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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 27 de Enero de 2014



Explicación no pedida…- Laotra_orilla

Explicación no pedida… acusación manifiesta. Así dice un viejo dicho y que se aplica totalmente a las explicaciones que han comenzado a dar tanto el prelado como los medios oficiales de la prelatura, acerca de la beatificación de Alvaro del Portillo y del lugar y la hora donde se va a llevar a cabo. Se vuelve a repetir la historia pero ahora con otro Papa y en circunstancias bastante distintas. La distancia de 22 años pesa y mucho en el ánimo de la gente.

Felicito a Ignaki por su último artículo: Los peregrinos a Tierra Santa no buscan los lujos del Opus me parece muy acertado y claro, da en la “diana”. Sólo quisiera añadir algunos comentarios más.

Para empezar, de pronto me sentí transportado a hace 22 años cuando se anunció la beatificación de Josemaría y empezó el revuelo universal, en el sentido más amplio de la palabra, pues comenzaron a aparecer en la prensa, en la radio, en la tv, cantidad de información y entrevistas de todo tipo y colores y en más de una de ellas se ponía en entredicho la fiabilidad del proceso. Había quien decía que era necesario frenarla y puso en jaque a todo mundo, desde la cúpula de la obra hasta el último que estaba consiguiendo no sé cuántos duros que le faltaban para poder costearse su “pase” a Roma y en primera fila. Recuerdo que fue una movilización “universal” y un saqueo a las arcas de los centros y de tantos supernumerarios y cooperadores y “amigos” como nunca, para poder estar ahí presentes dando testimonio de la vida santa del fundador.

Me acuerdo que días antes pasamos un buen grupo de numerarios con chicos de San Rafael por Madrid provenientes de muy lejos y llegamos a dormir a un “apeadero” de agregados en un barrio cerca de Tajamar. Ahí, en la típica tertulia montada en el momento, nuestros anfitriones nos contaron que había sido esa semana, antes de la beatificación, muy intensa ya que un grupo de inconformes le habían pedido al Papa Juan Pablo II que parara esa beatificación y que él le había dicho a don Alvaro que no se preocupara, que lo importante era llenar la Plaza de San Pedro y que eso era más que suficiente para testimoniar la devoción al futuro beato. Fue una semana por tanto de invitar hasta el apuntador que iba pasando por la calle, montarlo en un autocar y ya está, directo a Roma. Algo por el estilo pero ya con “experiencia y colmillo” sucedió con la canonización, allí sí que había que batir records pues acababa de pasar la del Padre Pío que había sido multitudinaria y ésta no se podía quedar atrás. En esta ocasión invitamos hasta las sombras que pasaban por la calle pues había que dar un testimonio mayor al mundo entero. Era muy importante poner en alto al que sería llamado el “santo de lo ordinario”, y había que hacerlo con una manifestación “extraordinaria”, aprovechando ese “gran poder de convocatoria” que tenía el santo de Barbastro, no de “Balaguer”.

Todos recordamos ese momento triunfal en el que el Papa lo proclamaba nuevo santo; su nombre inscrito en el número de los santos. Y recordamos ese otro momento único e irrepetible, nunca visto en la Plaza de San Pedro: el desfile de mil paraguas blancos acompañando el momento de la comunión. A este propósito me comentaron que tiempo después, del Vaticano pidieron a la prelatura estos paraguas en préstamo para una ceremonia y al parecer no sé por qué razones pero no fueron prestados… Quizá ahora sí vuelvan a salir en la tan esperada beatificación.

Me comentaba un amigo que estudia en una de las universidades de Roma, que tuvieron una conferencia con un profesor de Derecho Canónico y que éste les comentaba el desorden tan grande que hay en la Congregación de la Causa de los Santos, pues en muchas ocasiones las biografías que envían de los futuros beatificados o canonizados no tienen nada que ver con la realidad y las que proceden son las causas de las instituciones ricas pues es necesario pagar a los peritos y no todo mundo lo puede hacer. Estudiaron algunas biografías, entre ellas la de don Alvaro, y el profesor les invitaba a que sacaran sus conclusiones. En este caso el problema está muy claro pues la obra es juez y parte ya que hay un buen grupo de gente de la prelatura que trabaja en esta congregación. Al parecer ya el Papa Benedicto había comenzado a meter orden en este dicasterio.

