discriminación pura y dura que soportan  cuando son “elegidos por Dios  ab aeterno et usque in eternum” para ser meros adláteres o siervos de una selecta casta que curiosamente también ha sido elegida por Dios. ¡Qué contradicción!

                ¡Qué refinados e “imparciales”, además de sospechosos, son los criterios de selección que se gasta este Buen Dios, cuando se pone a elegir al personal de su servicio utilizando a aquel “instrumento ciego y sordo”…!  Y sobre todo ¡Con que agudo sentido y discernimiento carismático actuaba “nuestro Padre”, cuando, con gran atrevimiento, establecía aquellas “certeras” distinciones entre unas y otras clases de socios: Numerarios electores, numerarios inscritos  - ¿Por qué no circumscritos, jajaja?- simplemente numerarios, agregados, agregadas, numerarias, numerarias auxiliares. ¡Qué arte tan consumado como falso, al perfilar los carismas!

                A veces contemplo, con pena, como asumimos esa distinción de socios tan arbitraria, incluso entre algunos de nosotros, que ya hemos escapado de esa organización tan escrivariana y tan poco divina. Digo esto porque me resulta inadmisible, tanto desde el punto de vista moral como del racional, que el Buen Dios pueda haber inspirado a nadie, semejantes y estúpidas clasificaciones  para designar a “hermanos que comen de un mismo puchero”.

                No es raro que el absurdo se camufle con argumentos sobrenaturales para adquirir carta de naturaleza.

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