CORRESPONDENCIA
Viernes, 11 de Junio de 2010
He escuchado la entrevista a Ana Azanza y más.- Adela
Llevo días sin casi dormir leyendo vuestra web, leí toda la historia de Mari Paz, he empezado con Julia, aunque aún no me manejo y he perdido el enlace. He leído muchas cosas de otros, y me identifico ¡con tanto!.
No pensaba decir nada, porque no se ni como hacerlo ¡llevo 40 años dentro!, pero acabo de escuchar la entrevista de Ana Azanza y ya no he podido más. La felicito por su decisión, y me gustaría tener su fortaleza, dice lo feliz que fue gastándose su dinero, sintiéndose libre. Como me gustaría hacer otro tanto, pero ¡estoy tan pillada! Seguro que en la próxima charla lo cuento y se acabó la página: forman inmaduros, pensaba que era un problema mío pero NO, me han hecho ellos así, nunca decido nada por mi misma: estás mal vete al médido, necesitas un jersey, etc. No se lo que es gastar con responsabilidad, llevar una casa... Bueno ya escribiré.
Besos a todos,
Adela
Empujar las puertas para entrar y hacerlas estallar para salir.- Nicanor
“No la pienses tanto. La llamada de Dios no se calcula, se toma o se deja. ¡Abre tu corazón a Dios y pregúntale ante el Sagrario! ¿Qué quieres Señor de mí? Recuerda, mientras menos lo pienses, mejor. El corazón no se lleva en la mano como preguntando quién lo quiere y, si nadie lo acepta, se lo darás a Dios. ¡No! Deja de ser calculista y quema las naves”.
Bueno. Todo esto lo aprendí de Escrivá y sus hijos fidelísimos. Lo apliqué decenas de veces para que alguien escriba la carta de admisión al Padre.
Lo opuesto sucede cuando uno quiere largarse. Si cuando uno pitaba le decía: “Da gracias a Dios, pero recuerda que si bien la Obra es una mirada de predilección que Dios ha tenido contigo, no has venido al Tabor sino al Calvario, a la entrega total. Para entrar tienes que empujar las puertas y, lo has hecho. Pero no te asustes porque todo irá por un plano inclinado. Ahora, anda a ese despacho, toma esta hoja de papel y escribe al Padre que quieres ser fiel numerario del Opus Dei por tu propia voluntad”. Sin más. No importa si sabes qué es la Prelatura, si hay mujeres, lo que va a pasar con tu dinero, si luego quieres marcharte, si puedes confesarte con quien quieras, si vas a poder seguir frecuentando a tus amigas… nada. Una carta en blanco: “… has venido al Calvario…” y es literal. El Opus es un Calvario...
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A propósito de las sectas.- Bru
La verdad, gracias por leer mi envío.
Austral, tengo poca idea de lo que es una secta. Imagino que una característica importante es la restricción de la libertad individual y la sumisión a una personalidad comunitaria. También las sectas son de Dios. Eso es lo que quería decir cuando afirmaba el origen divino del opus o los juesuitas. Dios está también en la perversión porque está en el origen. Dios está en el pecado y no podemos saber de qué parte está. Por lo menos es la conclusión que he sacado de las 95 tesis de Lutero. El tío sufrió lo indecible porque quería justificar a Dios al que veía incompatible con el pecado. Por eso defendió que todo lo que comienza en la tierra tiene el sello del diablo. Claro que mis sospechas tienen una motivación y claro que he podido hacer daño a alguien. Es imposible no hacer daño. El que hace daño sufre y de poco le vale que le perdonen. Lo difícil es perdonarse. No escribí esto para que se entrara al trapo. Escribí lo que pensaba sabiendo que podía doler a los que no han perdonado ni se han perdonado.
