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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 28 de Agosto de 2013



El colérico de Dios.- Bolter

San Josemaría fue el primer santo al que tuve devoción y realmente me inspiraba. Pero una vez dentro de la Obra, dejé de verlo como el sacerdote simpático y alentador de las tertulias filmadas. Se fue convirtiendo para mí en un juez severo, exigente, implacable. Algunas anécdotas que se contaban de él no hacían más que confirmar esa imagen. Me parecía un hombre santo, sí, pero temible.

Cuando en la facultad estudié la clasificación de los temperamentos de Hipócrates, comprendí que evidentemente, San Josemaría era de temperamento colérico. Pero un colérico muy acusado: con todas las fortalezas típicas (líder nato, inaccesible al desaliento, confiado en sí mismo, capaz de manejar cualquier proyecto, un volcán de iniciativas) pero también con las debilidades propias de ese temperamento (mandón, impaciente, intolerante ante los errores, manipulador, adicto al trabajo, siempre tiene razón, incapaz de pedir perdón, corrige constantemente a los demás). Eran especialmente evidentes en él las debilidades del padre colérico: demasiado ocupado en lo suyo para dedicarle tiempo a su familia “de sangre”, dominante, impaciente con los hijos que no tienen buen desempeño, agobiante en sus exigencias, tendencia a convertir a sus hijos en depresivos. Era de manual.

 Supongo que (según el juicio de la Iglesia) San Josemaría se hizo santo luchando contra esas debilidades, de hecho consta que se confesaba con mucha frecuencia, pero no pudo evitar que en la Obra se imprimiera la marca de su fuerte personalidad. Además, sus hijos se esmeraron en imitarlo hasta el detalle (en ocasiones, llegando al ridículo), tanta era su veneración al Fundador y esas características temperamentales derivaron en todo un perfil espiritual. ¡Hasta los defectos del colérico (la adicción al trabajo, la incapacidad de pedir perdón, el desprecio a los que no siguen) se tomaron como aspectos fundacionales! En este sentido, la beatificación de Don Álvaro, hará todavía más difícil la vida a los de dentro, pues lo que se destacará del primer sucesor de San Josemaría será su fidelidad absoluta, total, enteriza al Fundador, ilustrada con innumerables anécdotas, algunas de las cuales hacen erizar la piel. Así que el camino "ancho y carretero" del Opus Dei se reducirá cada vez más a una imitación forzada y cada vez más imposible del fundador, ya elevado a la categoría de semidiós por el actual prelado.

 El pronóstico no es alentador. Desafío a los de dentro que nos leen (en este momento hay 145 usuarios anónimos y sólo somos tres los registrados, mira tú) a que en la próxima meditación a la que asistan cuenten la cantidad de veces que el predicador menciona la palabra "nuestro Padre/San Josemaría/nuestro Fundador" y las comparen con la cantidad de veces que se usa la palabra "Cristo/Jesús/ nuestro Señor". En mis últimos tiempos yo lo hacía: ¡otra que el Barcelona contra el Levante!

Bolter





No creerse las historias.- Casandra

Una de las mejores liberaciones que experimenté al dejar el lado oscuro fue la de no tener que ser otra cosa distinta que yo. Dejar de preocuparme por ser opusdei para ser una obra de Dios única y querida tal como soy. Además de ser un engorro tener que opinar, vestir, rezar, partir la naranja y mullir los sofas "como está dicho", el problema que genera la dependencia de un modelo exterior es que el "locus de control" es exterior a uno, y terminas mareandote en un sordo monólogo interior y dependiendo de lo que opina la directora de turno, que se manifiesta en lo que tiene a bien confiarte.

Otro de los pesos que dejas atrás, muy relacionado con el anterior, es que dejas de contarte historias y de elaborar teorías para demostrarte que eres lo que se supone que debes ser. Después de una docena de años fuera, he descubierto ahora la liberación de las historias. Ya no me creo ni las mías ni las de los demás, menos si me incluyen en el reparto de personajes. El ser humano no son las historias que nos contamos. Es algo mucho más grande.

