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CORRESPONDENCIA
Lunes, 24 de Noviembre de 2014
Reconocer el dolor del Padre Danilo Eterovic.- E.B.E.
A los pocos minutos le pregunté ¿qué tal la espalda? y me dijo “todo el día como en carne viva, es absolutamente insoportable, solo tengo un poco de alivio cuando me acuesto en la cama" (palabras del padre Danilo a Alejandro Uteda).
Aunque no se lo veía quejarse, él mismo padecía muchos dolores físicos y morales. Dolores intensos y crónicos de columna, cólicos renales y, últimamente, desvanecimientos. No se le ahorraron luchas y contradicciones. Su muerte repentina, desde este punto de vista, ha sido para él un alivio, aunque esta súbita ausencia nos deje a todos desconsolados. A diferencia de lo que, tristemente, les toca a algunos sacerdotes, el padre Danilo vivió hasta el último día en familia, rodeado de sus hermanos ( palabras de despedida).
Muchos, dentro del Opus Dei, hablan maravillas del padre Danilo. Incluso se emocionan, como bien se puede ver en esta reseña de la misa celebrada el día de su entierro.
Un lugar común es –así en su caso como en el de tantos otros- elogiar la capacidad para sufrir sin que los demás lo noten. A veces, dicho elogio no deja de tener una cuota importante de egoísmo encubierto, que elogiando prefiere no enterarse acerca de la verdad del dolor ajeno.
Por eso es elemental saber la verdad, pues de cómo sea el final de la historia depende el carácter moral de la alabanza de la Prelatura hacia la persona del padre Danilo. Para decirlo fácil: si el padre Danilo vivió ofreciendo su dolor –como lo da a entender el sermón-, evitando sobrecargar a otros y finalmente murió en paz –fruto de un desvanecimiento, como se insinúa-, entonces el elogio es un verdadero reconocimiento de su santidad.
Pero si el dolor que sufría terminó por atormentarlo –como pareciera desprenderse de sus propias palabras-, el elogio sería una forma más de desentendimiento respecto de su dolor. Si terminó muerto de dolor, para decirlo fácil, entonces elogiar su dolorosa vida sería una suerte de cinismo y de completo desafecto hacia su persona, a pesar de lo pomposa que pudiera haber sido la ceremonia. Y si fuera así, entonces su muerte no habría sido ningún alivio para él sino el final de una completa tragedia. El alivio, incomprensiblemente, sería para otros.
Según cómo haya sido el final, el sermón de la misa oficial puede tener muy distinta lectura.
Si realmente lo querían al padre Danilo, sus amigos averiguarán la verdad al detalle. Si no indagaran, si no preguntaran, si se quedaran conformes con las pocas explicaciones que han dado los directores, entonces significará que, quienes decían quererlo, en realidad no lo querían demasiado.
E.B.E.
No sabes cómo te comprendo.- La última de la fila
Hola AP
He leído tu escrito “Temor por mis hijos si me voy de la Obra” y no sabes cómo te comprendo.
Yo tuve una malísima experiencia con mis hijas en uno de esos colegios como ya conté hace unos días. Léelo si quieres. Lo único que no entiendo es cómo puedes seguir dentro si de verdad quieres salirte.
Dices que te has desprogramado. A pesar de eso tienes que seguir con tu círculo, tu charla, tu proselitismo del que has de dar cuentas y tu confesión semanal. Que dirás en esta última, que sigues pero que no sigues?
En la charla con un poco de maña puedes ir tirando sin llamar demasiado la atención. Al círculo puedes asistir y estar pensando en otra cosa, incluso lo mismo te diría de las meditaciones y retiros. La confesión es diferente. ¿No piensas que terminarías un poco cansada de fingir lo que no quieres ser?
No soy nadie para dar consejos y por supuesto no lo hago, solo transcribo lo que tu escrito me ha hecho pensar. Los hijos son lo más importante de nuestra vida, ellos nos necesitan estables, sosegadas, pacientes, equilibradas a pesar de los muchos pesares que nos rodean. Te admiro y no sabes cómo, si estas dispuesta a llevar esa doble vida por ellos, como me parece deducir de tu carta. Vas a tener que ser muy fuerte.