Gracias, Julia por tus palabras y la ayuda que prometes. El hecho de que yo no cuaje con gente por el hecho de haber sido ex no implica que todo el mundo debería ser como yo. Ni quiero decir que os laméis las heridas o comparáis vuestro lamento o la alegría de haber salido. Y no censuro que uno esté contento al notar que ha empezado a vivir desde que salió. Tengo muy poca idea de qué pueda ser un ex, y me precipité al generalizar. En realidad dudo de estar seguro de que pienso de verdad lo que escribí. La lectura de Montaigne y Marquard me han convencido de que estoy convencido de muy pocas cosas y que casi siempre tengo que corregir lo que en algún momento categorizo con la fuerza de una evidencia que demasiado clara para ser cierta. Juzgué y me equivoqué. Dije que lo hacía con todo el respeto del mundo pero el que dice respetar o tolerar se está poniendo por encima de aquel o aquello sobre lo que sentencia.
Bru
Sepulcros blanqueados.- Nunca
Sepulcros blanqueados
Nunca, 11 de junio de 2010
La última vez que escribí en esta web fue hace años. He tenido la intención de hacerlo en varias ocasiones más, pero claramente no lo he hecho. Yo si quiero decir quién soy, pero lo haré hasta dentro de unos meses más, con todo y fotografía. No lo hago ahora porque no quiero que haya actos de venganza de los miembros del Opus en mi contra. Ya los ha habido anteriormente. Dicen ellos vivir la caridad, pero creo que la mayoría se encuentra lejos, muy lejos de vivirla. Yo los defino como sepulcros blanqueados donde lo que importa son las normas y nada más. Como los que entran al templo a agradecer a Dios por no ser "malos" y por poseer la propiedad absoluta sobre la verdad, porque los que no estamos dentro, estamos equivocados, no somos elegidos, piensan ellos. Sin embargo, aquellos miembros de tal institución y los que no lo son y me lean, y me hayan conocido, sabrán quien soy.
Para empezar soy de México y he convivido con muchos, pero muchos miembros de la Obra: numerarios, agregados y supernumerarios. Nunca he conocido a ninguna auxiliar, más allá del comedor en algunos centros de la Obra. Nunca he sido del Opus, gracias a Dios. Pero fui de esos de San Rafael que conoció muchas cosas, tal vez por ser sobrino de uno de los primeros miembros de la Obra en México...
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Síndrome de megalomanía adquirida.- Sharon Sharia
TEOREMA To profess to be doing God's will is a form of megalomania. -Joseph Prescott, aphorist (1913-2001)
(Quien diga que hace la "Voluntad de Dios" es una manifestación de magalomania. Aforismo de José Prescott (1913-2001)
COROLARIO En mi limitada experiencia (pero la única personal) cuando sé que "Dios lo Quiere" me siento capaz de todo y sin piedad por nada. (Sharon Sharia 2010)
EXPERIENCIA EMPIRIOLOGICA 3: Tener "visión sobrenatural" es tener la convicción que Dios cuenta conmigo para que yo haga lo que los directores me piden solo así se hace el Opus Dei siendo uno mismo Opus Dei [Sharon Sharia 2000]
EXPERIENCIA EMPIRIOLOGICA 2 Tener "visión sobrenatural" es tener la convicción que Dios cuenta conmigo para que la Obra se realice no basta cumpli-miento de mandamietos es necesario ir más allá, como sus escogidos [Sharon Sharia 1990]
EXPERIENCIA EMPIRIOLOGICA 1 Tener "visión sobrenatural" es poner todo lo que esta de mi parte para portarme como a Dios le gustaría que yo fuera, amar sus mandamientos y en cada momento frente al Sagrario o al despertarme decirle que quiero ser cómo él quiera que yo llegue a ser, dando lo mejor de mi en cada instante. [Sharon Sharia cuando era de San Rafael seis meses de fecha de pitaje]
Sharon Sharia
De cara a la galería.- Gabuzo
En relación con la cuestión movida por Josef Knecht y Cooper, quería hacer las siguientes observaciones.
El modo operativo de OpusLibros es un fenómeno muy interesante: - primero empezó como una página estática (unos libros colocados en la web) - luego empezaron a afluir muchos testimonios personales - luego empezaron discusiones e intercambios entre los participantes - luego se añadieron artículos críticos sobre el Opus Dei: estudios históricos, sociológicos, jurídicos, etc.
