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CORRESPONDENCIA

Viernes, 29 de Abril de 2011

Queridos lectores:

deseo hacer mi pequeña aportación a los comentarios aparecidos en la web en días anteriores sobre el tema de las paradojas. No voy a reflexionar sobre si este es un lugar para plantear o no posibles dudas de fe; si es el lugar adecuado para exponer las paradojas evangélicas caso que las haya. No voy a comentar lo que parece un encuentro entre opiniones contrapuestas pero en definitiva complementarias en las palabras de Kaiser y de Pechina. Simplemente voy a dejar mi opinión sobre la PARADOJA DE LA OBRA. Eso sí existe. No hay duda. La paradoja bien construída sirve para avanzar, para crecer, para ver lo que ES y compararlo con lo que DEBERÍA SER. La paradoja no encorseta, no cercena, no restringe, no anula, no juzga, no es autoritaria, no destruye. La paradoja construye y llena. Pero cuando la paradoja contamina la realidad y la cambia, llega a ser destructora, empequeñece, hace angosto el ángulo de visión dejándolo solo en algo frontal, sin posibilidad de vías laterales o verticales...

Estoy cansado, muy cansado, el opus dei destroza. El opus dei blasfema  en su propio nombre: opus "DEI" ¡qué lejos está Dios de tanto sufrimiento y de tanta amargura en la vida de sus hijos!

El opus dei deja a sus miembros machacados en el alma y en el cuerpo. ¡Qué dura se hace la vida! ¡Qué callejón sin salida!

El opus dei consigue que sus miembros se hastíen de Dios, de ese Dios mezquino y rebuscado, no del Dios verdadero, del Dios misericordioso, del Dios sencillo... ¡qué cuesta arriba se hace todo lo relacionado con la religión, hasta que se acaba por aborrecer y resulta extenuante  hasta rezar un ave María.

Estoy cansado, muy cansado. ¡Qué soledad siento!  ¡Que desamparo! Quiero dormir y no despertar. Me faltan fuerzas, no me sostengo; tirar de mi cuerpo y de mi alma es misión imposible. Nadie me ayuda, todos corren, nadie mira.

Que gran mentira la vida dentro. Cuanto dolor esconde cada miembro detrás de las obligadas y heroicas sonrisas. ¡Cuantas lágrimas escondidas!.

Gracias opuslibros por ser mi único alivio, mi bálsamo, en esta envenenada tela de araña de la que solo unos pocos logran salir.

Que Diós os bendiga y os de fuerzas para curar las profundísimas heridas que nos producen dentro.

 Gracias a la coordinadora y a quienes "sois" por vuestra valentía.

IN AETERNUM

No es un asunto menor el engañar y manipular a la gente que se acerca con buena fe a una institución o persona.

En el caso de esta institución los resultados están a la vista: los numerarios mueren sin nada  y la institución se queda con todo, prometiendo la salvación, que no está en manos de ningún hombre, sino bajo la volunatd de Dios.

"No mentirás". "No robarás".

Ben

SOBRE LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II
Torch, 27 de abril de 2011

Un papa showman. Una personalidad carismática. Un testimonio de sufrimiento, sentido del humor y alegría. Una vida que se agotó en servicio de su vocación. Un hombre que supo conectar con las generaciones jóvenes. Una persona que convocó millones. Que batió récords. Que fue testigo de la caída del socialismo real. Que no se movió un ápice de la doctrina tradicional católica, pero que innovó hasta terrenos inauditos en la pastoral de la Iglesia. Un papa muy popular y querido. Un hombre al que muchas veces se le idealizó y que, no obstante el tamaño de su personalidad y – así lo creo – de su santidad, tuvo defectos y limitaciones, luchas y fracasos, tanto en su propia vida como en su pontificado.

En el universo del pontificado de Juan Pablo II, vistas las cosas fríamente, la aprobación del Opus Dei es tan sólo una anécdota menor. Un relato tangencial que quizá sobresale con más fuerza en la canonización de José María Escrivá. El “papa viajero” hizo mucho más: sus discursos, sus viajes, sus cartas, sus encíclicas, su vida; son mucho más ricas que esa institución oscura (es decir, poco transparente) que se hizo llamar a sí misma obra de Dios. Esto resultará chocante para los que formamos parte de la institución en las últimas dos décadas del siglo XX. Algunos llegamos a pensar que el Opus Dei era el arma secreta de Wojtyla. Y la obra usó la simpatía del papa polaco para sus fines institucionales...

