Soy catalanoparlante y, también por esto, agradezco el esfuerzo de Agustina por aceptar la entrevista a una emisora que utiliza esa lengua que dice no dominar.

A propósito no me queda claro cuando ella contesta que están publicados los documentos internos – con seguridad se refería a opuslibros – en asentimiento a Eduardo, cuando él estaba diciendo que ahora si que la Prelatura es transparente, porque todo está publicado – se refería a las webs oficiales.

Pregunto: ¿Las webs oficiales ofrecen ya TODA la documentación? Estatutos, catecismos, praxis, recomendaciones, normas, regulaes, instrucciones, experiencias, cuadernos, cartas, etc.

Celebro que, cuando Eduardo considera que debe comprarse una camisa, se la compre sin más...

En relación al escrito de Simple-mente del pasado 4 de mayo, me place comentar mi absoluto acuerdo con las verdades citadas de cada uno de los mandamientos. Tu lectura me ha suscitado una serie de reflexiones que quiero dirigir a los directores/as, delegacions, consejos locales y si fuera posible también a los manda-mases más poderosos del Opus Dei. Sí, a vosotros que nos leéis, algunos por encargo y otros a hurtadillas, van dirigidas estas palabras y estas cuestiones:

1.- ¿Vosotros hacéis oración a diario? ¿Y que le decís al Señor?: veo a un chico/a desintegrándose pero hago lo que hago porqué me lo mandan y así todavía lo trituro un poco más...

Viendo ahora el escrito de Haenobarbo de 16 de noviembre de 2009, que trae causa de uno de Trinity, veo que los cambios que comenté no son tan nuevos como yo pensaba y que, de hecho, aparecen en la nueva edición del Catecismo de la Obra de enero de 2010 (es decir, poco después de los correos de Trinity y Haenobardo). Los cambios entre ambas ediciones del Catecismo ya están publicados en Opuslibros.

Sin embargo, después de una rápida lectura del Catecismo de 2010, no sé si está suficientemente clara la separación entre los ámbito del gobierno y dirección espiritual. Por ejemplo, en relación con la duda que planteaba Cloti, yo diría que su "directora" (suponiendo que es la de su centro y no una directora regional), no tiene competencia sobre la materia. No sé si alguno de los "expertos" que escriben en la web pueden aclararlo, aunque estoy de acuerdo con todos los que han respondido a Cloti que la cuestión "jurídica" es lo de menos.

Saludos,

Bilbo

PS: se me olvidó señalar en mi anterior correo que las citas son frases de Gandalf en El Señor de los Anillos.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS... Solidaridad.  Por favor es buenísimo... no es que sufra mucho, lo normal para un trabajador por cuenta ajena, harto de su jefe... pero nada mas... Así es que aunque no sufra mucho te agradezco este momento de carcajada...me encanta, de vez en cuando se agradece algo así... "ligerito".

Yo sólo puedo aportar, ese momento solemne de la Santa Misa, (os poneis en situación, verdad?) lleno de gente y demás, terminan las lecturas, y a la que toca leer se pone muy solemne, como el momento, mira al público y con cara de satisfacción y convencida dice, en lugar de "Palabra de Dios": ¡PALABRA DE HONOR!

Lo mejor, ella bajó tan digna del "pulpito"...

Es una anécdota conocida, se ha contado mucho, la cuento porque fue en primera persona, no fui yo quien leí, aunque seguro que me hubiera pasado igual.

Arrulo

Me he sentido gratamente sorprendida por todas y cada una de las respuestas que se han enviado a esta web, contestando a Cloti. Me han gustado todas sin excepción y el resultado es un rico mosaico, apreciable por todos.

Pienso que es de las veces que más personas han contestado a una pregunta: Ottokar, Cauchi, Adela, E.B.E., Mediterráneo, Mineru, Sharon Sharia, Haenobarbo, Kaiser, Marisa, Australopitecus, Rafinosa y puede que alguien más, cuya respuesta pueda salir hoy viernes 6.

Sois todos estupendos. Se nota palpablemente que nos interesa mucho lo que piensan los demás, y que transforman en sus escritos. Escribir coherentemente es un arte, fuerza a cambiar el paradigma con el que nos enfrentamos al mundo, nos descentraliza y tiende puentes a los demás. Estos escritos nos enseñan a pensar y se facilitan soluciones a un mismo tema. Gracias a ellos pensamos más. En definitiva el mejor regalo que se le puede hacer a una persona es el saber leerla, comprender su mensaje y luego aplicarlo.

