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CORRESPONDENCIA

Lunes, 06 de Abril de 2015

Tomar y tomarse la temperatura

Autor: Gervasio, 6 de abril de 2015

Recientemente estuve hospitalizado en un sanatorio de la Seguridad Social y observé una diferencia respecto a cuando guardaba cama en calidad de enfermo en una casa del Opus Dei. En la casa del Opus Dei me trataron muy bien —todo hay que decirlo—; pero con una diferencia. En el sanatorio de la Seguridad Social cada vez que me tomaban la temperatura —cosa que sucedía con frecuencia—, sin siquiera solicitarlo, me comunicaban el resultado: 36,30; 37,00 o lo que fuese. Y lo propio hacían tras medirme la tensión arterial. Máximo tanto, mínimo cuanto, me comunicaban. En el Opus Dei no se sigue ese criterio. Al menos en mi época no se seguía. Se parte de que el enfermo no debe conocer la propia temperatura, ni la propia tensión arterial, ni el día a día de su enfermedad. Debe estar “entregado”…

Querida Isabel:

A tu pregunta sobre si el símil del oro y la carne va en la misma línea de las palabras de D. Florencio (con esos que no perseverarán se hace la labor), te respondo que sí, que van en la misma línea. Sin embargo, el símil del oro y la carne expresa algo más específico. En ambos casos, se alude a quienes no perseveran en función de lo que contribuyen a la Obra. Ellos mismos no interesan. Todos contribuyen, pero más los más brillantes (el oro), tal vez porque sirven de anzuelo para otros.

No obstante, muchas veces escuché que las personas que sacan la Obra adelante son los “talento medio” (la carne), no los más brillantes. Los muy brillantes son también muy útiles, pero sólo por un tiempo o para algunas cosas, mientras que los talento medio son como los cimientos de una casa: no se ven, no lucen, pero son los que la sostiene. Como es claro, los talento medio son más dóciles y plantean menos problemas...

Dilema frente al cambio
6 de abril de 2015  – E.B.E.

«Nunca, para la Obra, habrá problemas de adaptación al mundo; nunca se encontrará en la necesidad de plantearse el problema de ponerse al día. Dios ha puesto al día su Obra de una vez para siempre, dándole esas características seculares, laicales» (J.M. Escrivá, citado en Meditaciones VI)

«Los fieles de la Prelatura  tienen la obligación de conciencia de cultivar y defender, en todo momento, las características divinas de la Obra: su naturaleza y sus fines sobrenaturales, su régimen, su unidad, los modos apostólicos queridos por el Señor, el Derecho propio —santo, perpetuo e inviolable— que nuestro amadísimo Fundador, por Voluntad divina, estableció para siempre, y la Santa Sede ha sancionado» (Vademecum del Gobierno Local, ed. 2002, cap. II, -el subrayado no es del original-)

«En la vida nuestra, el camino está perfectamente señalado: no hay nada que no esté... ¡esculpido!» (J.M. Escrivá, citado en Meditaciones VI)

«Nadie debe ser forzado a abrazar la fe contra su voluntad» (Dignitatis Humanae, n. 10)

Más de una vez se ha escuchado decir –y se sigue escuchando- que en la prelatura han cambiado muchas cosas o están cambiando. Podrá ser algo positivo para las miradas críticas pero no debería serlo para el propio Opus Dei... 

Hace pocos días fui al cine a ver el documental titulado Citizenfour, que se acaba de estrenar en España; está dirigido por la periodista Laura Poitras y fue producido en 2014. Explica cómo el informático estadounidense Edward J. Snowden entregó en 2013 a los periodistas Laura Poitras y Glenn Greenwald los documentos clasificados que ponían de manifiesto las invasiones masivas, indiscriminadas e ilegales de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de los Estados Unidos de América. Ya he elogiado en esta página web alguna vez al señor Snowden (Reflexiones sobre la actual crisis de la mediación institucional [21.06.2013]) y lo vuelvo a hacer ahora recomendando que se vaya a ver este documental.

Acabada la película, en los rótulos o títulos finales, que son denominados a veces con el innecesario anglicismo de créditos o títulos de crédito, aparece escrita en inglés una dedicatoria de la directora a “todas aquellas personas que se sacrifican por denunciar injusticias”. En cuanto leí esta dedicatoria, me acordé de Agustina López de los Mozos: Citizenfour está dedicado, entre otras personas, a ella.

¡Cuánto me gustaría que algún o alguna periodista realizase con Agustina un trabajo similar –no necesariamente cinematográfico– al que Laura Poitras ha llevado a cabo con Edward Snowden! Se lo merece.

