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CORRESPONDENCIA

Viernes, 10 de Diciembre de 2010

MIL…

Elioeai, 10 de diciembre de 2010

Se me ha comentado que han acudido alrededor de mil estudiantes a la novena de la Inmaculada en la Universidad de Navarra. No me inmuté: precisamente tras mi paso por el Opus Dei ya no soy persona de impresionarme con los números cuando se trata de crecimiento interior. La experiencia me ha demostrado que las estadísticas en nada se atienen al contemplar de corazón propio de quienes viven a la luz del Amor, de Dios y de la Iglesia.

En esta misma Universidad, un estudiante que había sido invitado a una actividad apostólica del Opus Dei cortésmente dijo que no. El director de su departamento siguió insistiendo una y otra vez, hasta tal punto que el estudiante en cuestión no tuvo más remedio que decirle al director de su departamento que era protestante (es católico, pero no le daba la gana de ir a la actividad en cuestión). Solo así lo dejaron en paz. Me pregunto cuántos estudiantes habrán vivido una experiencia mediadamente similar al acudir a la novena. Quiero decir: ir por aquello de que el profesor me vea, para quedar bien con el club, para que el numerario, agregado o supernumerario de turno me deje en paz...

Un buen amigo que estaba también en Roma por aquellos años y asistió a esa tertulia que cuento en “Raimon Panikkar. In memorian”, me escribe y me dice:

Querido Jacinto:

Recuerdo el programa de televisión en el que salió Pániker. Pero no iba vestido de budista, sino de cura. Lo que hizo fue colocarse el manteo de tal manera que ocultaba su condición de sacerdote y quizá pareciese un moje budista.

Recuerdo al Padre comentar que no le gustaba nada que hubiese ocultado su condición de sacerdote en la tele.

A lo mejor fue más de un programa de televisión en el que salió.

También recuerdo otras palabras muy duras como que se arrepentía de haberlo hecho sacerdote. Me parece que dijo que se arrepentía de haberlo sacado de una tintorería donde trabajaba en el negocio familiar. ¿Sabes si sus padres tenían algo que ver con tintorerías?

En cuanto a las observaciones de Beni Espinosa sobre Polo, yo no tengo conciencia de haber dicho nunca que Polo sufrió esa escisión antes que yo, pues no creo que la sufriera. Sé que sufrió cuando sus libros se catalogaron como libros para ser leído con cautelas y por personas con mucha formación, pero, que yo sepa, no hubo más que eso.

Un cordial abrazo para todos.

Jacinto Choza

Cualquiera que se asome por primera vez a esta página puede pensar que éste es un foro de extraterrestres. Gentes que se han ido de una institución de la Iglesia Católica y que tienen necesidad de contar sus amargas historias de cuando estaban dentro. Personas que han vivido en un régimen de opresión totalitario, llevando unos horarios de agobio, cumpliendo normas todo el día y haciendo un trabajo esclavo durante años. Una organización fundada por un señor canonizado que deja a la gente tan destrozada que necesita años para recuperarse, si es que lo consigue. Algunos han llegado a morir en el intento...

He de reconocer que, durante las décadas que permanecí en el Opus, nunca pude contener mis deseos de leer, más aún cuando me presentaron las obras de Louis de Whol, Tolkien, Hünermann, Giovanni Guareschi, Olaizola, Poe, entre otros. El escape hacia la fantasía eran un escape a las ansias de libertad oculto en algún resquicio de mi alma a pesar que las lecturas eran controladas -usual en todas las sociedades dogmáticas- y materia de dar cuenta en la llamada "charla fraterna".

Durante los años que pasé en provincia, los libros eran escasos. Pasaba y repasaba el estante de los "libros" de baja calificación que podían leerse. En ocasiones releía los mismos. Tomé uno llamado "Guía de Curas con Encanto" de Olaizola (supernumerario) que despertó las risas de "mis hermanos" por revelar poca "mentalidad laical". El cura del Centro cuestionó "¿Por qué estás leyendo ese libro?". Respondí: "Me parece divertido... además no hay nada más qué leer. Ya he repasado todos los libros de la estantería y ni siquiera tenemos la saga completa de Harry Potter". Ha de saber el lector que algunos del Centro poseían libros en sus habitaciones que provenían de sus constantes visitas a Lima pero, como tenían que devolverlos, no los prestaban. Aquella crítica trajo consigo que en la "charla fraterna" se me increpase las pocas ansias por "enriquecer" mi cerebro con las "lecturas internas".

