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CORRESPONDENCIA
Miércoles, 24 de Noviembre de 2010
Sobre el fraude a la Seguridad Social y otras lacras non sanctas.- Kaiser
Sobre el fraude a la Seguridad Social y otras lacras non sanctas de guardar
Kaiser, 24 de noviembre de 2010
Como dice Patalibre algo se mueve en esta materia y eso ya es mucho.
En primer lugar, quiero decir que el proceder del Opus Dei se caracteriza en general por un oscurantismo que en este caso deviene suicida, toda vez que para ellos la Administración, sea el Fisco, sea la Jerarquía, sea la Inspección Educativa o, como en este caso, la Seguridad Social, no son más que expresiones institucionalizadas del error en el que se desenvuelve el triste existir de los pobres mortales incapaces de conocer el goce de saberse elegidos para la Gloria a través de asperezas tales como renunciar a uno mismo, a sus apetencias, aspiraciones, derechos, sueños e ideales que no sean la apetencia proselitista, la aspiración a la obediencia, el derecho a no ejercer derecho, el sueño vacío y el ideal de abandonar todo ideal...
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Gracias Amelia por ayudarme a cerrar una reflexión.- Emevé
Querida Amelia, "por casualidad" leí tu historia. Creo que mentiría si dijera que no me interesa esa parte de la historia, pero sé que es una parte muy dura, y me cuesta trabajo creérmelo.
A ver si me centro: hace muchos años que conozco opuslibros, hace muchos años que empecé palmo a palmo mi camino de la recuperación de mi propio ser y aún estoy en ello. Si supieras cuánto he cambiado y cuán normal me siento hoy, tan, pero tan normal que es rarísimo que pase por opuslibros (a pesar del enorme cariño que le tengo a Agustina y ella lo sabe y lo agradecida que estoy con todos y cada uno de los "colegas" que me fueron empujando hasta tomar las riendas de mi sanación) PERO al leerte he tenido que dar un nuevo paso que no quería enfrentar por lo doloroso que es.
Al leerte estoy enfrentado mi dolor al reconocer que me echaron del opus (aunque que yo me quería ir y que rezaba todos los días diciendo "sácame de aquí") porque no les servía. Reconocerlo es aceptar la maldad pura y cruda de seres humanos a quienes yo quería mucho: les entregué mi corazón, mis ilusiones, mi inocencia, mi confianza total y absoluta, y "al final de la tarde", debo decir que esa gente por la que hubiera dado mi vida, me clasificó como inservible y me echaron. ¿Es que no tienen corazón? ¿Cómo un día pueden decirme que no me puedo ir porque traicionaría a Dios y al día siguiente decirme que me vaya, que no tengo vocación? Lo hicieron conmigo, lo hicieron contigo y con muchos más.
¿Por qué me duele? No por su desprecio, porque finalmente sé con certeza que la única persona obligada a amarme soy yo misma, me duele por lo trágico de la situación de aquellos seres humanos que un día quisieron ser santos y ahora son la maldad en su estado puro, y viven en la soberbia absoluta de pensar que porque cumplen las normas irán al cielo. Me duele porque esos "seres humanos" son gente con nombres y apellidos, gente a quienes quise y por quienes sigo sintiendo afecto.
No sé si hay cielo o infierno después de la muerte, solo sé que hay felicidad o infelicidad aquí mismo y ahora, y me duele mucho que esta gente tan sola, tan asustada, tan infeliz, tan tensa, tan reactiva, esté en ese estado ahora, cuando lo único que querían era servir a Dios, que es amor, Amor de verdad y es mucho más trágico pensar que mueran, como de hecho van muriendo, en ese mismo estado, sin tener la valentía de confrontarlo con su conciencia porque están tan en el sistema ¡porque son el sistema! que liberarse sería un golpe terrible ¡para su ego y su soberbia!
Muy doloroso es el opus, aún después de sentirme liberada de ellos...
