CORRESPONDENCIA

Viernes, 26 de Septiembre de 2008

AVISO

Se ha actualizado Opuslibros durante la mañana, bastante antes de lo habitual. No se podrán colocar hoy viernes los envíos y correos que lleguen a partir de las 13.00 (de Madrid). Se publicarán el lunes próximo.

Buen fin de semana!!

Agustina

Una numeraria mayor que ahora ya descansa en paz me contó una vez lo siguiente:

“Hace muchos, muchísimos años, llegaron a México las primeras numerarias que iban a iniciar la labor en este país. El camino lo habían abierto nuestros hermanos y nos esperaba ya un selecto grupo de mujeres que nos recibió con gran cariño y se volcó con nosotras.

Una persona amiga había dejado a la Obra una hacienda llamada Montefalco, en el estado de Morelos, con la condición de que se realizara en ella una labor de ayuda y promoción de los campesinos de la zona; pronto iniciamos allí clases de cultura, economía doméstica, cocina, para las “inditas”. En Noticias (la revista interna) casi cada mes salía un artículo sobre Montefalco, o anécdotas de aquella gente sencilla y muy pobre.

Los edificios de la finca estaban en ruina y había que reconstruirlos, o sea que empezamos a pedir dinero a las supernumerarias y a las cooperadoras para este proyecto. La gente de México es muy buena y muy generosa, y el dinero afluyó en abundancia, cada mes conseguíamos unas cantidades muy importantes...

Pero ese dinero no se empleó en la reconstrucción de Montefalco, se enviaba íntegro a Roma para financiar las obras de la Casa Central del Opus Dei. Y esto fue así durante bastantes años. Yo, al principio, tenía remordimientos de conciencia porque me parecía que estábamos mintiendo a estas personas y traicionando su generosidad, pero acallaron mis escrúpulos diciendo que el Padre lo quería así y había que obedecerle.

Tardamos casi diez años en empezar las obras de Montefalco, cuando la Casa Central estuvo totalmente acabada”.

Me gustaría decir “y colorín, colorado, este cuento se ha acabado”, pero esto no es un cuento, es historia.

Anna Calzada

Estamos mi esposa (Linda) y mi hijo Javier, él es el mayor luego viene otro (Eduardo). Tenemos una vida muy feliz.

Fui numerario, pité en Quito, en 1969 a los 14 y medio, luego vivi en Guayaquil desde 1974 hasta 1984 en que me fuí... a la libertad interior y exterior.

Fui "chico de San Rafael" con asistencia asidua al club grumete y actividades diarias en la Residencia Ilinizas desde los 12 años...

Un abrazo,

Javier Tibau Iturralde, Medico, 54 años.

Nick: Javo

Hola a todos,

 Desde hace unos días le vengo dando vueltas en la cabeza a uno de los últimos escritos/ provocaciones de Morgana, y estas son las conclusiones preliminares a las que he llegado:

Es cierto que la mayoría de los miembros del Opus Dei (y miembras, para los españoles...), se incorporaron a la institución por Amor. Por amor a Dios. Eso está bien, pero quizás el problema estriba en la inmadurez de la mayoría de los miembros a la hora de pedir la admisión, y por lo tanto su inmadurez a la hora de entender qué es eso del amor.

Que nadie se dé por ofendido por favor, todos pasamos por etapas de inmadurez en todos los campos, y lo más normal del mundo es que cuando uno tiene entre 15 y 20 años sea afectivamente inmaduro. Lo contrario es la excepción. Y cuando estableces una relación de amor desde la inmadurez, la forma de relacionarte con la persona amada, las pautas que establecéis en la relación, son inmaduras...

Paseando tontamente por la red tropiezo con Opuslibros, meto la nariz en algunos artículos y mi cabeza casi estalla al revivir sensaciones, emociones y recuerdos que pretendía enterrados, desintegrados, absolutamente borrados de mi memoria.

Como casi todos los participantes sois “ex”, no he resistido la tentación de poneros estas líneas, como una aportación desde otro punto de vista, el de un chaval –ahora ya cincuentón- que no da gracias a Dios por haber salido, sino por no haber  entrado. Esta es mi historia con el opus:

Mi padre dirigía la industria familiar. En su inquietud por renovar y modernizar la empresa conoció IESE y quedó absolutamente fascinado por sus métodos y personas. Una cosa llevó a la otra y al poco mis padres se convirtieron en supernumerarios, la empresa contrató a un gerente numerario del opus y los chicos fuimos inscritos en un nuevo colegio –muy anglosajón, al estilo IESE- que se creó en las cercanías de Barcelona...