El cura que llevaba mi "charla fraterna" puso los puntos sobre las íes: "Ya eres un hombre mayor como para estar buscando las historias de Harry Potter. ¿Has leído los tomos que recogen las cartas de Don Álvaro?, ¿Lees "Crónicas" y "Obras" con asiduidad? Pregúntatelo ¿Por qué me no me atraen esas lecturas como parte de mi descanso? Probablemente encuentres que te falta buen espíritu". Me senté en la Sala de Estar para "gozar" con ese tipo de lecturas de descanso y tener "buen espíritu". Aprendí a gozar de unas buenas siestas de "buen espíritu" con los tomos de Don Álvaro sobre las piernas. Pero ¿Qué me movió a escribir esto? Escuchar la maravillosa disertación del novelista peruano Mario Vargas Llosa, del cual se ufana la Universidad de Piura, Obra corporativa del Opus Dei, haberlo tenido como visitante en su campus en tiempos inmemorables, del cual no tienen un solo libro en sus bibliotecas y todas sus obras tienen categorías muy altas como para estar dentro de una estantería de acceso para los socios de la Prelatura.

Nicanor

nicanor.wong@gmail.com 

PD.- Para RZ, si es que alguien le encuentra necesitado de ayuda tras dejar su "trabajo interno" en la Comisión y de retorno a la vida ordinaria pueden conectarlo conmigo. Espero que sus padres sigan gozando de bonanza económica para reinsertarlo a la vida civil y la profesión que estudió y abandonó -al poco de egresar- durante décadas para dedicarse íntegramente a los menesteres de la Prelatura. Como consejo para todos los que salen y dejaron de lado su profesión: No desesperarse en la reinserción. La familia y los amigos de verdad ayudan muchísimo. Un periodo corto de estudios en algún curso de Diplomado viene de maravilla para refrescar aquello que se dejó y recuperar poco a poco el tiempo. Obviamente nunca te puedes comparar con alguien que ha vivido de su oficio pero, por lo menos, vas tomando vuelo.

Cuando fuimos numerarios, el anzuelo que nos atrajo fue el alcanzar la santidad a través del ejercicio de la propia profesión. Una vez dentro, cambian los esquemas: los “trabajos internos” también se consideran auténticas labores profesionales y hasta más excelsas. Esta peregrina concepción grabada por Escrivá como parte de la “entrega” y la “generosidad” crea un vacío abismal entre el mundo y lo ordinario. Una auténtica injusticia.

Acá en Perú lo usual es que los padres paguen los estudios ¿Para luego no ejercerlo?, ¿Y qué pasó con la pasión profesional que también exige la Obra? Así pues se nos dirá: durante la dedicación en los “trabajos internos” se ha de mantener relación con la profesión pero no se indica qué tipo de relación es aquella. De hecho, en algunas ocasiones solicité asistir a cursos complementarios pero los horarios no calzaban con la dedicación que debía a mi “entrega” y las estadísticas indican que bastan cinco años fuera del ejercicio profesional para quedar fuera.

Estando dentro y, para no morir en las ansias de volver, se nos narraban historias fantásticas de personas dedicadas a “labores internas” que hacían compatible sus tiempos (lecturas de actualización mientras hacían popó, pipí y todas las “p”) que, cuando dejaban esos “trabajos” retornaban con vítores y reconocimientos a su vida profesional de modo automático.

Para los lectores profanos y de la Prelatura o los que acaban de salir, calma. Pensar que siguen siendo iguales a los demás es un efímero. Somos desiguales y es necesario aceptarlo. Hay que re adaptarse y esto se logra poco a poco y tratar de no desesperar. Será por eso que Escrivá, sus hijas e hijos fidelísimos directores narran que, los que salen, la pasan mal. Para los numerarios y numerarias que leen estas líneas, traten de permanecer lo menos posible en este tipo de encargos o negarse a ellos. Mejor pasar por poco “generosos” que desvincularse del mundo.

Nicanor

nicanor.wong@gmail.com

Interesante el tema Panikker, (Jacinto, Beni) como fui alumna de la facultad de filosofía de Pamplona y de Leonardo Polo añadiré a lo que se ha dicho que no recuerdo mención ninguna de este teólogo y filósofo ni en la clase de Polo ni en ninguna otra.

