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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 21 de Junio de 2013



Arribada a Calais: el espíritu vivifica. Último capítulo.- Pinsapo

VIAJE DESDE GRAZALEMA A LAS PLAYAS DE CALAIS (y XIV)
Autor: Pinsapo


Anteriores:

I. Etapa feliz en el club “El Pinsapar” y otras aventuras

II. Que es lo que nos atrapa de esta web y música como método para sanar

III. Rápida y fácil entrada: así se las ponían a Fernando VII

IV. El centro de estudios como huída hacia adelante

V. Evocaciones de Almodóvar del Río y su castillo medieval.

VI. “Pasar-las canutas” en la etapa directiva: ver, oír y callar.

VII. El Numerario que besó a Claudia Schiffer

VIII. Habemus Pampa: argentino, pero modesto   

IX. Excursiones por el “camino” más peligroso del mundo.

X. A los cadáveres se le entierra piadosamente

XI. Feria de Abril con la Sharon Stone de Triana.

XII. No hay un atutía para la penuria emocional.

XIII. Difícil franqueza con la media naranja.

 

 

XIV.- Arribada a Calais: el espíritu vivifica   

 

 

Naufragio de la Armada

Hoy expongo la última etapa de este viaje que comenzó en el Pinsapar de Grazalema y escribir estos catorce capítulos ha sido una eficaz y necesaria terapia, una dulce medicina que me empujaba a compartir sentimientos tan hondos con personas con la misma experiencia "religiosa". El guión de mi historia surgió tras cientos de flashes y chispazos que inundaron mi mente tras la lectura de los testimonios de este foro, donde multitud de personas han plasmado con estilos tan diferentes unas similares vivencias, abordando las ideas-madre que canalizaron esa lluvia de destellos, que fueron enriquecidos paulatinamente con nuevos recuerdos y aderezos históricos...



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No hay nada como la verdad.- Paiquito

Hola.

 

Quisiera comentar el correo de Zartan sobre la crítica a don Antonio Pérez. En su escrito se publican dichos que recayeron sobre la persona que no son compensados con la aportación de otro dicho contrario; Zartan da a conocer tales dichos “oficiales”, y los hace revivir, muchos años después. De alguna manera, se vuelve a victimizar a don Antonio por algo que quizá no dijo, o no hizo. Pero lo que sí dijo fue lo de su carta, y es ahí en donde algunos de nosotros hemos comentado algo.

 

Yo concuerdo con Josef Knecht, que las palabras de don Antonio hicieron falta; que le faltó explayarse, y contar su historia, el modo como se hizo sacerdote, las presiones, el entorno. Yo creo que muchos hubieran tenido la oportunidad de conocer un poco más sobre el opus dei y saber qué tipo de organización era. No hay como la verdad, y el dar a conocer la realidad es de alguna manera adelantar el proceso de conocimiento que va a perfeccionar nuestra sociedad.

 

Si opuslibros estuviera muy equivocado, entonces por qué el papa Francisco trata con seriedad a los altos jerarcas del opus dei? No será porque no tolera la falsedad, la soberbia, el gasto superfluo, la inequidad?

 

Saludos.

Paiquito





Sobre la ilicitud de la ordenación sacerdotal de Escrivá.- Josef Knecht

A partir de la información aportada por Jaume en la entrega 12 y en la entrega 13, Doserra concluye, no sin buen fundamento, que la ordenación sacerdotal de Escrivá pudo ser ilícita, es decir, fue válida, pero ilegal por defecto grave de forma, ya que la tramitación jurídica del traslado de Calahorra a Zaragoza se realizó con dolo o engaño por parte del seminarista José María Escrivá.

 

Sin embargo, tengo una duda que desearía plantear en este foro para intentar aclararla. El propio Jaume, en las dos mencionadas entregas, deja claro que, a partir del Código de Derecho Canónico del año 1917, el concepto jurídico de “excardinación-incardinación” de una diócesis a otra dejó de aplicarse a los laicos y quedó reservado sólo a los clérigos. Pese a ello, tal vez por la inercia de la costumbre, en los años posteriores al 1917 aún se seguía aplicando para los seminaristas en España esa tramitación como antes, esto es, mediante el papeleo del obispo a quo y del obispo ad quem. Este fue el caso del seminarista Escrivá, que se excardinó primero (1918) de Barbastro a Calahorra y luego (1920) de Calahorra a Zaragoza; fue en este segundo traslado cuando introdujo una trampa en el papeleo.

