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CORRESPONDENCIA
Miércoles, 12 de Septiembre de 2012
Tu alma vale más de 10 céntimos.- Manzano
Alguien dijo alguna vez que no daba ni diez céntimos por el alma de quién abandonara el Opus Dei. A estas alturas, la mayoría de la humanidad sabe que es de necio confundir el valor con el precio, pues a menudo este nada tiene que ver con el valor de las cosas, ni que sean almas. (Sirva como modesto homenaje a Víctor).
- Alo? -Soy Pepito Grillo,… oí al otro lado de la línea alámbrica. Sabía que localizaría, más temprano que tarde, el teléfono de donde me fui a vivir para seguir con mis estudios en la ciudad tras una semana de descanso y después haber abandonado el centro del Opus Dei donde residía. No era fácil, pero si logró encontrarme en apenas dos días en un paraje inhóspito a cien millas de la ciudad, el juego de obtener un número telefónico sería como de niños para él…
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¿Cuántos casos como el de Víctor son necesarios?.- Luciana
La carta de despedida de Víctor, como a muchos otros, me ha conmocionado enormemente. Es una carta sincera, clara, escrita desde el corazón de una persona humilde, quien en su afán de dar lo mejor de sí mismo a Dios y a los demás, entregó su vida a una causa que lo destruyó, contribuyendo –según afirma- al surgimiento de una enfermedad que lo llevó a tomar la decisión que todos conocemos.
¡Qué pena Dios mío! ¡Y qué dolor!
Me pregunto, y se lo preguntaría a la Jerarquía de nuestra Santa Madre Iglesia, ¿cuántos casos como el de Víctor son necesarios, cuántos son suficientes para que tomen cartas en el asunto? ¿Por qué siempre tengo la sensación de que cuando se mueven ya es demasiado tarde, pues se podrían haber ahorrado sufrimientos innecesarios?
Y apelo a la Iglesia de Roma pues hacer un llamamiento a los Directores del OD es en vano. Los abusos denunciados incansablemente ante la institución (de los que dan cuenta numerosos testimonios en esta página) no la han llevado ni a pedir disculpas ni mucho menos a enmendar. En este sentido, recuerdo el testimonio de “novaliolapena” (15.06.2011), en donde expone que efectivamente –y por si queda alguna duda- el Prelado y sus allegados conocen perfectamente lo que sucede “puertas adentro”, y sin embargo no veo ánimo de rectificar. Por eso, precisamente, pongo toda mi esperanza en que sea la Institución fundada por Jesucristo quien intervenga con la autoridad que Él le otorgó y ponga un freno a quien lo tenga que poner para que casos como el de Víctor no se repitan nunca más.
Víctor querido: ¡Qué tristeza me produjo leer tu carta! Sobre todo porque tengo el convencimiento de que tu enfermedad fue inducida. Tal vez eras propenso a la depresión, pero en circunstancias diferentes, seguramente la evolución de la enfermedad habría sido diferente también.
Has decidido marcharte, ya no tienes fuerzas para luchar, necesitas descansar. Te entiendo, sabe Dios que te entiendo. Te vas con el convencimiento de que el Cielo es tu destino, y en el fondo de mi corazón yo también lo creo así. Tú lo dices bien, Dios es Amor, y ese Dios seguramente ahora te estará haciendo gozar de la paz que te fue privada en esta vida y que tanto necesitas. Elevo una oración para que así sea.
Y me despido, si me lo permites, con una frase tomada de tu carta: “…Dios es Amor y el Cristianismo puede ser una aventura y un camino muy bello, siempre y cuando se respete la libertad, la dignidad, la conciencia”.
Descansa en paz, querido amigo.
Luciana
Padres fanáticos.- Bastián
La carta de Víctor en la que anuncia la decisión de suicidarse porque ya no puede aguantar más el sufrimiento psíquico, me ha dejado casi fuera de juego. Y me ha supuesto un auténtico problema personal, porque no solo Víctor, sino muchos otros, hemos sopesado en los momentos de intensa ansiedad y pánico incontrolable la salida definitiva de tanto dolor que se presenta a cualquier hora del día, pero cuando lo hace por la noche o de madrugada es terrible. Y creo que de esto sabemos muchos o la mayoría de quienes leemos y seguimos opuslibros. No me avergüenza decir que estoy llorando, aunque en el fondo de mi cerebro aparece una pequeña luz que parece decirme que Víctor ha terminado de sufrir y está en los maternales brazos de Dios, libre, como él quiso sentirse y no le dejaron.