En poco tiempo OpusLibros se transformó en la principal fuente de información independiente sobre la prelatura. Hay que entender que este fenómeno a sido posible unicamente gracias al trabajo de redacción de Agustina: la actualización del sitio tres veces a la semana permitió a todos los participantes tomar el tiempo de sopesar su respuesta antes de publicarla, lo que ayudó mucho para la calidad de las intervenciones.
Por hoy día, OpusLibros es una fuente tan rica de conocimiento sobre el Opus Dei, que llegó a ser imposible distinguir entre los intercambios temporales, los testimonios personales y los artículos de fondo. Mi opinión es que OpusLibros debería evolucionar: mantener el principio de publicación de tres veces a la semana para los testimonios y los artículos de fondo, pero permitir la discusión (como en un foro clásico) debajo de cada artículo - otros sitios web llaman esto "sistema de comentarios". De esta manera Josef Knecht y Cooper serán ambos satisfechos.
Atraigo la atención de Josef Knecht sobre la página www.opus-info.org que recoge los testimonios y artículos de fondo de OpusLibros e intenta ordenarlos. La gente que quiere hacerse una opinión fundada sobre el Opus Dei tiene allí todo lo que les falta, por eso no tiene sentido limitar o censurar el intercambio que tiene sitio en OpusLibros.
Gabuzo
¡Gracias a todos!.- koke
Quiero escribir unas breves líneas, principalmente para deciros que llevo muchos años leyendo habitualmente esta web, por lo que siento que ha llegado el momento de agradeceros, a Agustina y a los demás que participais de un modo u otro, vuestra encomiable labor.
Vuestra desinteresada dedicación durante todo este tiempo ha supuesto para mí una bocanada de aire puro, renovada con cada lectura, que me ha ayudado a limpiar los restos de telarañas mentales -que resultaron la única y penosa herencia de mi estancia en "la opus" (semántica que hago mía en recuerdo al ausente Satur) durante los años 80 del siglo pasado-.
Leyendo las opiniones de unos y otros hace tiempo que he vuelto a valorar la libertad y la sinceridad intelectuales, el amor a la verdad, valores todos ellos enajenados durante la estancia en el "lado oscuro" y malheridos durante los años posteriores. A pesar de no tener actualmente interés alguno por la religión, de la que estoy profundamente alejado desde hace tiempo, teniendo en cuenta la mucha gente con rectitud de intención que conocí dentro (alguno me consta que sigue allí), he decidido a escribir y aportar mis opiniones y mi modesta experiencia, lo que intentaré hacer a partir de ahora.
Un cariñoso saludo a todos.
Koke
Paralelismos entre la Orden del Temple y el Opus Dei.- Josef Knecht
El comentario que Giovanna Reale (2.06.2010) hizo a mi escrito del 14.05.2010 sobre las “guarderías de adultos” me ha evocado el recuerdo de algo que viví hace mucho tiempo, cuando residí en el Colegio Romano de la Santa Cruz (o Cavabianca) allá por los años 80 del siglo pasado.
El entonces profesor de las asignaturas de Historia de la Iglesia, de cuyo nombre no quiero acordarme, era un sacerdote numerario que, por sus estudios universitarios civiles, no era historiador, sino médico. De hecho, era también el médico del Colegio Romano. En atención a su infancia y juventud, arraigadas en un ambiente rural y huertano, trabajaba con ahínco y destreza en el jardín de Cavabianca. Por su carácter cordial y campechano y también por su veteranía, era un sacerdote mayor que, con cierto paternalismo, infundía buen espíritu en la convivencia y con el que se podían consultar cuestiones delicadas de moral o de conciencia; y es que también era profesor de asignaturas de Teología Moral, que impartía en un latín macarrónico, muy gracioso.
