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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 08 de Septiembre de 2014



Los de la súper Obra nunca descansan.- Apolo

Leyendo el testimonio de “unonuevo”: Nunca es triste la verdad me explico que los de la súper Obra nunca descansan y se infiltran en cuanto tienen oportunidad. Yo ya escribí mi testimonio sobre la a veces incompatible vida de un súper y no súper.

Curiosamente tuvimos dos hijos por cesárea y parece ser que caímos en las redes de los ginecólogos que en algún congreso extraordinario decidieron que con uno o dos ya bastaba. Pero los que no estuvieron en dicho congreso dieron oportunidades a las súper mujeres de tener hijos hasta donde la ciencia era capaz.

De verdad no entiendo la machaconería de los hijos. Desde que tengo que relacionarme con los de la obra por exigencias del guión ya voy con la cantinela: Tengo dos hijos y lo digo antes de que me lo preguntes.

No seáis tan cansinos por favor. El tema de los hijos no creo que sea la cantidad ni que se deba presumir de tenerlos hasta agotar las existencias. Cada pareja es un mundo, con unas vivencias concretas y por una razón u otra al final se tienen los hijos que Dios quiere y punto. No se restriega el: "mira cuantos tengo".

Oye, felicidades por tu súper mujer, tus súper hijos y por dar con un súper ginecólogo que gracias a él hay ya siete más en el paro.

Apolo





Sorprendente respuesta de Rafael Larreina a Carmen Charo.- Josef Knecht

He consultado el foro de Internet osoigo.com y he encontrado la respuesta del político Rafael Larreina, diputado por Guipúzcoa y militante del partido Amaiur, a la pregunta de Carmen Charo sobre la petición de Antonio Esquivias. Su respuesta, del 30.08.2014, dice así:

No conozco esa petición, pero me informaré sobre ella. Lo que conozco es mi realidad y es que ser socio o formar parte de organizaciones religiosas, culturales o deportivas, no significa tener una relacion laboral ya que colaborar en el desarrollo de sus fines se realiza en régimen de voluntariado. Yo así lo he hecho siempre en todas de las que he formado parte o formo parte en la actualidad...



(Leer artículo completo...)




Tres consejos... Para desnudo.- unonuevo

Queridos todos. Sólo unas letras para comentar a desnudo que estoy en desacuerdo con sus opiniones del pasado viernes 5 de septiembre de 2014. De entrada, ¿qué te han hecho los psicólogos? y, además creo que muchos, muchísimos, no tuvimos ese “complejo de culpabilidad” del que hablas. No conozco el libro “Cómo combatir las Técnicas de Control Mental de las Sectas” (Steven Hassan) y, por ello no debo opinar, aunque se me hace muy difícil creer que un libro pueda “arreglar” trastornos que, en algunos casos, pueden llegar a ser graves. Tampoco creo que sea una posible solución -es tu segundo “consejo práctico”- para lo que denominas “control de la sexualidad”, dormir sin pijama, desnudarse normalmente en los vestuarios y… acudir a una playa nudista apoyándote -no lo entiendo- en que la “desnudez en común es tan cristiana como lo es San Francisco de Asís”. ¡Gluppp! En mis diez años en el Opus Dei nunca percibí sobre mí ningún intento de“control de la sexualidad”, ni yo lo ejercí con los que hacían la charla conmigo. Pero, una anécdota curiosa, un buen amigo me dijo que llevaba muchos años durmiendo sin pijama y me comentó -no sé de qué estábamos hablando, pero venía a cuento- que era muy cómodo. Lo probé y no usé pijama en los últimos 5 años que estuve en el Opus Dei (evidentemente, en habitación individual) y lo sigo haciendo (con el permiso de mi costilla y el cahondeo de mis hijos).

Tampoco me hablaron en el Opus Dei de miradas al propio cuerpo, modo de desvestirme… Pero en lo que estoy en más desacuerdo contigo, desnudo, es en tu tercer consejo práctico: “probar el ateísmo… leyendo la abundante bibliografía que existe sobre el tema”. Todos los que hemos salido de allí -unos más “perjudicados”, otros con menores problemas; cada historia es única- hemos tenido reacciones distintas, por personales, en cuanto al trato con Dios. Que cada uno haga con su vida lo que quiera -¡faltaría más!- pero creo que es más saludable para la chola (cabeza, olla, coco… como le quieras llamar) no pegar un bandazo al otro lado, aunque se suele afirmar que lo de ir de un extremo a otro es muy típico del carácter español. Quiero decir que pasar de dedicar unas dos horas y media aprox. al plan de vida que todos hacíamos a… nada, no puede ser bueno para la estabilidad mental. No lo digo desde un punto de vista moral, ni psicológico (no tengo ni idea de psicología), sino desde la óptica del sentido común.