Don Leonardo nos hablaba de su teoría del conocimiento, del objeto y del límite. Empezaba la clase de manera que se podía seguir y según avanzaba yo no me enteraba de nada. Acababa hablando para el cuello de su camisa. Los numerarios que había en el aula, recuerdo a un tal Manolo y un tal Javier Aranguren, eran los encargados de decirle: "Don Leonardo, no se le oye". Fuera de clase se comentaba en la facultad que Polo era un gran sabio, que había creado una teoría del conocimiento nueva. Y los volúmenes publicados por Eunsa así lo demostraban. Como Beni yo también pesqué que sus filósofos favoritos eran Aristóteles y Hegel. Y ahora recuerdo que con su teoría del objeto quería rebatir a Descartes. Nada menos...

Bonito cuadro de una familia luminosa, pobre, numerosa y alegre que nos pintan para vivir la generosidad...

Están próximas las fiestas de fin de año, La Navidad y el consumismo están a la puerta, pero en algunos hogares "luminosos" la vida parece estar muy en tinieblas.

Pasaré a explicarme...

Hola a tod@s:

Cada vez que leo escritos en esta web de personas que nos quieren venir a enseñar las verdades de la vida y el opus dei, la verdad que se me revuelve el estómago.  Viene Calandria a dejarse caer para que la levanten y a hacer un drama por que considera que Janabenito ha sido muy dura al juzgarla (cosa que no es cierta). Es decir, Calandria cree que tiene el derecho a juzgarnos a todos en esta página, nos explica lo malvados que somos y lo equivocados que estamos, porque no hay UN SOLO escrito de ella en el que no juzgue, trate de dar cátedra, critique o que diga algo... lo que sea agradable. Pero eso si, cada vez que se le dice algo a ella, se desgarra las vestiduras y se queja amargamente de lo mal que se le trata... ¡qué cinismo!.

La grandísima mayoría de las personas que escribimos para Opuslibros somos ex miembros del opus dei. Todos, en mayor o menor grado hemos experimentado los desaciertos y los aciertos (pocos, pero los hay) de la institución  a la que tanto defiende. Me imagino que ha de pensar que todos somos estúpidos y nos salimos de ahi porque nos gusta la mala vida (aquí fuera). Ella sigue viendo a la prelatura como la Utopía, como el Nirvana, como la tierra prometida... y está bien... pero entonces ¿a qué vienen tantas sandeces?. Algunas veces me da la impresión de que le pasa lo que a las parejas de los golpeadores... todo perdona porque piensa que algún día todo va a cambiar... entonces sale a la calle con la espada desenvainada a defender al abusador, principalmente para convencerse a sí misma de que las cosas están bien y que quizá ella es la que tiene que cambiar y ser más buena, más rezadora y más apostólica para que el instigador esté calmado.

Creo que todos los que hemos dejado el opus dei, lo hicimos porque decidimos que NUNCA más nos dejaríamos maltratar. Fuimos capaces de ver todos los errores y abusos de la que fue nuestra 'casa' y nuestra 'familia con lazos más fuertes que la sangre' y con más o menos dolor y angustia, salimos a buscar algo mejor.

Calandria dice: ¿Conoces mi vida?... ¿que sabes sobre mis sufrimientos?... oye, pues creo que cualquiera de nosotros conoce más de su vida y de sus sufrimientos, que ella sobre los nuestros, porque nosotros hemos pasado por lo mismo que ella, por las mismas dudas, por las mismas desilusiones... porque TODOS, en algún momento estuvimos entre esas dos aguas de las que ella habla.

En cuanto a lo que ella tanto defiende de que el opus dei es obra de Dios... tengo mis dudas (y es personal)... en tal caso TODO lo que existe es obra de Dios, incluso los Legionarios de Cristo, Al Qaeda y Wikileaks... y no necesariamente son instituciones o fundaciones santas. ¡Ya basta de creer que el opus dei es la institución favorita de Dios!. Yo más bien creo que Dios debe de estar bastante desilusionado de las barbaridades y las mentiras que cuenta el opus dei en su nombre. Debe de estar también con el ojo cuadrado de ver tanta herejía en la que dicen, es su obra, como poner por encima de Su Hijo a san Chema... eso es algo que ninguna institución se había atrevido a hacer sin que el Vaticano pusiera el grito en el cielo. Bueno, Dios debe de estar con la boca abierta de ver la manera tan descarada de cómo el opus dei cambia la doctrina de la Iglesia a su gusto y para su conveniencia.