Pero volviendo a nuestro tema. Creo que el prelado ha dado una serie de explicaciones innecesarias que en el fondo esconden algo, da la impresión que la cosa no fue nada fácil.

Por otro lado, en lugar de promover una participación masiva habría que invitar a la obra a que siga el ejemplo del Papa Francisco en dos ocasiones, una cuando fue nombrado Cardenal y la otra Papa. Francisco pidió a las personas que pensaban viajar a Roma a dar ese dinero a gente necesitada que hay muchas, que no era necesario gastar. A una persona no la hace más beata por la mayor o menor afluencia de fieles en su ceremonia de beatificación. Qué bueno sería que el prelado sacara un “decreto” en el que pidiera a toda la gente que piensa viajar a Madrid y a Roma, que entregue ese dinero, no a la obra, por supuesto, sino a algunas instituciones de la Iglesia que trabajan por el bien de los más necesitados y que siempre andan en busca de dinero. Ni tampoco a los planes de Harambee Africa International pues son ellos mismos y capaz que…

Por cierto, me imagino que en estos días la cúpula de la obra ha de estar muy al pendiente del capítulo general de los legionarios y de todas las reformas y modificaciones que van a hacer a sus constituciones y a su espiritualidad. Va a ser muy interesante conocer los resultados pues si ambos son una copia y lo que cambia es solamente la nomenclatura, lo que ellos concluyan y los cambios que introduzcan seguramente les pondrán a temblar y más pensando en la maldición que pesa sobre el que ose cambiar algo del “espíritu”. No podemos olvidar que esta maldición es una de las intervenciones más gloriosas del futuro beato.

Desde La otra orilla.





¿Alguien entiende al Prelado del Opus Dei?.- Lvdovicvs

Y no me refiero al patético video de Navidad en el que arrastra la voz y confunde las ideas, sino al texto de la reciente entrevista, en ella afirma:

"el Santo Padre ha acogido esa sugerencia y establecido que la beatificación sea en Madrid el 27 de septiembre. Esta opción facilitará también la participación de numerosos madrileños, que deseaban asistir a la beatificación pero que -en el contexto de la crisis económica actual– hubieran tenido dificultades para afrontar un viaje a Italia" y dos líneas más abajo, asevera: "Será, para muchísima gente de varios países, una oportunidad de visitar los lugares relacionados con el nacimiento del Opus Dei, fundado el 2 de octubre de 1928 por san Josemaría, en Madrid".

Entonces ¿hay o no hay crisis económica? ¿Los de Madrid lo tienen difícil para viajar a Italia pero los de México -por poner un ejemplo solamente- ¿lo tienen fácil para hacer un viaje a Europa? Los vuelos, por cierto, entre una ciudad del interior de México y Madrid oscilan entre los $1600 y los $1700 dólares americanos (¿viajan los supernumerarios en coach class?)… No sé, tengo para mí que ¡es todo tan confuso y tan contradictorio en el Opus Dei! ¡Predican el evangelio y anuncian un proyecto del tamaño y costo como Saxum en Tierra Santa; dicen querer a Papa Francisco y ¡ni de lejos tienen gestos similares a los suyos! ¿Olvidaron ya que Papa Francisco, a través del nuncio en Argentina (Paul Tscherring) poco antes de la misa inaugural, indicó a todos los arzobispos y obispos su preferencia personal y una alternativa a los gastos de viaje trasatlántico? “Desearía –escribió el nuncio expresando el deseo del Papa- que en lugar de ir a Roma para el inicio de su Pontificado el próximo 19 de marzo continúen con esa cercanía espiritual tan apreciada acompañándola con algún gesto de caridad hacia los más necesitados”. Lo mismito había hecho Jorge Mario Bergoglio en el 2001 cuando Juan Pablo II lo nombró cardenal: les pidió que no viniesen a Roma porque el dinero lo necesitaban más los pobres…

Leo y releo y vuelvo a leer y me pregunto cuándo tendrá monseñor la humildad suficiente para imitar el gesto de Benedicto XVI y retirarse a una vida de silencio y oración. Chi lo sa!