Este sacerdote enseñaba la Historia de la Iglesia sin el rigor de un historiador, pues no lo era. Sus clases se limitaban a resumir los manuales al uso que estaban de moda o, mejor dicho, que habían estado de moda antes del Concilio Vaticano II (1962-1965), ya que las publicaciones teológicas postconciliares estaban prohibidas por aquellos años en el Opus Dei, y los profesores del Colegio Romano debían ser más que ejemplares en la buena doctrina y en el uso estricto del índice de libros prohibidos impuesto por monseñor Escrivá después del Vaticano II a los socios del instituto secular Opus Dei. Las lecciones de historia nos resultaban muy divertidas, ya que, en contraste con el ambiente monótono, reglado, estresante y bastante aburrido de Cavabianca, las jocosas explicaciones de aquel profesor alegraban el estado de ánimo de los alumnos del Colegio Romano, por lo demás sometidos a un clima psicológico propio de una “olla a presión”, milimétricamente controlado. Aquel buen hombre no era un riguroso científico, sino más bien –y sin voluntad de ofender– un “cuentacuentos”, personaje que encaja de maravilla en los centros formativos de una “guardería de adultos”. En cualquier caso, nos lo pasábamos muy bien con él y con sus clases, tan amenas como superficiales.
Especialmente divertida era una anécdota que nos contaba con frecuencia, acaecida en el año 1111, acerca del vino italiano “EST! EST!! EST!!!” de Montefiascone. Ni que decir tiene que ese vino nunca lo bebimos en Cavabianca, ni siquiera en los días de fiesta mayor; era una anécdota contada a palo seco. No me importa confesar que, años después de desvincularme del Opus Dei, lo probé aprovechando un viaje a Italia. (Ese vino aún se produce hoy en día o, al menos, es un vino de la misma región al que los viticultores le han puesto ese nombre latino en memoria de la anécdota histórica).
El recuerdo a que me refiero al comienzo de este escrito no es el de este vino, sino que se centra en el énfasis que el mencionado profesor ponía a la hora de explicarnos la supresión de la Orden del Temple por parte del papa Clemente V a comienzos del siglo XIV. Hacía especial hincapié en aquel acontecimiento y le sacaba aplicación práctica para el Opus Dei del siglo XX. Advertía a sus alumnos, futuros sacerdotes, directores y jerarcas del Opus, de que existía la posibilidad remota de que con la Obra sucediera en el futuro la desgracia que habían padecido los templarios siglos atrás. Y proponía medios que se podían poner en práctica para prevenir a tiempo tan terrible posibilidad; principalmente insistía en que el Opus Dei debía rebatir cuanto antes cualquier crítica (él la llamaba calumnia), para evitar que las críticas tomasen cuerpo y provocasen que un papa sometiera a juicio a la Obra. Tal vez por ese motivo, el Opus Dei dé tanta importancia al “apostolado de la opinión pública” (abreviadamente, aop) y al trato personal, repleto de halagos, con monseñores de la curia vaticana. De hecho, el sacerdote a quien ahora recuerdo tenía algunos amigos entre esos monseñores y de vez en cuando salía a pasear con ellos; y, ensotanados todos, acudían a las actividades sacerdotales de un centro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz que había en Roma.
Siempre me he preguntado por qué aquel jovial “cuentacuentos” se ponía serio al referir la historia del fin de los templarios. No creo que fuera idea original suya; más bien supongo que debió de oírla o a monseñor Escrivá o a don Álvaro del Portillo o a directores del Consejo General. Lo que más temen los jerifaltes del Opus es encontrarse en la incómoda tesitura de verse sometidos a un proceso semejante al de los antiguos templarios. Y precisamente esto es lo que aquel veterano sacerdote inculcaba a los alumnos del Colegio Romano de la Santa Cruz en sus lecciones de Historia eclesiástica: entre historietas y anécdotas colocaba ese serio mensaje para que, a modo de advertencia, aprendiéramos a tomar medidas preventivas (principalmente el “aop”) ante tal posibilidad.