 

No cabe duda de que, de ser cierta la interpretación de los hechos presentada por Jaume, el seminarista Escrivá obró mal engañando al arzobispo de Zaragoza con esa trampa. Pero no sé si esa inmoralidad –esta es mi duda– hace ilícitas su tramitación de cambio de diócesis y su posterior ordenación sacerdotal. Expongo ahora la causa de mi duda: teniendo en cuenta que los seminaristas son laicos y aún no son clérigos, a partir de 1917 no estaban estrictamente obligados por la ley canónica a hacer la tramitación de cambio de diócesis como se había hecho hasta entonces; aunque los obispos continuaran llevando a cabo la praxis anterior a la modificación del Código, esa praxis ya no era obligatoria ni prescriptiva. Es decir, a partir del Código de 1917, un seminarista cambia lícitamente de diócesis si el obispo receptor lo acoge en su diócesis y en su seminario; no hace falta legalmente que el obispo anterior autorice el traslado, pues el seminarista es libre de decir adiós a un obispo y solicitar a otro obispo que lo acoja en su seminario diocesano (esto no impide, claro está, que el nuevo obispo solicite información al anterior acerca del comportamiento del seminarista “tránsfuga”). Por tanto, si Escrivá fue legítimamente acogido por el arzobispo de Zaragoza, aunque el seminarista mintiera algo en el papeleo, la tramitación jurídica fue del todo legal, ya que la supuesta inmoralidad del seminarista afectó sólo a su fuero interno, pero no a la legalidad externa entonces vigente, la cual exigía tan sólo que un obispo lo quisiera acoger para más tarde ordenarlo sacerdote; y el arzobispo de Zaragoza quiso acoger entonces a José María Escrivá.

 

Agradecería, pues, que esta duda se discutiera y se solucionara entre nosotros.

 

Josef Knecht





Reflexiones sobre la actual crisis de la mediación institucional.- Josef Knecht

Querido Zartan:

Muchas gracias por tus simpáticas palabras del 19.06.2013 y por tu crítica, tan bien formulada, a mi nota del 17.06.2013. Debo reconocer, después de haber reflexionado tus palabras, que tienes bastante razón. Yo mismo añadiré una autocrítica a tus dos observaciones: pequé muy probablemente de “anacronismo”. Me inculpo de anacrónico porque, cuando redacté aquella nota, tenía en mi mente el impacto producido en mí por la reciente actuación del estadounidense Edward J. Snowden, mundialmente conocida y controvertida, y la proyecté a don Antonio Pérez-Tenessa imaginándome que éste hubiera podido actuar de manera semejante en los años 50 o 60 del siglo pasado. Este era el contexto anímico con que escribí aquella nota, y así incurrí en un error de anacronismo. A decir verdad, no se podía exigir a un caballero español en aquellas circunstancias histórico-culturales, esto es, en pleno apogeo del régimen franquista un comportamiento como el de Snowden, ya que entre los dos caballeros existe un salto generacional cualitativo. Por este motivo, tienes algo de razón en tu comentario: cabe la posibilidad de que, si don Antonio hubiera divulgado su conocimiento de la verdad, no hubiese causado el efecto que ahora ha hecho Snowden, y la gente de entonces no le habría hecho apenas caso...



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Varias cosillas.- Pepito

El mensaje del miércoles de  unocomocualquiera reincide en un asunto amplio, importante y repetidamente tratado en esta web. Sólo quisiera hacerle un par de adiciones. Bien mirada, la dirección espiritual en el Opus Dei, al menos la que yo hube de padecer, podría definirse como un saqueo de la intimidad. El facultado para llevarla (que, por lo visto, ahora ya no es un jerarca de la organización, curiosa novedad) entraba como mulo en cacharrería en el alma y conciencia del dirigido, procurando conocer, controlar, anotar y, en su caso, depurar todo pensamiento, emoción o deseo que en ellas se albergaran; es decir, se trataba, ante y sobre todo, de practicar lo que los cirujanos llaman un vaciado, para hacerle sitio a la doctrina de nuestro santo preferido.