Me parece que no lloro por Víctor, sino por mí y por tantos miles de personas que jamás pudimos desarrollar un proyecto personal avistado desde la adolescencia pero muy pronto encorsetado y reconducido arteramente por quienes decían ser nuestros hermanos, pero que solo procuraban la grandeza de un líder estúpido y neurótico al que tenían por la cuasi cuarta persona trinitaria.
Las circunstancias de Víctor las rebozarán en la prelatura con cuestiones genéticas o de la índole que les dé la gana, porque para eso tienen psiquiatras que tranquilizarán las conciencias de la superioridad si es que llegase al extraño caso de que algún director tuviera remordimientos al conocer la muerte de Víctor, que la ocultarán todo lo que puedan.
Pero al menos una persona, ese Antonio o don Antonio que todos los años le escribía a Víctor en fechas señaladas, no va a dormir durante bastante tiempo si es que le queda un mínimo de autonomía intelectual y moral. Dudo absolutamente de que la prelatura dé la cara ante esta muerte-denuncia. Cínicos y cobardes, amparados en su santo fabricado a golpe de talonario, seguirán poniendo los ojos en blanco y sonriendo ante el cadáver de tu padre como si eso de morirse fuera una fiesta que se está celebrando a dos bandas entre el cielo y el tanatorio.
Y detrás de todo esto, haciendo lo posible, están los padres de tanto adolescente empujado por el plano inclinado hacia el final que decidió Víctor o hacia unas vidas absolutamente desarticuladas. Padres y madres supernumerarios totalmente cretinos, inmaduros y fanáticos, que sueñan con engendrar numerarios y numerarias porque así relucen más y mejor ante sus respectivos directores y rectores de las iglesias que los obispados ceden a la prelatura. Padres y madres que viven entrampados y de la caridad para llevar a sus numerosos hijos a los colegios de Fomento y similares, padres y madres ricos de solemnidad que repueblan las aulas ellos solos dando ejemplo de cumplir la voluntad del padre y obligando a sus hijos a seguir una vida propia de los antiguos seminarios menores, aunque no sepan ni lo que piensan ni cómo son. Estos padres han decidido de común acuerdo con sus directores espirituales la hoja de ruta que van a imponer a la prole, y no cejan hasta que se enteran de su pitaje. Algunos de estos padres y madres sí saben que sus planes pueden fallar y están dispuestos a seguir siendo padres y madres para un hijo fuera de la prelatura, pero otros, desgraciadamente, como esa posibilidad les resulta insufrible, cuando llega, se convierten en los peores enemigos de quienes lo que de verdad necesitan es comprensión y mucho cariño. Dios quiera que no haya más víctimas del Opus Dei que solo encuentren la salvación en el suicidio; Dios quiera que no haya más víctimas del Opus Dei; Dios quiera que no haya más Opus Dei engañando a los adolescentes y mintiendo a la Iglesia.
Y en fin, y pido perdón si ofendo a alguien, Dios quiera que haya más cojones en el Vaticano.
Y termino con una oración: Víctor, ruega por nosotros.
Bastián
Víctor.- Janabenito
No he podido, ni querido escribir antes, porque como otros han dicho sobre Víctor, el dolor y la rabia me han podido. No quisiera estar en la piel de esa madre ni de esa familia. Lo siento, y contra “todo” se que estará muy cerca de Dios y en paz.
Pienso que todos o casi todos, pasamos al salir por esos momentos, algunos lo superamos gracias a la familia, a encontrar un medio de vida y a poder formar con el tiempo nuestra propia familia, aunque estoy convencida de que nuestro paso por esa llamada obra de Dios nos marcó a todos de alguna manera nefasta.
He enviado a todos mis contactos la carta de Víctor con la petición expresa de que hagan lo mismo, se que la mayoría lo hará con lo que no dudo de que va a llegar a miles de personas.
“Ellos” no se sentirán culpables, porque al menos a los llamados cofundadores que nos buscaron entre las cabezas más brillantes o las fortunas más adecuadas a sus necesidades, nos deformaron las conciencias, anularon nuestro razonamiento y violaron nuestro espíritu y algo más en algún caso. La Iglesia mirará, de enterarse, hacia otro lado, pero al menos de alguna manera haremos saber que han hecho con nuestras vidas en el nombre de Dios.
Un fuerte abrazo a todos los que tiene buena voluntad, a los que no, como dice Carmen Charo, aún no estoy dispuesta a abrazarlos.
Julia Fuentes Hernández
Gracias!.- Alicia
La carta de Victor me conmovio en muchos sentidos.
Quiero agradecer a Agustina y a todo el equipo de OpusLibros que hace posible esta web. Yo tambien pite antes de los 14 y medio. Sali con vida psiquica despues de 23 años.
