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CORRESPONDENCIA

Viernes, 02 de Diciembre de 2011

YO TAMBIEN SUFRI (4)

Ferita, 2 de diciembre de 2011

Empiezan los problemas. 

En todos los años que estuve en los centros, nunca hice ningún informe, supongo que los haría la directora que sabía tanto, menos mal. Como yo era de buena fe, creía que todo era confidencial y nada se comentaba ni salía de ahí, y comprendía cualquier cosa que pasara y procuraba no darle mayor importancia. Más tarde pensaría que me utilizaban de tapadera porque sabían como era, que todo me parecía que estaba bien y luchando como todas.

Casi siempre, me dieron confidencias de supernumerarias. Una que estaba muy enferma con un niño, que ni siquiera podía coger en sus brazos. Iba a verla y me estaba un buen rato haciéndole compañía, impresionada de lo buena que era y como aceptaba su enfermedad. Salía casi siempre emocionada. También tuve a una persona paralítica que tenía una farmacia y muchas veces venía a Misa y la valoraba muchísimo, aunque había oído comentarios de “qué pesadita”. No tenían tiempo para hacer tanta norma y tantas cosas como se les pedía, yo decía que no pasaba nada, que ya las harían algún día.

Del tema sexo me dijeron que ese no era tema para hablarlo, sólo lo hacían con el sacerdote. Me pareció estupendo pues yo no tenía ni idea de cómo tenían que vivirlo y así mejor. Ya os contare anécdotas muy divertidas...

Hola E.B.E. 

Suscribo y me perece excelente el contenido de tu escrito "Reforma sin escándalo". Aunque mi opinión sea la de que creo que se trata de una cuestión de origen más que de reforma, como en su día dejé publicado en mi libro "El Opus Dei . Entresijos de un proceso" ( Edt. FOCA, 1993- 2004). La canonización en cuestión estuvo planteada, desde siempre, para que sirviera para lo que está sirviendo, como tú muy bien expones. Forma parte de la estrategia de Escrivá, también de siempre, de "servirse" de la Iglesia... A la vez que, según entiendo yo, y que también dejé por escrito, su canonicidad no tiene por qué ser mayor que la de un sacramento (por ej. el matrimonio), que puede ser considerado nulo siempre que se demuestre que no se dieron las condiciones necesarias.  

Y en la canonización de Escrivá, más que a él, lo que se canonizó fue una entelequia. ¿Con posibilidades de rectificar?, anular más bien, que no reformar. Creo que este puede ser el tema, lo creo desde esa época en que todo ello se estaba gestando, y lo sigo creyendo ahora. No porque cuestione las intenciones de Escrivá, que en absoluto soy quien para ello, pero sí porque una cosa fue lo que se dijo, se aportó y cómo se hizo, y otra, muy otra, la realidad de la que se trataba.

Un abrazo

María Angustias Moreno

Hola, Gómez:

No creo que rezar mucho sea falta de fe. La cantidad depende de cada persona y de cada situación vital:

«El Señor conduce a cada persona por los caminos que Él dispone y de la manera que Él quiere. Cada fiel, a su vez, le responde según la determinación de su corazón y las expresiones personales de su oración.» (Catecismo de la Iglesia Católica, punto 2699)

Creo que es mejor rezar poco y bien, que mucho y mal. Pero si alguien es capaz de rezar continuamente, con las debidas disposiciones interiores, me parece admirable. Entiendo que falta de fe es sacrificar la calidad en aras de la cantidad...

Hola a todos.

Quisiera comentar el escrito de ebe “Reforma sin escándalo” en el que propone revisar el proceso de canonización del fundador del opus dei, para poder hacer efectiva una verdadera reforma dentro de la institución.

Aunque parezca un tanto infantil, sin posibilidades de llegar a una buena meta, quisiera proponer el asunto por el cual pudiera analizarse la canonización de escrivá: ¿A quién canonizó la iglesia? ¿A una persona o a un mito?

Las personas tenemos nombres y apellidos. Los mitos son resultado de la imaginación colectiva que configura historias no basadas en la realidad, sino en figuras arquetípicas.

La iglesia recibió y bautizó a un niño llamado de una manera, pero canonizó a la misma persona pero con diferente nombre, producto de la combinación de sus nombres de pila para conjugarlos en otro.

Entonces la iglesia puede revisar el proceso de los cambios de nombre del fundador del opus dei, y preguntarse si realmente canonizó a una persona, o al fundador de un mito.

