Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Correspondencia
Inicio
Quiénes somos
Correspondencia
Libros silenciados
Documentos internos del Opus Dei
Tus escritos
Recursos para seguir adelante
La trampa de la vocación
Recortes de prensa
Sobre esta web (FAQs)
Contacta con nosotros si...
Homenaje
Links
Si quieres ayudar económicamente...

Google

en opuslibros

Si quieres ayudar económicamente al sostenimiento de Opuslibros puedes hacerlo desde aquí.


CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 17 de Abril de 2015



Con más banderas que un barco pirata.- Gervasio

Con más banderas que un barco pirata

Autor: Gervasio, 17/04/2015

Me habría gustado ser pirata, con pata de palo y todo —sólo una breve temporada—, aunque nunca he podido serlo. Injusticias de la vida, que no siempre da a uno todas las oportunidades que desea. Pero, por lo menos he sido del Opus Dei, que tampoco está mal. Lo digo por aquello de que, como los barcos piratas, el Opus Dei enarbola, según las circunstancias lo exijan, la bandera adecuada para cada momento. Unas veces es la bandera de la laicidad, otras la de que vivimos la obediencia mejor que los religiosos, otras la de la inmensa libertad de que gozamos —podemos leer todo lo que se nos antoja, aunque sea manifiestamente falso— o la de que somos “cristianos corrientes”, otras la de una nueva modalidad de “circunscripción territorial”, otras la de “entidad benéfico-docente” o de “interés social”, otras la de que tenemos un prelado con su presbiterio y todo; otras la de que vivimos como nadie el dulcísimo precepto y otras que estamos desprendidos de la familia de sangre, porque tenemos nuestra propia familia de vínculos sobrenaturales. Y así muchas otras banderas, banderines y gallardetes…



(Leer artículo completo...)




Diálogo de sordos entre un ex numerario y un numerario mayor.- Eleu

Gracias, Nicanor, por compartir tu diálogo con un numerario al que calificas de los «mayores» de esa institución, porque llegó a conocer al Fundador del Opus Dei. Observo una gran dificultad de partida: ambos dialogáis a partir de afirmaciones dogmáticas radicalmente opuestas sobre el Opus Dei. Así es difícil llegar a algún acuerdo (apartados 1 y 2 del diálogo).

            Respecto a la llamada “universal a la santidad”, habría que matizar vuestras opiniones (apartado 3). Tú dices que «la llamada universal a la santidad a través de lo ordinario» no es copyright del Opus Dei porque así lo afirmen las biografías y libros de esta asociación especial de la Iglesia. En parte, es verdad. Sin embargo, hay que reconocer que el Opus Dei ha sido la institución de la Iglesia que más ha difundido este «mensaje» en la segunda mitad del siglo XX. La prueba es la actividad del Opus Dei. Innumerables círculos, meditaciones, retiros, libros y artículos de sus miembros que continuamente lo promueven. Desde luego, no poseen la exclusividad, pero parece que son quienes más lo han promovido en los últimos decenios.

            Respecto al numerario «mayor», aunque la «propuesta de la Obra» difiere de otras propuestas de la historia de la Iglesia, hay que matizar que su afirmación es cierta únicamente a nivel doctrinal, al teórico o académico.

Me explico, desde hace dos mil años los cristianos –laicos en su inmensa mayoría- se han santificado en las realidades laicales (la vida de familia, el trabajo y la vida social) Un grupo menor de ellos –los clérigos y religiosos- , en un momento dado de la historia, comenzaron a defender la presunta superioridad de su particular estado de vida frente al de los laicos. Gran número de clérigos y religiosos han sostenido esa pretendida superioridad de su estado durante siglos. Pero la realidad siempre fue contraria a ese «mensaje» clerical. La inmensa mayoría de los miembros de la Iglesia se santificaron y se santifican en las realidades laicales.

Así que la «novedad» del mensaje del Opus no es más que su contradicción a la «propuesta» defendida durante siglos por tantos clérigos y religiosos. La «novedad» se reduce al campo de lo doctrinal y académico. Pero si en lo teórico pretenden ser novedad, en lo material no lo son. Y no pueden serlo porque lo que el Opus Dei promueve, no es nada distinto que no hayan vivido y realizado millones de cristianos de todas las épocas.

Termino, resulta preocupante la actitud de tu interlocutor. Hace un salto ilógico desde su defensa dogmática del mensaje de Escrivá a la descalificación personal. Dices que este numerario descalificaba a su propio prelado y ahora lo hace contigo.

A mí me parece que normas y costumbres, disciplinas y cilicios, no le han servido para amar al prójimo como a uno mismo. Sus palabras me han recordado una cita del Fundador al que idolatra, y que le viene bien, dada su condición de célibe: « (…) Sin caridad, la pureza es infecunda, y sus aguas estériles convierten las almas en un lodazal, en una charca inmunda, de donde salen vaharadas de soberbia» (punto 119 de Camino) En fin, lisa y llanamente, que se lo haga mirar.

