CORRESPONDENCIA

Lunes, 24 de Agosto de 2009

AVISO

Próxima actualización: lunes, 31 de agosto

A partir de esa fecha, Opuslibros se actualizará como de costumbre: lunes, miércoles y viernes.

MI VIDA EN EL OPUS (I)
Niky, 24 de agosto de 2009

Cuando conocí el opus dey tenia 20 años, soy la 9 de 11 hermanos, 7 chicas y 3 chicos. Vivíamos en el campo en una sencilla casita de madera, en un pais pequeño pero muy hermoso que se llama ECUADOR allí crecí, una difícil infancia pero por lo menos mis hermanos y yo fuimos a la escuela a cursar la primaria. Mis hermanos mayores a medida que iban creciendo se iban a la ciudad a trabajar para ayudar economicamente a la casa, hasta que ellos formaban su propia familia. A pesar de casarse siempre estaban dispuesto a ayudar a los mas pequeños, así que los pequeños fuimos mas privilegiados que los mayores. Estos se llevaban a la ciudad a mis hermanos pequeños a medida que iban terminando la primaria a seguir estudiando, a excepción de mi que me dejaron en el campo a cuidar los animales, en fin a hacer las tareas del campo.

Mis padres se separaron y el también se fue a la ciudad. La vida para mi era muy difícil, hasta que mis hermanos por fin me rescataron, me llevaron a la ciudad. Ya tenia 17 años como ya era grandecita, para hacer el bachillerato me matricule en una academia de corte y confeccion, una carrera artesanal de tres años. Mi padre tenia una tienda de chucherías y artículos de primera necesidad, con lo que me pagaba las mensualidades y el transporte. Ya estaba en el ultimo año, cuando mi padre me dijo que no podía seguir pagando las mensualidades de la academia que buscara un trabajo. cosa que me costo asimilar. Para entonces mi hermana la décima, ya estaba en un centro del opus que se llamaba EL CORAL, según le dijeron para seguir estudiando bachillerato cosa mas alejada de la realidad. Las clases eran de limpieza de plancha, de como saber ponerla mesa etc. pero como habían otras chicas mi hermana estaba contenta y engañada que en próximo curso la pondrían a estudiar. Así ya llevaba un año, y yo visitaba el centro todos los domingos...

     Les saludo, con los debidos respetos.

     Han pasado muchos meses sin escribir en OpusLibros y, hoy, es extraño hacerlo porque mi experiencia y mis decisiones son contrarias a todas las de otros.

     Tal vez no lo recuerden, pero en los escritos anteriores me he referido a cómo ha sido mi paso por La Obra, de pitar como agregada, después, de ser supernumeraria y todo lo que ello implicaba. Y, de verdad, les escribo con el corazón en la mano, porque, me gustaría recibir sus sinceros consejos, los más sinceros.

     Como algunos saben, finalmente, ingresé como supernumeraria, pues entendí que ésta era mi verdadera vocación. Sin embargo, unos meses después, llegaron muchas interrogantes existenciales a mí, y no porque en el Centro me dijeran que había actuado mal al dejar de ser agregada, sino por distintas circunstancias de mi vida (decepciones amorosas, mal rendimiento en la Universidad, cuadro depresivo, miedos varios, etc.), lo que me hizo dudar de si hacía lo correcto.

     Todo lo anterior, tuvo tanta repercusión, que decidí dejar todo de lado, estaba decepcionada de mí misma, de no cumplir a Dios con todo lo que me había dado, fue una horrible crisis, indescriptible en palabras. Debido a esto, dejé de asistir, poco a poco, a toda actividad del Centro, sin dejar de lado las misas diarias a las que asistía cerca de mi casa, en resumen, "dejé de ser supernumeraria", ignorando llamados telefónicos y correos electrónicos de las numerarias y directora del Centro.. Comencé a preocuparme de mí misma, de mi entorno, de empezar una nueva vida. Y fué lo que hice, entré nuevamente a la Universidad, me dejé llevar por mi verdadera vocación profesional (como maestra de escuela), me acerqué más a mi familia de sangre, retomé viejas amistades y traté mi depresión. Sin embargo, pese a ello, siento un gran vacío en mi corazón, un vacío infinito, el que no todos comprenderían, pues es obvio que, cuando se deja el Opus Dei, es para siempre, sin marcha atrás. Siento que este vacío lo puedo llenar retornando a La Obra, retornando a mi labor, más que como cristiana, como supernumeraria. E, independiente de comentarios externos, ya lo tengo decidido.