Si la iglesia canonizó a san josemaría, pues esa persona no existió para la iglesia, ya que en su partida de bautismo recibió otro nombre y otro apellido.

Entonces tendría que hacerse un nuevo proceso de canonización, pero de josé maría escriba, y en la que participaran pues todos los que tuvimos acceso al opus dei, especialmente los que lo conocieron, pero ya sin prisas, y haciendo de una vez por todas las cosas bien.

Saludos.

Paiquito

Dices:

"(...) En mi opinión, teníamos una serie de ventajas con respecto a las numerarias: no estábamos sometidas al control extenuante que supone la vida en familia, pero vivíamos entre dos mundos. El grado de disciplina y autoexigencia debía ser alto porque, como nos decían allá dentro, nadie te ve: eres tú la que tienes que luchar para levantarte a una determinada hora, la que se tiene que sacar las castañas del fuego para cumplir todas las normas, viviendo con la incomprensión de los que tienes cerca"

Teníamos también una serie de desventajas: una numeraria se iba y se fue y puntopelota. Nosotras estábamos sin estar, día tras día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año. Ahora se han suavizado las cosas y a la familia se la puede tratar más, en mis tiempos había que consultar TODOS los planes familiares, ya fueran un bautizo, una comida familiar o una celebración. Y si la directora tenía por vocación hacerle a una la vida a cuadritos, podía llegar a decir “mejor que no estés en esa comida, no conviene porque no podrás hacer apostolado, intenta quedar con una amiga para tomar un café”. La cual cosa suponía que la madre de la interfecta cargaba con todo el trabajo, el padre de la interfecta preguntaba “¿no podías echar una mano a tu madre?”, los hermanos maldecían a voz en grito y la interfecta se juraba a sí misma que jamás volvería a consultar una comida familiar...

Todos los miles de escritos, vivencias y testimonios que tenemos en esta página se basan en algo igual o parecido: ¡Nos han dañado! ¿Cómo? Manipulándonos, coaccionándonos, maltratándonos, mintiéndonos, insultándonos, ignorando las verdades que les hemos querido explicar, destrozando familias y largándonos cuando se han aprovechado de nosotros y nos han dejado tan maltrechos que ya no quieren ni tan sólo saber de nosotros, llegando hasta a negarnos el saludo. Y eso lo hacen personas que se dicen católicas, cristianas. Personas que hasta el momento de despacharnos, decían rezar por nosotros cada día. Semejante maquinaria de destrucción ha sido inventada por alguien. ¿Quién? ¿Quien ha elevado a la categoría de multinacional lo que debía ser camino de santidad?...  

Últimamente se está escribiendo mucho del levantamiento implícito o explícito del sigilo sacramental en el opusdei, del levantamiento del secreto de oficio en los consejos locales o despachos por parte de los que recibían charlas, de los informes de conciencia, etc. Pero curiosamente, al mismo tiempo hay algunos que esta web cuentan sin ningún pudor ni rubor (a tenor de la chacota con que se refiere) sus confesiones íntimas acerca de las turbulencias de la adolescencia, escarceos con mujeres maduras, y otras cuestiones intrabraguéticas. No me cuadra mucho que se esté defendiendo el derecho a la intimidad, a que lo arcano de uno quede en la confidencia personal hecha a quien uno confía y no a quien le imponen, a que la vida de uno no vaya en papeles de una sede a otra, y que aquí mismo, para lectura de miles de lectores, uno revele sus propias debilidades (o tal vez bravatas de macho?).

Qué credibilidad puede tener esta página que precisamente por su seriedad está dando tanta guerra al opusdei, si también se escriben cosas que contradicen lo que se está defendiendo. Es que además, en algún momento se cuenta con tono jocoso lo que es inmoral y otros aplauden la gracia que tiene. Si alguno quiere contar sus intimidades, puede abrirse un blog, o a lo mejor ya lo tiene, y ahí escribir lo que le dé la gana. 

No quiero aquí decir lo que se debe publicar o no en esta web. Dios me libre de caer en la eterna discusión. Solo apelo al sentido común de los autores de esos escritos para que piensen si es de interés general dar a conocer sus pecadillos de juventud.

Si pensáis que mi extrañeza es infundada, os agradecería que me lo argumentarais. Estoy abierto a otras opiniones.

Chano Copreto

Con respecto a la lamentable sentencia en Francia contra la numeraria auxiliar que denunciaba trabajo esclavo, vuelvo a decir lo mismo que digo siempre, y que EBE analiza de forma parecida en su escrito “Reforma sin escándalo”: lo del Opus Dei tiene explicación dentro de un contexto eclesial concreto. Por cierto, que sorprende la falta de cintura de los obispos franceses, siempre tan listos ¿silencio cómplice? ¿Ignorancia?