Querido Dionisio:

Después de mi escrito en Opuslibros sobre la Economía del Opus Dei y la propuesta de sistematización, he recibido algunos correos privados solicitando más información y aclaración. Como parte de mi escrito está basado en escritos tuyos, necesitaría hablar contigo privadamente para tratar de todo eso, pero resulta que la dirección tuya que me ha facilitado Agustina, devuelve todos los correos.

¿Me indicas por favor, cómo me podría poner en contacto contigo? Si puedes, envíame un correo directamente a jchoza@us.es

Un cordial abrazo

Jacinto Choza

Nota de Agustina.- Dionisio, no tengo otra dirección tuya de email que la que le di a Jacinto y con ella me he carteado varias veces contigo, pero ahora no funciona.  

Han sido publicados en esta web, varios escritos o correos, sobre aquellos ex, que una vez salidos del opus han dejado de practicar, han dejado la fe y algunos han dejado la Iglesia.

Todo lo publicado, tiene interés. Se entrecruzan diferentes pareceres sobre el mismo tema y todos tienen valores positivos.

Voy a poner mi pequeño grano de arena. Soy católica practicante. Nunca he dejado de practicar, ni he dejado la fe, ni he dejado la Iglesia. Pero desde pequeña, en la enseñanza religiosa de mis padres, de mi familia, de mi colegio, aprendí la base, los principios de mi fe católica. En los años en que estuve dentro, como numeraria, viví de los principios bebidos en mi infancia y en mi juventud. En la obra, sólo aprendí a hacer unas prácticas de piedad, que ya hacía antes de entrar y que en el opus les daban el nombre de normas y costumbres, que quitando las oraciones latinas propias del opus y alguna costumbre opusina, era la formación básica de todo cristiano, eso sí, saturación de escritos para mayor gloria del opus, pero no de Dios...

Disiento, Daniel_M, en lo de que las prácticas religiosas dentro de la secta no agobien ni creen tensión.

Mariki.

Hola amigos,

He leído un comentario de DanielM a mi carta intentando ayudar a Freesoul . Hay algunas cosas que DanielM no comparte conmigo, lógicamente, porque yo no las comparto con él. Ojalá Freesoul nos lea, y otra gente en su misma situación, y ojala les ayudemos, en vez de volverles tarumba.

Daniel M entiende que yo digo a Freesoul que no pasa nada por dejar la Iglesia e incluso por dejar la fe. Esto es una interpretación exagerada de mis palabras. Yo le aconsejo leer el evangelio, libros piadosos, reflexionar, acercarse a los pobres, no sentirse presionado, condicionado, etc.

Pero, sobre todo, lo que yo quiero decir a Freesoul y casos similares, es que no deben atormentarse con las consecuencias de una búsqueda espiritual que les lleve, si honradamente lo ven así, fuera de la Iglesia católica e incluso de la fe cristiana. Creo que Dios, en ese momento, está llamando a esas personas a intentar ser más ellas, a reconstruirse basándose en unos esquemas más humanos, a tener en adelante más presente el sufrimiento de los otros, a mirar con ojos limpios a su fe. Alguien que entra con 14 años al lado oscuro y se pasa otros 12 viviendo la fe de esa guisa creo que no habrá hecho grandes discernimientos.

Si finalmente no les convence, me dolería, me parecería una pérdida para todos, pero me parece más pérdida aún que una persona esté en la Iglesia por rutina, por no llevarle la contraria a sus padres, porque culturalmente nos han educado así. Eso no es fe, será otra cosa, aunque en principio no sea "mala".

Yo creo firmemente que fuera de la Iglesia SI hay salvación, que Dios tiene un lugar reservado en el cielo a la gente buena, sea del credo que sea. Eso no lo puede negar ni el papa, ni los obispos ni nadie, porque Dios es más grande, y más misericordioso que todos nosotros.

¿Y si Freesoul decidiera no seguir católico, sino ortodoxo o "peor aún" protestante? ¿Y si decidiera hacerse budista? ¿Quién nos dice que si deja de creer en Dios, pero sigue haciendo el Bien, Dios no se lo va a tener en cuenta?

Por favor, vamos a dejarnos de esos esquemas medievales, en los que sólo nosotros somos los buenos. El modelo, para Jesús, es el buen samaritano, que hace el bien al hombre caído, aunque sea un desconocido, aunque el samaritano era un "mal hombre" para los judíos. Así se nos manifiesta Jesús.