    Sin embargo, ahora viene mi más grande pregunta, "la pregunta del millón", mi miedo máximo... Si dejé La Obra hace poco más de un año y no renové, ¿es posible que pueda regresar?, si soy sincera y les relato lo mismo que a vosotros, ¿serán comprensivas?, ¿el Gobierno Local tomará en cuenta mi situación y fallará a mi favor?, ¿tomarán en cuenta que mi vocación es suprema?, ¿entenderán que mi inmadurez y depresión impidieron que continuara en el camino?.

     Había pensado en asistir a otro centro, empezar de nuevo, pero, no sé, me es difícil, tal vez sea mejor ir al mismo.

     Agradecería fielmente, sus consejos y experiencias cercanas respecto a esto.

     Saludos.

     PsicoEvelyn.

Querida Mariapeza, en gran parte estoy de acuerdo con lo que dices pero me gustaría acotar algunas ideas o dar algunas razones para que no parezca que aquí solo se escribe por rencor.

El rencor hace daño sobre todo a quien lo tiene y yo -como tú- siento que algunos escritos de esta página tengan esa componente pero -a veces- uno puede confundir una queja o el simple contar una historia vivida … con el rencor y son cosas tan distintas como la gimnasia y la magnesia.

En primer lugar cada uno cuenta las cosas según le ha ido en la feria: si la Befana o Santa Klaus solo te han traido carbón o principalmente carbón, es dificil poder hablar bien de ellos. Si alguien cuenta que en la Navidad de tal año sus Magas Majestades le dejaron como regalo un miserable carbón hay que quedarse con el dato (los datos se comprueban, no se discuten). Esa persona sólo cuenta el dato y los demás no podemos saber si lo cuenta con rencor o lo ve como un aporte energético muy interesante, solo cuenta lo que él ha vivido y cómo lo ha sentido.

Me resulta dificil creer que la Befana sea una lesbica toxicodependiente, Melchor miembro de un grupo neonazi, Gaspar ex-miembro de las juventudes maoistas, Baltasar de Black Panther, santa Klaus un gordo seboso explotador de mano de obra infantil (no son duendes los que trabajan para él sino pobres niños de la India) y el Viejito Pascuero exponente de una oligarquía explotadora de pueblos indígenas mapuches y pehuenches.

Es dificil creer eso. Es imposible que ese grupo de personajes hagan todo mal, es imposible metafísicamente hablando ... como lo es el que todo lo hagan perfecto. Ni una cosa ni la otra.

A veces, en algún escrito de esta página puede parecer que se defiende la idea de que todo, todo, todo en la obra está mal y en esos casos me gustaría saber cómo ha sido la “despedida” del autor. Puede ser que su salida haya ido acompañada de una buena dosis de patadas en los ojos y, en esas condiciones, es difícil ver nada bueno del grupito de benefactores. En realidad es casi imposible ver nada hasta que baje la hinchazón de los ojos.

Personalmente Babo Natale y sus Majestades me han tratado bien, reconozco que entre los regalos ha habido algún que otro carbón pero que la suma final me resulta positiva (positiva para mí, lo que no constituye regla general). Pero esta suma final solo he podido hacerla años después, cuando los hematomas de los ojos han bajado y he podido ver mejor.

Lo que no perdono a ese grupo laboral -y creo que en todos los escritos de esta página de una u otra forma sale a la luz- es la gran DESILUSIÓN que me han provocado. De alguna manera casi todos nosotros nos pusimos a colaborar con ellos por una serie de ideales, con un entusiasmo generalizado por mejorar el mundo, por arreglar cantidad de problemas, por … ¿quién no recuerda en su infancia el entusiasmo y los nervios de la noche del 5 al 6 de enero esperando a los Magos?

Ese entusiasmo se te viene abajo cuando descubres que la Befana fue popularizada por Benito Mussolini en un intento de “italianizar” la navidad, que el Viejito Pascuero son tus progenitores (con todo el respeto por ellos) y que los regalos de los Magos han sido preparados incluso con la colaboración de tu hermano mayor (es mi caso) … la gran desilusión de que no sean lo que decían que eran. Esa es la tónica general de estos escritos: la desilusión de descubrir que la realidad no era eso a lo que yo me apunté.

No creo que esta página tenga la finalidad de hacer cambiar nada en la obra, pues los IN que nos leen me parece que les resulta difícil aceptar que los datos que se aportan son reales y si así fuera es bienvenida esta consecuencia para que eviten en otros lo que hemos aguantado algunos. Creo, mas bien, que esta posibilidad de contar lo que hemos vivido (cada cual lo que le ha tocado), nos ayuda a nosotros mismos al saber que muchos de los que nos leen nos entienden, eso basta para sentirse mejor. No es rencor es actividad terapéutica y si funciona bien, hará que baje la hinchazón de los ojos y que -con el tiempo- podamos ver tanto lo malo como lo bueno que vivimos.

