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CORRESPONDENCIA

Miércoles, 09 de Julio de 2014

El Prelado del Opus Dei en su carta de julio de 2014 se refiere a la próxima beatificación de su predecesor, Álvaro del Portillo, y detalla algunos aspectos de su vida y de sus escritos, subrayando que todo cristiano necesita practicar las obras de misericordia.

Me ha llamado la atención la frase "Bien os consta que siempre nuestro Padre impulsó, en todo el mundo, innumerables iniciativas en favor de los indigentes, y don Álvaro siguió ese mismo camino", porque mi percepción personal durante los dieciocho años en que fui numerario difiere de esto...

Seguramente ya sabréis muchos de vosotros que cierta cantidad de ex-miembros de la Prelatura, sobre todo los célibes, al paso del tiempo y por circunstancias debidas al cambio de su estado civil y gracias en muchos casos a sus supernumerarias novias o esposas, son casi los únicos que llenan hoy los pocos círculos de san Gabriel en los diversos centros. Me imagino que en femenino debe ser algo parecido.

Y digo esto porque os daréis cuenta de que es casi imposible que un ex-célibe, merodee centro alguno si no está bien "ennoviado" o casado con alguien con carné escrivariano. (Me sumo a la iniciativa de Orange, al menos los curas de la prelatura deberían ser perfectamente denominados e identificados como los “escrivarianos”, sin más.)

De esos conozco a unos cuantos, me refiero a los que mantienen esa rutinaria presencia en los círculos, esos que entran de novios y salen abuelos. Todavía no entiendo completamente qué hacen los pobres allí, creo que realmente tampoco ellos lo saben. Así me consta que, después de años y años asistiendo a tan aburrida e insípida práctica por su parte, así como el convencimiento de que nunca van a escribir ninguna carta más al padre de turno, la única finalidad de mantener ese soponcio circular se puede identificar como una estrategia prelaticia con el propósito de mantener a esos pobres bien ataditos y con los ojos de la razón borrosos para siempre. Y de paso, cómo no, amortizar los inmuebles varios con los donativos obtenidos, eso es fundamental, mucho más que la pretendida formación.

Dios es tan generoso que permite que buenas gentes que han militado y desertado de la filas opusinas no se vayan a enterar en su vida de qué va todo ese cotarro. Ojos que no ven, corazón que no siente, aunque duela en el bolsillo. Y puestos a ver las cosas por su lado positivo, aunque sea estrecho, vamos a dar gracias al Todopoderoso por ello. Al fin y al cabo no les queremos mal, aunque sea de justicia ayudarles a ver. Quizás tengamos también por delante la oportunidad de dar sentido y significado a la palabra “limbo”.

Pero en nuestras manos está hacer todo lo posible (las nuevas tecnologías obran milagros) para que despiertes, visitando por ejemplo opuslibros.org.

Creo que deberíamos recomendarlo tanto de forma nominativa como anónima a todos nuestros conocidos de ese entorno, sería como un buen regalo para las lecturas del verano. Yo ya lo estoy practicando. Es nuestro particular apostolado y una respuesta a la nueva estrategia manipuladora de la obra.

Y hablando de recomendaciones, a esos que han encontrado su media naranja o están en ello y se mueven en estos ambientes afines les diría, les rogaría incluso, que se leyeran aquel el impactante testimonio -que no tiene nada de anécdota- de María Cristina, esa chica que vivió un infierno al casarse con un ex-numerario. Es el precio de juntarse con algún "ex en buen plan" como ella misma escribe posteriormente.

Lo lamentable es que han existido y existen hoy todavía muchos infiernos parecidos silenciados, muchos, muchísimos, demasiados. Y lo triste es que a esa cruz, que nada tiene de cristiana, se han abrazado la mayoría de matrimonios que viven estrictamente según las leyes de Escriba; los pobres habrán pasado por ese mundo sin haber vivido con la mínima dignidad que se merece todo ser humano.