Lvdovicvs





No fue obispo-prelado del Opus Dei, tampoco Echevarría.- Josef Knecht

 

En el video que se ve y se escucha en la página web de la Oficina de Información del Opus Dei con motivo de la noticia del lugar y fecha de la próxima beatificación de Álvaro del Portillo (Madrid, 27 de septiembre de 2014), se afirma en el minuto 1,14 que “desde 1982 fue elegido obispo-prelado” de la recién erigida prelatura personal del Opus Dei.

 

Pues bien, esa afirmación es incorrecta por dos motivos. Primero, porque en 1982 don Álvaro aún no era obispo, sino presbítero; su ordenación episcopal tuvo lugar el 6 de enero de 1991. Y segundo, porque el título “obispo-prelado del Opus Dei” no expresa la realidad jurídica de las prelaturas personales, las cuales no tienen necesariamente que estar gobernadas por un obispo, ya que un sacerdote de la misma puede ser su prelado sin necesidad de que sea ordenado obispo; el mismo don Álvaro, sin ir más lejos, estuvo al frente de la prelatura del Opus, siendo presbítero, desde noviembre de 1982 hasta el 6 de enero de 1991, fecha en que recibió la ordenación episcopal. A partir de esa fecha, Portillo siguió siendo prelado del Opus Dei y además empezó a ser obispo titular de Vita, es decir, no fue “obispo-prelado del Opus Dei”. A día de hoy, don Javier Echevarría es, desde el 20 de abril de 1994, prelado del Opus Dei y, desde el 6 de enero de 1995, obispo titular de Cilibia, es decir, no es “obispo-prelado del Opus Dei”.

 

Téngase también en cuenta que el prelado del Opus Dei, según establecen los Estatutos, es elegido por los miembros electores del Opus. Los respectivos nombramientos de obispo de Portillo y de Echevarría fueron sendas decisiones del Papa Juan Pablo II. Ha de quedar claro que no el obispo del Opus Dei, sino el prelado del Opus Dei es elegido por los miembros electores de la prelatura. Decir que estos “eligen a su obispo-prelado” es falso.

 

A veces soñamos en Opuslibros imaginando que puede haber cambios en el funcionamiento interno de la Obra de Escrivá. Al menos a día de hoy, veo imposible ese deseo. Los directores del Opus, aun siendo los primeros en saber que el concepto de “obispo-prelado del Opus Dei” no existe, lo divulgan para crear confusión entre los suyos y los ajenos, pues pretenden dar a entender falazmente que una prelatura personal es equiparable a una diócesis. Personas que engañan así –¡y este engaño se da, para colmo, en el contexto de una beatificación!– no son capaces de impulsar una reforma sincera de su institución porque carecen de amor a la verdad.

 

Josef Knecht





Impresiones sobre la beatificación de A. del Portillo.- E.B.E.

Con la noticia de la próxima beatificación del primer prelado del Opus Dei y mano derecha de Escrivá, el Opus Dei da muestras, una vez más, de eficacia institucional y conocimiento profundo de los mecanismos de los procesos de canonización, posiblemente por encima de cualquier otra organización actual de la Iglesia.

Sin embargo, esa misma eficacia para lograr “objetivos exteriores” bien definidos, tal cual francotirador, no parece estar presente en lo que hace al manejo interno de la organización: los graves problemas de deserciones y el anómalo funcionamiento de su doble régimen interno (como Prelatura y como Instituto Secular) son dos ejemplos muy claros.

El otro asunto, que parece advertirse, es la novedosa reacción que causa la beatificación de A. del Portillo entre los ex miembros. Si en 1992, la beatificación de Escrivá fue todo éxito, sin aparentemente demasiados contratiempos, su canonización en 2002 despertó ya una indignación mayor, a tal punto, que dio origen a un sitio web como Opuslibros, cuya intensidad tan profunda ha permitido sostener con vida dicha web, por más de 10 años, hasta hoy. Sin embargo, en 2014 la beatificación de A. del Portillo no pareciera despertar tanto indignación sino más bien indiferencia: como quien dijera “no vale la pena indignarse por segunda vez”, o al menos mostrar esa indignación.

