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CORRESPONDENCIA
Miércoles, 20 de Noviembre de 2013
Sumisión y rebeldía.- Daneel
Estimados todos,
Aunque hace mucho tiempo que no
escribo, sigo regularmente lo que se publica en la web. Me gustaría en esta
ocasión comentar brevemente tres asuntos recientes.
En primer lugar, vuelve a
sorprenderme la reacción airada de alguno tras las precisiones de PabloReal
acerca del asunto del solideo. Las explicaciones anteriores son graciosas e
imaginativas, y puede que tengan su punto de verdad, pues la senilidad está a
la vuelta de la esquina en la vida de cualquiera. Pero la conclusión de
PabloReal es que Echevarría sí que conoce bien el protocolo vaticano, lo cual
no me extraña nada, pero tampoco me parece una cualidad especialmente positiva
en un cristiano. El asunto del solideo en sí mismo me interesa poco, lo que me
molesta es que cuando alguien busca información fidedigna y contrastable que
contradice las hipótesis aventuradas por otros, con frecuencia sufre la
descalificación y la acusación de ser un opusino encubierto. Parece que si
alguien te lleva la contraria y desmonta tus débiles argumentos, tiene que ser
porque actúa desde dentro y por encargo, no puede ser alguien que le preocupa
buscar la verdad con un poco más de objetividad. Parafraseando el dicho
clásico, “soy enemigo de Echevarría, pero no soy enemigo de la verdad”.
Lo cual me lleva al siguiente
asunto, el libro Cásate y sé sumisa
de la italiana Constanza Miriano. Me ha gustado mucho lo que Isabel
de Armas copia del libro La
subversiva de la otra italiana Michela Murgia. Quizás alguien debería
copiar también algunos párrafos de Constanza Miriano para poder juzgarla antes
de condenarla. Tengo que decir que de entrada el título del libro me parece un
profundo desacierto editorial, pues en el contexto donde se publica el libro la
reacción suscitada era perfectamente previsible. No he leído el libro y no
puedo juzgarlo. Ahora bien, ¿de verdad dice esta señora lo que le atribuyen la
mayoría de los titulares de los periódicos? La sumisión puede entenderse
perfectamente en un sentido verdaderamente evangélico y asumible por un
cristiano del siglo XXI. Siempre que sea sumisión mutua, por supuesto: de la
esposa al marido y del marido a la esposa, que se deben obediencia mutua,
aunque por supuesto no obediencia absoluta. El matrimonio cristiano (al menos
tal como yo lo entiendo) no es una sociedad contractual sin más, donde se establecen
derechos y deberes. En esta concepción “contractual” el tema de la obediencia
no encaja nada bien. Pero la vida cristiana, y cualquier vida en realidad, no
es ni pura rebeldía, ni pura sumisión, sino más bien una tensión entre la
rebeldía para cambiar y la sumisión a lo que no se puede cambiar, como también
reza otra clásica oración: “Señor, concédeme serenidad para aceptar las cosas
que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que sí puedo, y sabiduría
para reconocer la diferencia”. Entonces, de qué sumisión habla esta señora.
¿Por qué no le preguntamos a ella?
Someterse significa “rinunciare al mio desiderio di voler formattare le
persone, di voler imporre la mia visione del mondo a tutti quelli che mi sono
intorno” (renunciar a mi deseo de querer formatear a las personas, de querer
imponer mi visión del mundo a todos aquellos que me rodean). Quizás, después de
todo, detrás de un título desafortunado se esconda un libro interesante, no
sólo para las mujeres. Jamás hubiera comprado un libro con ese título, pero
quién sabe, después de este revuelo mi curiosidad ha aumentado.
Finalmente me gustaría agradecer
a Nometorres
que se haya tomado el tiempo para contarnos sus aventuras, me has arrancado
unas buenas y sanas carcajadas, espero que a muchos otros también. La risa
también ayuda a descubrir la verdad (y desenmascarar la mentira),
contrariamente a lo que defendía el malo de El
nombre de la rosa. Por favor, por favor, sigue escribiendo, y ojalá que
podamos disfrutar también de la otra versión de tu historia contada desde el
lado de la protagonista.