Por consiguiente, el paralelismo entre la Orden del Temple y el Opus Dei no es mero fruto de la erudición de Giovanna Reale, sino que se encuentra en la mente de los directores del Opus desde el período fundacional de la institución. Este dato es muy importante, porque pone de relieve que los directores del Opus son conscientes de que, de la misma manera que un vino del siglo XII aún se continúa produciendo en la Italia actual, así también un acontecimiento de comienzos del siglo XIV (el proceso contra los templarios y su supresión) podría replantearse de manera análoga siglos después. No cabe duda de que, además de ser astutamente precavidos, algo de mala conciencia, al menos en el plano del subconsciente, tienen esos directores.
Este es el recuerdo que me ha suscitado el último escrito de Giovanna Reale, a quien agradezco sus comentarios.
Josef Knecht
Saludos cordiales a mis críticos.- Josef Knecht
Mi último escrito (31.05.2010), que contenía una propuesta positiva para mejorar la calidad de esta página web Opuslibros, ha sido cordial y cariñosamente criticado por algunos usuarios de la web: Cooper (2.06.2010), Montserrat (2.06.2010), Carmen Charo (9.06.2010).
Por supuesto que valoro la espontaneidad y la cotidianeidad de los escritos aparecidos en Opuslibros. Reconozco que lo mejor de esta página no son las traducciones de los Estatutos de la Obra ni el anuncio de publicaciones extraordinarias, sino los testimonios personales de tanta gente y la ayuda que nos damos cuando alguien la solicita. Yo mismo, al igual que vosotros, he ayudado a quien, a través de Opuslibros, me lo ha solicitado. Lo cotidiano y lo espontáneo tiene que predominar en esta web: esto lo tengo claro. Además, confieso que he aprendido de Opuslibros mucho más de lo que en un principio me imaginaba que podría aprender: muchas gracias a todos por ello y, en especial, a Agustina.
Simplemente quise decir –y lo repito, por si no quedó claro– que la bondadosa espontaneidad cotidiana es del todo compatible con el hábito o virtud de “no entrar al trapo” a lo que no merece la pena. Por ejemplo, si nosotros, cuando éramos jovencitos o jovencitas, espontánea y bondadosamente no hubiéramos entrado al trapo de quien nos planteaba la supuesta vocación a la Obra, ¿acaso no nos habríamos quitado de encima un serio problema a su debido tiempo? Saber “no entrar al trapo” también se incluye entre lo espontáneo, bondadoso y cotidiano, que tan acertadamente elogian Carmen Charo y Montserrat. Muchas veces “no entrar al trapo” es mejor que su contrario, con independencia de que ambas cosas se hagan con cándida espontaneidad: reconozcámoslo humildemente a partir de nuestros propios errores.
Insisto, por tanto, en mi propuesta. Comentar en tono de rabieta y con demasiada insistencia escritos como los de Calandria baja la calidad de esta página web. Y aconsejo a mis amigos de Opuslibros que no lo hagan, aunque sé, claro está, que son libres de no seguir mi consejo si no quieren. Aconsejarse entre amigos no es obligar ni imponer nada a nadie, sino sugerir buenas ideas en un amigable clima de espontaneidad y cordial cotidianeidad; éste era mi ánimo cuando redacté mi escrito del 31.05.2010.
Josef Knecht
Sobre cómo te pescaron. Para Nicanor.- Juan
Querido amigo Nicanor:
Leo el exhaustivo informe sobre tu admirable estancia en el Opus Dei. Pienso que no hay nada o casi nada de lo que se pueda decir que no es cierto. Coincide con lo que otros hemos vivido. No estoy de acuerdo con lo que llamas mentiras del Opus Dei, aunque estoy de acuerdo con que ciertos disimulos o verdades a medias no conducen a nada. Cuando nuestro Señor Jesucristo llamó a los hijos de Zebedeo a orillas del mar de Tiberíades les dijo: "Seguidme y os haré pescadores de hombres". No les dijo: "Seguidme que vamos a jugar un partido de futbol sala". Pido perdón si hay algo irreverente en la expresión.