Casi diría que, mientras la indignación acoge un sentimiento de esperanza, la indiferencia, en cambio, da por perdida toda solución, al menos a corto plazo.

Ese sentimiento de indiferencia me parece más preocupante –mirando desde el punto de vista de la Iglesia- que el sentimiento de indignación. Quien se indigna reacciona de esa manera porque se toma muy en serio toda beatificación; quien la ve con indiferencia, ya no le otorga la misma reverencia que antes.

Beatificaciones polémicas como las de Escrivá y Del Portillo inciden en el desprestigio de los procesos de canonización vistos desde el Pueblo de Dios y creo que eso le debería preocupar, un poco al menos, a la Jerarquía de la Iglesia.

***

Lejos de ser un signo de reconciliación, la beatificación de A. del Portillo confirma el encierro en sí mismo del Opus Dei en sus propias metas corporativas, sin prestar menor interés en su entorno. Confirma la preocupación primordial por el éxito institucional y, por lo tanto, difícilmente haya lugar o cabida a cualquier elemento que huela a fracaso, ya sea el reconocimiento del funcionamiento anómalo institucional, como el costo histórico en vidas humanas que ha supuesto la construcción del Opus Dei.

Si bien la beatificación de A. del Portillo no pareciera tener la misma fuerza que los procesos de Escrivá, incluso por no ocupar un lugar privilegiado como la Plaza de San Pedro, lo cierto es que el interés por lograr dicha meta no parece ser menor en su intensidad, como quien diera por cumplida la última voluntad de Escrivá.

E.B.E.





¿Críticos con la Iglesia?.- Daneel

Estimado Orange,

 

Yo pienso que es correcto decir que Opuslibros no es una web contra la Iglesia, en el sentido de que la web como tal no se propone destruir o combatir a la Iglesia. Es más, esta web ni siquiera se define a sí misma “contra el Opus Dei”, sino informativa sobre el mismo. En un sentido profundo, esta web es mucho más pro-Opus (y sobre todo, pro-miembros) que las muchas webs oficiales y extraoficiales.

 

Aquí escriben muchos excatólicos, algunos puede que a título personal sí escriben contra la Iglesia; otros excatólicos no escriben “contra”, sino simplemente al margen o desde fuera. Y, sobre todo, aquí escribimos muchos que seguimos siendo católicos, lo que no significa, como bien dices, que hayamos traspasado nuestro acriticismo del Opus a la Iglesia. Ser crítico con los pecados de los cristianos y con los defectos estructurales de la misma Iglesia no es ir contra, es una forma de purificar, como tú mismo has ejemplificado con el Papa Francisco y con San Pablo. Algunos somos críticos con el Opus, y en ocasiones con la misma Iglesia, porque (y no a pesar de que) somos católicos. En mi caso particular no me caracterizo precisamente por ser “anti”, pero eso no significa que no sea crítico.

 

Por ejemplo, en relación con la recientemente aprobada beatificación de Álvaro del Portillo, me molesta mucho que siga primando la imposible verificación “científica” de un milagro sobre el examen de la vida y escritos del candidato. A mi modo de ver, la Iglesia está en este punto demasiado influida y acomplejada por la mentalidad cientificista imperante. Pero es cierto que con más frecuencia no he criticado yo mismo, sino que he respondido a las críticas de otros, cuando me parecían mal fundadas. En esos casos mi motivación principal no es defender a la Iglesia “a capa y espada” (acríticamente), sino quedarme con lo mejor de esas críticas, porque pienso que así serán más eficaces. Las críticas superficiales me resultan muy molestas.