Eleu





Papa teólogo y Papa pastor.- Daneel

Estimados todos,

Con mucha frecuencia escucho comparaciones entre Benedicto XIV y Francisco, habitualmente en el sentido de que el papa actual es mejor que el anterior por tal o cual cosa. Aunque se diga que “las comparaciones son odiosas”, personalmente no tengo ningún problema en comparar. Pero si vamos al terreno específicamente teológico (o sea, reflexión intelectual sobre la fe), me parece muy claro que Ratzinger/Benedicto es mejor teólogo que Bergoglio/Francisco. Lo que Francisco sí tiene mejor es su cercanía al común de los católicos, y también de los post-católicos y peri-católicos. Y supuestamente tiene también la energía necesaria para corregir la corrupción vaticana. Digo "supuestamente" no de modo irónico sino sincero: es obvio que es mucho más joven y enérgico y que ya ha dado pasos importantes, pero arreglar el Vaticano no es tarea fácil y está por ver que lo consiga.

No hay oposición entre ellos. Benedicto renunció para que llegara alguien como Francisco, que pudiera hacer lo que él veía necesario, pero para lo que se sentía sin fuerzas. Son distintos, claro que sí, y cada uno puede tener sus preferencias legítimas. A mí me gusta y me inspira más Benedicto porque me va más el rollo teológico que el sermón de parroquia, pero me parece fantástico, en serio, que tengamos un Papa como Francisco, que llega a mucha más gente y puede cambiar cosas que el anterior no podía. En particular, en lo que se refiere a espiritualidad (crítica del fariseísmo católico, etc.) los veo en perfecta continuidad, sólo que Francisco lo dice de modo mucho más directo y comprensible. Ahora bien, no espero de Francisco que pueda explicar cuestiones teológicas difíciles en las que Benedicto personalmente sí me ha iluminado.

En fin, que tener un Papa teólogo es bueno, y tener un Papa pastor también es bueno, seguramente con mayor frecuencia. Ni el primero fue cómodo para el Opus, ni el segundo lo está siendo tampoco.

Cordialmente,

Daneel





Castrados en amor y humanidad.- Aguaviva

Una se queda francamente mal cuando lee y escucha en los medios de "formación" del Opus Dei afirmaciones como ésta:

"La genitalidad, orientada a la procreación, es la expresión máxima, en el plano físico, de la comunión de amor de los cónyuges. Arrancada de este contexto de don recíproco -realidad que el cristiano vive sostenido y enriquecido de una manera muy especial, por la gracia de Dios- la genitalidad pierde su significado, cede al egoísmo individual y pasa a ser un desorden moral".

De sobra tengo conocimiento de los documentos magisteriales en cuestión de sexualidad, ya que aparte de ser cristiana, soy estudiante de Ciencias Religiosas. Yo verdaderamente quería preguntarles: ¿Ustedes realmente se han parado a pensar en lo que están afirmando ahí?

¿Dónde ha dicho Jesús algo parecido, o dónde puede basarse el entendimiento humano para afirmar algo así? Desde luego no a la luz del Espíritu. Desórdenes morales son: el haber permitido desde toda la historia del cristianismo que sólo las mujeres debieran ser vírgenes, y esto en sentido físico, invento de hombres; que no haya importado tanto la pureza del hombre, que las niñas hayan sido casadas en nombre de Dios con verdaderos "monstruos" que las violaban de por vida; que, tácita y no tan tácitamente el adulterio haya sido visto con condescendencia en los varones, que la mujer haya sido vejada en sus múltiples facetas; vejación es que la Iglesia, cerrando los oídos al Mensaje, le diga a la mujer: "tú, por ser mujer, no eres digna de partir el pan en las Eucaristías ni puedes ser medio entre Dios y los hombres, impartiendo sacramentos". Ese es el poso sobre el que edifican ahora su doctrina.

Desorden moral es violar a menores, reprimir la sexualidad en las mujeres haciendo que los matrimonios fracasen, que los maridos se encuentren con una mujer "que se siente violada" (¡cómo no!), que se vean abocados al adulterio, que los niños inocentes sufran las consecuencias, bien de la separación o de un ambiente familiar terrible, enraizado muchas veces en los problemas sexuales, que provienen de frases como la que les he remarcado más arriba. Desorden moral es que, en el mejor de los casos, en 50 años de matrimonio el varón haya disfrutado de su sexualidad con su mujer, siendo fiel, pero que ella simplemente haya sido un objeto usado, que de nada se ha enterado ni nada ha sentido.

Queridos hermanos: escuchen el Mensaje de Cristo, no el de patrañas humanas. Podría seguir y seguir poniendo consecuencias negativas de ese dualismo -cuerpo/espíritu- sectario que caracteriza a muchos cristianos y que los acerca a los primeros gnósticos y demás "herejías" del comienzo del cristianismo.