La foto de la paella del año pasado, que la buena de Carmen-Charo amenazaba con publicar -en plan santa coacción-:

Y mi foto para Quiénes somos:

José antonio Germán, con mi esposa
Nick: José Antonio
Numerario de 1977 a 1981
Murcia, España

Martina, te agradezco muchísimo el montón de granos de arena que has aportado para desenmascarar en Argentina a Enrique Rojas (1). Muchas gracias por tu solidaridad. Te diría muchas cosas, pero hoy no puedo decirlas. Estoy de “bajón”.

Llevo luchando 11 años para que se investigue que ha podido ocurrir a otras personas a las que como a mí, Enrique Rojas hubiera querido internar sin justificación alguna y sólo por un móvil ajeno a una enfermedad psiquiátrica (económico, de las 500 vocaciones o por lo que fuere)...

MI TESTIMONIO: OTRO MUNDO ES POSIBLE AL MARGEN DEL OPUS DEI

(Para quienes estando dentro no renuncian a pensar por sí mismos)

Humberto, 23 de septiembre de 2008.

Me marché de la Obra después de muchos años dentro. He tenido la oportunidad de leer bastantes testimonios publicados en esta página y diversos artículos de fondo que analizan con precisión los males que aquejan a esta institución de la Iglesia. Con algunos de los escritos se me han saltado las lágrimas: tienen la autenticidad, la fuerza y el dramatismo de lo vivido. Otros me han confirmado lo que ya sabía o sospechaba. Los hay llenos de humor, divertidos. No han faltado tampoco los que transmiten paz, una paz que brota de la verdad, de la verdad que libera. Y muchos de ellos tienen todos los ingredientes juntos.

Los problemas y abusos están tan bien descritos en algunos de los artículos y testimonios que por mucho que me empeñara no podría añadir nada más ni explicar mejor las cosas. Por eso nunca había pensado escribir en esta página. Hay algo que me ha movido, sin embargo, a hacerlo: la lectura de algunos escritos de personas que están dentro y relatan sus perplejidades, desconciertos y dolores, así como las respuestas que dichos escritos han ido generando en unos y otros...

Pericoperro:

He investigado más sobre la licencia de conducir en México. Como te decía en mi otro envío, en México no es taaan necesario presentar exámenes para obtenerlo. Hasta 1997, en que se cambió la ley de tránsito, se requería de los siguientes documentos para obtener dicha licencia:

Identificación Oficial (mexicana)

Comprobante de domicilio (en méxico)

4 fotografías tamaño infantil, de frente y recientes.

En el caso de extranjeros, presentar el documento FM3 (de residencia en el país)

Te puedo garantizar que las licencias de d. Alvaro y de d. Javier, son ilegales. En primer lugar, porque difícilmente habrían podido tener todos los documentos que se solicitaban. En segundo lugar, por que en México, la licencia de conducir es válida como identificación oficial, por lo que debe tener firma y huella digital, y ésto debe hacerse ante el encargado de la oficina expedidora del documento (la firma y la huella).

En cuanto a las trampas de Alberto P.: Ni se te ocurra mencionarlo en el opus dei sucursal México. Ahora es Don Alberto, sacerdote rectísimo, y todo el mundo te juraría sobre la Biblia que es el hombre más santo del mundo. Si buscas en el AGN (Archivo General de Notarías de México), o hablas con algún notario contemporáneo de él -si es que aún vive alguno-, te podrás enterar de cosas interesantísimas sobre algunos asuntos de la Notaría 48 de México D.F.

Besos

Hola a todos:

No cabe duda de que si en algo son expertos en el opusdei es en que tienen unas técnicas infalibles para convencer, manipular, enrevesar, acomodar y fanatizar hasta al más pintado.