Gracias Amelia por ayudarme a cerrar una reflexión que llevaba tiempo allí…
Saludos
Emevé
Varios temas.- EsperanzaRO
Gracias Amelia y Atlas por compartir sus historias, a la vez que son únicas, los demás reconocemos en ellas aspectos muy semejantes a lo que nos tocó vivir a cada uno dentro, a veces es imposible ponerte en los zapatos del otro si uno mismo no lo ha vivido y aun así variará con las cualidades de cada uno, no se puede usar una misma medida en todos y esa creo que es parte de la falta de caridad que sufrimos los que ahora estamos fuera, ya en algún escrito salió lo diferente que es el umbral de dolor en cada persona y en el opus se pretende usar un mismo costal para todos. En teoría se nos decía "que cada persona es única e irrepetible" pero luego en la práctica se olvidan de eso, es más se olvida QUE SOMOS PERSONAS y como se ve en vuestros testimonios en el opus se da de baja cuando ya pueden UTILIZARTE.
A mí también me dejaban abandonada (yo tenía además una dolencia que limitaba mi movimiento), en mi habitación aun sin comer, la única que se acordaba de traerme algo era una auxiliar y otras veces, tenía que salir a gritar al pasillo a ver si alguien me escuchaba para poder pedirle algo de comer. No sé donde quedaba todo aquello que los "enfermos son un tesoro" me sentía un estorbo.
Gracias Sarnoso por tus anécdotas. En mi país el opus es ultra conservador. Esos paseíllos en grupetes sólo estaba permitido a las mayores y bajo gran sigilo recuerdo que casi todas ellas eran directoras de centros... ¡Ah! y de las idas a la playa, gran diferencia. Todas en un bus y por supuesto en el trayecto, no podía sonar música rock ni nada parecido pues las mayores ponían el grito en el cielo. Además nos contaban que nosotros teníamos mucha suerte de poder ir todavía a la playa, pues había otros países en los que no se podía ir y repetidamente nos ponían de ejemplo Argentina. Ya nos contaran los argentinos...
¡Uy! y de los bañadores, ni qué decir, el mío cumplió su ciclo y heredé a una mayor que quería deshacerse del suyo y se compró uno lindo. El modelito incluía faldita casi hasta la rodilla, siempre he sido un persona discreta en este aspecto ¡pero ya era el colmo!, además de quedarme grande, cuando me metía al agua pesaba tanto que no me dejaba moverme. Le comenté a alguna del consejo local del curso anual que mi bañador era horrible; más tarde cuando regresé de bañarme, de pronto todas elogiaban mi atuendo. No soy tan ingenua, les habían dado la consigna que alabaran mi traje de baño. Todas se prestaron a mentirme, "porque convenía". El modelito me acompaño varios años. J
Saludos.
EsperanzaRO
Los democristianos y el cardenal Tarancón, mal vistos por Escrivá.- Josef Knecht
Recientemente se ha entablado un interesante diálogo entre Supo (19.11.2010) y Alberto Moncada (22.11.2010) en esta página web a propósito de los croatas Vladimiro Vince (1923-1968) y Luka Brajnović (1919-2001). Me ha interesado mucho ese diálogo; el comentario de Alberto acerca de los demócrata-cristianos, mal considerados por monseñor Escrivá, me ha evocado un recuerdo personal que ahora quisiera rememorar con los lectores de Opuslibros.
Se trata de una grave metedura de pata que cometí en mis tiempos de estudiante de Teología en la Universidad de Navarra, en los años ochenta del siglo pasado. Yo estaba acostumbrado a que, en las tertulias de los Centros de numerarios de Pamplona, ilustres profesores de esa Universidad y otros numerarios criticaran con cierta frecuencia a políticos democristianos, como Joaquín Ruiz-Giménez (1931-2009), a quienes se caricaturizaba como “meapilas”; éstos carecían de la verdadera mentalidad laical que caracterizaba a los políticos del Opus, tanto tecnócratas del franquismo como militantes del Partido Popular u otros partidos políticos. Los democristianos eran vistos en la vida interna del Opus, al menos en aquellos años, como una manus longa de la jerarquía eclesiástica, lo cual contradecía, desde la perspectiva de la “mentalidad laical”, la legítima autonomía de los laicos en la vida pública. Los miembros del Opus Dei no podían comulgar con ese procedimiento, tan clerical, de ejercer la política.
