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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 13 de Febrero de 2013



Recuerdos sobre la personalidad jurídica del Opus Dei en España.- Josef Knecht

Puedo testimoniar que Ottokar tiene toda la razón en su análisis histórico (11.02.2013) sobre el procedimiento seguido por las autoridades del Estado español con motivo del cambio de personalidad jurídica civil de la prelatura personal del Opus Dei.

 

Viví en Pamplona por los años 80 del siglo pasado, lo que me permitía relacionarme con profesores de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra. Éstos referían en las tertulias de los centros o casas de numerarios (en las aulas de la Facultad de Derecho Canónico no se atrevían a hablar en público sobre ello) que el Gobierno socialista presidido por Felipe González se negaba a modificar la personalidad jurídica civil que el Opus Dei ya tenía en España como instituto secular, a pesar de que el Opus, en noviembre de 1982, hubiera sido erigido prelatura personal. Aquellos expertos canonistas, catedráticos y auténticos gurús en su materia, argumentaban que la reticencia del Gobierno socialista a cambiar la personalidad jurídica civil del Opus Dei –después del cambio de su personalidad jurídica eclesiástica– se debía a la actitud anticlerical del entonces Vicepresidente del Gobierno español, Alfonso Guerra, que ponía todo tipo de obstáculos para que la Iglesia Católica mantuviera viejos privilegios o adquiriera nuevos (nuevos a consecuencia, por ejemplo, del nuevo Código de Derecho Canónico de 1983). También se decía, siempre en tertulias privadas y en círculos reservados, que, en caso de que llegase el Partido Popular al poder, se podría lograr fácilmente el cambio de personalidad jurídica civil del Opus que los socialistas obstaculizaban con terquedad; y así sucedió poco después de que el Partido Popular ganara las elecciones generales en 1996, como bien nos ha detallado Ottokar. Estos comentarios escuchaba yo de vez en cuando en las tertulias de centros de numerarios en aquellos años: desde finales de 1982 en adelante.

 

También recuerdo, si no me falla la memoria, que el primer país que modificó la personalidad jurídica civil del Opus Dei tras su transformación de instituto secular en prelatura personal (1982) fue Ecuador gracias a las buenas relaciones entre un numerario del Opus, don Juan Larrea, que llegó a ser arzobispo de Guayaquil, y el Gobierno ecuatoriano de entonces. Entre los canonistas de Pamplona se elogiaba a monseñor Larrea como un ejemplo de eficacia que debía seguirse en otros países en orden a lograr cuanto antes el cambio de personalidad jurídica civil del Opus.

 

Hay que reconocer, por desgracia, que los canonistas del Opus y, sobre todo, los directores de la prelatura han sido geniales en la consecución de ese cambio de personalidad jurídica civil después de 1982 en los países en que el Opus despliega su labor. Si tenemos en cuenta que, en el actual Código de Derecho Canónico, las prelaturas personales (cánones 294-297) no son consideradas una estructura jerárquica de la Iglesia ni una circunscripción eclesiástica ni una iglesia particular, sino una asociación de sacerdotes incardinados en ellas para cubrir peculiares necesidades pastorales, resulta sorprendente que el Opus Dei haya logrado pasar ante tantos y tantos Estados como si fuera equiparable a una circunscripción eclesiástica o diócesis, al margen de lo establecido por el mismísimo Código de Derecho Canónico y –lo que es peor– al margen de la propia praxis de funcionamiento institucional y vital de los miembros del Opus, laicos y sacerdotes, que es una praxis establecida bajo evidente e indudable régimen asociativo. Una operación de “camuflaje” de este tipo, claramente contrapuesta al Derecho Canónico ahora vigente y a la realidad de la propia vida institucional y personal de los miembros, sólo se logra a base de mucho dinero y de notables influencias o relaciones políticas, tanto eclesiásticas como civiles, ya que con la fuerza convincente de estos factores –sin menospreciar la intercesión celestial de san Josemaría– se obran verdaderos “milagros”.