En definitiva, no veas en todo amargura o resentimiento sino un lamento igual al que en 1931 hicieron un par de locos (Ortega y Gasset) cuando dijeron «¡No es eso, no es eso!».

Zartan

Hola Calypso!!

He leído tu mensaje. Te entiendo perfectamente.

Es dificil salir, saltar al vacío con toda la presión que se viene encima en cuanto planteas algo parecido a irse del Opus. Mi consejo va a la par de mi experiencia, no puedo aconsejarte sobre lo que no sé.

Yo fui del Opus Dei durante algo más de 13 años como nax. El día que vi claro que Dios no me quería allí dentro fué el día que empecé a dudar de todo, incluso de ser capaz de subsistir si salía de ahí. Pero tenía claro que era mejor irme que seguir viviendo mediocremente bien.

Lo primero que hice fué decirle a mi familia que quería irme de allí, me dijeron que lo recogiera todo y me fuera. Pero yo quería hacer las cosas "bien" y aún tardé unos meses en poder hacer las maletas después de haber hablado con todas las directoras y directores posibles. Fué un jugar a marear por su parte que me dejó aún más claro que aquello era lo que yo no quería para mi vida y Dios no iba a permitirlo.

Cuando me fuí no tenía dinero, ni trabajo, ni amigos, ni idea de la vida "real". Me sentía un poco como un marciano conquistando un planeta nuevo. Ahora después de unos pocos años (menos de 5) he tenido un trabajo que perdí por culpa de la maldita crisis y ahora estoy en el paro. Pero es mi paro, es real. Voy conociendo a gente, voy haciendo amigos. Tengo algo de dinerillo, aunque no voy sobrada. Y tengo un novio fantástico que me está ayudando mucho. Por tanto, es posible vivir. Da miedo, si. Pero es mejor. No te voy a decir lo que tienes que hacer, eso lo tienes que decidir tu. Pero lo que decidas llévalo adelante y como dice San Agustín: ama y haz lo que quieras.

Un abrazo muy fuerte.
petra

Un pequeño análisis de estadísticas nos permite enterarnos de lo que le interesa a la gente sobre el Opus Dei.

Aquí va la estadística de palabras usadas en buscadores para el sitio http://www.opus-info.org. Se puede ver que el tema de sectas, libros prohibidos y normas interesa bastante a la gente:

Leer artículo completo

Queridos Orejas y lectores de Opuslibros,

Gracias a Dios, yo también me fui. Fui numerario durante diecisiete años. La salida y la desintoxicación me han llevado bastante tiempo y, creo, todavía estoy condicionado por el hecho de haber sido “de casa” durante tanto tiempo.

Hace ya un año que leo los escritos y los documentos que colgáis en esta página web y quería, sencillamente, agradeceros que lo estéis haciendo. Me han ayudado enormemente a profundizar en los qués y en los porqués de mi propia vida dentro del Opus y, sobre todo, de mi propia salida. En otras palabras, he racionalizado un proceso que para mí fue, sobre todo, emocional y que, para empezar a curarse, necesitaba de mucha reflexión.

El primer testimonio que me impactó profundamente fue el de Maria del Carmen Tapia. Su libro “Tras el Umbral” rezuma autenticidad en cada párrafo. Relata sencillamente los sentimientos que todos los que hemos sido del Opus hemos tenido, aunque su caso sea tan extraordinario por tratarse de una de las primeras y por haber conocido tan de cerca al Fundador. Precisamente por eso, la forma en la que Escrivá la echó, el calvario por el que le hizo pasar y, luego, el olvido y el vacío unido a la difamación que tuvo que sufrir, son, en conjunto, desmitificadores del Opus y de su Fundador.

El último escrito que me ha gustado mucho es el de “limonero”. Las serenas, meditadas y profundas reflexiones sobre la “praxis” del Opus vividas por la autora van al núcleo del problema. Como ella dice, harían bien los directores y directoras, los consejos y asesorías, en leer atentamente su testimonio para enterarse de por qué nos hemos ido tantos.

Entre el primero y el último, ha habido muchos escritos en esta página que me han ayudado. Por eso, de nuevo, gracias a todos.