Calandria se atreve a amenazar con que Opuslibros es un 'cargamento' para el opus dei, y además es una carga pesada. Que ella no puede hacer nada (mas que jorobar continua e incansablemente) y esperar a que los directores vengan a darnos nuestras nalgadas por hacer 'un mal cierto a la obra de Dios'. Que a ella le toca trabajar en lo suyo -que es venir a dar la lata en Opuslibros-, dándo su opinión SI SE LA PIDEN (¿alguien le ha pedido aquí su opinión a ésta buena mujer?), y seguir su criterio unido al de "the dark side" cuando ve equivocaciones, que las ve todo el tiempo, sólo que aquí fuera, donde existe la libertad de expresión (por mala suerte en éste caso) y no dentro, donde si se atreviera a expresar su criterio dando su opinión lo más seguro es que le vaya como en feria con las correcciones fraternas y nadie le haga caso en nada.

Algunas veces Calandria me recuerda a los fariseos del Evangelio que cumplían todas las normas por bobas que fuesen y presumían de su santidad como si en ello se les fuera la vida, que criticaban a todos los que no eran fariseos, es decir, que por sentirse TAN hijos de Dios, se vuelven, como se dice en mi tierra: unos hijos de la fregada... habrá que recordar las palabras nada halagadoras que les dirigió Jesús en varias ocasiones... es por eso que me asustan tanto las personas que como Calandria, y la mayoría de los fieles opusinos creen que "el rey les guarda las vacas"... creo que es de las peores cosas cuando sales, que te dan más remordimiento de conciencia, el darte cuenta de lo soberbios que nos volvimos todos estando ahi dentro. A mi todavía me dan ataques de pánico cuando me recuerdo en mi papel de farisea opusina... ¡cuanta arrogancia Dios mío!, lo bueno es que Dios nos hace humildes y podemos enmendar nuestros errores... ¡que si no!. 

Ojalá y Calandria encuentre en su amado opus dei la paz que necesita, y que parece que no consigue. Ojalá y la Iglesia le siga poniendo el ojo encima a la prelatura para que deje de hacer el daño espiritual que hace, y que Dios nos de la paciencia y la sabiduría para poder convivir todos en paz.

Un abrazo grande lleno de cariño  para tod@s (también para Calandria)

Salypimienta.

Yo he tratado bastante a Raimundo hasta casi su muerte, nos veíamos, hablábamos por teléfono y creo que algunas de las afirmaciones que hace Choza son imprecisas y otras claramente inciertas. Por ejemplo su madre no era hindú sino catalana. Su padre salió de la India sin dinero, pasó tiempo en Inglaterra y su fortuna la hizo trabajando en la fábrica química que fundó en Barcelona. Precisamente por ello mandó a Rai a estudiar Química a Alemania al comienzo de la guerra civil. Rai no estudió Teología allí sino cuando en el opus decidieron que se ordenara y lo hizo con los dominicos, con sus compañeros de promoción. Yo no pongo en duda la categoría intelectual ni el prestigio de Rai, he leído algunos de sus libros aunque los encuentro un tanto desencarnados para mi gusto.

Yo creo que sus relaciones con Roma fueron menos importantes que los que Choza afirma. El Papa Juan pidió información bibliográfica sobre temas ecuménicos y le dieron un libro de Rai. El nunca me dijo que tratara a Pablo VI y, de hecho, apenas estaba interesado en temas eclesiásticos. Si fue muy estimado en Universidades, le nombraron “libero”docente en la de Roma y luego estuvo en Harvard y Santa Bárbara, donde  le visité cuando yo daba clase en la cercana Stanford.

Rai era muy mujeriego, nada que objetar por mi parte, pero ello tiene sus riesgos siendo del opus como cuando el padre de una de sus conquistas le denunció a Escrivá, quien se aprovechó de ello. Y no le mandó a la India en plan apostolado sino como una especie de destierro. Escrivá siempre se quiso quitar de encima a Rai porque le hacía sombra.

Ya mayor, con más de setenta años, Rai se casó civilmente con María, a la que también traté porque su familia tenía un apartamento en una playa cerca de Gandia y nos veíamos los veranos. Adoptaron una niña hindú, a la que también conocí y que prácticamente hereda su fortuna. Me molestó el que cuando el obispo de  su diócesis en Tavertet, a donde yo fui a rematar su aportación a mi “Historia oral”, le impuso la condición de no vivir con María si quería decir misa,  él lo aceptó pese a que María estaba bastante enferma.

Hasta los grandes hombres tienen flaquezas.

Alberto Moncada