 

Y, por cierto, que conste que el Opus Dei, en virtud de la “mentalidad laical”, no hace política... y que sus teólogos y canonistas no constituyen ninguna escuela teológica o canonística propia que defienda los intereses de la institución, sino que, a diferencia de las órdenes religiosas que sí han creado escuela teológica (franciscanos, dominicos, jesuitas, redentoristas), gozan, en virtud de la “mentalidad laical”, de la más absoluta libertad en las materias opinables sin someterse a planteamientos de escuela... ¡Cuánta contradicción burlesca!

 

Josef Knecht





Lalo y el subconsciente traidor.- Bastián

No sé si haber entrado en la séptima década de la vida acarrea una cierta relajación de las neuronas, que seguro que sí, o que hablar directamente ante las cámaras de televisión produce un cierto nerviosismo, que también. El caso es que la suma de estos dos factores, ocurrida el martes 12 de febrero a las 15:15 en pleno informativo de la primera cadena de Televisión Española, le ocasionó al catedrático de derecho canónico de la Universidad Complutense de Madrid un lapsus muy, pero que muy significativo. En realidad, sufrió un ataque a traición del subconsciente que le hizo decir lo que seguramente no quiso decir.

¿Y qué es lo que nunca jamás de los jamases hubiera querido decir Rafael Navarro Valls, catedrático de derecho canónico, entre una extensísima relación de méritos académicos y honores enormes, que aparecen en su currículum vite en numerosísimos sitios de la red? Pues algo que es un secreto a voces, algo que todos quienes pertenecimos al Opus Dei en vida del santo marqués, o sea, los cofundadores, sabíamos: que no le gustaba el Concilio Vaticano II.

Y de ese no gustarle a Escribá el Vaticano II, el instituto secular luego prelatura se lanzó por el ancho mundo a combatirlo, pero sin que lo parezca. ¿Y cómo lo hicieron al principio?: a base de denunciar "los abusos" en la interpretación del concilio. Pero en fin, volvamos a Rafael Navarro Valls, "Lalo", hermano de Joaquín Navarro Valls, exportavoz de Juan Pablo II, y hermanos de sangre y de religión.

Cuando la periodista le preguntó por el perfil del nuevo papa, el apuesto aunque ya casi venerable catedrático de derecho canónico de la Universidad Complutense de Madrid, planteó la respuesta sobre la base de que no siempre lo que se presume que va a ocurrir llega a cumplirse. Y ya nos vamos acercando al desenlace. Así, Lalo partió de la figura de Pío XII para hacer ver que nadie pudo suponer que se eligiera papa a Juan XXIII, y sin decirlo expresamente, puso en juego la disparidad de ambas figuras y personalidades. Y eso hubiera sido suficiente para que los telespectadores entendieran su razonamiento. Pero no, Lalo, como todos los activistas del Opus Dei quiso añadir un matiz, o tal vez llevado por su ser profesoral necesitaba que todos aprendieran bien una lección, es decir, que decidió aleccionar a la clientela. Y fue y, sin encomendarse a nadie, porque no tuvo tiempo, de su boca salieron estas precisas y preciosas palabras, referidas a Juan XXIII: "un papa que lanzó todo el problema del Vaticano II".

Repito, resalto en mayúsculas y señalo entre exclamaciones ¡"UN PAPA QUE LANZÓ TODO EL PROBLEMA DEL VATICANO II"!

No dijo "el Vaticano II", no. Dijo, y muy claro, "el problema del Vaticano II". Porque eso es lo que es, en la percepción de Escribá y sus hijos, el Concilio Vaticano II: UN PROBLEMA, un problema con mayúsculas que han tratado y tratan de amordazar.

No puedo decir el nombre de otra persona sin su permiso, porque pertenece a la prelatura y siguiendo las constituciones en lo que toca a la humildad colectiva le resultaría incómodo, pero más de una vez, hablando del Vaticano II, se ha referido a él con la expresión: "el dichoso Vaticano II". Y aquí, el calificativo "dichoso" no está utilizado en la primera acepción del término (que incluye o trae consigo dicha), sino en la tercera y cuarta (desventurado, malhadado; y enfadoso, molesto).

Resumiendo. Que todo un catedrático de derecho canónico, conocido internacionalmente por su nivel académico tanto como por su vinculación a la prelatura, resbala sin querer y dice lo que de verdad piensa sobre el Concilio Vaticano II: que es un problema.