Pues bien, imbuido de esa idea, yo, que entonces era un numerario ejemplar (y, por tanto, ridículo), metí la pata. Un compañero de clase, joven sacerdote diocesano, que compartía conmigo el aula de la Facultad de Teología y que, por cierto, no pertenecía –y, que yo sepa, sigue sin pertenecer– a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, profesaba una ferviente admiración por el pensamiento demócrata-cristiano, así como por la figura del cardenal Vicente Enrique y Tarancón (1907-1994), arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española. Movido por el “buen espíritu”, me atreví un día a criticar, conversando con él en presencia de un sacerdote numerario y veterano profesor de la Facultad, a los “meapilas” democristianos y de paso hablé negativamente de Tarancón, a quien también se criticaba de vez en cuando en las tertulias de los Centros de numerarios por ser demasiado condescendiente durante la Transición española a la democracia; incluso llegué a escuchar en varias ocasiones que, gracias a la blandura de Tarancón, la institución matrimonial había quedado dañada de raíz en la sociedad española con la ley regularizadora del divorcio, aprobada por el Parlamento el 22 de junio de 1981, siendo Leopoldo Calvo-Sotelo (1926-2008) presidente del Gobierno y Francisco Fernández Ordóñez (1930-1992) ministro de justicia; años después, otro sacerdote numerario, recordando aquellos acontecimientos, exclamó en presencia mía: “¡Por culpa de Tarancón España perdió el sacramento del matrimonio durante la Transición!”. Inmerso en este contexto ideológico, pretendí con ingenua intención abrir los ojos de aquel cura joven haciéndole ver que la democracia cristiana no encajaba con el espíritu de Escrivá. Le hablé con excesiva vehemencia, impulsado por el afán proselitista que el Opus entonces me inculcaba, y se ve que me pasé de rosca en mis ataques a la democracia cristiana, basándome tan sólo en prejuicios sin fundamento y, para colmo, sazonándolos con la guinda de Tarancón.
(Entiéndanse bien mis palabras y no se malinterpreten. No pretendo decir que Tarancón fuera democristiano. Mi propósito fue corregir a mi compañero de aula por lo que entonces me parecían dos errores: su preferencia por la democracia cristiana y su admiración por la persona y la política eclesiástica de Tarancón.)
Pensaba que mi comportamiento con el compañero de estudios iba a complacer al sacerdote numerario y profesor de la Facultad presente en aquel coloquio, pero no fue así. Por eso, al día siguiente me hizo en privado una amable corrección fraterna, en la que me explicó que, en la labor apostólica de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, no había que denigrar el pensamiento democristiano con la soltura con que se hablaba de ese asunto en los Centros de numerarios; y me lo dijo así de explícito: “como se habla de ese asunto en los Centros de numerarios”, de modo que él sabía perfectamente cuál había sido la fuente de mi pensamiento y actuación. La razón por él aducida era que el clero tenía una legítima mentalidad clerical que debía ser respetada por parte de los numerarios laicos del Opus Dei, aunque no la compartieran. Comprendiendo que me había pasado de listo con mi compañero de Facultad, aprendí la lección y también me inicié en el “maquiavelismo” con que el Opus sabe adaptarse, a modo de camaleón, a los diversos ámbitos en que despliega su labor: cuando le interesa atacar la democracia cristiana, la critica por clerical, pero, cuando le conviene lo contrario, omite la crítica por clerical.
Josef Knecht
Por expreso deseo del Prelado…- Antón
Titula la noticia el periódico “El Correo gallego”: “El Prelado del Opus Dei visitó la catedral [de Santiago de Compostela] en un viaje privado”. Y añade en el texto: “Por deseo expreso de monseñor Echevarría, su visita al templo del Apóstol fue como la de un fiel más.”
