CORRESPONDENCIA
Martes, 03 de Marzo de 2009
AVISO. Próximas actualizaciones.- Agustina
AVISO
Mañana miércoles día 4 de marzo, no se actualizará la web. Pero sí el jueves día 5 y el viernes día 6.
Papá, los tecnócratas y el Opus.- Isabel de Armas
PAPÁ, LOS TECNÓCRATAS Y EL OPUS
Isabel de Armas, 3 de marzo de 2009
Hasta el día de hoy, Carmen Franco Polo –hija de Francisco Franco y de Carmen Polo-, nunca había contado su historia. Por primera vez ha concedido una serie de entrevistas sobre su padre a los historiadores Stanley G. Payne y Jesús Palacios (Franco, mi padre, La Esfera de los Libros, Madrid, 2008), en las que nos ofrece una visión única e íntima de una de las personas más cercanas al dictador. Al referirse a la gran crisis del régimen que Franco resolvió nombrando su octavo gobierno en febrero de 1957, por el que se ponía fin a la etapa falangista y se abría el futuro hacia los gobiernos de la tecnocracia, la única hija del hombre que rigió los destinos de España durante casi cuarenta años, dice textualmente (Op. cit., pág. 85):...
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Descubrimiento de la obra (III).- Oldie
Por ese tiempo en que iba a las clases de orientación familiar surgió la oportunidad de cambiarme de casa a orillas de la ciudad. Era lo más conveniente para toda mi familia porque es un lugar mucho más tranquilo.
Al cambiarme tan lejos de la ciudad era lógico que ya no iba a ir a nada relacionado con la obra porque se haría pesado el traslado de ida y vuelta y al comentarselo a la directora de buenas a primeras me dijo:
-¿Por qué quieres entrar a la obra?
- Para conocer más a Dios y llegar a tener esa mirada de serenidad que tienen varias personas de aquí. Para llevar una vida acorde con los preceptos de Dios...
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La institución es mala, las personas no.- Agustina
Excombatiente,
Nunca he dicho que las personas de la obra sean malas. Yo también he pertenecido al opusdei y no me consideré entonces ni considero a quienes siguen, una mala persona. Lo que sí he dicho es que el opusdei, la institución, está viciado desde la raíz (parafraseando a Flavia: “viciado desde la base”) y que el mal “espíritu” de la obra engendra modos de actuar que también son malos.
Paradójicamente, en la obra se dice tener “buen espíritu” es ser lo más fiel posible a “lo que siempre se ha dicho, lo que siempre se ha hecho” que conlleva “la santa pillería”, “la santa desvergüenza”, la “santa coacción”, la “santa intransigencia” y no sé cuántos “santos” pecados. Ni la pillería ni la desvergüenza, ni la coacción ni la intransigencia están recogidas como virtudes en el Evangelio ni en la doctrina de la Iglesia. Tampoco la mentira, ni la coacción, ni la indiscreción en la dirección espiritual. Y todas estas malas “virtudes” que son aceptadas y practicadas en la obra como buenas y santas, se inculcan en ese “aire de familia” de la institución.
Las personas que hemos estado y están dentro, las hemos practicado. Y no por maldad, sino por “fidelidad al espíritu recibido por nuestro santo fundador”. Ni son ni éramos conscientes de la maldad que conllevan, las practican y las practicábamos porque eso era “voluntad de Dios”.
Lo que sucede es que cuando se despierta una mínima capacidad de pensar, sopesar y pararse, surgen las grandes preguntas: ¿Pero qué estoy haciendo? ¿Qué estoy viviendo? ¿En dónde estoy metida? ¿Dios qué tiene que ver con el mal y el daño que estoy produciendo?
Las personas de la obra no son malas, sólo viven y vivíamos lo que enseñan.
Llega un momento para muchos, muchísimos, que “ven” que lo que hacen y lo que viven, no puede ser de Dios. Y si lo ven y siguen dentro, cada uno carga con su propia conciencia. Desgraciadamente bastantes de los que están dentro (debido al machaque de los medios de de-formación) piensan que al final de su vida los juzgará el consejo local de turno, la Asesoría o la Comisión o el prelado o el santo fundador. Y eso sí que es paralizante y degradante en su naturaleza esencial de hijos de Dios, porque ninguna institución está por encima ni del Papa, ni de la Iglesia, ni de Dios ni de la conciencia.
Un saludo,
Agustina L. de los Mozos.
Un gran hombre.- Iceland
Unas letras para agradecer a Marta por su escrito acerca de Don Antonio Peret, el cual corroboro todo lo que dice. Me he quedado pegada porque no sabia de él ni de que hubiese fallecido y también tuve la gran suerte de conocerle.
Fué también mi director espiritual en el centro de estudios del Vallés en el 91-92 y el recuerdo que tengo es de que fué una gran persona que me ayudó espiritualmente y humanamente como un padre super cercano, y al que eché mucha falta ya que al año le dieron el cambio a otro centro.