Y ya llevan años acabando con el problema.

Veremos si el Espíritu Santo está a favor o en contra del "problema". La solución, para la Pascua, como Mambrú. O como dicen los franceses, Marlbrough s'en va-t-en guerre...

Bastián.





Mucho tiempo siguiendo a Opuslibros.- Oscarín

Como os indico, llevo mucho tiempo siguiendo a Opuslibros. Y como la claridad es debida, debo deciros en primer lugar que soy numerario, de esos que pitamos a los catorce y medio, y en la actualidad tengo 51 años. ¿Hay veces que lo he pasado mal? Claro que si. Supongo que como todos en la vida. Como el mismo crecimiento físico: se crece a base de crisis. ¿Quién no tiene problemas en su trabajo? ¿O en su matrimonio o con sus hijos? ¿Quién no tiene crisis de fe? TODOS, en algún momento de la vida.

También es cierto que en ocasiones he chocado -por decirlo de alguna manera- con algún director de los centros en los que he vivido. Los mandé a paseo en aquello que en conciencia creía que no debía hacer como ellos querían, y "santas pascuas". Puedo decir que siempre he hecho lo que he creído que debía hacer. De hecho, tengo muchos amigos exnumerarios a los que sigo visitando y me vienen a ver cuando pueden. Siempre he creído que a la gente se le quiere por quien es, no por lo que es. Puedo decir que creo haberlo visto todo: directores dictadores, numerarios de mi centro que han tenido que dejar de serlo por haber dejado embarazada a su secretaria, curas numerarios que han dejado la Prelatura y me los he encontrado en parroquias de mi ciudad, diecinueves de marzo en que de 9 pasamos a 6, etc, etc. La vida siempre es más rica que cualquier ficción.

Tengo una profesión liberal, soy pequeño empresario y tengo negocios en distintos países: sé lo que es la vida y lo que conlleva. Nadie me ha comido el coco, ni me ha engañado. He hecho siempre lo que he querido hacer, y lo he hecho precisamente porque quería. En general, siempre me he sentido comprendido y respetado, salvo por el director local en ocasiones. En esos casos he acudido a la delegación "motu propio" y me han dado la razón. No por ello he sido apartado de nada. De hecho, llevo charlas de agregados jóvenes, de los que aprendo mucho más de lo que yo puedo enseñar. Son magníficos, y mucho mejores que el que suscribe. Y todo se basa con ellos en la confianza y en la amistad. En acompañarles por el camino de la vida de oración personal. Jamás se les manda nada. Se les pone ante Dios y ellos mismos deciden. Básicamente hay que alentarlos y animarles. El resto lo hace el Espíritu Santo.

Por todo lo expuesto, a veces no comprendo algunos posicionamentos hipercríticos. Creo que responden más a una vivencia personal muy triste, lamentabilísima y que seguro no se debe a culpa alguna de los remitentes de los testimonios. Pero que impide la objetividad. Claro que se han hecho cosas mal: la obsesión de algunos con que nos confesáramos con el cura del centro; la transmisión, sin más, en la charla de directrices corporativas que nada tenían que ver con la situación real del alma del dirigido; la aplicación de la letra de la "ley" con absoluto olvido del espíritu, etc., etc. Pero nadie puede negar que el espíritu del Opus Dei es vida, Palabra, oración cara a cara con Dios y que acerca a la santidad. En toda comunidad de hombres -incluso en la Santa Iglesia de Dios- se han hecho cosas mal. Ello no impide para que el Espíritu Santo aletee y eleve a las almas, siempre y de modo inefable, cuando hay rectitud de intención, en todas las organizaciones eclesiales. No tachemos de meramente humano algo, por la falta de santidad de algunos de sus miembros. Creo que las instituciones están por encima de las personas que, en general, nunca estamos a la altura de sus elevados fines.

En otro orden de cosas, personalmente me da exactamente lo mismo que seamos Prelatura personal, nullius, o hermandad. Soy abogado desde hace muchos años, y tengo la convicción de que la ley humana siempre queda corta cuando intenta constreñir en cánones el amor. Por ello, tales disquisiciones y debates me parecen vacíos y totalmente desenfocados.