 

Dicho esto, me parece bien lógico que las críticas a la Iglesia como tal sean menos frecuentes que las críticas al Opus, porque esta web tiene un foco temático bien definido. Es obvio que Agustina no impide que se publiquen críticas a la Iglesia, en la medida en que encajen con el objetivo de la web: abundantes ejemplos hay. Ahí están las críticas a todo lo que tenga que ver con Cipriani (por ser él numerario), las abundantes referencias a lo ocurrido con los Legionarios (por la analogía con el Opus), y otras más generales sobre la apatía general vaticana para defender a los fieles frente a instituciones abusadoras, la falta de sensibilidad social en algunos católicos, etc.

 

Si no hay más críticas, será porque no hay más aportaciones de los usuarios de Opuslibros. ¿Debería haber más, deberían promoverse? Sinceramente, pienso que no: por no desviar el foco temático principal, y sobre todo porque a mi modo de ver aquí no se promueve ninguna línea editorial, sino que la web vive de sus espontáneos contribuyentes. Si tú quieres aportar, aporta, seguro que serás bienvenido.

 

Recibe un cordial saludo,

Daneel

 

PD. Y para ti, Agustina, un cariñoso abrazo.





He aprendido a vivir la pobreza desde que me fui.- ENR

Dejé la institución hace unos meses, después de muchos, muchos años. Y es en ese tiempo cuando he aprendido el valor de las cosas y, más importante, por qué ahora soy consciente de aspectos que antes ignoraba olímpicamente.

En la institución da igual tener o no tener. Jamás falta lo necesario, teniendo presente también que el listón de la "necesidad" está muy alto. Este hecho, que es a priori bueno porque significa que ningún miembro carece de nada, implica que con el paso del tiempo uno se acostumbra y da por sentadas y normales muchas cosas que en absoluto lo son. Y eso es malo.

No es normal ignorar cuánto se paga de luz o de agua, que dé igual dejar luces encendidas o apagadas o tener el aire acondicionado "on" u "off", no es normal ignorar cuánto se paga de hipoteca por la casa en la que uno vive a cuerpo de rey, o no saber si se cubren gastos o no. ¿Qué ser humano adulto y normal no debe preocuparse por sus ingresos en el mundo actual? ¿Hasta qué punto se está en el mundo cuando da igual trabajar o no trabajar porque uno seguirá viviendo exactamente igual como vivía? ¿Cómo se puede llamar a eso mentalidad laical?

Y por otra parte, es normal funcionar así porque es como se ha funcionado siempre y uno se acostumbra. ¿Un mes no llega el dinero? Se pide a la delegación y asunto resuelto. ¿Uno gasta más de lo que ingresa? Se le dice con toda delicadeza y eso es todo, si cambia es asunto suyo y si no cambia también, lo que es seguro es que todo seguirá igual. ¿Eso es mentalidad laical?

Recuerdo que una vez, debía ser una fiesta A, la administración sacó un vino "Gran Reserva 1994" al que nadie en la mesa dio no ya mayor importancia sino ninguna en absoluto. Cuando lo comenté con un amigo buen conocedor de la materia, abrió unos ojos redondos y dijo "Es un grandísimo vino. ¿En serio bebéis este tipo de vinos en un día de fiesta?"

En la institución se ignora qué significa ahorrar durante x tiempo para permitirte un capricho, cuando es una experiencia enriquecedora e instructiva. Si uno tiene un capricho, lo consulta y nueve de cada diez veces le dicen que sí. ¿Ha debido luchar para conseguirlo? En absoluto. ¿Lo valora? A veces sí y a veces no, más lo segundo que lo primero.

Mentiría si dijera que me gusta ver las facturas de luz y agua, pero el hecho de controlar qué pago mes tras mes y qué diferencia supone poner la calefacción 24/7 o programarla, me ha hecho mucho más consciente del coste de las cosas. Disfruto ahorrando para permitirme un capricho con la persona a la que quiero y cuando lo hacemos realidad lo valoramos mucho más que si no nos hubiera costado nada. Eso, en la institución, se desconoce y no hablo del hecho de compartir algo con alguien sino de que cueste conseguirlo.

ENR (Exnumerario reciente)





Concepto de santidad en el opus dei.- Paiquito

Hola.

 

Quisiera escribir algunas consideraciones sobre la santidad, ya que es un tema bajo el que nos tocó vivir en nuestra época en el opus dei.

