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CORRESPONDENCIA

Viernes, 10 de Enero de 2014

Feliz año a todos.

Una de las características más memorables de esta web es su aroma de libertad, la ausencia absoluta de censura; en ella afloran, siempre con respeto, todo tipo de opiniones, más o menos críticas, sobre el tema que nos convoca.

Pero deseo llamar hoy la atención sobre un estilema oputarra (uno de los muchos que se cuecen, insidiosamente, allí dentro) que no es de recibo y que desearía que todos evitáramos: hablar de nuestras queridas familias (salvación de casi todos nosotros cuando salimos) con el horroroso marbete escribánico de "familia de sangre"; lo digo sobre todo por los de dentro que nos visitan y escriben y por los que se acaban de ir (como el caso reciente de Gregorio). El término se las trae.

Como llamar "mozas" a las chicas (salvo las de casa, que esas eran "nuestras hermanas") y otras lindezas por el estilo que requerirían un estudio sociolingüístico de lo más suculento.

Ramana

PS: lo del anciano prelado balbuceante con el muñeco en el regazo roza el ridículo y la ñoñería más espantosa. Me ha dado mucha pena. ¿Cómo lo ven los de dentro?, ¿puede alguien opinar?

Dinámica fraternal en el Opus Dei
Autor: Gervasio, 10/01/2014

            No obstante haber dejado la Obra hace décadas, sigo en contacto con varios miembros de la institución con los que mantengo contacto, generalmente por motivos profesionales. Rehúyo siempre que el Opus Dei sea tema de conversación entre nosotros. Ese evitar hablar del Opus Dei en realidad ya lo practicaba cuando todavía era del Opus. Los miembros del Opus Dei no hablan —no deben hablar— del Opus Dei y de sus cosas los unos con los otros. Del Opus Dei cabe mantener una conversación con cualquiera con tal de que ese cualquiera no pertenezca a la institución. A lo que no renuncio, en cambio, es a interesarme por concretas personas que continúan en el Opus Dei. Ese interés principalmente recae sobre la salud de aquellos con quienes conviví o a quienes traté. A más no me atrevo a preguntar. A nuestra edad todos andamos con peplas. Me fui dando cuenta de que, si quiero saber algo sobre una persona del OD, lo mejor es preguntar a alguien que no sea un “hermano suyo” —de vínculo sobrenatural, se entiende— porque suelen saber muy poco los unos de los otros...

Estimado Ignaki,

Yo tampoco he leído la exhortación apostólica La alegría del Evangelio, pero no por falta de ganas, sino por falta de tiempo. Como no la he leído, no tengo motivos para pensar que lo que dice vaya a molestar a lectores más conservadores en la Iglesia, salvo porque supongo que estará en consonancia con la tónica general de este Papa.

Que un cura agregado diga tajantemente que no piensa leerla porque para él no es magisterio, eso no lo descalifica más que a él mismo y demuestra su ignorancia o su falta de “catolicidad”. Tú puedes pensar, si quieres, que el cura refleja lo que piensa la secta sobre este pontificado. Pero al hacerlo estás haciendo una generalización muy arriesgada. El cura de mi antigua parroquia es también agregado, y en la web de la parroquia siempre se ha dado noticia puntual de todas las actividades y publicaciones de Francisco. No sé por qué tu cura va a ser más representativo de la secta que el mío.

Lo que me preocupa en realidad es que manejando argumentos tan superficiales se perjudica la credibilidad de Opuslibros. Mi juicio sobre el Opus es muy severo, como ya he manifestado repetidas veces, pero eso no significa que se les pueda acusar de cualquier cosa que a uno se le pase por la cabeza.

Recibe un cordial saludo,

Daneel

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