La comunicación humana es realmente compleja y pasa sobretodo por saber transmitir el pensamiento; el acto inconsciente de no profundizar en un escrito, cuando nos estamos comunicando, es la principal causa de la falta de entendimiento que provoca. Siempre suponemos que nos han leído y casi nunca es así, si no aprendemos a identificar el lenguaje de nuestro participante. Además las emociones debidamente mal gestionadas, o sea la falta de educación emocional, da paso sin barreras a la impulsividad, al binomio acción-reacción en la interacción con el otro obviando los dos pasos intermedios y fundamentales para la excelencia en nuestras interacciones con los demás: la consciencia de percepción subjetiva y el análisis de cual es nuestra mejor reacción ante el estímulo recibido. Sólo educando a nuestro inconsciente a analizar los estímulos recibidos desde la distancia y el análisis apartado de nuestra herencia cultural, experiencias y emociones, podremos escuchar algo más que la media de los mortales pudiendo después aportar a nuestro interlocutor lo que realmente esta buscando cuando nos comunica a través de sus escritos, su tono vital. La gente que se siente leída, que se siente aconsejada, se torna más agradecida y colaboradora y al final lo que conseguiremos será mejorar todo nuestro entorno.

Un abrazo.

Pimpinela escarlata

El Opus Dei debería estar orgulloso del nivel de conocimiento de sus ex miembros. Mientras los que siguen dentro (algunos por lo menos) dicen tonterías, los ex, unánimes, firmes, compactos y seguros, sin fisuras exponen lo que se ha enseñado siempre, ¡con citas de los documentos internos incluidas…!

¡Si no lo viéramos no lo creeríamos!

Haenobarbo

Ese verano marchas a tu primer curso anual… a Asturias.  Década de los 70  y se tarda un día entero en autobús. Alli os reunís  más de cincuenta, la mayoría adolescentes  como tú, alguna casi universitaria.  Fruto  de la supernumerariez de sus padres casi todas … El caldo de cultivo ideal para  la causa.

Y empiezas a pasarlo mal!  Nunca habías estado 25 días fuera de casa… Echas de menos a tus hermanos, a tus hermanas, tu cama, tu tv en blanco y negro… ¡Tu playa! Hasta la misa de los sábados de verano en el cole. Si, en el cole de esas monjas que  ahora ya no frecuentas… Demasiado modernas,  no les gustamos… te dicen.

Empiezas a cortar la fruta con cuchillo y tenedor… Empiezas a tener siempre sueño. Empieza a parecerte mal que te riñan:   Malo si ríes, malo si callas, malo si comes, malo si… Y después a sonreir y a dar las gracias…

Parece que todo lo hagas mal, que ya no eres la buena niña, la  buena estudiante, la  buena hija que pensabas… Te sientes mezquina y grisacea… Como si nunca fueses capaz de limpiarte del todo… Como si se esperase tanto de ti que nunca pudieses estar a la altura… Y empiezas a sentirte un fraude. Esto es secreto. Nadie lo sospecha tan siquiera.

Un dia, a una de las del curso, le da un ataque epiléptico en una tertulia. Nadie comenta después.   

Y sigue la añoranza… Y las broncas… alguna bronca general en el aula donde también imparten las clases de filosofía y de espíritu de la Obra… Y las palabras duras parece que te resuenan en el cráneo y te hacen eco… Y te producen como una especie de vértigo…

Y pasan los 25 días nublados y te vuelves a  casa con la sensación de no haber entendido nada.  Con una sensación de extrañamiento. De desapego. Con ganas de estar con  mamá. Con los abuelos… De comer la fruta a mordiscos y que las gotas resbalen por la comisura de los labios hasta la barbilla…

Pero en agosto tienes que ayudar en la administración para pagarte el curso… Antes de marcharte te han pasado un papelito con la deuda contraida y te han dicho que lo firmes: Mariki debe 5000 pts. ¡Qué vergüenza, Dios mío! … Te ves ya con el uniforme de rayas y la bola de hierro atada al tobillo con una cadena si no saldas la deuda de inmediato…

Otro mes sin padre, sin madre, sin hermanos, sin hermanas... ¡Uf, lo que cuesta ser santa!

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