Leo a Calandria, veo que cada temporada se cuenta una historia sobre ella y su pequeño mundillo y sólo me sale una sonrisa, quiza porque yo podría estar ahora contándome lo mismo, quizá porque veo a mis tres hermanos numerarios llenos de buena voluntad y de teorías... Entonces ¿qué sentido tiene escribir en la sección de testimonios? Porque me han ayudado tanto las experiencias compartidas en opus libros? Quizá porque es una manera de desprenderse de la propia historia, de digerirla y no vivir en ella. Quizá porque los post que más me ayudan no hablan de teorías, sino del valor de enfrentarse a ellas.

Un abrazo para todos

CASANDRA





Publicar o no publicar.- Supo

Estimados todos:

Llevo mucho tiempo sin escribir por estar muy ocupado, pero leo la web casi todos los días que se publica. Si estoy varios días sin leer, acudo al archivo (algo realmente maravilloso).

La polémica de estos días sobre la posibilidad de que Calandria publique o no es intensa. Me he resistido a dar mi opinión precisamente para no darle más visibilidad a Calandria, aunque finalmente quiero expresarla porque me da la gana, que es la razón más sobrenatural que existe, creo recordar. Antes debo decir que el desencadenante para escribir ha sido Ana Azanza. No nos conocemos por culpa de esos kilómetros que separan su hermosa Jaén de mi tierra, que no son 5.000 pero sí muchos. Me gustaría conocerla para preguntarle muchas cuestiones y decirle en lo que discrepo, pero no tengo tiempo para mi desgracia, puesto que como ella mi modesto sueldo da para vivir con sencillez.

Su último escrito del 26 de agosto ha sido una bomba para mí. Y me impresionan sus argumentos sobre quién no tiene verdadera libertad de expresión. Al términar de leerlo, estaba convencido de que Agustina debería censurarla (a Calandria, claro). Pero mi corazón dice otra cosa: no. Agustina solo debe censurar aquellos textos que insulten, sean groseros, maleducados y se salgan del objetivo de la web. Si yo enviase recetas de cocina y Agustina decide no publicarlas, hace bien. Al igual que un periódico de Almeria no publica noticias de Vigo si no son muy, muy relevantes. Y no olvidemos que esta web es considerada un cierto tipo de medio de comunicación. No se debe impedir que publiquen sus textos aunque ellos en su web no nos enlacen, porque Jesús dijo que no se cortase la cizaña del trigo.

Ana ofrece argumentos de mucho peso y le doy mucha razón a lo que dice, pero creo que es importante que este medio tenga pluralidad porque eso da riqueza y si acaso que seamos más taimados y que no saltemos todos de golpe a contestar a Calandria porque eso es lo que más satisfacción le dará. Como dice un refrán No hay mayor desprecio que no hacer aprecio.

Un abrazo
Supo





¿Qué fue lo que pasó?.- Paiquito

Hola.

 

Quisiera objetivar mi desencuentro con el opus dei, a la luz de lo que expresé sobre las tres realidades del mismo.

 

En mi experiencia personal, a pesar de tener algún tipo de veneración por el librito Camino, jamás me hizo vibrar. Eran un tipo de perspectivas que yo las creía especiales en la vida, importantes, pero nada más. Cuando alguna vez intenté hacer oración con él, me encontraba distraído por más que intentaba concentrarme. El día que me avisaron de la muerte del fundador, yo no tuve algún tipo de pena, o emoción, o nada: fue una noticia.

 

Mi paso por la residencia fue como estar en una parte donde había que estar, pero sin compartir los ideales. Me gustaba la interacción y las actividades con las personas, pero sentía que no encajaba ahí. Siempre fui muy malo para guardar los secretos al hablar de la residencia con otras personas. Nunca hice proselitismo, salvo en una sola ocasión. Yo no soy muy dado a vivir con demasiadas normas. Me gusta la vida más relajada. Por otra parte, a mi no me gustaba andar contando cosas de mi persona por obligación.