Cordialmente,
Daneel
Una pequeña oración.- miguelangel2
Hola a
todos.
Me llamo
Miguel Ángel, hace muchos años que no escribo aquí, por no recordar, no
recuerdo ni mi contraseña para acceder a la nueva web. No he escrito más porque
poco he tenido que aportar, mi experiencia ya la he contado. Sin embargo, sí
que he leído asiduamente los correos que se publican aquí, a veces me paso
horas “poniéndome al día”.
Hace un año
me diagnosticaron un cáncer. En todo este tiempo he pasado ya por el quirófano,
atrás han quedado las sesiones de quimioterapia y radioterapia, y ahora me
encuentro bastante bien, creo que pronto me darán el alta para volver al
trabajo.
Durante todo
este tiempo he pasado de todo, ha habido momentos duros, miedo, angustia, es
normal, pero han sido muchos más los buenos momentos, los alegres:
impresionantes e inolvidables. En estos meses he aprendido a valorar lo que
tengo a mi lado, mi familia, mi mujer, no me la merezco, siempre a mi lado en
todo momento, mis hijos… También los médicos, las enfermeras, los compañeros de
trabajo y los amigos, todos han estado pendientes en todo momento de mi. ¿Cómo
habría sido esto en la obra? No lo sé.
No me alargo
más, aunque tengo confianza en que estoy prácticamente recuperado, en estas
cosas nunca se sabe, y por ello os pido una pequeña oración por mí, seguro que
sois tan buenos cristianos, o más, que otros que “humildemente” se lo
autoproclaman.
Un abrazo a
todos.
Miguel Ángel
Acerca de la dignidad.- E.B.E.
Creo que escritos como los de nometorres son necesarios en Opuslibros. Además de divertidos, pienso que rescatan buenos recuerdos, ayudan a relajarse un poco, que nunca viene mal, y muestran otra faceta de la vida en el Opus Dei (pero, de todas maneras, esas historias graciosas dejan traslucir la represión y control que se viven dentro del OD).
Respecto de irse como un/a señor/a, creo que –como bien dice Agustina- lo importante es irse como se pueda. Ciertamente la dignidad es muy importante de mantener frente a otros (que consideramos tan dignos o más), pero ante circunstancias límites, pues la dignidad primera es conservar la propia salud mental y moral, porque sin ella no hay dignidad que preservar.
Por otro lado, ¿qué tan digno considero al Opus Dei como para que me importe la imagen que ellos puedan tener de mí o que yo les quiera demostrar?
Resulta humillante irse de noche y a escondidas, sin lugar a dudas. Uno querría irse de otra manera, en esos casos: irse dignamente. Pero para eso habría que poner unas expectativas en el OD que el OD mismo jamás colaborará para que se cumplan.
Me llamó mucho la atención, creo que no lo conté, cuando me enteré de lo que sucede en otra institución de la Iglesia, cuando alguno de sus miembros decide cambiar de vida: organizan una fiesta de despedida. Cuando esta persona me lo contaba, yo alucinaba, no lo podía creer (como si me hubiera dicho: "organizamos una bacanal desenfrenada"). Sí, hacen una fiesta, le desean lo mejor y lo despiden de una manera muy acogedora. Esto es irse con dignidad, sin duda. Le reconocer el derecho a irse, le reconocen el derecho a hacerlo a la luz del día, y le reconocer dignidad a dicha decisión.