Un hombre que te quitaba problemas de conciencia, que animaba y comprendia cada situación que te encontraras, muy enamorado de Dios pero palpandolo dando cariño y ayuda eficaz a las personas.
Fué una bellisima persona de esas que marcan para toda la vida.
Gracias Don Antonio por ayudarnos tanto.
Iceland
D. Antonio Petit, para Marta.- Marietta
Hola Marta,
Como dice Agustina en su nota a tu correo, encontrarás muchas cosas sobre D. Antonio en la web. Dices bien en cuanto a su persona y como sacerdote. Creo que fuimos muchas/os los que recibimos de él nuestro gran amor a Dios, porque lo transmitía en todo lo que él hacía. Nada que ver con la rigidez de las normas de la Obra, era atípico y así sufrió.
Agustina tiene mi email por si quieres contactar conmigo.
Un abrazo,
Marietta
No he entendido nada. Para Atomito.- Isabel Sala
Querido Atomito,
Después de leer tu escrito de ayer lunes 2 de marzo, he intentado hacer un análisis detallado de cuáles son las cosas que no comprendo o que no comparto de tu escrito, pero al final lo he borrado, porque me he dado cuenta de que era demasiado largo. Lo resumo: no he entendido nada de lo que has intentado exponernos, seguramente en un alarde de esfuerzo racional por tu parte, que te agradezco. Confío en ser la única (en no haberlo entendido). Y de verdad que lo lamento, porque me interesa mucho el tema.
En cualquier caso te sugiero que aclares algunos conceptos que veo que mezclas mucho y de forma muy extraña, como “mundo”, “vida”, “sentir”, “creer”, “fe”, “razón”, etc. Quizás te ayude (si quieres) un libro que es una joya y que se acaba de editar en español: “Un Ataque de Lucidez”, de Jill B. Taylor, Editorial Debate, Enero 2009. Y también “The Tao of Physics”, de Frithoff Capra, no recuerdo la editorial ni el año, pero quizás lo encuentres en español porque sé que se vendió mucho y seguramente lo habrán traducido. Aclaro que ninguno de los dos son libros de espiritualidad ni de autoayuda (independientemente de en qué sección de su librería los clasifique El Corte Inglés...).
Lo que sí que me parece demagogia pura y dura lamento decírtelo, es esa especie de conclusión que sacas de que cuando uno sigue lo que le dice el corazón, puede llegar a convertirse en un terrorista islámico y volar las Torres Gemelas. Realmente si pretendías con este ejercicio racional convencernos de que la sola razón es una guía fiable para dirigir nuestras vidas, vamos, te aseguro que a mí me has dejado anonadada.
Me quedo con la sensación de que quizás yo no he entendido nada de lo que tú has escrito, pero desde luego tú no has entendido nada de lo que escribió Emeve ( 1), ( 2) y ( 3) (que me corrija ella si me equivoco) y por supuesto de lo que escribí yo al respecto. No lo has entendido, pero te has permitido elucubrar sobre ello sin entenderlo, con las consecuencias que ya hemos visto. Todo un alarde.
Como dije el otro día, a mí no me importan las elucubraciones puras y duras, ni lo bien que escriba este y el otro, me importa si este y el otro son felices y se sienten plenos como personas o no. Si alguien se siente feliz siendo un todo-mente, pues genial, pero mi experiencia me dice que eso no ocurre, sino más bien lo contrario. Yo soy profundamente feliz como soy, utilizando toda la mente que tengo de la forma más práctica posible, y tomando las decisiones importantes de mi vida desde el corazón. No pretendo convencer a nadie, porque realmente me da igual tener la razón o no. Me importa ser feliz, y lo soy.
Un abrazo a cada uno,
Isabel
Datos para la dirección espiritual de la mujer (III).- Ruta
Datos para la dirección espiritual de la mujer (III)
Por César Vaca, O. S. A.
Vicepresidente de la Comisión asesora Nacional de Pastoral
«Pasión, espontaneidad, indivisión del yo y del no-yo, egoicidad» , insiste Burloud, son características de lo afectivo. Las mujeres piensan siempre con pasión, «toman a pecho» sus opiniones, poniéndose ellas mismas en juego. No comprenden la indiferencia con que los hombres hablan de cosas que ellos mismos consideran serias, ni la facilidad con que cambian de modo de pensar. La mujer pone siempre un enorme interés en sus juicios, que defiende con acaloramiento. Por causa de su pasión, es poco vulnerable a la lógica, manteniendo, después de haber escuchado una serie de razones en contra de su opinión, los mismos puntos de vista, como si nada se le hubiera dicho. ¿Es por falta de inteligencia? De ningún modo. Sencillamente, no oye los argumentos, porque su «onda» está conectada con el afecto y no con la inteligencia. Si se la puede argumentar al corazón, se la convence con extrema facilidad. Por eso, en los momentos de intensa afectividad, las únicas capaces de contener, consolar o alentar, son las mujeres. Un hombre busca consolar ofreciendo una serie de razones, pero siempre es mucho más eficaz la caricia de una mujer...
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