 

La santidad, antiguamente, era relativa a Dios.

 

Pero el Concilio Vaticano II enfocó en la persona la santidad, haciéndola como una “llamada”, algo que se puede realizar. Es en la persona en la que se realiza la acción de Dios, no en una institución.

 

Pero el opus dei tomó la “llamada” a la santidad, la quitó de la persona y la hizo relativa al opus dei. Es el cumplimiento de las normas que establece la institución la garantía de ello. Salir del opus dei es bajar al mundo como si la santidad se quedara allá y quien se marcha ya no optara a ella.

 

En ese sentido, el opus dei es un retroceso, pero no la Iglesia ya que ella va por otro camino.

 

Creo que el tema de la santidad da para mucho, y a mí me gusta pensar que sólo Dios es santo, y que podemos llevar a Dios en el corazón.

 

Saludos.

 

Paiquito





¿A la caza del desertor?.- Pepito

Ante todo, mi pésame, aunque rezagado, para Agustina.

Tengo la impresión, e incluso indicios razonables, de que allá por los años 70 del pasado siglo, Escrivá, enterado de que en alguna de sus obras corporativas, y desde luego en la Universidad de Navarra, trabajaban personas que tiempo atrás se habían salido de su barca, dio orden de echarlos a la calle (o al agua), quizá para que saborearan a fondo el rejalgar que les había prometido. Me gustaría saber si alguien más sabe de esto.

Pepito.





Cuestión de verbos.- Perladeladriático

Querida Agustina, queridos lectores, colaboradores: va calando en nosotros, con el tiempo, la repetición, la experiencia y la lectura, un conjunto de verbos que a menudo conjugamos cuando el opus ocupa nuestras conversaciones, nuestros comentarios. No como algo retórico sino como algo propio, vivido, palpado, sentido, desgraciadamente recordado y no siempre aún, superado a pesar de nuestra capacidad de perdonar. Hablar del opus es hablar de la acción o acciones de muchos de sus miembros. Es hablar de cómo los directores, consiliarios, consejos locales, delegaciones, y demás altas esferas hasta llegar a Villa Tevere, tratan a sus súbditos (tal es el verdadero nombre de los de "a pie", de la "clase de tropa"), sea con el trato verbal, sea con la acostumbrada jerga quizá no pronunciada pero sobreentendida y practicada; aconsejada, demostrada  de forma inamovible. Cómo si en ello fuera la llave de la certeza de una actuación 100% cristiana. Como si Cristo alguna vez hubiera usado en forma encadenada tales verbos para hacernos abrir el corazón; cosa que Él sí hacia mientras que la obra (que poco o casi nada tiene de Dios) no solamente no hace sino que, impide que la persona pueda aprender a hacer.

Permitidme pues que cite tales verbos...



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Mein kampf.- Orange.

Queridos amigos de Opuslibros:

hoy quiero haceros participes de vivencias personales por si a alguien le puede servir o interesar.

Pedí la admision en la obra a los dieciocho años. Estuve quince y me salí hace ahora veintiocho años. Al principio de la salida aparece la soledad de la falta de grupo que te arropa y los vientos de la intemperie empiezan a llevarse cosas que tenias por sólidas. Primero se llevan lo mas superficial pero después vuela lo profundo. No hay problema en el abandono de costumbres superficiales que ves casi como liberador. Pero cuando temblaron los fundamentos de la moral y la fe, debido a que estaban apuntalados por el cobijo de grupo que ya no existía, me entró el vértigo de la duda de Dios y el de vivir sin ataduras morales...



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El Opus, Scriptor, la censura y cosas peores.- Unocomocualquiera

 

CIUDAD DEL VATICANO.— “Internet es un don de Dios, porque ofrece mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad”, afirma el papa Francisco en su primer mensaje para la Jornada mundial de las comunicaciones sociales, a celebrarse el 1 de junio de este año.