Un abrazo a todos.
Oscarín





El nuevo Papa.- JM

Hola Agustina,

Unas breves líneas para decirte que rezo por ti, por el juicio en Madrid y por el próximo Papa, para que tenga fuerzas para arreglar la cuestión del Opus Dei.

Un saludo

JM





La ropa sucia se lava en casa.- Mabel

Resulta que ahora las cosas se ven de otra manera y lo que antes era voluntad de Dios ahora les dicen a los del opus que es recomendable. Me refiero al asunto de la confesión con el sacerdote que te decían y la charla con la persona indicada. Pues claro que estaba indicado contar en la charla lo que se decía en la confesión y el sacerdote incluso te recordaba que así lo hicieras o te preguntaba si ya lo habías contado en la charla.

Nos dice un supernumerario con 22 años en la institución que las cosas no son como las contamos y que debemos aclarar lo que decimos.

Fui agregada por más de 20 años y lo que él dice a mi no me lo explicaron así, incluso en más de una ocasión el buen cura del centro salía del confesonario entraba en el oratorio y me decía que pasara a confesarme. Ya estaba yo cuestionándome muchos asuntos que no me cuadraban del opus y desde luego el respeto a la libertad que percibí fue nulo, por lo tanto eso de que es de sentido común confesarse con el cura del opus es mucho decir. Quien así lo decida bien, pero la Iglesia no dice lo que dice el opus y lo de la charla muy bonito el argumento en teoría, en la práctica las cosas van por otro lado.

Eso de dar consejos en la charla sabemos que no es así. En la charla íbamos a identificarnos con el espíritu del opus y a que nos hicieran llegar la voluntad de Dios que decían venía a través de las directoras y así fuimos engañados y manipulados. Nos decía el supernumerario que algunos de estos asuntos no los queríamos aclarar y me parece que tras tantos testimonios están muy claros. El opus quiere que los trapos sucios se laven en casa para que nadie se entere de lo que se cuece dentro: de sus manipulaciones sobre las conciencias, de su falta de respeto hacia las personas, de no mostrar las directrices reales que rigen a sus fieles ocultando los documentos donde figuran esas normas de obligado cumplimiento.

Los que estuvimos dentro sabemos del funcionamiento del opus y nos sonreímos pensando, yo al menos, que de vez en cuando hay otr@ que no se entera o que quiere dejar en buen lugar a su madre la obra sin darse cuenta que se la están dando con queso. Las formas opusinas hace tiempo que se conocen y no son lo que nos cuentan desde el opus, que tapan lo que no les interesa que se sepa y hablan con medias verdades.

Un saludo,
Mabel.





Radical y desvergonzadamente cierto.- Dionisio

Querido Enrique:

Fui numerario del opus durante casi 30 interminables años. Durante casi todos ellos estuve formando parte de consejos locales. Durante la mayor parte de ello tuve a mi cargo grupos de supernumerarios como tú.

La recomendación de no confesarse con sacerdotes “de fuera” es una formalidad para no ser demasiado obvios en su violación de la praxis católica. En realidad, cuando un consejo local se entera de que alguien se ha confesado fuera de “casa” el asunto se toma muy seriamente, especialmente en el caso de los numerarios y agregados. Para los supernumerarios hay un poco mas de manga ancha. Se toma tan seriamente que se le interroga expresamente y se le hace ver la falta de sinceridad y entrega que eso supone.

El asunto va mucho más allá de descuidar la acción de gracias después de la comunión. El asunto es tan serio como que un numerario esté coqueteando con una mujer y busca aliviar su conciencia en un lugar donde se respete su anonimato. Si este numerario se confiesa en “casa” inmediatamente se producirán reacciones y la vida se le complicará notablemente. Al opus le aterra que yendo este hombre a confesarse con el P. Topete, este le diga: “Oiga si usted es soltero, si no es cura ni fraile, si a usted le gusta esa chica y la chica parece que le corresponde, qué quiere que le diga, que es usted tonto de remate.” Estas cosas ya han pasado. Como también pasa que hay numerarios que en algunos ratos libres practican el viejo deporte de la cópula. Sí, la fornicación. Sí, con prostitutas, pero también lo hacen con otras. Quizá no lo sabías y lamento que me hayas puesto en el disparadero para inquietar tu inocencia. Esto, creo que solo pasa con la sección de varones, a las mujeres las tienen mas vigiladas que a una cárcel.