 

Por último, creo en la santidad de Dios, y la de todos aquellos que llevan ese resplandor en el corazón. Siendo casi un niño, gracias a mi padre que me animaba, tuve una muy bonita experiencia al compartir la misa diaria con personas de mucha fe, pobres, que aunque yo me burlaba de ellos por sus grandes escapularios que vestían, pero que transmitían un amor y una paz que en un momento me regaló Dios y que me hizo vibrar y ser feliz.

 

Quisiera aprovechar este escrito para invitar a los que quieran a hacer lo mismo, que en base a estos tres aspectos examinen su paso por el opus dei, y quizá les sirva para saber ¿qué fue lo que pasó?

 

Gracias.

 

Paiquito





Película Napola.- Julián

Les recomiendo para el fin de verano esta película: Napola

 

Cualquier similitud con lo vivido en centros del OPUS DEI es más que mera coincidencia.

 

Julián





Respuesta a Ana Azanza.- Daniel_M

Hola a todos:

Estoy completamente de acuerdo con cada una de las líneas del escrito de Ana Azanza del día 26-08-2013.

Lo que cuenta, lo que razona, lo que dice. Todo es de sentido común. Frente al absurdo de algunas opiniones expuestas en esta web respecto al tema estrella, lo que dice Ana es la sensatez hecha palabra.

La felicito por su exposición, por sus argumentos, por dar una oportunidad al sentido común, que, como ya sabemos, es el menos común de los sentidos.

Me solidarizo con lo que cuenta de su experiencia judicial. En España, hay demasiados miembros del Opus entre los altos cargos de la Administración, en el Defensor del Pueblo, en la judicatura. Si estos miembros no se abstienen en los procedimientos en los que es parte el Opus Dei (u otros miembros del Opus) vulneran la regla de la abstención (esencial en un Estado de Derecho para todo procedimiento).

Hace años, un miembro de la Cámara de los Lores, aceptó la recusación en el caso Pinochet. Y no participó en el juicio. Aceptó la recusación porque su esposa era miembro de Amnistía Internacional, que era parte contraria a Pinochet. Y sí él hubiera actuado como miembro del Tribunal no se hubiera respetado el principio de imparcialidad.

Aquí, en España, jamás se ha visto que un miembro del Opus se abstenga de un procedimiento porque una de las partes sea el Opus Dei u otro miembro. Desde luego, yo no conozco de ningún caso de abstención. 

Por lo que no me extraña nada, aún con todos los matices, lo que narra Ana Azanza.

Daniel_M





La decisión de la coordinadora.- Daniel_M

Agustina, respecto a tu comentario del lunes pasado que escribiste al final de mi escrito.

Ya somos mayorcitos para jugar a malinterpretar a los demás. Es de lo más elemental que plantear una propuesta, presentar una iniciativa, defenderla donde corresponda, nunca es obligar nada a nadie. ¿Desde cuándo una propuesta es una obligación?

Así que no te comprendo cuando dices que «no te gusta que nadie te obligue a nada».

A menos que esa frase signifique que no te importa la molestia que las provocaciones de esta mujer causan en los demás participantes de la web, que prefieres esperar a que «Calandria no dé más la lata porque ya la ha dado bastante» (o sea, que dejar de «dar la lata» dependerá de ella y no de ti)

Entonces, si se entiende el disgusto que te causa que te propongan hacer algo. Es que no quieres hacer nada.

Respeto tu decisión, pues como tú dices, eres la responsable de la web. Y puedes permitir perfectamente que dicha persona mienta, falte al respeto y provoque a los demás las veces que ella quiera. Supongo que, en lo sucesivo, hemos de entender que si vuelve a hacerlo, tú serás corresponsable de sus mentiras y descalificaciones.

Un abrazo

Daniel_M




 

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