Ya alguna vez conté que a mi me "atraparon" desde muy jóven, tenía 17 años. A pesar de que nunca fui a colegios de la obra, una amiga me invitó a un club, y rápidamente me atraparon con sus redes. ¿Por que me convencieron?, quizá por que era una estúpida idealista y se imaginaron que podrían moldearme a su gusto. Desde el principio todas me veían vocación de numeraria, y así me trajeron durante un largo período. Se convencieron de que no servía para eso cuando la directora de san rafael  de plano, me lo planteó directamente y yo, directamente le dije que para nada iba a ser numeraria. ¡nunca! porque yo tenía claro que me iba a casar y a tener hijos, y que nada más pensar en vivir en una casa con puras mujeres me enfermaba, después me dijo que si me había planteado el ser supernumeraria, y ahí voy yo con toda mi bocota a decirle que eso podría ser que si, pero lo de numeraria, para nada. A la semana siguiente me estaba esperándo la buena mujer para que hiciera yo la famosa carta. Recuerdo el día perfectamente bien, por que llovía muchísimo y yo tenía prisa por llegar de vuelta a mi casa pues al día siguiente tenía un exámen muy difícil en la facultad. La conversación fue así:

DIRE: - Ya que 'viste' tu vocación para supernumeraria, yo creo que deberías de escribir la carta

SALY: - ¿A que hora ví la vocación? -creo que puse cara de idiota-

DIRE: - La última vez que hablamos me dijiste que querías ser supernumeraria, en todo caso, el consejo local está de acuerdo y hoy puedes escribir tu carta.

Me arrastró a un despachito en el cual había una mesita, dos sillas una Imágen de La Virgen y recuerdo perfectamente que había un cuadro horroroso de un jarrón de flores. Me dió papel y una pluma, y me dijo que estaba para lo que se me ofreciése. Le dije que mejor escribía la carta en mi casa cuando estuviése más tranquila y que se la traería al día siguiente. Me echo una mirada de 'ésta está tonta' me dijo que me animara a escribirla de un tirón con lo que me saliera del corazón, y ahí me tienen, no se me ocurría qué escribir. El caso es que esta directora decidió que mejor me dictaba la carta, utilizándo palabras y frases completas que nunca han formado parte de mi manera de expresarme, me hizo firmarla y casi puedo jurar que oí salir de ella un suspiro, como si dijera: ¡por fin!. Cuando salí del despachito unas que estaban ahí cerca me abrazaron y me felicitaton y me dijeron: Pax! (ya luego me iba a ir enterando de la cantidad de palabras-clave, usos y costumbres y demás peculiaridades). Ahora estoy casi segura, de que las directora ya habían decidido mi vocación, ya habían decidido el día de mi pitaje y hasta las palabras que debía haber en mi carta de admisión estaban decididas de antemano. 

Hoy, puedo decir con toda la sinceridad, que me pescaron como si hubiese sido una trucha atarantada. Iba al club por que me gustaba tocar la guitarra, y cantar, y las clases de baile, y me caían muy bién las otras que iban. Vengo de una familia católica, pero bastante liberal. Mis padres nos dieron una educación en la, fé buena, pero no extremista. Mi papá siempre ha sido muy respetuoso con la piedad de cada persona y mi mamá es muy liberal en cuanto a que cada quien debe de tratar a Dios como se le dé su gana. A esa edad mi proyecto de vida era muy sencillo: Terminar la licenciatura, encontrar un buen hombre y tener hijos, puede que no fuese muy ambiciosa, pero a los 19 años es difícil concentrarse en otras cosas. Santificarse en medio del mundo, me parecía, tanto como ahora, la meta normal de cualquier cristiano común y corriente. Entiéndo el porqué el opus dei trabaja principalmente con gente jóven: tienen muchos pájaros en la cabeza aún, como para poder razonar con ecuanimidad y sentido común. De esa inexperiencia se valen para atraer tanto incauto.

En cuanto a las que pitan ya más grandes, por experiencia sé que es por alguna de éstas razones: a) por estar demasiado solas; b) por no haberle encontrado sentido a sus vidas; c) por tener algún estatus; d) por tener algo nuevo que hacer, Etc..... -cada quien puede aportar lo que se le ocurra-. Yo creo que no se necesita ser del opus dei para alcanzar la santidad, por que de ser así no habría mas que un santo en el cielo "San Fundador Pbro. Monseñor Josemaría E de B y A Marqués de Peralta" y hasta donde yo sé, hay miles de santos que nunca fueron 'de casa' y seguirá habiéndolos.