La iglesia tiene miles de artículos en el derecho canónico, pero no tiene al parecer un solo artículo que diga como el evangelio que "el obrero tiene su salario". Que no destierra para siempre los trabajos no retribuidos o sin derechos, desde el Papa al último monaguillo. No se entiende.

No se entiende cómo alguien puede ser convencido de que su papel en la historia de la salvación es trabajar en el Opus Dei sin fines de semana, tardes o noches. Si estás evangelizando en un suburbio subdesarrollado lo entiendo, pero en una lujosa mansión en la campiña francesa... Como dirían los argentinos, eso no me lo banco. Y si alguien se lo banca, mal estamos.

Los Legionarios, al igual que el Opus Dei, representan todo aquello que la Iglesia nunca debió consentir pero que en cambio es lo que más imagen le da. No hace mucho, una revista semanal hablaba del éxito de marketing de los Legionarios: los curas más guapos, mejor vestidos, con un proselitismo orgulloso y agresivo, que le conseguía adeptos entre lo más selecto de la sociedad. Y con el Opus Dei pasa lo mismo: la gente más guay, mejor arreglada, conservadora, gominola, con náuticos, hijos todos con carrera, rubios, trabajos en bancos...

La iglesia, que no ha tolerado la "opción preferencial por los pobres" en cambio sí acoge, protege, y consagra la opción preferencial por los ricos, por lo famoso, por el brillo social. Piensan que así saldrá favorecida la institución, y con ella su control social, y con éste, la fidelidad al evangelio. Ja, ja, ja. Hace 500 o incluso 200 años los misioneros podían hacer el trabajo postventa de los soldados y conquistadores. Hoy no es así, y no se evangeliza a patadas, casi ni por dinero. A la muerte de JPII, Europa estaba más lejos de ser "reevangelizada" que antes. Pero ellos, r que r.

Por otra parte, como dice EBE, tiene dos bemoles que la reforma de los Legionarios tenga que venir de un escándalo sexual. Y encima que no se disuelvan simplemente, sino que se intenta salvar los muebles: el euro es el euro y no lo vamos a tirar. No puede haber árbol malo que dé fruto bueno. No entiendo cómo se puede dejar en pie la obra de un pederasta, abusador, estafador, mentiroso (lo de que tuviera hijos y amante es lo mejor de Maciel. Lo de la droga es una enfermedad más de este tipo, y no la más grave). No lo entiendo. La iglesia tiene soluciones de todo tipo para esa gente y ese patrimonio.

La Iglesia verdaderamente tiene un problema si sus fieles confunden obediencia (creo que del latín "audiere", oir), con entrega acrítica al poder. Verdaderamente tenemos un problema si para nosotros el mensaje institucional tiene más valor que la voz de la conciencia y el Evangelio. Si se confunde disciplina con borreguismo. Todo esto lo tienen interiorizado muchos católicos, y entonces creen que con que una institución esté en la iglesia católica, ya vale. O con que lo diga el papa. O con que lo diga un cura.

No se trata ya de no perder la batalla de la opinión pública. Se trata de no perder la pista del evangelio. Por este camino, vamos de cráneo.

Que Dios os guarde

Ramón

Hola,

El escrito en el link fue mencionado el pasado miercoles. Me dio risa la anecdota de la Iglesia del Palmar de Troya y la canonizacion de Escriva por el "Papa Gregorio VII" en 1978. Se le adelantaron a Juan Pablo II por 14 años, cito:

El "Decimosexto Documento de Su Santidad el Papa Gregorio VII", más conocido popularmente como el "papa Clemente", declaraba solemnemente: "Adornamos hoy la Iglesia Santa de Dios elevando a la Gloria de los Altares", "previo análisis histórico" y "con la autoridad de la que estamos revestidos" a "San José María Escrivá de Balaguer", porque "en estos tiempos de tinieblas necesitáis conocer a figuras importantes de la Iglesia: pues, de esta forma encontraréis maravillosos ejemplos para luchar contra los enemigos de la Iglesia" y "mientras Dios siga fortaleciendo a Nos, combatiremos con Nuestra espada de fuego a todos los malditos traidores." La pequeña Iglesia del Palmar de Troya se había adelantado a la Iglesia católica de Roma en materia de turbosantidades.

Jajaja, la historia oculta de San Josemaria da para cada chascarrillo!...

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