Si quieres ayudar económicamente al sostenimiento de Opuslibros puedes hacerlo desde aquí.

CORRESPONDENCIA

Miércoles, 05 de Agosto de 2015

Creo que hablo por cualquier ex miembro cuando hago esta afirmación: yo siento que de lo único que verdaderamente me arrepiento en esos años, es el haber dejado a la familia de lado. Ese bautizo, reunion familiar, matrimonio, graduacion, nacimiento, ultimos dias de alguien, o solo el hecho de compartir... Lo hicimos porque creimos que era lo que Dios queria en ese momento... pero ahora con una razon menos perjudicada y el alma sana y en paz, podemos saber que Dios no quiere eso...

Como todos yo tengo una experiencia que aun duele. La comparto. Desde siempre fui muy unida a mi abuelita, pasaba mucho tiempo con ella además de las visitas semanales de familia. Desde la adolecencia comence a visitarla todos los sabados para almorzar, creo que ella esperaba ese momento mas que yo, y lo disfrutabamos mucho. Cuando pité los almuerzos sufrieron un poco pero trataba de no faltar: llega, come, sale, hasta que unos años despues en la charla me dijeron expresamente que las visitas se acabaron, y fue la primera vez que se rompio mi corazón, y asi fue no vi mas a mi abuelita, tal vez solo una navidad porque luego me fui a vivir a un centro, y esa navidad ella estuvo muy enferma en el hospital, que tampoco fui. En navidad le dieron permiso para estar en familia. No fui aunque mis papas me rogaron a mi y a la directora. Unos dias despues me echaron del opus y dos semanas despues murio mi abuelita. Cuento tragico? Tal vez, para mi lo fue, no en ese momento, pero lo es ahora! Y por qué recien luego de mas de una decada? Simple recien ahora soy madre, recien entiendo lo que se siente, recien conozco el amor incondicional, la espera en silencio, la alegria de ver una sonrisa, y la satisfaccion de preparar la comida preferida de alguien solo para ver esa expresion de alegria sincera. Por supuesto que no fue a lo unico que falté. Como a las operaciones de mi hermano, al aniversario de bodas de mis padres, y a un monton de años que sin vivir en el centro tampoco vivia con mi familia.

Todo lo demas aunque es cierto, uno lo hace con propia responsabilidad, pero lo que duele es haber lastimado a los que de verdad nos quieren: la familia. A los numerarios que se dan de doctores para dar consejos al resto del mundo sobre relaciones de pareja a cualquier edad, hijos, etc., a los que sin conocer lo que es un ambiente de trabajo normal u otras circunstancias de la vida comun, se dan de expertos y obligan a los demas a cumplir encargos que rayan de ridiculo en la vida ordinaria de un ciudadano comun. Lo peor de todo es que ni siquiera es su culpa, yo tambien lo hice en el pasado, y ahora me escucho tan ridicula, que habran dicho aquellas supernumerarias con cinco hijos mayores, cuando una chica de diez y siete años les dice algo sobre la vida marital y ellas a escuchar calladas.... O cuando a mi me decian que haga la lectura en la oficina en medio de los colegas que trabajabamos lado a lado en cubiculos abiertos, o para mas privacidad en el baño, se imaginan ver a alguien en la oficina ocupar el baño cada dia por quince minutos y ademas salga con un libro y el evangelio???Bueno da risa y esto es historia de la vida real!! No es culpa de las numerarias, obviamente si ellas solo tienen cargos internos y de administracion es super obvio para ellas que parte de su trabajo sea hacer las normas y no precisamente en el baño de un centro. Otra cosa es con guitarra!!!

Creo que puedo dar un consejo de corazon, no dejen de asistir a ningun evento familiar, y menos si es enfermedad. La vida es corta y debemos compartirla con quienes nos aman sinceramente, no quienes tienen que querernos hasta que ya no sirvamos.

Muchos saludos y gracias Agustina y a los contribuyentes :)
Atlast

Curso Anual season

Estamos en agosto. Maletas pequeñas, hechas con orden y sobriedad, llevando lo más imprescindible porque eres pobre y si te falta algo, se ofrece y ya está. Si eres afortunad@, irás al extranjero; si no lo eres, o ya estuviste el año pasado, te quedarás aquí, en el norte y fresquit@ si hay suerte, o en el sur y cociéndote si no la hay.

Puedes recitar el horario del curso anual (ca) de memoria y el margen de error será inferior al minuto. Has coincidido tantas veces con la misma gente que la única curiosidad ahora mismo es comprobar si alguien falta y, en este caso, investigar discretamente para saber si ha ido a otro ca o si se ha ido, sin más.

No sabes qué es peor, si estar en el ca o volver a casa, a la misma rutina insoportable porque carece de cualquier sentido y de toda lógica. Creías que en el ca no ibas a pensar, que te distraerías, sin recordar que ya esperabas eso mismo el año pasado. Las tertulias hablando del padre, al que se venera no por ser quien es, pobrecillo, sino únicamente porque vivió con quien vivió; el inicio de la labor en países pobres, que no conocen la democracia, porque ahí es donde la institución puede desarrollarse más y mejor. Cuando el país se enriquece y se democratiza, las vocaciones bajan en picado. A quien no le haga pensar eso es porque tiene un encefalograma plano.