Al margen, dicho sea de paso, también en esa institución leen y meditan las Constituciones con periodicidad, todo lo contrario al Opus Dei. Irse del Opus Dei es indigno porque el Opus Dei mismo es indigno. No sólo es indigno irse, es indigno vivir toda una vida dentro de una organización sin haber leído nunca sus Constituciones. Es descabellado. El Catecismo es una verdadera estafa, si con él intentan reemplazar la lectura de las Constituciones (o Estatutos, como se quiera). ¿Cuánta confianza ciega depositamos en el OD como para no exigirle lo mínimamente exigible? Los grandes manipuladores son los grandes maestros de la confianza, logran que la gente les confíe lo que no le confiarían a nadie…
En realidad el OD es un todo coherente: si en una organización hay libertad para ingresar y permanecer, es lógico que haya libertad para irse (y organicen una fiesta). Cuando no hay libertad para irse, es porque no la hay para permanecer y no la hubo para ingresar. Las maldiciones de Escrivá son coherentes con toda su doctrina sobre la “santa coacción”.
Bueno, pues el OD es todo lo contrario, le contaba a esta persona: en el OD, en general con mucha simulación (aunque otras veces no), te desean lo peor, te dejan en soledad y te despiden con indiferencia. Te dejan en claro que no les importas nada. Es lo anti-evangélico. Es indigno, sin duda. Pero esperar dignidad, por parte del OD, es un error.
Salvo excepciones, la salida del Opus Dei inevitablemente siempre es indigna, aunque uno lo quisiera prevenir o contrarrestar. El OD mismo se encarga de hacer refinadamente indigno el proceso de salida, de la misma manera que hace con el proceso de entrada (coacción, engaño, etc.). Es una institución muy enferma, aunque se vea a sí misma como de origen divino.
Uno se puede ir dignamente del OD por propia iniciativa, pero sin esperar ninguna colaboración del OD. Es una dignidad interior, que no viene otorgada de afuera, no tiene ni tendrá un reconocimiento por parte del OD (aunque uno se lo quisiera refregar en las narices: no les importa), porque el OD doctrinalmente cree en el rejalgar, por lo cual abandonar el OD es siempre indigno (al margen de las excepciones, que -diría- suelen ser sospechosas, incluso aunque el interesado no se dé cuenta).
Reconocerle dignidad a la decisión de abandonar el OD va contra las enseñanzas fundacionales. Sería un planteo herético para el OD. El día que le reconozcan dignidad, habrá habido un acto de simulación más, de cara a la galería, o habrá habido una crisis de identidad profunda e irreversible.
Si en el OD hubieran hecho una fiesta por cada uno de los que nos fuimos, ¿todo el año sería carnaval? No lo sé, pero muchos se habrían animado a irse con mayor facilidad y el OD se habría visto anticipadamente en problemas demográficos, como los que tiene actualmente (y no pudo evitar, a pesar de tanto esfuerzo por retener a la gente). Pero ciertamente no pocos habrían conservado una imagen más positiva de la organización, o al menos no tan negativa.
E.B.E.
Recuerdos de aurora boreal.- Orange.
Pasados los años recuerdo cosas de la obra que se me figuran de aurora boreal, tales como:
1) El secretario me dice por la noche: acompaname a cerrar puertas... porque las puertas dobles que comunicaban con la administracion habia que cerrarlas acompañado no fuera a darte la tentacion de esperar que la numeraria del otro lado cerrara su puerta en el mismo momento y ello indujera a ambos a abrir en vez de cerrar... y Dios sabe la catarata de acontecimientos que podrian seguir... terrorifica tentacion demoniaca...
2) La cara de "colgao" que puso el director sonriendo beatificamente despues de hacer la lista de S. José diciéndome: "Orange, este año ya tiene que pitarte fulanito porque si no S. José se va a cansar... era el tercer año seguido que ponia a fulanito en la lista, que dicho sea de paso, vaya papelon...( pobre S. José, debe estar muerto de risa).
3) Tertulia nocturna pirata en la habitacion del sacerdote , hablando de profecias y "futuribles eclesiasticos" donde éste, con el alzacuello quitado predijo hace 41 anos que habría un Papa del opus dei y que entonces pitaria muchisima gente y que después vendría el fin del mundo(sic). Este sacerdote hoy es vicario regional de una region cuyo nombre no voy a dar porque es amigo mío.
