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CORRESPONDENCIA

Miércoles, 05 de Junio de 2013

Hola Orange,

Estamos de acuerdo -con una excepción- sobre algunas de las medidas para reformar al Opus: los numerarios no deberían llevar confidencias espirituales.

¿Es que acaso los numerarios son sacerdotes o han sido autorizados por la Iglesia para llevar confidencias y dar la absolución? ¿Quién, por Dios, les ha dado autoridad válida para escuchar confidencias que pueden conducir a la vida o a la condenación eterna?

¿Qué son los numerarios? ¿Son laicos, religiosos o espías de los directores del Opus Dei cuyo objetivo es proporcionarles información para dar o no la absolución de almas incautas, o inventarles el mito de la vocación -que dura uno, dos o veinte años- para luego soltarles al abismo: sin seguro social, sin capital propio, sin amigos, sin familia verdadera y víctimas del peor ostracismo religioso?

Si son laicos, insisto.... ¿tienen la autoridad de la Iglesia para escuchar confidencias espirituales, confesiones de pecados mortales y veniales?

Si no son laicos ¿Qué son? Religiosos disfrazados de laicos.

Y si fuesen religiosos ¿ha definido la Iglesia que esos religiosos disfrazados de laicos pueden llevar dirección espiritual?

Y si la Iglesia no lo ha definido ¿Quién lo ha definido? ¿Un supuesto santo ya muerto cuyo carácter y sanidad emocional está en disputa?

Falta definición, la Roca titubea.... ese es el problema grave de los últimos siglos.

Jorge Santiago

Mucha atención con los miembros de la Curia que son ex-miembros del Opus Dei. En efecto ya son varios los ex-miembros del Opus Dei que han alcanzado responsabilidades relevantes en los Diócesis, Obispados y Colegios Cardenalicios… yo diría que casi tantos como los que del Opus Dei ha colocado con tanta politiquería.

El asunto es curioso porque hay que considerar las condiciones en que estas personas dejaron la Prelatura. Existen dos casos comunes, los que ya eran sacerdotes y por objeciones de conciencia dejaron la prelatura y se incardinaron a una Diócesis, y los que sin ordenarse, al ver clara su vocación sacerdotal, decidieron dejar la Obra para unirse a un seminario y no esperar a que la voluntad del prelado los llamara –acaso al ver tantos que regresaban de Roma sin ordenarse y destrozados-. Ambos casos por sus condiciones humanas e intelectuales, se consolidaron fácilmente como excelentes apoyos en las diócesis y no es de extrañar de que, con el paso del tiempo, estén cargando con más responsabilidad. Cuanto los necesitamos!

El punto es que esta gente proveerá un justo contrapeso a las manipulaciones de la Obra. Este escenario no fue previsto por JM Escrivá… para él, los que dejaban la Obra hacían un descamino, el juego al demonio y se iban al infierno por haberle hecho traición a Dios. Ya se ve que no!

Unocomocualquiera

¡Hola a todos!

Quería pediros que volváis a hacer hincapié en llamar la atención sobre el testamento que hicimos holográfico al hacer la fidelidad. Me he encontrado gente que no lo ha revocado.

Por favor, si hay algún abogado/a por ahí, que explique de vez en cuando la importancia de revocarlo. Hay gente que se cree que por "haber salido de allí" ya te rompen todos tus papeles y ya está. Y sabemos muy bien que pueden hacer uso perfectamente de ese testamento aunque ya no estemos allí si no lo hemos revocado. Así que por favor explicadlo de manera muy clarita para que no queden dudas de lo que hay que hacer. Muchísimas gracias por todo.

Quería preguntar otra cosa: ¿Se formó esa Asociación que pretendía dar soporte en todos los sentidos a ex de todos los tipos en Sevilla? Gracias, saludos.

Penélope

En la entrega nº 9, Jaume comenta que Escrivá inició antes de 1946 gestiones para ser nombrado obispo, en concreto, Vicario General Castrense (esta afirmación de Jaume concuerda con el artículo de Guillaume del 28.09.2012). Por eso, me atrevo a concluir que el viaje de Escrivá a Roma en 1946 no sólo tuvo como finalidad la cuestión jurídica del Opus Dei, es decir, las gestiones previas para su aprobación como instituto secular, sino también impulsar su posible nombramiento episcopal, que se estaba gestando desde España, más exactamente, desde el Gobierno de Franco.

En mi opinión, la aportación novedosa de la entrega nº 9 de Jaume ha sido la doble finalidad de aquel viaje de Escrivá y de la larga estancia de Álvaro del Portillo y de Salvador Canals en Roma: resolver la cuestión jurídica del Opus Dei y –esta ha sido la novedad, insisto– presionar en Roma, no sólo desde España, para que Escrivá fuera nombrado obispo.

La versión oficial del Opus Dei oculta mucha información acerca de su período fundacional. Los afanes y las gestiones de Escrivá en pro de su episcopado, así como la frustración del proyecto, se omiten por completo en esa versión oficial. Por cierto, sería interesante saber por cuáles razones finalmente no lo nombraron obispo; Guillaume apunta algunos datos en su artículo.