No sé si hay que deducir que si el viaje no hubiera sido privado, habrían ido los Reyes a recibirle, la Xunta de Galicia, el Cabildo de la Catedral, el Obispo y distintas bandas de gaitas y gaiteros. Si fue a visitar el templo del Apóstol “como un fiel más”, ¿es que no es “un fiel más”?
A mí me parece improbable que, por ejemplo, la Superiora de las Monjas de la Caridad o el Presidente de los Cartujos, anunciaran que acuden a Santiago como “un fiel más”.
Quizá temió el Prelado, en su humildad, que si anunciaba públicamente su visita, el recibimiento recibido habría superado al que se le tributó al Papa en su viaje reciente a la catedral de Santiago.
El Prelado está hoy en Madrid y, de momento, la ciudad no se ha paralizado. Aunque quizá haya sido por expreso deseo del Prelado.
Saludos,
Antón
¿Dónde van los sueldos?.- Calypso
Preguntaba Gica: ¿Ya no se entregan a la caja del centro los sueldos de los numerarios?
El dinero de cada uno del centro va a un número de cuenta corriente en el que el titular y las personas autorizadas son o suelen ser los miembros del consejo local. El sistema es fácil, uno solo no puede sacar dinero, necesita la firma autorizada de cualquiera de los otros dos miembros del consejo local (esto debe de ser porque no se fían ni de ellos mismos). Uno de los tres, generalmente el secretario va al banco con un cheque firmado a cobrarlo (con sus respectivas firmas).
Uno o dos días en semana, el secretario abre caja para que los numerarios de a pié le pidan el dinero previsto para sus gastos (espuma de afeitar, cuchillas, colonia, champú, kleenex, y unos 100 euros porque esa semana toca la revisión en el psiquiatra de turno, por ejemplo)... Mientras esperas tu turno en la cola, te entra cargo de conciencia de que vas a dejar la caja sin blanca, decides no comprarte nada de lo que necesitas, es decir, ni te afeitas esta semana, te coges un rollo de papel del W.C para limpiarte la nariz, le pides el champú a tu compañero de cuarto (o se lo coges sin que se dé cuenta)... Al psiquiatra es importante que vayas, ya que el tratamiento que te va anulando poco a poco sin que te des cuenta, es importante que lo hagas bien. Puedes ahorrar un poco cada semana, porque el dinero que buenamente has ganado fruto de tu trabajo bien hecho no te pertenece, lo has entregado todo, todo y si necesitas algo lo pides, que para eso tienes la boca, y nada de gastos superfluos porque en la obra no hay caprichos, y ahora con la nueva ley del tabaco que creo se va a aprobar en España, seguro que les viene mejor porque muchos ya no podrán fumar cuando se vayan a tomar un café a la cafetería de su oficina si es que pidió dinero al secretario el día que abrió caja para pagarlo cristianamente.
No sé si te he aclarado en algo.
Calypso
Más sobre Vlado.- Bastian
No entro a valorar los juicios de valor que sobre Vlado Vince y Luka Brajnovic hace Alberto Moncada en fechas recientes. Si él los conoció personalmente, tendrá elementos para ello. Sin embargo, dudo de la fidelidad de su memoria cuando dice que Vlado pitó en Madrid. Y no lo digo yo, que también tengo algunos años y algunos agujeros en la sustancia blanca (además de en la gris, claro): se puede leer en un libro.