Por otra parte, aunque donde tú vivas los colegios estén difíciles piensa que no se acaba el mundo porque los saques de dónde están. Estás segura de que no hay ningún otro colegio que pueda interesarte? A lo mejor no estás del todo desprogramada...?
Lo importante es que estés segura de lo que quieres. Hay personas muy contentas dentro de la Obra, lo sé porque las he conocido y tratado y porque yo en algunos momentos también lo fui. Sin embargo hay otras que para nada han entendido ese tipo de vida y sufren, sufren muchísimo porque les da terror marcharse por las consecuencias que el irse tendría para la salvación de sus almas. Ya sabes que eso es lo que de una forma u otra nos han dicho a los que hemos decidido irnos.
Elijas lo que elijas, no olvides que el Opus Dei puede ser un camino pero la meta para todo cristiano es Cristo y a esa meta se puede llegar por muchos otros caminos o incluso por libre, porque la única fórmula es amar, a pesar de nuestras miserias y pecados y confiar en la infinita misericordia de Dios que es el único que nos puede salvar.
Un abrazo AP que Dios te ilumine y te bendiga.
La última de la fila
Amor y libertad.- Lizzy Babieca
Las vacaciones me sentaron de lo mejor. Además de ganar un bronceado fascinante, hice unos viajes increíbles por terrenos inexplorados y subí unos cerros magníficos. En el camino, de sorpresa y regalo, encontré a amigos/as antiguos e hice nuevos/as.
Una de las cuestiones mas decisivas que me han ocurrido durante este tiempo, es la claridad con que se han afincado en mí estos dos principios, los del amor y la libertad. Si los hubiese tenido así de claros en su momento, pues que me habría sido mas fácil discriminar un montón de cosas.
Sin libertad -externa, interna- las personas quedamos imposibilitadas para tomar decisiones de las que seamos totalmente responsables. Sin amor -amor a uno mismo, amor a los otros- carecemos de la consistencia interior para ser auténticamente libres. Así, cualquier decisión que tomemos sin amor, pierde realidad y poder. Y es que no estábamos siendo auténticamente libres.
Por eso el sometimiento por la vía del chantaje emocional que utiliza el Opus Dei, de manera institucionalmente aprobada (no se corrige a los que así proceden, luego está aprobada) tanto en el periodo de discernimiento vocacional, como en la fidelidad -"Cristo lo quiere", "eres un soberbio", "tengo gracia de estado"- es tan perverso, pues se trabaja desde la disminución del otro. Y el camino correcto, me atrevo a decir, es el contrario. No el "engrandecimiento" del otro, no: se trata simplemente de acoger su realidad, con respeto y cariño. Para que esto se pueda hacer, es importante suspender el juicio, porque generalmente nuestra propia percepción y experiencia, hará que proyectemos en el otro nuestras cualidades y defectos. Esto lo sabe cualquiera que alguna vez haya pretendido ayudar a un amigo/a. Pues bien, nuestra concepción pre-hecha de la realidad -en el caso del Opus Dei se trata de la forma en que quien lleva la charla ve "el espíritu del Opus Dei"- teñirá la experiencia y al final no habrá diálogo, sino que un monologo, que es lo que pasa muchas veces en la confidencia, que no se escucha al otro, sino que el que lleva la charla despliega su concepción de los temas e impone su punto de vista. "Ve tu cómo te la haces para vivir el espíritu". Así persevera cualquieraaaaa!!!
No son todos, por supuesto, pero sí mayoría los que así proceden. Ayuda bastante la soberbia institucional, y la concepción errónea de la doctrina de "gracia de estado". De alguna manera obvian -por soberbia institucional- el hecho cierto que a algunos la gracia de estado les va a resbalar, porque no tienen el componente humano desarrollado para recibirla.
Los intereses del Opus Dei se mueven siempre hacia los fines de la institución, con o a pesar de las personas que lo componen. De allí a que la dirección espiritual allí sea impositiva y muchas veces coercitiva. Nada de acompañar, de contemplar la vida del Espíritu Santo en el alma, ponte tú. Hay poco interés en la persona real: cómo piensa, qué la motiva, cuáles son sus fortalezas y pifias. Qué le preocupa o qué le duele. Qué la divierte. Y es que es muy ineficiente eso de prestar atención al otro y aquello de respetar su libertad. De verdad que es mas fácil presionar, amenazar, coaccionar. "Obedecer o marcharse", en todo su esplendor.