 

Este papa no me deja de sorprender!. Concuerdo que un hito en la historia de la Humanidad es el Internet. Abrió las puertas, indiscriminadamente, a la información y a la opinión. Es un sol que no se puede tapar. Los países comunistas, como China y Cuba, no pueden bloquear, las sectas como el Opus no lo pueden controlar. Lo intentan, pero fallan. No queda más remedio que convertirlo en un lugar de encuentro y diálogo. En este mundo ya no hay lugar para la censura. Aunque se intente, aunque en los centros del Opus instalen filtros o se ataque a los sitios que publican información menos favorable al Opus. No se puede detener. Donde una puerta se cierra, otra se abre… tozudez. 


De nuevo, aire fresco. En el mensaje de SS Francisco I, adelantado ayer y titulado “Comunicación al Servicio de una Auténtica Cultura del Encuentro”, Francisco señala que “el mundo sufre de múltiples formas de exclusión, marginación y pobreza”, así como “de conflictos en los que se mezclan causas económicas, políticas, ideológicas y también, desgraciadamente, religiosas”, que han ensanchado la “escandalosa distancia entre el lujo de los más ricos y la miseria de los más pobres”. La diversidad de opiniones, así como la libertad de ejercer la comunicación en Internet es un mecanismo para cerrar esta brecha y terminar con la exclusión. Por tanto, el Opus Dei no debería de perseguir páginas como OpusLibros, pues al hacerlo, no solo renuncia a la crítica, sino que promueve la marginación, exclusión y pobreza de sus miembros y cooperadores, que se quedan sin poder formar una opinión y sin otros aspectos de la verdad.
 

En el fondo, la acción del fundador de pedirle a Enriqueta la Tonta rezar para que cerraran aquella publicación que no le era favorable, fue un acto de promover la exclusión, la marginación y la pobreza. Todos los lectores del Opus y sus directores que perciben en la existencia de esta Web OpusLibros un peligro y rezan para que se cierre o sus colaboradores desaparezcan, hacen mal. 

No se puede tapar el sol con un dedo. No se puede fabricar la verdad, la vida de Escrivá y Portillo (sin el “del” hermano) serán examinadas y contrastadas, no solo hoy, sino en el futuro. Ocultar sus escritos o sus vidas, silenciar a los que de opiniones contrarias no terminará más que en un escándalo y fracaso. En su mensaje SS Francisco I también alerta sobre la quedarse atrapado en “una esfera de informaciones que sólo correspondan a nuestras expectativas e ideas, o incluso a determinados intereses políticos y económicos”. 
 

A decir de Francisco, la Iglesia católica [y sus instituciones como el Opus Dei] no debería imponer sus puntos de vista “bombardeando a la gente con mensajes religiosos”, pero sí debería acercarla a Dios mediante el diálogo y la comprensión.  Preguntémonos si el sitio de internet del Opus Dei bombardea a la gente o es un sitio de diálogo y comprensión. Desde luego, el sitio no es más que un reflejo de la institución, por tanto, es el Opus Dei una máquina de bombardeo ideológico, al estilo Secta, o es una institución inspirada en Cristo donde se da lugar al diálogo y la comprensión. Son las gentes encargadas del Apostolado de la Opinión Publica promotoras de este diálogo, o más bien miembros activos de una máquina de conspiración para atacar sistemáticamente aquellas organizaciones y publicaciones que piensan distinto. Acaso Cristo nombró a algún apóstol encargado de su apostolado de opinión pública?... tal vez a Judas? 

Es claro que el Papa, considera que internet es un buen instrumento para difundir el mensaje de Dios. “Las redes sociales hoy son una forma de experimentar ese llamamiento a descubrir la belleza de la fe, la belleza de encontrar a Cristo. En el área de comunicación también necesitamos una Iglesia capa de llevar calor y de conmover corazones”.  No un Opus Dei que mediante el ataque legal y censura a sus miembros busque coaccionar a los que piensan distinto. La verdad –cualquiera que esta sea- os hará libres. 

Y en la parte final de su mensaje, insiste: “La comunicación es, en definitiva, una conquista más humana que tecnológica” que, dice, debe estar siempre “al servicio de una auténtica cultura del encuentro”.  

Saludos,

unocomocualquiera




 

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