Agradezco la invaluable labor que hacen, intento ayudar economicamente con lo que puedo e invito a todos los que frecuentamos esta pagina, que aportemos nuestro granito para que siga haciendo tanto bien.
Un fuerte abrazo,
Alicia
Tu muerte no será en vano, Víctor.- Juliette
No tenía intención de escribir, pero la carta de Víctor me ha convencido de lo contrario. He tardado unos días en superar la profunda tristeza, y pena que me ha causado (que aún siento). Yo en carne propia he pasado por cosas como Víctor. Pité como adscrita con 16 años recien cumpliditos, con la orden-recomendación de no contarlo a mis padres. Lo que ahora lamento, pues se enteraron dos años después, un mes antes de irme de casa para vivir en un centro.
La coacción psicológica, mental, es muy fuerte para un menor de edad. En ese entonces no lo veía, pero ¿cómo no va a ser raro tener una amiga (numeraria) que te dobla la edad? Yo, en mi caso, pité después de haber ido al UNIV. La numeraria en cuestión no se apartó de mi ni para dormir (compartiamos habitación). Reitero que esos años no lo veia mal, todo lo contrario: me halagaba que alguien me prestase tanta atención. Al cabo de unos años "vieron" que no era lo mio, que tenía que volver a casa con mis padres.
Ahora no entro en detalles, sólo que me puse tan mal (anímicamente), que me comenzaron a dar pastillas (diazepam), sin que se consultara un doctor, ahi comenzó mi adicción a las pastillas. Salí muy deprimida, lo que redundó en un año, en una depresión de caballo. Me llevaron a tropecientos médicos y psiquiatras, ninguno entendía porqué si todavía era tan joven, quisiera morir por no estar ya en el opus. Aquí es donde te comprendo perfectamente Víctor, "el haber quedao tocado", no encontrar ya tu sitio, sentir una profunda tristeza, sentimientos de culpabilidad, de no haber estado a la altura, que muchos hemos sentido.
Después de muchos años así, estoy mejor, pero con medicación de por vida. Sigo con ataques de pánico, ansiedad, depresión, y con la sensación de haber perdido los mejores años de mi vida en esa institución. Sé Víctor que tu muerte no será en vano, que muchos como yo, nos veremos reflejados en tu historia, y servirá para que el mundo se entere. Lamento mucho no estés ya entre nosotros, pero sé que ahora tienes "paz " y todo el amor de Dios. Gracias por haber sido fuerte todos esos años, y haber luchado. Esta enfermedad no se la deseo ni a los del opus. Sé que algún día se hará justicia, sea humana o divina. Predican la ley pero la infringen constantemente.
Un abrazo a todos, que Dios os bendiga
Juliette
Puedo escuchar.- Cachi
Hola a todos,
No sé qué decir después de leer la carta de Víctor. He tenido mucha suerte por haber salido a tiempo, haber encontrado a mi mujer, tener la familia maravillosa que tengo. Pero pude haber terminado como Víctor. Y verdaderamente, no hace falta tanto dolor.
Vivo en Génova. Si hay alguno deprimido, triste, con deseos de hablar con alguien, estoy disponible para escuchar. Estoy en Italia desde hace casi tres años. Disculpad mi italiano.
En serio. Si estás dentro, fuera, desde hace poco o mucho, y necesitas charlar con alguien, pedid mi mail. No soy psicólogo ni psiquiatra. Pero a veces lo que se necesita es únicamente alguien que pueda escuchar. Fui supernumerario, después numerario durante siete años.
Hasta pronto.
Cachi.
(Texto original en italiano)
Querido Victor.- Labuhardilla
Querido Victor:
He leido tu carta, y más que una carta, parece un mensaje de auxilio lanzado al mar en una botella por un náufrago. Porque tu relato es la historia del naufragio de una vida. Te embarcaron en una nave que no era la tuya, te retuvieron hasta que no aguantaste más y saltaste como pudiste herido en el corazón. A pesar de pedir a gritos ayuda no encontraste auxilio ni de los seres que pensabas que te querían; sin ayuda, aislado y abandonado en una isla sin salida. Sólo te quedaba el recurso de lanzar al océano un mensaje desesperado para que alguien lo leyera.