A mi la falta de respeto y cariño verdadero, me liquidó el amor en el Opus Dei. Afortunadamente, pude aprender a querer de nuevo y el tema del amor y la libertad no se me olvidó más. Stein decía por ahí: no aceptaré una verdad sin amor ni un amor sin verdad. Pues eso. Si te toca ir a la confidencia y no ves amor, pues ándate a comer un maní.
lizzybabieca@gmail.com
Los que no se pertenecen.- Janabenito
Se me hace un poco difícil escribir en esta última temporada, por una parte no tengo los conocimientos suficientes para estar a la altura de los escritos que vienen apareciendo, y por otra parte, no entiendo nada.
Cuando conocí esta página ya hacía años que no pertenecía al opus dei, aparentemente ya había superado todo lo que había que superar. Al poco de salir solicité algún tipo de reconocimiento de todos mis años allí pasados. Obtuve una respuesta breve, clara, concreta y concisa, como decía el fundador que tenía que ser una buena confesión: “Lamentamos comunicarle que usted no nos consta”. Entre esta contestación y que personas que había conocido de toda una vida ni me saludaban, comprendí que el opus no era ni solución ni salida para ninguno de mis problemas que no eran pocos, sin dinero, sin trabajo, sin amigos y rota.Como alguien ha escrito, yo no fui al opus a pedir nada, fui a dar y lo di todo, por lo que decidí empezar yo sola y de cero. El resto creo haberlo escrito con anterioridad.
Lo bueno de esta página fue comprender que no era única, que había cientos, o miles de personas en mi misma situación, y con todos los documentos, libros prohibidos, escritos personales, armé mi rompecabezas y me desvinculé, del todo. Dejé de esperar, dejé de creer, dejé de sufrir y me recuperé a mí misma. Creo que el problema no es “in o ex”, creo que la situación es pertenecerse o no pertenecerse.
Todos éramos una misma cosa: hijos del fundador, cofundadores la mayoría de los que escribimos, todos teníamos un lema: obedecer o marcharse, todos obedecimos y muchos nos fuimos o nos echaron, la cuestión es que no estamos. No nos pertenecíamos, no teníamos posibilidad de hacer fructificar los talentos que Dios nos había dado, es más, el ponerlos de manifiesto era incluso motivo de correcciones fraternas. No éramos libres, no éramos responsables.
Ahora fuera de la barca, muchos de nosotros construimos la nuestra propia, nos hicimos responsables de los que subimos a ella, hemos desarrollado nuestros propios talentos, sin rencor, sin añoranzas, nos pertenecemos, ahora somos libres y responsables de nuestros actos. Alguien de los que de repente escriben por aquí, preguntó si no habíamos aprendido nada en el opus, recuerdo que le contesté: entre las cosas que aprendí una era que yo no era quien para juzgar, otra que no se ataca al más débil y otra es que jamás me volvería a asociar ni para jugar a la lotería, cosa que mis compañeros de trabajo nunca entendieron. Conozco gente de la obra que están dentro pero ya no son propiedad de la obra, se pertenecen a sí mismos, han conseguido un equilibrio porque por edad no se pueden plantear dejar la seguridad que les proporciona el opus pero ya no les pertenecen, se han adaptado, se sienten felices porque han tomado su propia decisión.
A veces al leer ciertos escritos me da la sensación de que estando fuera años, siguen sin pertenecerse a sí mismos, de alguna manera están fuera de “la barca”, pero amarrados a algún cabo suelto y siguen dejándose arrastrar por ella. Por esto no entiendo nada de lo que se escribe últimamente con respecto a Antonio Esquivias. ¿Es tan difícil comprender que él es tan libre de actuar como cualquiera de nosotros?. El ha pedido como quien es, él o sus circunstancias, nosotros hemos respondido como somos o como son nuestras circunstancias. La cuestión es si nos pertenecemos, lo cual lleva consigo entre otras cosas la tolerancia. O de algún modo y por desgracia influyeron tanto en nuestras mentes y nuestros corazones que les seguimos perteneciendo?, actuando como ellos?