Y lo recomiendo a ellos y a ellas, para que sepan a qué atenerse. Para que se ilustren de cómo van a ser sus vidas con sus futuros maridos o esposas. De lo que va ser su convivencia y su futura familia, para que no puedan decir que eso no se lo esperaban y nadie les había advertido. Que sepan que la paz sólo les vendrá cuando se alejen de los ambientes contaminados y sectarios que ofrece el Opus Dei, aunque les suene ahora duro.

Lo dicho, feliz lectura de verano,...

Manzano

Agustina ha informado (7.07.2014) de que desde hace poco tiempo los directores de la Obra de Escrivá han impulsado una campaña, carente de espontaneidad, para que ex miembros “en buen plan” informen a la Santa Sede de los beneficios obtenidos a lo largo y ancho de su paso por la Obra escrivariana. Mal tienen que estar las cosas en el Opus cuando sus mandamases recurren a la ayuda de los ex miembros, a quienes el fundador consideraba vacilantes “hijos de quita y pon”, “personas que no tienen cordura” y quebrantadores (al estilo de Judas) de la vocación divina. Recientemente nos lo ha recordado Heart aportando palabras textuales de Escrivá:

"No juguéis con vuestra felicidad. Yo no tengo hijos de quita y pon. Os quiero con una fidelidad inquebrantable. La vacilación es algo de personas que no tienen cordura. Incluso humanamente, la falta de fidelidad no se comprende. El mejor regalo que podéis hacerme es vuestra fidelidad y vuestro cariño. Os he repetido cien veces que seáis fieles y os lo seguiré repitiendo. Porque lo tengo clavado en el corazón. Hay que pedirle al Señor que os mande la muerte antes que no perseverar." Meditación de Escrivá. 15-VIII-1961. Publicado en tomo V de "Meditaciones" página 404.

Ya que los ex miembros no pueden hacer el mejor regalo, al menos los directores del Opus se conforman con el regalito de que escriban cartas a la Santa Sede aportando buenos informes de la Obra de Escrivá. En realidad, no es nueva esta táctica de servirse de los posibles beneficios de ex miembros. Con motivo del fallecimiento del arzobispo emérito de Barcelona, ex socio de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, cardenal Ricard Maria Carles, una nota necrológica de Desdelaotravida (27.12.2013) nos aportó suculenta información.

Pero el problema de fondo no es la manipulación a la que los directores del Opus someten a algunos ex miembros en favor de sus intereses. El problema de los directores es más profundo: la incapacidad de someterse a una mínima y objetiva autocrítica, pues sólo saben analizar su gestión a la luz del autobombo institucional. Este es el problema.

El mal absoluto no existe en este mundo. Incluso en la Alemania nacional-socialista pueden encontrarse no pocos elementos positivos: patriotismo y autoestima nacional, disciplina y rigor para la obtención de grandes logros, importantes avances científicos y tecnológicos, etcétera. Pero en estos casos no hay que olvidar el adagio filosófico que se remonta al sabio Pseudo-Dionisio Areopagita y dice: bonum ex integra causa, malum ex quocumque defectu. He aquí el quid de la cuestión. Los dirigentes del Opus son, de momento, incapaces de ver defectos en su labor de gobierno porque creen, sin base teológica sólida, estar dotados de una especie de infalibilidad que el santo fundador imprimió en su fundación. Por eso, cuando reciben la más mínima crítica, reaccionan aplicándose el victimismo martirial de la persecución religiosa, desencadenada por vacilantes “hijos de quita y pon”, “personas que no tienen cordura” y quebrantadores (al estilo de Judas) de la vocación divina.

Mientras los dirigentes de una institución estén obcecados para reconocer sus posibles errores y carezcan de la más mínima y sana capacidad de autocrítica institucional, los problemas de su labor de gobierno nunca se solucionarán, por mucho que desplieguen una espectacular campaña propagandística. Así lo enseña la conocida fábula medieval sobre el rey que, estando desnudo, creía estar vestido de ropajes elegantes, y no le faltaban aduladores hipócritas que elogiaban sus invisibles vestimentas. Esta es también la trama de un entremés de Miguel de Cervantes titulado El retablo de las maravillas.