 

Por lo demás, y aunque ahora, por falta de tiempo, no puedo aducir testimonios concretos de entre los miles de páginas que he leído sobre el personaje y su obra, creo recordar que Hitler había formulado cierto principio de actuación que venía a significar algo así como “proceder según la mente del Führer”, cosa que provoca cierta desagradable semejanza con alguno de los proclamados por Escrivá. Ahora bien, como ante todo quiero ser justo, conste que ni de lejos considero que a él, que a fin de cuentas no dejó de ser un buen cura, se le pueda comparar con aquel monstruo. Sólo se trata de un rasgo típico del poder personal.

 

Con la última contribución de Jaume creo que se me han aclarado algunas cosas. La principal es que Escrivá se pasó la vida excardinándose: primero, no le sentó bien su humilde Barbastro, ni luego su piadoso refugio de Calahorra-Logroño, ni luego la Zaragoza de su tío, ni luego, si bien se mira, el propio Madrid de su protector don Leopoldo. Evidentemente, era un culo de mal asiento, cuya conducta como seminarista prefiguró perfectamente la que tendría como Presidente General del Opus Dei. Así, yo aún hube de tragarme aquel Catecismo en el que el Opus Dei era un Instituto Secular, ¡el primero!; pero al poco tiempo ya se nos avisó que el Opus Dei era, sin más, una “Asociación de fieles”. Después, cuando yo ya no estaba, supe que el asunto continuaba a trompicones, mientras nuestro santo preferido seguía dando la tabarra en el Vaticano para que le dieran la figura especial que no le dieron. ¡Dios mío, cuánto incordio para nada!

 

                Mi última observación concierne a las alusiones que me hace Knetch. Mi mensaje sobre Antonio Pérez no pretendía ir tan lejos como el suyo, que, al parecer, intenta purgar las conciencias de vivos y difuntos hasta los extremos que incluso la Iglesia dice respetar. Y no es que me acoja a esa autoridad, pues me basta con mi propio criterio. En todo caso, ¿qué coño pinta ahí la invocación a los tiempos de Franco? A mí Franco me hizo jurar la bandera de España, algo para lo que no necesitaba que me dieran ningún empujón; pero no me obligó a ser católico y, menos aún, a hacerme del Opus Dei. Parece que algunos, al hablar de aquellos tiempos, creen estar hablando de los de Fernando VII.

 

Saludos, Pepito

 





El precio de la represión emocional.- Unocomocualquiera

La represión emocional y el Opus Dei (III)

El precio de la represión emocional

Lo que los numerari@s hacemos con nuestros sentimientos, es decir nuestro comportamiento, puede caracterizarse como correcto o incorrecto, bueno o malo. Es lo que hacemos con los sentimientos y no los sentimientos per se lo que es sujeto de calificación moral. La renombrada psicoanalista suiza Alice Miller señala este hecho al referirse a la ira y el odio. Como lo explica la autora. La ira y el odio suelen ser respuestas apropiadas a las crueldades y a la injusticia que muchas personas sufren en el mundo. Ambos son sentimientos normales, y "un sentimiento nunca ha matado a nadie"...

 



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¿Sobre sellado de Benedicto XVI sobre la mesa?.- Bautizado-4

Es una suposición con fundamento, lo demás, lo que haya dentro, solo meras elucubraciones. Parece que el sobre que esta sobre la mesa del Papa en la audiencia con el "Perlado" es un sobre con el sello de Benedicto XVI (por la forma y el color). Aún ampliando la imagen no se ve bien. ¿lo tenia el Papa esperando sobre la mesa? ¿lo trae Echevarría?

Bautizado-4





Sobre donaciones al Opus Dei.- Conrad

Apreciado daniel M.:

Ante todo, muchas gracias por tu aportación (17/06/2013).

No quiero entrar en detalles técnicos, ya que aburriría hasta a los lectores más pacientes. Sí te comento que conocía la sentencia que citas, cuyo ponente es O'Callaghan. Debes tener en cuenta que el Tribunal Supremo resuelve muy "pegado" al caso concreto: un planteamiento incorrecto de inicio, un mal paso, un planteamiento incorrecto del recurso de casación, etc., son errores que no suelen perdonar y desestiman el recurso.

Quizás en el caso planteado por la ex numeraria que vivió en Zaire ocurriera así, no te lo puedo decir. De todos modos, en mi opinión, la posible reclamación no se cierra con dicha sentencia. No tengo inconveniente en que, si quieres profundizar al respecto, Agustina te facilite mis datos personales. De nuevo muchas gracias por tu documentada aportación.

Un abrazo.

Conrad




 

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