En la nota número 99 al pie de la página 132 de la segunda edición de la hagiografía que en diciembre de 2003 reeditó Andrés Vázquez de Prada sobre Escrivá, El fundador del Opus Dei (Ediciones Rialp S.A. Madrid), se dice: "Entre los primeros italianos estaban: Francesco Angelicchio, Renato Mariani, Luigi Tirelli y Mario Lantini (cfr. Francesco Angelicchio, Sum. 3505). El primero que pidió la admisión en Roma fue Vladimiro Vince, croata, al que habían conocido José Orlandis y Salvador Canals durante el curso 1943-1944, cuando estudiaban en el Laterano. Después de la liberación de Roma, por temor a los croatas comunistas, partidarios de Tito, tuvo que permanecer oculto hasta que en 1946 pasó el peligro inmediato y pudo hacer vida normal. En abril, estando en Roma, don Álvaro vio claro que su sitio era la Obra. Más adelante, en el verano de 1946, se trasladó a España. Cfr. José Orlandis Rovira, Mis recuerdos..., ob. cit., pp.77-96; y Carta de Álvaro del Portillo: Roma, 17-V-1946 (AGP Sec. B1.leg.3, C -460517)".
Ya ahora, para que Alberto Moncada me ayude a recobrar parte de mi memoria, me gustaría saber si en los años 1966 o 1967 estaba él en la delegación de Pamplona y si los que tuvimos que hablar con un Moncada antes de hacer la oblación como numerarios lo hicimos con él, su hermano u otra persona con el mismo apellido.
También me gustaría saber si esa entrevista con alguien de la delegación era solo un trámite o te podían decir que no. Sí recuerdo que, quien llevaba mi confidencia -ahora libre por Valencia según me dicen, y disfrutando de su pensión de catedrático celeste-, me advirtió de que me preguntaría la razón por la que yo quería hacer la oblación, a lo que podía contestar lo que quisiera, pero que siempre estaba bien decir "que porque me daba la gana". Y ya, finalmente, apelo de nuevo a la memoria de Alberto Moncada, para preguntarle si aquel paripé hacía nula la incorporación o eso le daba igual a todo el mundo (como creo que ocurría).
BASTIAN
Breve comentario sobre Luka Brajnovic.- Savonarola
A propósito de las intervenciones de Alberto Moncada y Supo sobre Luka Brajnovic, querría comentar lo siguiente.
Estuve en una tertulia con dicho profesor croata de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Navarra, allá por la década de los 80. En dicha tertulia estábamos unas 10 ó 12 personas. Básicamente nos relató sus peripecias en la Yugoslavia comunista de Tito, cómo escapó y llegó a España.
Nos contó que, preso en un campo de concentración, llegó a estar ante un pelotón de fusilamiento. Todos en hilera, con la fosa ya cavada ante ellos para caer en ella directamente y después echar la tierra encima. Cuando iban a comenzar a fusilarlos, llegó un soldado y se dirigió al oficial que dirigía el pelotón. A continuación se dirigieron hacia él y le sacaron de allí. Al parecer se habían enterado de que era periodista y querían utilizarle para sus comunicados. Comenzó entonces una lucha para que escribiera las cosas que a ellos les interesara. Le hacían la vida imposible para forzarle a ello. Finalmente consiguió escapar, pero no recuerdo cómo.
Llegó a España porque creo que consiguió trabajo en un medio escrito (pudiera ser la Actualidad Económica), en el que trabajaba algún miembro de la Obra (o incluso lo dirigía). Después fue a Pamplona como profesor.
De lo dicho no es de extrañar su anticomunismo… Mi impresión de Luka Brajnovic coincide con la de Supo.
savonarola
Sobre la Instrucción de San Gabriel.- Ana Azanza
Estimados Orejas
muy interesante el documento sobre la labor de San Gabriel. No lo había leído estando dentro del Opus Dei, y eso que desde 1993 hasta 2002 estuve en consejos locales de supernumerarias. Ocupé todos los puestos posibles empezando por arriba: directora, subdirectora, secretaria y encargada de grupo. Sin embargo, siendo una pieza en esa labor nunca tuve acceso a ese escrito que hoy habéis publicado. No sé de donde lo habéis sacado pero este documento plantea muchos interrogantes.
Me llama la atención que no se hayan hecho comentarios al respecto en la web.