Francisco2

Querida Ana Azanza:

Tienes razón en lo que dices de la responsabilidad de los directores. Me retracto de lo que dije y aclaro: creo que todos aquellos que, conscientemente, cooperan con sus dobles verdades o sus mentiras a la manipulación institucional de las personas, son tan responsables como el que las diseñó. Creo que el dolor que se manifiesta en tus escritos nos debería hacer reflexionar a todos los que leemos esta página para no seguir colaborando, ni directa ni indirectamente, con una organización que miente sistemáticamente, que se mueve en los terrenos de la simulación, de la manipulación mental y del secreto con el que se proscribe y margina a las personas.

Me quiero referir también a la forma en que manipulan las mentes llevándolas al siquiatra. En México, hace algunos años, era tal la patología mental que se había producido entre muchos (muchos) numerarios que enviaron a un numerario médico a estudiar su doctorado en la cuarta planta de la clínica de Navarra, donde tienen a todos lo que se han vuelto locos por el sistema opus. Regresó muy estudiado y sabio, pero precisamente por eso y porque, además, es muy inteligente, se salió de la obra cuando vio la forma en que las personas eran manipuladas desde las cúpulas de la jerarquía mexicana del opus. 

No puede ser sino práctica sectaria aquella que intenta zanjar los problemas institucionales enviando a sus miembros al siquiatra para que los empastille y los tenga quietecitos en un rincón obscuro de alguno de sus lúgubres centros de mayores. En México, capital, hay un montón de numerarios neuróticos y con una enfermedad de moda que se llama depresión bipolar. Muchos -nadie me lo puede negar- toman pastillas antisicóticas, ansiolíticos, somníferos y un sinfín de barbitúricos para mantener artificialmente el ánimo de seguir en la obra. A mi me las hicieron tomar cuando me llevaron con un médico judío de Polanco, quien hizo su fortuna cuando descubrió la veta de la sicopatología numeraril. Las tomé tres días y al ver que se menguaba mi vida, las dejé de tomar. A las tres semanas el directorcito que me había enviado al siquiatra me dijo: "Que bien te han sentado los medicamentos de Otero (así se apellidaba el charlatán)", y no dijo nada ante mi respuesta: "Creo -le dije- que no son los barbitúricos, pues los tiré al cesto de basura hace tres semanas". El entonces director de estudios de la Comisión, un abogado obsesivo a más no poder, en mancuerna con el entonces defensor (que ahora yace en su centro de Monterrey absolutamente deprimido) se encargaron de enviar a muchos otros con el chamán judío, quien los empastilló, los mandó a la banca y ahí siguen o ya se fueron.

¡Qué triste es el Opus Dei! o ¿alguien me dirá que es alegre y que la mayoría de los numerarios mexicanos se ven felices e íntegros? ¿alguien me puede negar que la tónica general de sus microambientes en los "centros de mayores" es triste y no se le antoja a nadie? Una de las principales causas de esa triste situación es la neurosis que padecen muchos numerarios. Y es que, aunque tomen pastillas, con que piensen un poquito, se verán asaltados por las dudas más profundas sobre la artificialidad de sus vidas. 

Castalio.    

Leo con detenimiento y atención el escrito de V.L.H., que fue numeraria auxiliar en la delegación de Guadalajara (México), y no me queda sino confirmar una vez más que, además de los problemas morales que el opus mexicano tiene respecto a la manipulación de la vocación al celibato, tiene el gravísimo problema que nos aqueja en muchos otros aspectos en este país, a saber: la imprudencia y la ignorancia de los que gobiernan.

Todo lo que dice esta mujer refleja especialmente que los numerarios y numerarias de México, son en su mayoría, personas pragmáticas y profundamente ignorantes de las cuestiones humanas. Creen que por leer tres libros de novelitas ligeras y cuatro artículos de Istmo o de sus escritos endógenos de Navarra, están capacitados para gobernar. No tienen criterio ni capacidad de discernir las diversas situaciones y lugares. Es lo mismo que sucede con nuestros gobiernos de derecha, izquierda y centro, en los que la ignorancia campea y se refleja en la estrechez de miras y la poquedad de ánimo. Los directores se hacen pequeños (a la medida de un opus tropical) y lo peor de todo es que quieren hacer del mismo tamaño a sus hermanitos y hermanitas.

Pues que Dios les de luces, aunque a decir verdad, no creo que les de luces a los que no abren puertas y ventanas para que entre la luz, es decir, a los que creen que saben y no saben nada, a los que dicen tener gracia de Estado y no son más que unos perfectos ignorantes y soberbios. Nomás hay que ver quién es el delegado de monseñor Echevarría en México para corroborar que viven de la apariencia y la ignorancia encubierta o revestida de Filosofía y buen criterio. Necedad.