La administración se esfuerza, aunque es bastante diferente a hace unos años, porque todo cambia y el personal escasea y las administradoras se han hecho mayores y a todo no se llega. Además, este ca cuesta un disparate.  

Las clases son soporíferas. El mismo suspiro de alivio cuando el sacerdote anuncia que no habrá exámenes, como si alguna vez los hubiera habido, como si contaran, como si fueran importantes. Moral II, Historia de la Iglesia III y Teología III. El año pasado diste Moral III y Teología I, hace años renunciaste a entender el orden de las asignaturas, su criterio o su racionalidad. Te sientas al final de las hileras de sillas. El smartphone tiene la batería a tope, le has quitado sonidos y vibración. Consultas el correo, incluso el del trabajo te parece atractivo, juegas a Angry Birds, a Candy Crush, a Splash y a todo lo que se puede. Dejas OpusLibros para la tarde, después de la tertulia, en la soledad de tu habitación, porque no puedes arriesgarte. Y menos mal que te has traído el portátil, en contra de la opinión de XX, con quien haces la charla, y que comentó que mejor desconectar de todo, sin pensar en que, justamente, ese desconectar es lo que no soportas porque te quita la poca normalidad que tiene tu vida.

Qué poco sentido tiene todo, qué absurdo es gastar tiempo, dinero y energías en esos ca que no te aportan nada más que sensación de frustración, y envidia, porque hay gente que tiene otro tipo de vacaciones por menos de la tercera parte de lo que has pagado tú. Que descansan de verdad, que pueden permitirse algo tan inocente como ir descalz@s por casa o sentarse en el balcón con una cerveza, que no deben andar todo el santo día, con un calor que funde las piedras, vestid@s como para recibir al rey. No hablemos ya de la sv, con sus americanas y sus mangas largas en el comedor.

La charla de fraternidad, de vida de familia. Si todo lo que dice fuera cierto, tú no sentirías la soledad que sientes y ese frío que te muerde por dentro a pesar de que fuera hay más de 30º. La corrección fraterna para que estés más atent@ a l@s demás, morderte la lengua para no enviarle a la M y recibir otra, por no haber aceptado bien la primera.

¿No quieres hablar de ese sinsentido? ¿No quieres, por una vez, poder decir cuán absurdo y estúpido te parece todo? ¿No te gustaría, por una vez, que alguien te escuchara, fuera de la charla fraterna, porque no importan las normas sino tú, cómo te sientes?

Hablemos. Dirás lo que quieras, cuando quieras, como quieras. No quiero saber tu nombre y no tienes por qué sentirte mal. Hablemos, de verdad. Estoy a un correo, a un Skype de distancia. Sentirte sol@ tiene remedio.

Mediterraneo
mmctranslations@gmail.com
mariassumptabcn - Skype

No habiendo leído antes los trabajos de Job Fernández desarrollados en este libro y como seguidor reciente de esta web, me considero en el deber de expresar mi opinión de que me parece excepcional el trabajo de Job Fernández “El ogro cariñoso. Precisiones sobre el Opus Dei”, publicado el viernes.

Bajo este extraño y modesto título se desarrolla un estudio riguroso basado fundamentalmente en fuentes directas (los propios escritos de Escrivá), analizadas desde la perspectiva de los hechos biográficos contrastados de Escrivá. Este estudio arroja conclusiones muy creíbles sobre la estrecha relación entre los avatares vitales de Escrivá y su familia y su, llamemos, camino vocacional, y entre éste y los hechos fundacionales del Opus Dei, lo que sugiere una Obra bastante menos sobrenatural de lo que se predica, y que constituye el meollo de la cuestión.

El análisis de cómo se estructura esta organización y cuáles son las vías para el control de sus miembros arroja múltiples categorías conceptuales, de las que es difícil prescindir: el fariseismo, la padrelatria, las sacralizaciones (¡qué buena idea y magnífico concepto aplicado al Opus!), la prevalencia del método, la fábrica de santos. Todos los capítulos son brillantes y enhebran continuamente unas ideas con otras (por lo que puede parecer a veces falsamente reiterativo). Todo lo sustancial (el itinerario jurídico, la vocación, la salida del Opus, etc) es tratado en este libro.

Se agradece, por otra parte, que el autor haga casi completa abstracción de su experiencia vital en el Opus para poder describirlo de una forma aséptica, desapasionada y conforme a las propias fuentes del Opus. Señal de que su salida del Opus no dejó en él resentimiento alguno o, al menos, no lo trasluce, y ninguna conclusión del libro es consecuencia de su actitud sobre el Opus. Cualquier afirmación que hace se sustenta en su fuente histórica.

Como no está en venta, sino ofrecido gratuitamente a través de la web, no perjudico nada con lo escrito. Solamente decir que el libro, que aconseja relecturas, me ha tenido entretenido desde el viernes hasta hoy lunes. Y, sobre todo, he aprendido mucho. Gracias.

JaraySedal

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la página principal