Josef Knecht

Qué raro se me hace ese buen rollito que cuenta Gregorio el día de San Fermín. Numerarios y supernumerarios dándole palmaditas en la espalda, acompañándole en el proceso de salida: parece que le insistían: "Anda, Goyo, vete, majo, que fuera estarás muy bien aunque aquí siempre te querremos". Y de propina, una novia supernumeraria. Que se me hace todo muy raro, Goyo. Y para que quede todo más claro, ahora Goyo necesita liberarse de opuslibros. ¿Sabe él para qué? Yo se lo diré: para que nada lo despiste antes de reingresar en la casa de los cepos con la nueva condición de supernumerario. Eso, en el hipotético caso de que alguna vez haya dejado de ser lo que sea que dice que fue o sigue siendo.

Que encuentres pronto un buen trabajo, Goyo. Y no te preocupes por las perricas -ese fondo que dices que te has ido haciendo aunque no sé con qué dinero si no tienes trabajo-, porque la supernumeraria ya te proveerá de la paga dominical.

Que sigas siendo tan feliz en ese mundo ídem de ídem.

Bastian.

Me alegro mucho por el mundo maravilloso en el que vive Gregorio después de abandonar el opus dei, pero en su relato no veo nada de lo que me pasó a mí.

Al menos a mí, nadie me hizo ningún caso cuando lo dejé. No tuve ayuda ni de numerarios ni supernumenarios ni nada. Nadie hizo el mínimo gesto de acercarse a mí. Mi salida fue totalmente fría: un trámite jurídico por el cual todo por lo que había estado peleando como un cosaco quedaba... en nada.

Yo lo dejé por agotamiento, porque ya no podía aguantar más aquella vida de esterilidad y de cartón-piedra. Los pocos amigos que tenía cuando me salí del opus a los 27 años, después de toda la infancia "de facto" en el opus, sospechaban de mí; no teníamos confianza después de tantos años de proselitismo. Y de los miembros qué decir: todos los que eran mis hermanos se esfumaron. Las puertas no están abiertas para salir. Estan abiertas de par en par para entrar: ¡venga para dentro los chavales de 14 años! Ya los hemos ido indoctrinando desde los 7. ¿Que sufren como perros? Sigamos exigiéndoles a saco: cuando no puedan más ya se irán, pero nos quedaremos con algunos. Totalmente descentrados y dañados psicológicamente, pero ... ¿qué más da? Es su culpa. No han podido aguantar la exigencia divina. Después de todo, en el opus han estado sirviendo a Dios, ¿no es así? Pues entonces nada les ha podido venir mal. Y por cierto, cuando me casé y tuve hijos ahí sí que se acercó la peste del opus con sus colegios de pre-escolar para tratar de trincar a mis hijos desde pequeñitos.

Beni

Tras las respuestas a la pregunta que lancé la semana pasada sobre por qué la prelatura no quiere que sus sacerdotes se incardinen en las diócesis, estoy de acuerdo con Joseph Knecht (04/04/14) y Conrad (07/07/14): El motivo fundamental es la imagen de cara a la Iglesia y a los obispos.

Es muy triste, pero la obra prefiere que un cura “cuelgue la sotana” a que esté en una diócesis. Por ello, los destrozan psicológicamente durante meses para que dejen el sacerdocio. Conozco algún caso concreto y os aseguro que más de un Vicario y más de un Director Espiritual tendrá que rendir cuentas.

Imagínense por un momento que un sacerdote numerario deja la Prelatura y se incardina en una diócesis y es destinado como párroco a la típica parroquia de gente joven y del “entorno”. No les interesa nada esta situación y similares.

De hecho, la prelatura, ya se encarga de hacer la vida imposible a los sacerdotes que se incardinan en diócesis. Y cuando no lo consiguen, se echan a temblar como por ejemplo con el actual Vicario General de una diócesis española que fue sacerdote numerario y que ha sonado para obispo en alguna quiniela. ¿Verdad que tengo razón, Srs. Vicarios que leen esta web?

BoQ

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