Mantener, de cara a una persona escandalizada (si, escandalizada) por el Opus o por la Iglesia, que sólo en ella hay salvación me trae a la memoria las palabras de Jesús: "ponéis cargas insoportables sobre los hombros de la gente". Esto no es nihilismo religioso, es aceptar nuestra limitación como cristianos, darnos cuenta de que no evangelizamos con nuestras vidas. Y de confiar en el amor infinito de Dios hacia sus criaturas. Dios hace llover sobre buenos y sobre malos. No arranca la cizaña, por si acaso daña al trigo.

Pues eso, Freesoul: sigue siendo libre. La libertad, como dijo Don Quijote, es el más grande don que dieran los dioses a los hombres. Por ella, se puede y se debe morir.

Ramón

Leyendo las intervenciones derivadas del escrito de Kaiser: "El poder de la paradoja", quisiera tan solo remarcar que se trata de dos estilos diferentes de plantear la misma situación: la fe.

Uno, el de una persona abierta que ha buscado en lo recóndito de las escrituras y de las tradiciones toda manifestación de fe (Kaiser), y otro referente a quien intenta dar a entender que el paso por la Obra no debe destruirnos, sino que lejos de eso debe y puede ser acicate para seguir el camino de fe sin colorantes ni conservantes (Pechina). O al menos eso es lo que me parece.

Bienvenida sea la diversidad y si de ella se deriva una linda discusión, aún mejor.

Addicte

Que en los evangelios existen paradojas es hasta cierto punto cierto. Que el cristianismo está lleno de paradojas quizá aún lo es más. Que en el Opus Dei hay exceso de paradojas es algo evidente, axiomático.

Si nos ceñimos al concepto de paradoja: paradoja (del lat. paradoxus, y este del griego παράδοξος) es una idea extraña, poco común, rara, opuesta a lo que se considera verdadero o a la opinión general de un colectivo. En otras palabras, es una proposición en apariencia verdadera que conlleva a una contradicción lógica con los parámetros de vida aceptados o a una situación que infringe el sentido común. En retórica, es una figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción o la suscitan en quien la escucha o la lee.

La paradoja es un poderoso estímulo para la reflexión y para el desarrollo de la inteligencia y así mismo los filósofos a menudo se sirven de las paradojas para revelar la complejidad de la realidad. La paradoja también permite demostrar las limitaciones de las herramientas de la mente humana. Así, la identificación de paradojas basadas en conceptos que a simple vista parecen simples y razonables ha impulsado importantes avances en la ciencia, la filosofía y las matemáticas.

Ahora bien: en cuanto a cuestiones de fe nos puede parecer que seguir los escritos evangélicos no tiene nada de paradójico, pues, aún no siendo dogmático, el evangelio ofrece una luz a nuestras mentes que rara vez podemos catalogar de paradójica si nuestra mente se somete al criterio de la fe llana. El evangelio está lleno de paradojas si lo comparamos con un cierto criterio general de actuación social en nuestras sociedades occidentalizadas en las que predomina un cierto hedonismo y una búsqueda de lo inmediato, apartando repetidas veces a la persona del centro de la actuación social. Pero si no aceptamos como válido este comportamiento social cada día más extendido, la llaneza del evangelio es algo que clama a la actuación de cualquier alma que entienda que ha sido creada para amar. Aunque no frecuente, la actuación evangélica actual es un hecho irrefutable en muchas personas, pero quizá tanto menos como más alejadas del primitivismo se encuentran. Así, la distorsión sufrida por la civilización y la cultura, amén de la ciencia, a menudo han alejado las personas de una pura actuación evangélica y las han llevado a una competitividad incluso malsana. En este sentido, la adulteración que la Obra ha hecho del evangelio en beneficio propio y para la captación de adeptos ha dañado y mucho la pureza de las posibles paradojas evangélicas que simplemente estimulaban al lector y la ha convertido en un laberinto confeccionado a la carta para incorporar intereses propios a los que se leen y se viven en los evangelios.

Si esta reflexión puede ser útil aquí la dejo. Como persona que ha pasado por la Obra entiendo lo que dice en su escrito Kaiser y lo apruebo. Del mismo modo entiendo que Pechina vea en el comentario un cierto “desánimo” en las palabras de Kaiser y quizá por ello se aferra a un evangelio más puro.

Pantagruel

Hace pocos días decidí plasmar en palabras escritas una reflexión que se me suscitó al leer un escrito de Kaiser sobre el poder de la paradoja. Nunca pensé que mi reflexión escrita pudiera levantar tanta polvareda. Aunque he visto en algunas respuestas mucha comprensión, como en Daniel M, en otras he encontrado una defensa cerrada hacia algo que no soy consciente de haber hecho: un ataque.