Hasta la próxima. 

Castalio 

Hola Israel:

                Mientras estaba leyendo tu escrito, recordaba que aunque  lo que dices parece mentira es verdad. Estoy completamente seguro que el agregado que trabajaba en un colegio relacionado con la Obra ha sido despedido de forma engañosa y fraudulenta sin compensarle economicamente por el trabajo realizado.

                 La Obra de Dios en cuanto hay dinero por medio pierde los papeles y se muestra tal como es: egoista, manipuladora, ladrona, engañosa, despótica y clasista. Puede que sea Obra de dios, pero de qué Dios, una especie de banquero moderno que se queda con el dinero de sus clientes. Si alguien quiere saber realmente cómo es el Opus Dei, que no piense en rosarios, misas y bendiciones, que plante el tema dinero y tocará la columna vertebral de la Obra. Lo espiritual está muy bien para el público, sirve de reclamo, pero el " money "es lo importante. Con dinero se tiene influencia social, se pueden hacer grandes cosas que den más prestigio, e incluso pagando San Pedro canta.

                Esto de la Iglesia de los pobres es de chiste, los pobres huelen mal, y sólo dan problemas. Los ricos usan buenos perfumes, su compañía es agradable y parece que Dios los quiere más, así que ya está bien de tonterías.

                 Este agregado se creyó que la Obra era su familia, y realmente un agregado en la Obra es una porquería, mano de obra barata, a la que no se tiene ninguna consideración. Unicamente las personas que conocen todos los chanchullos de la Obra son mimados por ella, o quienes por dinero o posición tengan influencia; pero un agregadillo es alguien sin peso a quien se puede usar y tirar.

                 Yo viví una experiencia semejante, aunque les salió mal, porque los denuncie a la Inspección de trabajo; pero también me dijeron que dejara mi puesto laboral en una obra corporativa para ir a buscar trabajo. No me fie, y les dije que trabajo ya tenía, eran ellos los que me echaban, que me lo buscaran ellos, yo no tenía que ir a ningún sitio. Se portaron como unos cerdos, que es lo que son los famosos directores con gracia de estado.

                  Un saludo. Anima a este hombre y animale a que denuncie lo ocurrido al obispo, a las autoridades competentes, e incluso que envie una carta al papa.

                   Rocaberti

Si el Opus dice que no tiene nada que ver con la película sobre el fundador, tal y como lo explica en la nota interna que envió a todas sus oficinas de la AOP (Apostolado de la Opinión Pública) para adoctrinarles sobre lo que había que decir cuando se les preguntara, ¿por qué el sacerdote John Wauck, miembro del Opus Dei, asesora a pie de rodaje, a Roland Joffé (el director de la película)?

¡Cuánta mentira rodea siempre al Opus y a todo lo que hacen o dicen!

Envío un artículo de prensa.

Saludos,

Pablo

Fuente: Clarín, 22 de agosto de 2009

"THERE BE DRAGONS"

¿La respuesta del Opus Dei?

Entre los heridos y los escombros camina un cura, siempre sonriente, que observa el paisaje con atención. No es un extra cuidadosamente caracterizado, sino el Padre John Wauck, el miembro del Opus Dei que asesora a Roland Joffé en los detalles religiosos del filme. Se trata de un sacerdote estadounidense que vive en la sede central del Opus, en Roma, y que da clases de Literatura y Fe cristiana en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, el establecimiento educativo que fundó hace 25 años esa organización.

Wauck es conocido, sobre todo, por su blog. En davincicode-opusdei.com promete: "Conozca la verdad sobre El Código Da Vinci y el Opus Dei". Se sabe que el libro de Dan Brown, que luego fue película de Ron Howard, provocó polémica dentro de la Iglesia Católica y hasta algunos de sus miembros llamaron directamente a boicotearlo. En el blog comenta, por ejemplo, el caso de un joven que apuñaló a un sacerdote, supuestamente por estar fanatizado por la novela, y pide una plegaria por el sacerdote y también por Dan Brown.

Es que algunos dicen que There Be Dragons es la respuesta del Opus Dei a El Código Da Vinci. Joffé empieza por negarlo. "Mucha gente puede pensar eso, pero no es nuestra intención", dice, para continuar: "Creo que con cierta ignorancia y estupidez El Código Da Vinci construyó un personaje muy cliché como el del monje diciendo que pertenece al Opus Dei. La película usa el simbolismo religioso para confundir a la gente. La nuestra tal vez sea una respuesta en el sentido que se toma la religión bastante en serio."

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