4) Ejemplar praxis del genuino apostolado de amistad y confidencia: me dice el director: mañana traeme a un tio bueno de tu clase o de tu facultad para que hable conmigo, aunque no sea amigo tuyo... yo voy al día siguiente y le presento al tio bueno... habla con el director... el director me dice: oye, ese tío es muy bueno, lo que pasa es que es del partido comunista... yo me avergonzaba cada vez que coincidía posteriormente con el tío bueno y él me miraba como diciéndome... qué pobre hombre... El director paso a dirigir una obra corporativa de las gordas en la capital del país.
5) Finura psico-pastoral: una vez conocí a un chico homosexual y el sacerdote me dijo... antes de que hables con él, que se confiese!
6) Una vez como encargado de oratorio andaba yo muy rápido en preparar las cosas entre la oración de la mañana y la misa. En uno de los múltiples cruces, hice la genuflexion de espaldas al sagrario y de cara al pueblo... las caras del pueblo fueron de estar viendo una de Hitchcock... me metí en la sacristía y nos entró la risa floja al cura, al que iba a ayudar y a mí... no podíamos salir de la risa y claro, la gente empezó también a reír en el oratorio. Finalmente el cura me dijo: Orange, sal tú solo sin hacer genuflexion y vete del oratorio y luego vas a misa por la tarde... yo me pasé la misa solo en el anteoratorio porque no podía salir porque la administración estaba limpiando.
7) En una obra corporativa de las gordas se nombra para un alto cargo a una numeraria con apellidos nobles pero con poquísima preparación con evidente ninguneo de un numerario cien veces mas preparado. Yo pregunté con mucho miedo y discreción el porqué. Me dijeron: "esto es una obra corporativa, sera por razones de eficacia apostólica", además, es un asunto de la sf. y punto.
8) Fui al ICU (ahora llamado UNIV) antes de pitar. Me metieron en el viaje casi sin formación. Me lo pasé bien por el mero hecho de viajar al extranjero, cosa que en aquellos tiempos era rarísimo. Cogimos un tren en Barcelona llamado "il direttissimo" que paraba en todos los sitios y tardó 18 horas en llegar a Roma... pero ibamos tocando la guitarra. Me pregunté: ¿qué hago yo alojado en una residencia de monjas camandulenses tomando macarrones junto a un tío portugues albino de los que le bailan los ojos y junto a un argentino que iba de Carlos Gardel y cantaba fatal, viendo un letrero en el que ponía "sala di pranzo"? Al dia siguiente a S. Pietro con un grupito de chicos de S. Rafael con tres tíos del colegio romano con ganas de dar caña (uno de ellos se llamaba Antonio Petit). Otro día, tertulia con el padre... salí con una impresión de ni fu ni fa pero todos decian que era como para levitar y el que me trataba sin ser amigo me decía que estaba detrás de conseguirme que entrara en otra tertulia del padre... yo decía que sí por no molestar pero estaba mas interesado en ir a las catacumbas.
9) Presionado para hacer apostolado abordé a un conocido muy sensato, que conocía la obra mucho y que pasaba olímpicamente. Al hablarle de cosas apostólicas puso una cara como de querer decirme... cómo es posible, Orange, que siendo tú un tipo tan majo e inteligente me vengas con esos rollos porque te lo hayan mandado sabiendo que conmigo no tienes nada que hacer y me haces pensar que no eres mas que un monigote al servicio del opus?... Os juro que VI eso en su cara.
10) Otra vez se me ocurrió comentar que tenía un amigo nórdico. Como era tan exótico todo el mundo se interesó muchísimo y en los cursos anuales gente de otras delegaciones me preguntaban por el nórdico y decían que podía ser el inicio de una futura labor en ese país y patatín patatán. Ahí yo me planté y les dije que el nórdico era amigo de verdad, que cuando le hablé de religión me dijo que gracias pero que él era luterano y no iba a cambiar. Yo, como era verdadero amigo lo respeté y no le di más la matraca. Años después me seguían preguntando por el nórdico...