Lamento que la cita sea de Santa Teresa (me imagino que psicólogos ilustres también lo habrán dicho) pero mi sentido común y mi experiencia me dice que es verdad eso de “en tiempos de desolación no hacer mudanza”. Creo que la salida del Opus Dei en todos generó -en mayor o menor medida- tristeza, desorientación, dolor, cabreo -¡mucho cabreo!, confusión, y si no se disponía de un trabajo profesional, graves problemas económicos cuando no de pura subsistencia… pero, sinceramente, no creo que ayude, como tú dices, leer un libro, “despelotarse” y hacerse ateo. Me parece que los remedios más sensatos son abrirse, con confianza, a las gentes que nos quieren -o nos querían- y nos pueden ayudar -algún familiar, amigos, mejor si es posible, excombatientes, porque lo entienden muy bien a la primera…-; no cortar radicalmente y del todo la relación con Dios -me parece una reacción un tanto pueril y poco razonable- ; apartar lo que agobia, huir de la negatividad e intentar estar tranquilos; y, porsu, si el estado mental del “saliente” es muy lamentable, ponerse en manos de un buen profesional, que para eso están.

Por último, como se ha escrito aquí algunas veces, no lanzarse a tumba abierta en la primera relación sentimental que se cruce en el camino. Estas fueron, más o menos, las ideas básicas que intenté transmitir, en el año y medio posterior a mi salida, a dos amigos y a una amiga que me llamaron para tomar una cañita, un cafelito… para ¡¡¡charlar!!!. Aunque los tres casos eran muy distintos, creo, sinceramente, que estos consejos básicos son buenos y de utilidad para cualquiera que deja el Opus Dei. Pero es sólo una opinión…

Un fuerte abrazo para ti y para todos.
unonuevo





Sobre limbos laborales y libertad personal.- Conrad

He estado reflexionando estos días de verano sobre las diversas aportaciones a la web causadas por la noticia de la situación de Antonio Esquivias (20/08/2014). En primer lugar, me gustaría que quedara claro que no suscribir la petición concreta deducida a través de Internet (es cierto que plasmar datos personales que te identifiquen puede tener consecuencias) no significa no estar de acuerdo con dicha petición. Ya dependerá de las posibilidades concretas de cada uno ver la manera de apoyarla y, sobre todo, de ayudar a que las cosas cambien. Personalmente, no la he suscrito, por las mismas razones por las que publico bajo pseudónimo, aunque para la responsable de la web estoy perfectamente identificado no vaya a ser que por alguna tontería que suelte le responsabilicen a ella: es lo que le quedaba.

En segundo lugar, no creo que la palabra adecuada para calificar la situación laboral de las personas que en el Opus Dei se dedican a las denominadas "labores internas" sea la de limbo. A mí me parece (también lo digo como abogado, aunque sea de provincias) que es una infracción que será de naturaleza penal (con castigo en la cárcel) o laboral (multa e indemnización económica) según la legislación propia de cada país. No es lo mismo hablar de "limbo" que de "delito".

En tercer lugar, no debe descartarse incluso en el caso de Antonio Esquivias el ejercicio de acciones legales basadas, por ejemplo, en el daño moral que se le ha producido. Permitidme que no me extienda, no lo considero prudente en una web continuamente chequeada por el lado oscuro. Sólo recuerdo que en la sentencia francesa sobre el caso de Catherine Tissier que he comentado ampliamente (03/04/2013, 19/04/2013, 26/04/2013, 10/06/2013), ya se le otorga a la víctima una indemnización por el daño moral causado por la conducta de la obra corporativa en cuestión (y de la propia prelatura).

En cuarto lugar, muestro mi perplejidad porque una institución a la que, a través de sus portavoces, se le llena la boca hablando de la "mentalidad laical" y de la "libertad personal", no haya sido capaz en más de 80 años de resolver una cuestión tan sencilla como es la cobertura social de los miembros (sacerdotes o no, da igual) cuyo trabajo profesional consiste en una labor interna.

Por un lado, echar mano del "carisma" o "vocación" para fundamentar un "trabajo voluntario" desarrollado profesionalmente no deja de ser, en mi opinión, un planteamiento más propio de religiosos. Una cosa es que un numerario bien ordenado y trabajador eche una mano en esas labores internas cuando acaba su actividad laboral o profesional (aquélla que le permite ganar dinero y sostenerse) y otra muy distinta es la situación del director de un centro "liberado" para ocuparse de labores internas, o el oficial que trabaja en la delegación o comisión por las mañanas y por la tarde está en el centro como aquel "liberado", o la de los propios directores de delegación o comisión, etc., etc. Porque, además, si todos estos "liberados" se mantienen es porque, en teoría, trabajan para la burocracia interna. Precisamente, siempre en mi humilde opinión, la mentalidad laical debía empujar a cumplir con las leyes sociales de cada país en relación con el desarrollo de estas tareas auténticamente laborales o profesionales. Dicho de otro modo, el trabajo o profesión que se desarrolla con fundamento en el "carisma" o "vocación", no tiene por qué ser contrario al cumplimiento de las leyes.