Veo que tú también citas de memoria a san Josemaría cuando pones en su pluma la siguiente frase: "¡Vete a tu portaviones traidor!". Creo que el texto no es así. La frase corresponde a una de aquellas "campanadas" que quiso dar al final de su vida, para que nadie estuviese dormido en medio de la dura situación por la que atravesaba la Iglesia. Habla de la barca de la Obra y de alguien que cree que puede salvarse él solo en su portaviones. Escribe nuestro Padre: "¡Pues vete a tu portaviones!". Y añade: "Si alguno deja de luchar que sepa que nos hace traición a todos".
No es lo mismo. Como decimos los abogados para traicionar hace falta un "dolo específico". En el huerto de Getsemaní los Apóstoles dejaron solo a Jesús en medio de las dificultades, pero el Evangelio sólo llama traidor al que tenía intención de traicionarle. Nuestro Padre probablemente se refería a aquellos que se habían aburguesado en sus buenos trabajos y que iban directos al descamino. Tú y yo nunca hemos tenido un espléndido portaviones.
De tu escrito me fijaría en dos puntos. El primero la vida espiritual. No la mencionas. Yo, ya desde el principio, me di cuenta de que me fallaba la vida interior e intenté suplirla con voluntad. Es imposible. Como dice san Josemaría "sin ser contemplativo no se puede perseverar en el Opus Dei". Nos hablas de los defectos de las personas con las que has convivido. ¿Tú sabes cómo eran por dentro? ¿Sabes si amaban y agradaban a Dios a pesar de sus defectos "patentes e innegables"?
El segundo punto a destacar es la libertad o la falta de ella. Cuando uno hace lo que no desea le queda ordinariamente dentro la impresión de que lo ha hecho forzado y que, por lo tanto, ese acto no vale nada. "Es nulo" -como dices tú acertadamente.
Yo recuerdo, durante mi estancia en el Opus Dei, dos pasos dados en contra de mi voluntad, uno realizado por pura confusión interior y varios en los que no sabía cómo iba a terminar aquello. Entre los primeros citaría la fidelidad. Yo sabía -y lo dije- que no tenía sentido hacer algo que habría que deshacer muy pronto, como así fue.
También me pongo en la piel de la gente que tenía delante y reconozco que no les era fácil. Por definición no pueden decirte "si no estás a gusto vete" y tampoco saben cómo ayudarte.
Por cierto no sé de dónde ha salido ese rollo de que después de dejar el Opus Dei no se puede ser feliz. Eso será en algunos casos, pero al que hace lo que puede Dios no le exige más. Reconozcámosle al menos con Santo Tomás de Aquino la posibilidad de "construir casas, plantar viñas y tener hijos". Las palabras de san Josemaría, igual que las de nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio, hay que interpretarlas en el contexto correcto. Cualquier simplificación supone una falsificación.
No comparto en absoluto tu visión pesimista sobre el futuro del Opus Dei.
Recibe un fuerte abrazo y mi más sincero deseo de que seas feliz, como sin duda lo serás. Y cuidado con las mujeres que mandan mucho. Cuando lleves algún tiempo casado quizá pienses que un director del Opus Dei es algo llevadero al lado de una mujer mandona (o de un hombre, faltaría más).
JUAN
Nota de Agustina.- Los textos del portaviones y el dejar de luchar (guerrear):
En el tomo IV de Meditaciones, páginas 88 y 89:
Y en esta barca, pobre, humilde, te acuerdas de que tú tienes un avión, que puedes manejar perfectamente, y piensas: ¡qué lejos puedo llegar! ¡Pues, vete, vete a un portaviones, que aquí tu avión no hace falta! Tened esto muy claro: nuestra perseverancia es fruto de nuestra libertad, de nuestra entrega, de nuestro amor, y exige una dedicación completa. Dentro de la barca no se puede hacer lo que nos venga en gana. Si toda la carga que está en sus bodegas se amontona en un mismo punto, la barca se hunde; si todos los marineros abandonan su quehacer concreto, la pobre barquichuela se pierde. Es necesaria la obediencia, y las personas y las cosas deben estar donde se dispone que estén. Hijo mío, convéncete de ahora para siempre, convéncete de que salir de la barca es la muerte. Y de que, para estar en la barca, se necesita rendir el juicio. Es necesaria una honda labor de humildad: entregarse, quemarse, hacerse holocausto. (De nuestro Padre, Meditación Vivir para la gloria de Dios, 21-XI-1954).