A mi personalmente me es indiferente lo que le pase al opus, creo que hay vida después de la muerte, para mí la obra es muerte y evitaré en la medida de mis posibilidades, que ni su sombra le de a ninguno de los míos, pero por lo demás no existe ni ella ni lo que la Iglesia haga con ella. Lo que sí tengo claro que no nos desvincula una carta ni su contestación oral. Nos desvincula el valor que nos demos a nosotros mismos y a los que vivieron situaciones similares en relación a aquella mala noche en tan funesta posada.
Feliz Navidad para todos Julia.
El anonimato, la función de Opuslibros y la opinión pública.- Antonio Esquivias
En primer lugar agradecer a cada una de las personas que ha apoyado mi petición y/o la campaña de crowdfounding para publicar mi libro. Os estoy personal y sinceramente agradecido.
Aclarar que yo nunca he pretendido acabar con el anonimato en Opuslibros. Primero porque eso es un tema personal, cada uno sabe en qué momento quiere o se encuentra con energía hacer las cosas, y para mí es fundamental respetar esto en cada persona. Lo he hecho cuando estaba en el Opus y es la base de mi trabajo ahora...
(Leer artículo completo...)
Espiritualidad antirrecetaria y guarderías de adultos.- Daneel
Para los que han escrito sobre las guarderías de adultos, me gustaría plantear la siguiente pregunta. ¿Es compatible una guardería de adultos con una espiritualidad fuertemente antirrecetaria, es decir, cuando no se enseñan formas fijas de acercarse a Dios como robots, sino más bien se promueve el arraigo en el alma de principios tales como la solidaridad o la generosidad o la confianza en la Providencia, cuando lo que se promueve no es el seguimiento de un líder sino el escuchar la voz interior, el desarrollo de la libertad hacia la plenitud humana?
Este tipo de espiritualidad lo he conocido en muchos católicos en mis ya 15 años fuera del Opus, tanto en pertenecientes a movimientos o comunidades como entre los que no pertenecen a ninguna. Diría incluso que hay algunos movimientos que lo promueven explícitamente (como son movimientos poco jerárquicos, poco monolíticos, son también poco "eficaces" con los criterios usuales, se les nota poco y no se habla de ellos en los medios de comunicación).
También lo he conocido, por supuesto, en muchas personas espirituales, aunque no se consideren católicos o de ninguna religión en particular. Entre los que escriben en Opuslibros, tanto si siguen siendo creyentes como si no, también me parece que hay muchos que han descubierto esta espiritualidad "madura", de adultos que no buscan ni necesitan la seguridad de una guardería.
A esto me refería cuando hace un año escribí sobre las minorías creativas.
Un cordial saludo,
Daneel
Víctima sospechosa, según Carmen Charo.- Jiménez
Parto de la premisa de que las personas psicológicamente sanas repudiamos en lo más profundo los abusos de cualquier naturaleza. De hecho lo que nos concita en esta página a muchos es la indignación ante el abuso, en este caso de índole espiritual, del que fuimos objeto por parte de la única prelatura de la Iglesia Católica.
He leído, primero con estupefacción y, en una segunda lectura –porque no me podía creer lo que veía y repasé el texto para confirmarlo- con absoluta indignación la carta de Carmen Charo del pasado viernes.
Los hechos son los siguientes: un niño de 12 años sufre presuntamente abusos sexuales y violaciones por parte de sacerdotes de la Diócesis de Granada (España). Doce años después, el joven de 24 años que hoy es el niño violado decide denunciar aquellos hechos. El propio Papa, según lo dicho en la prensa, le llamó para pedirle perdón por ello, a la vez que se comienzan las investigaciones en esa diócesis para ver qué sucedió y determinar responsabilidades.