Es extenso y prolijo y un poco caótico, no hay separación por capítulos o por temas. A este respecto recuerdo haber repasado con frecuencia las Glosas de san Gabriel que ya veo respondían a su nombre, eran una Glosa o comentario de este escrito. Era un libro de pastas azules que se guardaba en el armario de dirección y si no recuerdo mal llevaba fecha de la festividad del Arcángel, ¿algo así como 24 ó 25 de marzo de 1987?...
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Pedir perdón no basta pero es un buen inicio.- Sharon
Considerando las recientes reuniones donde se dice a n, nax y agd que lo importante es centrar la formación en SER más Opus Dei en lugar de HACER el Opus Dei y que los consejos locales no gobiernan, sugiero que a los miembros del consejo local se les llame con efectos ex nunc (desde ahora) "consejeros, asesores, consultores" en lugar de directores/ subdirectores (que como ha aclarado el Padre, no gobiernan).
De este modo el Opus Dei podría decir tanto en la vía eclesiástica como civil que los actos de sus consejeros, consultores eran ultra vires, sin poder o facultad para obligar o crear responsabilidad para la Santa Prelatura. A contrario sensu, que la Santa Prelatura asuma la responsabilidad por los daños ocasionados por quienes sin tener poder actuaron y lastimaron... No basta decir que ahora se harán las cosas bien, es necesario pagar por lo que se hizo mal.
¿Ustedes què opinan?
Sharon Sharia
25 de noviembre: Día Internacional contra la Violencia de Género.- Mariki
Escenario: Escaleras del colegio mayor Alcor. Madrid. Protagonistas: Conchita B., directora a la sazón del centro de estudios, otra dire con apellido de ministro franquista, Tomas Gutiérrez, por aquella época no tan jefe como ahora aunque bastante jefe... Figurantas: Un montón de numes de semestre veraniego que pasábamos raudas y veloces por delante del trío... Época: Años 70... De repente se oye la vocecilla chillona del ínclito: ¿Y quién es esa mofletuda tan gordona?... Esa era yo. Conste que no era una criaturilla de san Rafael sino una universitaria de 18 años que además se tenía en muy alta estima. Casi me da un patatús y sigo andando en medio de la muchedumbre numeraril, pero no, Conchita me agarra por el cinturón, me da un volteo y me obliga a saludar... Han pasado más de 30 años pero desde aquí te lo digo (te tuteo por aquello de la fraternidad en Cristo): Tomás ¡eres un borde! Como rectificar es de santos puedes pedirle mi mail a Agustina y disculparte.
Lugar: Confesionario del centro de estudios los Arces. Valladolid. Participantes: Alfonso C., sacerdote num. Numeraria queriendo marcharse (es decir, yo). El sacerdote le indica a la nume que como se vaya no da por su alma ni cinco céntimos, añade que no lo dice él, sino el monse, y además le chilla y la insulta... Tampoco me importaría que te disculpases... El mail, ya sabes, se lo pides a Agustina o a Tomás.
Lugar: Confesionario de la obra corporativa Aloya. Intervinientes: José Ramón B., sac. num. con cuenta en feisbuk, (¡esto ya no es lo que era!), Numeraria con un pie fuera y el otro casi (yo). Ante mi insistencia en marcharme, mira que me puse pesadita, me indica que me ande con cuidado porque si me caso pueden salirme los hijos subnormales... (Ese fue el caritativo adjetivo que empleó, el exceso de celo es lo que tiene...) Me da un ataque de risa nerviosa, y me replica: Si tú ríete, ríete, que fulanito que vivía conmigo se fue y ya va por el segundo... Creo que sobran los comentarios. También puede disculparse, ya sabe cuál es el conducto reglamentario.
¿Qué por qué escribo esto ahora? El 25 de noviembre es el día internacional de la no violencia de género... Y creo que sobre las mujeres en el Opus dei se ha ejercido y se ejerce todo tipo de violencia.
No pudieron conmigo espero que tampoco puedan con ninguna de las que me leen...
Un fuerte abrazo
Mariki
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