Yo tengo 33 años, y soy madre. Pero les puedo asegurar que cuando yo disfruto mi "genitalidad" con mi marido, cuando ambos llegamos al orgasmo mutuamente, Dios sonríe entre nosotros. Y nosotros captamos más nuestro amor, ahí se trasciende: sí, también a través de nuestro cuerpo sagrado. Quedamos incluso más capacitados para la entrega en otras facetas igual de importantes que la vida nos trae. Y nuestra hija es muy feliz, y las mañanas comienzan con alegría, y somos una familia, una Sagrada Familia, porque somos amados y nos amamos, divina y humanamente, y porque estamos muy por encima de creer que ser cristiano es comprar a Dios, y más lejos aún de creer que Dios no nos ama enteros.

Dios es muchísimo más que un puñado de normas absurdas, y está muy por encima del rechazo que el hombre parece tener hacia su propio cuerpo.

Aguaviva





Galeano.- Pepito

Francamente, creo que Galeano en ese escrito, como en tantos otros, se pasó y varios pueblos. A mí me parecía un tipo patético, vendiendo y latinoamericanismo apolillado y cutre, que lo mismo servía para Perón, que para Castro, que para Maduro, como se ha visto en su penúltima hora. Creo que Vargas Llosa podría explicarnos por qué América Latina apenas ha sido capaz de alumbrar intelectuales demócratas, liberales y, en suma, centrados.

 

Pepito





Vínculo moral, no jurídico.- JaraySedal

Es admirable, como siempre, el artículo de E.B.E sobre los “laicos indocumentados”. Ese artículo me mueve a compartir una breve reflexión sobre la naturaleza del vínculo entre el Opus y sus miembros laicos, que, acertado o no, simplemente someto a consideración del eventual lector...



(Leer artículo completo...)




Desaprender y madurar.- Class

En definitiva desaprender es madurar. Y esto siempre ha sido así. En tiempos de nuestros abuelos, de pequeños vivían en un férreo adoctrinamiento, que se centraba en la piedad y la moral. Luego de adultos, muchos, se iban de cabaret, disfrutando de todo lo que le podían ofrecer este tipo de locales, para ello se tenía que desaprender. Esta dualidad distante en el tiempo, era posible gracias a la adolescencia, una etapa de desorden para crear un nuevo orden. Creando, así, el conflicto generacional típico de todas las épocas.

Los que no desaprenden, no maduran. Y en el opus dei, las cosas son así, nos guste o no.

Class





Opus Dei: Consignas vacías para no decir claramente la verdad.- Piedrapomez

Sobre la vocación de numerario es muy cierto lo que dice EBE, que la definición de la misma es exclusivamente funcional a los fines de la institución. Algunos “tienen” vocación porque tienen “dinero” o “influencia social” y su vocación dura mientras dure no tanto su persona sino sus especiales atributos…

Eso permite que las personas que ingresan (muy jóvenes, con buena fe y sin experiencia) sean utilizadas y manipuladas de forma total y absolutamente deshonesta, lo que resultaría lamentable en cualquier caso pero más tratándose de una institución que dice defender la doctrina católica. De este ejemplo lamentable de los supuestos “católicos” se nutre luego el mundo “pagano”.

Muchas de las cosas que se les enseña reiteradamente a los numerarios sobre las características de su camino son falsas, son absolutas mentiras, son meras frases. Al poco o al mucho tiempo uno descubre que su entrega sí es real (ya que la persona sabe que se incorpora a un camino casi sacerdotal, porque se compromete al celibato), pero que para la contraparte, que es la institución, el compromiso que adquiere con la persona está sumamente “matizado”, “condicionado”, “regulado” de acuerdo a criterios que no son cristianos y que no respetan la dignidad de las personas.

Así la libertad para trabajar, la libertad para elegir la propia formación y el progreso profesional, la libertad de actuación en la sociedad no existen para el numerario: sería bueno que la institución no mienta más al respecto y que no mantenga consignas vacías sin decir claramente cuál es la verdad y cuáles son los objetivos de la institución: ese sería un primer gran paso, dejar de mentir.

La realidad es que todo queda condicionado a las prioridades institucionales, como si la institución fuera un partido político, un organismo con vida propia que puede utilizar y pisotear a sus miembros de acuerdo a sus conveniencias para jugar en el gran mundo de la “política vaticana”. Si a la institución le conviene en una época para jugar en las “grandes ligas” tener muchos sacerdotes… entonces “fábrica” muchos sacerdotes… Tristísimo; tan pragmático como estúpido y criminal.

La institución no se compromete a nada con la persona concreta o a lo sumo a brindarle un mínimo, ya que lo único que le interesa son “grandes objetivos” de tipo institucional. Es similar al fascismo, al comunismo a todos los movimientos ideológicos que desprecian y aniquilan a conveniencia a sus propios miembros: que lindo proyecto de “Iglesia” han creado en sus laboratorios.

Piedrapomez




 

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la página principal

 

Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?