Creo que cualquiera con sentido común y cierta sensibilidad celebraría tanto la denuncia del joven como la apertura de investigaciones. ¿Dije cualquiera? Parece que no. Parece que hay “víctimas” y “víctimas sospechosas”. Resulta que ese joven denunciante trabaja como profesor en un centro del Opus Dei. Y claro: hasta ahí podíamos llegar. Carmen Charo, sumergida en fantasías tras recibir un “dong” en su cabeza (así lo expresa), aprecia en esa denuncia, no un derecho y un paso positivo para hacer justicia, catigar a los culpables y contribuir a erradicar esa terrible lacra que son los abusos sexuales por parte de curas, sino toda una operación de imagen de la Obra ante el Papa de la que el joven-niño violado no ha sido sino una pieza. Me gustaría usar otra palabra para decir lo que siento ante esos argumentos, pero no puedo: repugnancia.
Vamos a suponer -que no está demostrado- que ha sido el Opus Dei el que, como fantasea Charo, animó al joven profesor a interponer la denuncia. ¿Es menos víctima por ello? ¿Tiene menos derecho a poner en conocimiento de la Iglesia aquellos abusos? Si en lugar de al Opus Dei –la prensa que leí dice que es simplemente profesor de un centro de la Obra; Carmen Charo lo da ya por miembro-, el joven estuviera vinculado a la Masonería, al Partido Comunista, a los Kikos, a la Real Sociedad, o si fuera simplemente un aséptico padre de familia, ¿tendría más derecho a la credibilidad en su denuncia?
Hace muy pocos días se abría un debate en Opuslibros sobre la radicalidad y el sectarismo que impregna a algunos de los que escriben aquí. No comparto tales argumentos aunque reconozco que escritos como éste de Carmen Charo no ayudan precisamente a desmontarlos.
Y adelanto que ya desde este mismo instante me preparo para la oportuna reconvención de Aquilina que, sin duda, me enviará esta vez al rincón del aula a escribir mil veces: “No atacaré personalmente a Carmen Charo”. Pero me gustaría mucho –y la emplazo a ello- a que Elena nos diga qué consideración le merece la opinión de su amiga en este asunto. ¿También tengo razones, pero no tengo razón?
Saludos a todos.
Jiménez
Ovejas, pastores y lobos.- Pepito
Veo en la prensa de hoy que ese pobre chico del que en su día abusaron esos malos curas de Granada se declara miembro del Opus Dei. Tal vez lo haya hecho buscando credibilidad ante el papa, lo que me parece bien; y supongo que lo ha hecho con la autorización del Opus Dei, lo que también es digno de elogio, aunque me extraña que esa gente, que tanto horror siente ante los escándalos (aunque sean de otros), lo haya autorizado; lo cual, repito, solo me merece elogios. También me extraña un poco que a la hora de colocarle al chico una vocación al Opus Dei, como nos la colocaron a tantos otros, no tuvieran en cuenta esos dolorosos antecedentes y la grave herida que, lógicamente, causaron en su personalidad; pero puede ser que no los conocieran.
Por lo demás, y dado que Dios me ha conservado la fe, estoy aterrado ante un hecho que me atrevería a calificar de diabólico o satánico: el de que unos curas llamados a ser buenos pastores se hayan comportado como lobos rapaces, desafiando frontalmente la más dura maldición que el propio Jesús pronunció en los evangelios: “¡Ay del que escandalizare a uno de estos pequeñuelos!: más le valdría que le ataran al cuello una rueda de molino y lo arrojaran al mar”. Verdad es que la misericordia divina es infinita, pero esos individuos tendrán que profundizar en ella para encontrar perdón. Sin embargo, la justicia humana no tiene esa misericordia y hará muy bien retirándolos de la circulación para muchos, muchos años. ¡Qué vergüenza, Dios mío!
Pepito
El modus operandi del Opus para inculcar la vocación.- JaraYsedal
Estimado Pérez (21/11/2014)
No sé para quien escribes, pero te contesto, desde mi breve (para los parámetros temporales de los que aquí escriben) experiencia. Otros muchos ya lo han hecho con mucho más conocimiento de causa en esta web. Así también contesto a los lectores a los que tú probablemente te diriges con tu escrito.
Su “modus operandi” o manera de proceder habitual está descrito en innumerables escritos de esta web o de otros sitios de internet, así como en libros. En primer lugar...
(Leer artículo completo...)
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