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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 05 de Octubre de 2012



Una historia más.- Pixie

UNA HISTORIA MÁS
Pixie, 5/10/2012

He de reconocer que llevo varios años leyendo esta página, a la que estoy muy agradecido, y que jamás pensé que algún día me animaría a escribir mi historia.

Ahora, después de tantos años, creo que vale la pena dar testimonio, de la misma manera que han hecho otros.

La Carta de Víctor para mí ha sido el detonante, luego explicaré el motivo.

La primera vez que pisé un centro del Opus Dei tendría unos 14 años. La verdad sea dicha, me lo pasaba pipa y fui muy feliz. Qué buen recuerdo las convivencias de Inglés, los UNIVs, los viajes por toda Europa, el sky, el fútbol, tantas cosas buenas... A mí nadie me obligaba a ir al CLUB a diario, era yo el que quería...

Ese año en el curso de inglés de Torreciudad empezaron, de manera suave, a hablar de mi posible vocación a numerario. Algunos de mis amigos pitaron de los cuales perseveraron unos cuantos y otros se salieron. Pero los que se iban, desaparecían. ¿Alguien se acuerda de Rufino? ¿Qué habrá sido de él?...



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¡Piensa, chata, piensa!.- Machús

¡PIENSA CHATA, PIENSA!
Machús, 5/10/2012

 

¡PIENSA! Es la palabra que más oía decir a mi padre.

Al contrario que mi madre, él no era una persona religiosa, simplemente era una buena persona a la que le gustaba pensar y analizar cualquier cosa que ocurriera a su alrededor.

Recuerdo mi adolescencia, cuando acudíamos a misa los domingos y él era el que estaba más atento a la homilía del sacerdote. Al salir, pretendía que analizáramos lo dicho, y aquí venía el conflicto; mi madre se molestaba diciendo que respetara sus creencias y no quería saber nada de charlas. Simplemente porque mi padre decía que estaba completamente de acuerdo con el sacerdote, pero le molestaba sobremanera que la gente que en la iglesia se daba golpes de pecho y se arrodillaba fervorosamente, cuando salía a la calle se le olvidara lo que le habían dicho, se apartara de los harapientos, no perdonara a sus hermanos, fueran insolidarios, egoístas, etc.

Esa era la clave: PENSAR. Algo que no está nada bien visto en el Opus Dei. Todo lo que no sea acatar los dictados de su fundador no es de buen espíritu. No tiene cabida ni la duda. ¡Y ya no digamos pensar lo contrario!

Alguna vez me he preguntado: ¿por qué hay tanta gente que llena las iglesias cada domingo si luego no hace nada por cambiar y ser mejor persona? He llegado a la conclusión (pensando, como mi padre me pedía siempre) de que es muy difícil, por no decir imposible, pedir perdón a nuestros semejantes porque para eso tenemos que ser humildes y muy buenas personas, además de olvidarnos de rencores y dimes y diretes. Sin embargo, nos metemos en una iglesia a oscuras, escondemos la cara tras una reja para que no sepa ni el sacerdote quiénes somos y pedimos perdón por todos nuestros pecados a un Dios que, como es todo bondad, nos perdona con solo una pequeña penitencia. ¡Qué bien!, ya tenemos el contador a cero para salir a la calle y volver a llenar otro “cuadernillo” con lo que nos apetezca. Cuando vuelva a estar lleno, volvemos al confesionario y el Dios misericordioso nos lo vuelve a dejar absolutamente inmaculado…

Hace ya bastantes años que sigo con interés los escritos que envían las personas que sufren o han sufrido las consecuencias de haber pertenecido a una secta peligrosa, incluso yo he participado con la historia de mi hermana. Cuanto más tiempo pasa, conozco más personas totalmente perjudicadas por esa prelatura de la Iglesia Católica y lo que más me preocupa son los niños. Para “pitar” con 14 años, tienen que haber llevado bastante tiempo adoctrinándoles y llenándoles la cabeza de miedos, tabúes, mentiras y lo que yo llamo “pecados de mentes sucias”. Si se dice que Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza, nos dio una mente para pensar libremente, entonces, ¿por qué hay tanto oscurantismo, misterio y empeño en llevar la vida que llevan realmente en secreto total que no pueden saber ni los propios padres? ¿Si la obra es de Dios y es tan maravillosa, por qué no se puede hablar de sus prácticas en público?

A mí me maravilla la bondad de muchos de los “damnificados” que después de todo siguen creyendo en la iglesia, aunque también creo que si no tenemos algo (fe) donde agarrarnos después de haber desperdiciado tantos años y sufrir las consecuencias de por vida, la única salida sería la de Víctor, y esa nunca es una salida, sino una escapada. La carta de Víctor también me llenó de rabia y de impotencia, y más aún me molestan los escritos que hacen referencia a que la depresión que sufría se puede deber a algún problema genético, químico o físico. Como si el alma, el pensamiento o los sentimientos se pudieran ver físicamente.

Machús





Agradecimiento.- Alejandro78

Hola,

esta es una pequeña nota de agradecimiento por toda la ayuda que me prestaron durante el proceso de entendimiento de que sucedió durante una relación que mantuve durante casi un año con una chica víctima de Opus Dei. La información excelente y relevante de los testimonios (un día de estos les mando mi testimonio de lo que fue la odisea de relación con esta muchacha) fue la que me quitó la venda de los ojos y me ayudó en la recuperación del proceso terrible que pasé con ella. A ella y a mi mejor amigo que también cayó victima del reclutamiento Opus dei al enamorarse de otra chica que estaba enrolada (su actual esposa); les envié enlaces con contenido de la página y sé, por sus reacciones que los puso a pensar.

Oro y pido a nuestro señor Jesús (yo soy cristiano y sí, no me pregunten como terminé con una chica Opus Dei pero los designios de Dios son a veces raros...) que saque a mi examada y a mi amigo y que a ustedes los bendiga y permita que sigan ayudando a la gente a salir de esta secta funesta.

Alejandro78 





La presencia de sectas en la Iglesia como síntoma de decadencia.- Josef Knecht

Comienzo mi reflexión de hoy citando la conclusión del último artículo de Vega (01.10.2012), en que compara la Cienciología con el Opus: “el catolicismo siempre ha sido eficaz extirpando las sectas que le "nacían" continuamente, que podían hacer competencia al poder eclesiástico oficial. Que ahora esté tan invadido de sectas yo diría que es un síntoma de decadencia, como los árboles enfermos que no pueden librarse del muérdago, el moho y toda clase de adherencias”. Comparto esta opinión personal de Vega.

 

Precisamente esta característica del catolicismo actual, de finales del siglo XX y de comienzos del XXI, es, como ya he manifestado varias veces en este foro, lo que más me preocupa de la situación de la Iglesia Católica. Por primera vez en su historia, la Iglesia, en vez de emprender una evangelización capilar –es decir, de penetración en los más variados rincones y ambientes de la sociedad–, prefiere el modelo social del “gueto”: cobijar a sus fieles en “guarderías de adultos” para mejor adoctrinarlos, partiendo del presupuesto de que el mundo contemporáneo, generado en la Modernidad y evolucionado en la Post-modernidad, es incompatible de raíz con la fe cristiana y dañino para la vivencia religiosa. Mucho más incompatible, creo yo, era el paganismo helenístico-romano de la Antigüedad; sin embargo, los primeros cristianos no adoptaron entonces –ni nunca hasta los siglos XIX y XX– el modelo social de gueto...



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