Es decir, que lo sabemos y lo queremos aclarar. También quiero decir algo sobre tu texto del lunes donde afirmas que es RADICAL Y DESVERGONZADAMENTE FALSO que los del opus deben contar sus pecados fuera de la confesión a quienes sus superiores establezcan. Lo siento, pero eso es RADICAL Y DESVERGONZADAMENTE VERDADERO. Y como lo sé te lo voy a aclarar.

Cuando un numerario se acusa de un pecado grave, especialmente en materia sexual -si es materia laboral la cosa tiene menos importancia-, el confesor le pregunta si se lo ha dicho al director. Si la respuesta es negativa, el confesor le urgirá a hacerlo. No sería la primera vez que un confesor del opus se ha negado a dar la absolución al ver que un penitente se mostraba reacio a contar su pecado a un laico.

Te voy a contar un recuerdo. Es muy viejo, debió suceder hace unos 30 años. Yo era nuevo, recién llegado, en un consejo local donde las cosas se habían estado manejando bastante mal. Supuestamente yo llegaba allí a poner orden. El director anterior había estado saliendo con chicas… Recuerdo una reunión en la que se estaba discutiendo conceder la admisión a un joven numerario. Y recuerdo la expresión, el gesto, del cura diciendo que sería muy, pero que muy necesario que yo hablara con ese chico antes de concederle la admisión. Yo soy en general bastante bruto, ajeno a sutilezas, las cosas me las tienen que decir muy claritas y preferiblemente con un plano adjunto. Sin embargo, en esa ocasión entendí perfectamente que algo estaba pasando que ese cura sabia por la confesión, pero no lo podía decir sin violar el sigilo sacramental. En efecto, cité para una conversación al joven en cuestión, y con la experiencia del oficio conseguí que pronto me contara la cosa, que soltara el sapo como se dice en el lado oscuro. Una tontería: que se masturbaba. Se había confesado, pero le daba un escrúpulo enorme contarlo. Misión cumplida, se le concede la admisión y a otra cosa mariposa.

Tú dirás lo que quieras, pero creo que esa escena no se me va de la cabeza porque creo que allí el cura obró muy mal y yo posiblemente peor que él. Porque esas cosas no se hacen. Si hubiera sido un asesinato… aún, pero por favor…

Creo que es un ejemplo muy claro de la “necesidad” que se inventa el opus para que los penitentes cuenten a los laicos sus pecados, especialmente los pecados graves, y más especialmente si son materia de sexo. El hecho de que aquel chico “soltara el sapo” era simplemente parte del entrenamiento necesario para que en lo sucesivo siempre cuente esas cosas en la charla. No había más necesidad, porque el cura le pudo haber dado mucho mejor que yo los consejos necesarios para no pecar, como en efecto hizo,... el cura.

A ti lo que te pasa es que eres un chico muy bueno y nunca has tenido que ir confesarte de que le has puesto los cuernos a tu mujer o que a la salida del trabajo te disfrazas de mujer y te vas a ligar con chicos. Posiblemente eres celador. Oye, muy bien, pero déjame que te diga una cosa, todo, todo, absolutamente todo, lo que se ha publicado en este foro es cierto, te lo aseguro. Las únicas mentiras manifiestas han venido de parte de gente de “casa” que vienen a decir que lo blanco es negro con ganas de fastidiar al personal. Que las cosas que lees aquí no coinciden con lo versión oficial es otro problema. Yo no miento y desde mi experiencia confirmo las narraciones de todos los que escriben aquí. Tu tendrás que elegir a quien creer y como utilizar tu inteligencia y tu perspicacia. Con que lo pienses un poquito me basta.

Si tienes algún otro tema sobre el que quieras que compartamos experiencias, no dudes en escribir, que aquí hay libertad, en serio, no es propaganda.

Saludos cordiales para ti también.

Dionisio el areopagita.




 

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