En la carta de Alvaro del Portillo, de marzo de 1992:
(…) Se entienden por eso las palabras fuertes de nuestro Padre: si alguno de mis hijos se abandona y deja de guerrear, o vuelve la espalda, que sepa que nos hace traición a todos: a Jesucristo, a la Iglesia, a sus hermanos en la Obra, a todas las almas. (De nuestro Padre. Meditación Tiempo de reparar, febrero 1972).
Otro que ¿vio? lo que Dios quería, en el punto de vista del Vaticano.- Brian
El Vaticano podría intervenir al Instituto del Verbo Encarnado
Familiares de sus miembros han denunciado manipulación y sometimiento
Religión Digital, 09 de junio de 2010
La muy conservadora comunidad religiosa católica argentina Verbo Encarnado -de gran expansión desde su creación en 1984- quedó por segunda vez en casi una década en la mira del Vaticano luego de una serie de denuncias de familiares de sus miembros que acusan a sus autoridades de conducir con mano de hierro la congregación, ejerciendo actitudes de manipulación y sometimiento. La posibilidad de que la Santa Sede la interviniera nombrando un comisario pontificio suscitó que su fundador y principal autoridad, el sacerdote Carlos Buela, elevara su renuncia al Papa, con el evidente fin de sortearla, objetivo que (sólo momentáneamente) parece haber conseguido. Lo cuenta Clarín.
Al fundamentar su renuncia, Buela dice que empeñó "gran parte de mi vida en fundar y llevar adelante el Instituto del Verbo Encarnado". Pero señala que "ahora estoy entrado en años y con algunos problemas de salud, al mismo tiempo que el Instituto creció mucho". De hecho, acota que "la infinita providencia de Dios lo ha hecho florecer en muchos lugares y en abundantes vocaciones". Tras afirmar que "hemos tenido que atravesar por numerosas dificultades, entre los consuelos de Dios y las persecuciones de los hombres", le agradece al Papa "el haber impedido el envío de un comisario pontificio al Instituto".
Pese al fuerte hermetismo que rodea al caso, Clarín pudo determinar que ya habían sido designado dos veedores: el arzobispo emérito (retirado) de Corrientes Domingo Castagna y monseñor Alfredo Zecca, ex rector de la UCA, quien habría visitado la sede principal del Instituto, ubicada en San Rafael, Mendoza. No es la primera vez que un comisario pontificio toma cartas en el asunto. En torno al año 2000, cumplió esa tarea el actual arzobispo de San Juan, Alfonso Delgado, quien concluyó que el concurrido seminario de San Rafael debía ser cerrado.
El Vaticano asumió la recomendación -tomada en acuerdo con las autoridades del Episcopado argentino- y resolvió su cierre y el traslado de la sede principal de la comunidad a una diócesis cercana a Roma. Entonces, la principal acusación era que las autoridades del Verbo Encarnado desobedecían a las jerarquías eclesiásticas. Sin embargo, el Verbo Encarnado resistió la decisión y consiguió, finalmente, esquivarla. Pero ahora las denuncias de familiares reabrieron el caso. También habría cuestionamientos al manejo económico del Instituto.
El padre Buela siempre abrevó en las corrientes más conservadores de la Iglesia. Y decidió fundar su propia congregación para plasmar allí su ultraortodoxia. El proceso de cierta modernización que experimentó el Episcopado en los últimos años llevó a que su seminario se convirtiera en refugio de los aspirantes al sacerdocio disconformes con el aggiornamiento.
Por caso, varios miembros del seminario de Paraná que dirigía monseñor Adolfo Tortolo, cuando pasó a manos del moderado monseñor Estanislao Karlic, buscaron refugio en el de San Rafael.
Los críticos de Buela le achacan utilizar técnicas de captación y manipulación que le permitió a su seminario ser en unos pocos años uno de los más concurridos, sino el más, del país.
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