Y por otro, me pregunto hasta qué punto la persona, sacerdote o laico, embarcado por vocación en este modo de vida laboral o profesional, tiene suficiente y verdadera autonomía en su voluntad para prestar un continuado consentimiento a su permanencia en el Opus Dei. Dicho de otro modo, la falta de cumplimiento de las leyes en cuanto a retribución y aseguramiento de las personas dedicadas a labores internas coloca a estas mismas personas en situaciones insostenibles ante una eventual "crisis vocacional", de manera que abandonar el instituto "con una mano delante y otra detrás" no se contemple como opción. Así, el propio instituto se "asegura" una serie de fieles que pueden perseverar (y ojalá sea así siempre, lo digo de corazón) por prestar su consentimiento maduro de una manera continuada a su carisma o vocación. Pero también se "asegura" la perseverancia de otros para los que irse significa un difícil encaje en el mundo laboral o profesional y, posiblemente (salvo que sean ricos o, como siempre, la familia ayude) unas dificultades económicas enormes. Entonces el consentimiento se confunde con la comodidad. Y esto es lo que escribiendo en esta web trato de ayudar a paliar. Así, no es estamos ante el mismo grado de consentimiento en quien entra a los 14 años (o a los 18, a estos efectos, da igual) que quien se quiere ir a los 50.

Insisto, en la sentencia sobre el caso de Catherine Tissier un tribunal francés ya llega a las mismas conclusiones que, simplemente, gloso, sin que tenga noticias de que alguno de los miembros de ese tribunal lea esta web.

Por último, muestro mi apoyo a Antonio Esquivias (con quien posiblemente coincidí alguna vez, somos de la misma quinta), aunque por las razones indicadas no haya suscrito su petición. Animo a quien pondere que no hay inconveniente al respecto a suscribirla.

Un abrazo.
Conrad



El carrusel del Furo. Respuesta a unonuevo.- Dionisio

Querido unonuevo:

Desde que leí tu presentación pensé que eres un tío simpático y pensé escribirte para darte la conveniente acogida, pero al final surgieron muchas otras cosas. Ahora acabo de leer que me has dedicado tu segunda colaboración y creo que no puedo eludir la responsabilidad de darte un caluroso abrazo de bienvenida.

A pesar de que me dices que me agradecerías que no te responda, lo voy a hacer, no para polemizar, sino para agradecerte tus palabras amables e incluso tus críticas, que las recibo bien. No me mosqueo. Ya sabes lo que decía alguien (no me acuerdo quien) que lo importante es que hablen de uno, aunque hablen bien. En fin, has complacido mi vanidad y mi ego haciendo una amplia y divertida crítica deuno de mis escritos. No hay problema. Creo que nuestra relación tiene futuro.

Me alegra mucho lo de tu mujer. Todo, que sea fuerte, sana, que haya aguantado n cesáreas, que te haya aguantado a ti (es broma) y que siga siendo atractiva, y todo lo demás. Me parece genial. Lo mismo que lo de vuestro ginecólogo, me parece estupendo. Me parece que tienes toda la razón en poner luz sobre gente que ha cumplido con los mandamientos de la iglesia y le ha ido bien. Sin embargo, todo lo que dije en el artículo que has comentado, sigue siendo cierto para muchas otras personas. Los casos que mencioné los pude conocer directamente, no por vagas referencias. Igual que tú conoces tus casos. Muchas personas, especialmente mujeres lo han pasado mal por seguir los dictados de sus directores espirituales, que interpretaron lo de la paternidad responsable de una forma cruel. Nada de libertad, ni de resposabilidad, haced lo que yo os digo o cometeréis pecado mortal. Todo lo que escribi lo vuelvo a suscribir, e incluso me callo nuevas informaciones que he adquirido posteriormente, porque no estamos en plan de debate. Quizá me fallaron las formas, cosa habitual en mí, creo que pongo demasiada intensidad, pero el fondo lo sigo sustentando firmemente.

Respeto tus puntos de vista, creo que los comprendo, ya que yo también los defendí muchas veces con mi ardor inmoderado. Tambien respeto las decisiones de quienes no quieren tener hijos, no me parecen egoístas, cada uno sabe lo que hace y solo responde ante Dios, no juzgo a nadie. Respeto a los que quieren tener solo uno, o la parejita, o dos parejitas o una docena. Me molesta que algunos, invocando el nombre de Dios, se quieran meter en las decisiones de los esposos, cosa que ha ocurrido muchas veces. Probablemente más de las que imaginas.

Entiendo que no te voy a convencer, porque este es un tema de creer o no creer. Por los mismos motivos me parece que tampoco me convecerías. Lo cual no impide que respete tus decisiones, especialmente la de ser fan de Serrat. La vida misma, como en el carrusel de Furo. Estoy seguro de que nos vamos a llevar muy bien.

Un abrazo.
Dionisio, desde el Areópago.

P.D. Para Lizzy Babieca: Me gusta todo lo que escribes y como lo escribes. Muchas gracias. No te comento nada, porque lo único que se me ocurre es decir Amén y Aleluya. Yo también me quedé atónito con la muerte de Robin Williams y luego lo de Peret me acabó de fundir. Desde, creo que en Chile, no estoy seguro que sepas quien fue Peret, pero fue un genio. Búscalo en Youtube. 




 

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