Josef Knecht

Título completo: El autor de la oración preparatoria y de acción de gracias de la meditación.

San Enrique de Ossó y Cervelló, fundador de la Congregación de Hermanas de la Compañía de santa Teresa de Jesús, llamadas también teresianas, nació en Vinebre, diócesis de Tortosa, provincia de Tarragona (España), el 16 de octubre de 1840 y murió el 27 de enero de 1896 en Gilet (Valencia), siendo uno de los sacerdotes más populares de la época en España por su labor apostólica y diversas fundaciones de laicos y religiosas...

Joan Baptista Torelló. Me entero ahora por el texto de Wilhelm que este sacerdote numerario murió medio abandonado en el opus. Me conmueve, porque le tenía gran afecto, sólo porque fue el que me abrió los ojos con su libro "Psicología y Vida Espiritual". Con ese libro descubrí que tenía una neurosis de caballo provocada por la rigidez de las normas. Gracias Joan Baptista, gracias. Un libro que publicó Rialp y que estaba en muchos centros en torno al año 2008 (ahora a lo mejor no). Y un libro que me prohibió leer (sin éxito) el cura-totem de mi centro cuando le conté que había descubierto qué me pasaba. Las cosas encajan desde luego. Pero qué penita. Los rechazados por el opus son los que estaban más cercanos a Dios.

Comentando a José Cervantes, me he quedado anonadado al ver que hemos publicado lo mismo el mismo día. Sobre el rejalgar. Son coincidencias que asustan, aunque no deduzco nada de esa coincidencia, jejeje. Comentas que por qué deducía Escriba que el rejalgar se ingería. Sus palabras eran "repugnante como el rejalgar". Entonces, o se refería a que es repugnante de ver (adjunto foto), o simplemente fue una cagada enorme y durante décadas nadie se ha molestado en investigar. La verdad es que en mi imaginación, rejalgar siempre ha sido sinónimo de regurgitar...

Hacía años que una historieta sobre el opus no me impactaba tanto. Isabel de Armas comenta en su escrito del 1 de abril algo espantoso.

Palabras del vicario de la delegación de Barcelona:

"En la Obra lo que queremos es carne; porque la carne se asimila. Hay personas que son oro, pero el oro no se asimila nunca: igual que entra, sale. Como te digo, nosotros buscamos carne que alimente y nutra el organismo vivo que es la Obra, pero cuando encontramos oro, tampoco lo desechamos, porque con el oro compramos carne; se puede comprar mucha carne. ¿Has entendido?"

De verdad que cada vez que pasan los años, voy teniendo más miedo y voy sintiendo más rechazo hacia la obra. Es increíble cómo una institución de la Iglesia puede llegar a esos niveles de alienación. No hay vuelta de hoja: en el opus, lo importante es la institución, y las personas son herramientas de usar y tirar. Es algo corrosivo para la persona, es asqueroso, es repugnante, de verdad. Qué pena. Qué pena haber pertenecido a esa asociación deshumanizadora y, lo peor, haber sido instrumento del opus para quitarle la felicidad a otros. Yo gracias a Dios no tuve cargos de gobierno, pero llevé muchas charlas de adscritos y a alguno le exigí demasiado. Les pido perdón, y si algún día les veo, les pediré perdón en persona. No es sólo asquerosa la comparación de las personas con carne, sino el utilitarismo de los que son "oro". Qué asco de verdad. Nunca he escrito así sobre la obra, pero es que me ha generado un rechazo que nunca me había causado. Tanto que la "teología" del opus se queja sobre el comunismo porque aliena a las personas, y ellos son peores, porque toman el nombre de Dios en vano. Es una institución que está podrida. Quedarán pocas almas buenas dentro, y los amargarán o se irán. Pero la gran masa está podrida o aborregada. Por favor, los que estéis dentro y leáis en opuslibros, sé que es complicado plantearse algo tan sagrado como una vocación divina. Pero poneos cara a cara con Dios. Ese Dios que está en todos los sagrarios, no sólo en los de la obra. Iros a meditar a una iglesia cualquiera. Dejad Camino en el centro y coged el Evangelio. Y preguntaos si de verdad Dios quiere eso de vosotros. Pedid que os ilumine sin miedo. Porque fuera de la obra y disfrutando de la libertad se está divino! Y cerca de Dios y cerca del Papa se está muy bien! Pienso que Dios os tiene que dar la oportunidad de ser abiertos de mente y corazón. No tengáis miedo. Hablad con Él con confianza, porque os quiere felices. 

Un abrazo a todos
Que Dios os bendiga
KURT

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