Para Mariki: no he juzgado, ni decidido ni tan solo me veo autorizando nada, simplemente he expresado una opinión de la que creo era una forma de pensar muy privada, hecha pública. Ninguna opinión no coincidente me da miedo. Es más, nunca he dicho que no sea coincidente, simplemente la he catalogado de pensamiento muy personal para proponer en una web con el contenido de ésta. Pero con ello no intento para nada imponer, ni restringir, ni juzgar ni decidir. Tampoco he ni tan solo valorado esta forma de pensar, ni la práctica de la fe. He reflexionado sobre lo que Kaiser daba a entender. Y por supuesto abogo por la libertad de expresión.

Para Carmen Charo: evidentemente que hay paradojas, pero creo que si una cosa nos distingue a los que seguimos el evangelio es precisamente que en él vemos un camino no desvirtuado por ninguna organización posterior. Ello no invalida que al lector le parezcan paradójicos muchos de los pasajes. Dios me guarde de valorar la fe de nadie. No soy quien para valorarla. Tampoco valoro la bondad de nadie, ni lo intento.

Para Paiquito: ciertamente a mi también me gusta retroceder en mi infancia y buscar lo que no estaba para nada adulterado. Esta es una buena visión de la fe. En respuesta a por qué cito lo de dejarse amar, te diría que simplemente leo en Kaiser las muchas veces que nombra la palabra amar como parte esencial del cristianismo y por ello me atrevo a decir que en los seguidores de Jesucristo es tan importante amar como dejarse amar, ya que uno de los actos de mayor humildad es precisamente saber recibir amor. Y el primer amor que debemos recibir es el de Jesús en nuestros corazones.

Para Kaiser: gracias por responderme y disculpa si has leído en mi algún ataque. Nada más lejos. Entiendo plenamente todas las expresiones de la fe y las comparto todas. Dios me libre nunca de encasillar nada. Creo en la heterogeneidad y creo que lejos de ser dispersiva es enriquecedora. Lo que he llamado “dudas” son seguramente pensamientos a libro abierto, lo cual te agradezco.

A vuestra disposición:

Pechina

Cardenal peruano del Opus Dei polemiza con Nobel Vargas Llosa sobre Derechos Humanos

Noticias Terra/Peru 

El ultraconservador cardenal peruano Juan Luis Cipriani rechazó indignado ser indiferente a los derechos humanos al replicar al premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien mencionó en España el desdén del prelado sobre grupos humanitarios en la guerra interna de Perú.

"Decirle a un cardenal que no le importan los derechos humanos es un insulto casi tan grave como maltratar a su madre", dijo el cardenal y arzobispo de Lima, figura notoria del Opus Dei en América Latina.

Cipriani acusó de mentir a Vargas Llosa cuando éste le atribuye al cardenal la frase "los derechos humanos, esa cojudez", que supuestamente pronunció en 1994, cuando civiles reclamaban por sus parientes desaparecidos en el marco de la guerra entre las fuerzas armadas y la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso.

"Los derechos humanos no son una cojudez", enfatizó Cipriani, de 67 años, en declaraciones a la revista Correo Semanal.

El cardenal señaló que el objetivo de Vargas Llosa, un agnóstico, "es una manera de querer desacreditar la autoridad de la iglesia en un tema muy delicado".

El prelado respondía a declaraciones del autor de Travesuras de la Niña Mala, publicadas en el diario español ABC la última semana.

Las relaciones entre el Nobel de Literatura y Cipriani han estado marcadas por la polémica. En octubre, cuando a Vargas Llosa se le concedió el premio, el cardenal reveló que no había leído ninguna de sus obras por una cuestión moral ya que las encontraba subidas de tono.

Cipriani admitió sin embargo que sí afirmó, en 1994, que "era una cojudez" un grupo de la sociedad civil, la Coordinadora de Derechos humanos, que dirigía entonces una ex religiosa católica española, Pilar Coll.

"Siempre veía (a la Coordinadora) en investigación sesgada contra los militares (...)", acotó el prelado que fue Arzobispo de Ayacucho, epicentro en los años 80 y 90 de la violencia política por ser la cuna de Sendero Luminoso.

Durante más de una década Cipriani ha sido atacado por grupos de la sociedad civil por su postura, que juzgan conservadora y sesgada.

El hombre fuerte del Opus Dei en Perú destacó que "los derechos humanos están en el centro del mensaje de la iglesia católica. El fundamento es que Dios se ha hecho hombre, no se puede renegar de la dignidad humana".

La guerra interna peruana dejó casi 70.000 muertos entre 1980 y el 2000, según una Comisión de la Verdad.

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