Por otra parte, ¿qué hubiera sido del Opus Dei si su fundador hubiera sido nombrado obispo en aquellas fechas, años 40 y 50 del siglo XX? ¿Acaso no es algo incompatible fundar una institución, portadora de un carisma tan novedoso – “novedoso” según la versión oficial–, y a la vez pretender ser obispo de una diócesis? (Otra situación es ser obispo diocesano y, a la vez, fundador de una orden religiosa o un movimiento dotado de un carisma tradicional y conocido, pues ese doble trabajo es más fácil de gestionar en atención a lo “conocido” del carisma). Si Escrivá estaba tan entregado a cumplir una difícil voluntad de Dios fundando una institución pionera e innovadora en el apostolado laical, ¿por qué quería ser también obispo diocesano? Ya sé que para responder a estas preguntas habría que hacer “historia-ficción”; pero tiene sentido planteárselas porque la versión oficial de la prelatura, además de omitir las aspiraciones de Escrivá al episcopado, insiste repetidamente en que el fundador estaba volcado de lleno en el Opus Dei y en que no tenía más afanes que el de cumplir esa voluntad divina.

Y, por último, la pregunta clave es por qué quería ser obispo o, formulada de otro modo: ¿qué había en la cabeza y en el corazón de Escrivá cuando, mientras fundaba una institución tan “novedosa”, aspiraba al mismo tiempo al episcopado?

Josef Knecht

La mayoría de los humanos pensamos que la lotería nunca toca... pero basta con preguntarle al agraciado con el gordo de este año para saber que nuestro pensamiento, por suerte, no siempre acierta.

Hoy se casa una gran persona y una gran amiga. Yo no sé cómo describir lo que siento: emoción, alegría, milagro, recompensa, reja-já, nerviosismo...

Yo solo sé que Dios una vez más me deja temblando y entreviendo que su infinita misericordia es capaz de recomponer vidas de héroes anónimos deshechas por el Opus Dei desafiando, una vez más y por suerte, mi pensamiento.

Un abrazo a todos

Arancha

Vaya por delante, sin reticencia alguna, mi admiración por las minuciosas pesquisas de Jaume sobre nuestro santo preferido; y también mi desalentada confesión de que si ya a estas alturas (menos de un siglo) tenemos que movernos en la intrincada jungla de la hagiografía más o menos amañada, buenos estamos al respecto de personajes mucho más antiguos a los que he prestado especial atención en razón de mi especialidad profesional.

Dicho esto, creo que Jaume ha pinchado en hueso en cuanto a un par de puntos: 1) No parece fácil adivinar cuáles fueran los deseos del buen pañero don José Escrivá al respecto del porvenir de su primogénito y del resto de su familia, aunque cualquier padre pueda hacerse razonables conjeturas al respecto. 2) Al respecto del mismo y de su hijo, Jaume se deja llevar al lúbrico terreno de los juicios de intenciones; que lo son, en primer lugar, por su carácter íntimo, y luego porque es de suponer que un hombre joven, como tantos de nosotros, no siempre tuvo claro lo que le interesaba y lo que le convenía hacer en esta vida. En suma, ante tales cuestiones prefiero practicar la inhibitio o suspensio iudicii que predicaban los estoicos.

Pepito

Publicado en The Huffington Post 4 de junio de 2013

Chile, fútbol, Opus Dei y Homeopatía: los artículos más polémicos de la Wikipedia en español

Wikipedia: esa enciclopedia creada a base de paz, amor y colaboración entre desconocidos.

Bueno, en realidad no. O al menos no solo eso. La enciclopedia on line es también escenario de cruentas batallas ideológicas entre sus editores, las mismas de toda la vida pero expresadas en un nuevo medio.

Un grupo de investigadores de Hungría, Reino Unido y Estados Unidos ha analizado los artículos más controvertidos de 10 versiones de la enciclopedia, incluida la española (ver estudio en PDF). Se trata de aquellos objeto de "guerras de edición", en los que un editor rehace lo construido por el anterior y vuelta a empezar. El resultado son todas esas conversaciones que no hay que tener en la mesa según el tópico de la buena educación: religión, política y lugares controvertidos son los temas más polémicos de toda Wikipedia. Israel, Adolf Hitler, Holocausto, Dios, Ateismo, Europa y Evolución son controvertidas en todos los idiomas.

Pero cada versión tiene su peculiaridad local. La polémica sobre el nacionalismo y la política de ultraderecha en la húngara, los políticos iraníes en la persa, los asuntos sobre la orientación sexual en la checa (tres de sus artículos más polémicos se refieren a la homosexualidad), la ciencia y la tecnología en la francesa y la checa y la música y el entretenimiento en la rumana. "Wikipedia es más que solo una enciclopedia; es también una ventana a prioridades socio espaciales, intereses y preferencias divergentes", dicen los autores.

En la Wikipedia en español, los investigadores destacan en ella una "anomalía": la gran importancia de la categoría referida a los deportes, algo que no ocurre en el resto. Cinco de los diez artículos más peliagudos de nuestra Wikipedia se refieren a equipos de fútbol: el mexicano Club América, el Athletic de Bilbao, el FC Barcelona, el Newell's Old Boys argentino y el peruano Alianza Lima.

La política es otro de los puntos delicados. El artículo más polémico es el relativo a Chile, y en el "top 10" aparecen el político mexicano Andrés Manuel López Obrador y el dictador chileno Augusto Pinochet.

En el segundo lugar de la lista se encuentra la organización religiosa católica Opus Dei y en el octavo, la práctica de la homeopatía.

Publicado en The Huffington Post 4 de junio de 2013

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