TO BE CONTINUED....
Orange. FORZA OPUSLIBROS.
La Carta de Dimisión.- Nicanor
La carta dirigida al Padre (Prelado) o al Vicario Regional - dependiendo del caso si eres numerario, agregado o supernumerario - se convierte, para algunos, en una auténtica pesadilla.
Ciertamente, por la consciencia de lealtad y querer hacer bien las cosas, nos asalta la idea de cumplir con este requerimiento, pero... ¿Por qué la hacen tan difícil?
Cuando pitamos, todo fue velocidad, regocijo y "hacer las cosas porque me da la gana". Para salir es confesarse una y otra vez, hablar con el Director más de una vez por semana, con el Vocal de San Miguel... escribes la carta y te la rechazan, que así no le puedes escribir al Padre... un tormento.
Ya se ha discutido en este foro lo de "salir como un señor". Considero que sí, la carta de dimisión es un requisito, lo dejas en un sobre cerrado en la mesa del Director o lo mandas por correo y ¡A vivir en paz! Nadie, nadie, nadie te pidió tantas explicaciones de porqué debías ser del Opus Dei; simplemente te dijeron que eras un "llamado", "predilección divina", "aristocracia de la inteligencia", "vocación", etc. Y te mandan a escribir una carta de admisión que es revisada por el Director para que quede con "espíritu laical", ¡Vaya tontería!
Toma pluma y escribe: Mons. Javier Echevarría, Prelado de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei, me dirijo a usted para solicitarle - con plena libertad y conciencia - cese desde este instante mi vínculo como fiel de la Prelatura según los Estatutos que rigen la misma. Atentamente. Fulano.
Y ¡Listo! Nada de dar explicaciones. No te dejes convencer que es pecado o traición salir ¿Te contaron aquello que ser de la Obra era como pertenecer a un equipo de fútbol, algo que se lleva dentro y nadie más tiene por qué saberlo? Pues, lo mismo.
Ánimo y vence los escrúpulos que te han sembrado porque el Padre, desde ya, concede la dispensa a quienes se lo pidan. No lo puede negar, estaría fuera de los Estatutos si lo prohibiese o retuviera la dispensa, pecaría mortalmente por abuso de autoridad. Los que fastidian son los Directores, pero no les des tanta cuerda.
Nicanor
nicanor.wong@gmail.com
Rizando el rizo bajo el solideo (del prelado, of course).- PabloReal
Caro Manzano, Cuando dices eso de «Javi no lo hizo antes con Ratzinger y lo hace ahora con Francisco» y aquello de «ahora toca quitarse el sombrero de cara a la galería y luego hacemos como si lo hubiéramos hecho siempre » ¿Te refieres a estas otras ocasiones?
¡Muak! ¡Cuidado no te caigas al intentar sacar la pata!
Un mal día.- Casperbanana
Estoy viajando y escribo desde mi iPad, así que perdonar si no soy muy concreto y me dispersó un poco
Ya dije alguna vez que me fui de la Obra como muchos enfadado, que use esta web para sacar la mala leche acumulada y los silencios guardados.
Tengo un defecto o una virtud digo siempre lo que pienso aún que aveces no pienso lo que digo en exceso con lo cual puedo en ocasiones hacer daño... Un daño involuntario a personas a las que no quiero hacer daño ...
Llegados a este punto quiero centrar y re ordenar ideas....
¿Es el Opus Dei malo?
Creo sinceramente que no, el Opus Dei es algo bueno y necesario como carisma dentro de la Iglesia Católica.
¿Qué falla en la Obra?
Sinceramente no lo tengo claro del todo pero sí voy a dar mi opinión...
(Leer artículo completo...)
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