No sabes como me ha dolido tu historia. Primero como médico porque no sé si te asistieron con todos los medios. Segundo, porque leyendo tu historia, impregnada de una sencillez y sinceridad escalofriante, me has recordado tantas historias.... Han pasado cerca de 20 años y recuerdo la caza de adolescentes en los centros de jovenes del opus. Y sí, efectivamente, había un grupo "especial" que lo formaban los hijos de supernumerarios y cooperadores. Especial, porque eran los candidatos idóneos para engrosar las filas de numerarios y también eran especial sus familias, que seguían de cerca el progreso de sus retoños con la esperanza de criar "un futuro direct@r, un futuro sacerdote...." para la obra. También recuerdo lo contrario, las llamadas angustiadas de algunos padres preguntando por las andanzas de su hijo que, ¡oh! ¡sorpresa! no encajaba en la labor, la peor noticia que les podría ocurrir. Su frustración se manifestaba, en no pocos casos, en una hostilidad con el hijo que a veces llegaba al acoso.
Tu historia pone de manifiesto el resultado espeluznante al que se puede llegar con este "juego" de almas, que seguro afectó a muchos más chic@s adolescentes como tú. Tu carta ha llegado a su destino aunque no lo creas. Porque para esta carta-mensaje hay muchos destinatarios. La historia tan espeluznante que relatas clama a gritos responsabilidad. Responsabilidad de quienes hacen este juego y de quienes lo han legitimado. Responsabilidad para quienes dejan a sus hijos en manos de esta gente. Estos son los destinatarios. Quiza el efecto no sea igual en todos. Por ejemplo, no creo que les quite el sueño a los que pensaban que se "deshacían" de un enfermo que "no vale" para la labor. Ellos no son responsables nunca de nada: ¿pedir perdon? ¿indemnizar? ¿resarcir?..., NUNCA. Pero su soberbia y prepotencia no les exime, aunque crean lo contrario, o por muchos juicios que ganen en los reinos de este mundo. A ver que cuentan cuando venga el otro Juicio. Con tu carta has compendiado de forma magistral las formas de esta institución, ahi queda tu testimonio para quienes todavía tienen dudas acerca de este camino a ninguna parte.
Para terminar, te deseo que disfrutes de la felicidad y amor que en esta vida no pudiste encontrar. Has abandonado un valle de lagrimas: no mires atrás y no guardes rencor, no vale la pena.
Un abrazo, Pepe R.
Para: Alfonso_is De: Lirio blanco (o Samantha).- Samantha
Hola Alfonso_is!!! Que grata sorpresa encontrarte por aquí!! Y más gusto ver tu foto y saber que tienes una hija. De verdad deseo que sigas frecuentando esta página y poder saludarte. Si así lo quieres puedes pedir mi correo a Agustina, (¿se lo darás por favor?) Tengo maravillosos recuerdos tuyos. Eres un gran hombre. Te mando un sincero abrazo Con cariño. Lirio blanco (¿me recuerdas?)
Samantha
Felicidades Vicente!.- Murciano
Vicente, enhorabuena por tu reciente boda! Qué tío! Se habrá quedao de piedra el personal de la cofradía...
Murciano
Decídete a tiempo: para Numerarias Auxiliares mexicanas.- Chale
Aunque nunca es tarde, por favor, decídete a tiempo
Aunque tenía muchas, muchísimas ideas en la cabeza no quise esperar más y retrasar esta comunicación, porque sé que hay muchas Numerarias Auxiliares que se encuentran en el “dilema” de salirse, pero no ven la salida. Al menos en México, la situación en la que se encuentran es preocupante: medicadas, sin cariño, sin posibilidades económicas, sin trabajo, sin un lugar a dónde ir.
Por favor que se dejen desintoxicar de tanto lavado de cerebro, yo le diría a cada una:
· no eres infiel a Dios, ni a la Iglesia, no te vas a condenar, te han hecho creer que si no eres de los “nuestros” no hay posibilidad: te remito al Evangelio:
Marcos 9, 38-40 En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: "Hemos visto a uno que expulsa a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se los prohibimos". Pero Jesús le respondió: "No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor".
· no vas a terminar mal: ya estás mal, medicada, triste sin ninguna ilusión ni esperanza.
· Existen, en México 112 millones de personas, de eso 57 millones son mujeres y por los números que yo calculo, porque manejé números y datos, menos de 4,000 son del Opus: cuentas con 56 millones 996 mil oportunidades para hacer amigas y en cuanto a hombres son 52 millones, por lo que restando a los del Opus que tampoco serán más de 5,000, habrá 51,995,000 para encontrar a tu media naranja. Además el 35% de la población tiene de 30 a 59 años.
· Estamos muchos fuera, que después de muchos años nos salimos y SI podemos ser felices y lo somos, sólo pide ayuda.
Bueno no me quiero extender, pero sólo quiero ofrecer 2 habitaciones en mi departamento, para que mientras consiguen rehacerse (física, psicológica y espiritualmente), conseguir un trabajo y volver a vivir, no duden en pedirle a Agustina mi mail y contactarme.
Chale
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