Una vez platicándo de las canonizaciones -acababa de ser la de monseñor- con una numeraria de las muuuuy mayores, le comenté que me parecía extraño que con tanto tiempo que llevaban muertos Isidoro y Montse, no se hubiese alcanzado mucho en cuanto a sus causas de beatificación, en cambio, la del padrecito éste, había sido meteórica. Por nada y me mata, me echó mirada de numeraria miura (se ve que es espiritualmente genético ésto de la mirada de miura en el opus dei) y me dijo´: El padre antes que los hijos, y entiénde bién que las canonizaciones son carísimas (...?...). Ahora me doy cuenta con profunda tristeza, que el opus dei santifica a sus miembros siempre y cuando: seas el padre, o tengas el suficiente dinero para  presentar testimonios de la heroicidad de tus virtudes. Los demás miembros de la institución, deberán conformarse, con ser de los que se festejan el 1º de noviembre, y eso, si es que alcanzan la santidad, pero a olvidarse de estampitas con foto y oración. Eso es nada más para los elegidos ¡por que es caríííísimo! - y la familia es pobre y numerosa-.

Otro día hablaré de la familia pobre y numerosa y de la madre guapa, mientras tanto, les mando abrazos a todos con mucho cariño

Salypimienta.

Para Morgana:

Te voy a hacer caso y a partir de ahora no te voy a leer más, porque después de tu último escrito, el aburrimiento a llegado a tal punto que ya he perdido hasta la curiosidad por saber que es lo que pretendes.

No sé si lo que quieres es adoctrinarnos, lo que sería absurdo porque el adoctrinamiento del opus ya lo sufrimos la mayoría de los que nos acercamos a opuslibros, o como dice emeve  te han encargado hacer apostolado de la opinión pública, o no solo eres una opusina, sino que formas parte de alguna estrategia, pero te lo vuelvo a repetir por si no te ha quedado claro ME ABURRES MUCHO y ya ni siquiera me divierte contestarte por lo que a partir de ahora voy a dedicar mis energías a otros menesteres.

Para Jose J:

Estimado José; Una de las grandes mentiras del opus es la supuesta vocación (no se sabe muy bien a que), y cuando te han inculcado que la tienes también te dan a entender que formas parte de una élite dentro de la Iglesia Católica, pero si decides irte o consideran que no sirves (normalmente por enfermedad o porque no eres rentable económicamente) pasas a formar parte de una lista negra dentro de la organización.

Pero cuando dejas de pertenecer a la prelatura, por supuesto que no dejas de ser católico, igual que ocurre cuando cualquier persona deja de pertenecer a una orden religiosa e incluso cuando un sacerdote se seculariza (cuelga los hábitos). Como muy bien debes saber, pasas a formar parte de la Iglesia Católica en el momento que recibes el sacramento del bautismo y si no te excomulgan (y solo el Papa de Roma puede excomulgar) o apostatas, formas parte de ella de por vida.

Otra cosa, es que algunas personas como es mi caso en concreto decidamos dejar de pertenecer a la Iglesia Cristiana, Católica, Apostólica y Romana por deseo propio aunque los trámites para apostatar se conviertan en la mayoría de los casos en un calvario, y no es porque haya perdido la Fé en Dios, aunque si en la Iglesia Católica, no creo en sus dogmas y por tanto considero absurdo e incongruente seguir perteneciendo a ella.

Te deseo lo mejor en los carmelitas si como parece has elegido libremente y con plena conciencia formar parte de la orden.

Con afecto:

Luis

Posdata: Cuando envié mi foto para quienes somos, olvidé poner mi nombre completo que es: Luis González Palenzuela.

Nota de Agustina.- Querido Luis, ya está puesto tu nombre completo. Un abrazo!

REPORTAJE: 56º Festival de San Sebastián

Los monstruos imponen el 'Camino'

Javier Fesser firma un retrato del Opus Dei que horroriza pero cuya fuerza convence

EL PAÍS - CARLOS BOYERO 26/09/2008

Vi (o más gráficamente, sufrí) Camino en un pase hace dos semanas. En soledad, anhelando que terminara el calvario de la niña que la protagoniza, sintiéndome revuelto en cuerpo y alma. Cuando me preguntan que si me ha gustado, descubro que el término gustar puede ser completamente inapropiado, incluso frívolo para juzgarla. Me horroriza el universo que describe Javier Fesser e imagino que ése era su propósito al desarrollar esta historia de terror, de monstruos manipulando el intolerable dolor de una criatura letalmente enferma, ofreciendo su inmolación con infinita crueldad a un dios desconocido. En mi caso, el director ha conseguido hacerme pasar dos horas infernales, que desvíe la mirada de la pantalla, que pasado el tiempo mantenga en la retina y en el oído la cara y la voz de esa niña, el estupor y el asco hacia la secta de modales suaves, dialéctica meliflua, consignas implacables y fines salvajemente primitivos que la utilizan como sacrificio religioso. Es el precio sensitivo que tengo que pagar como espectador al ser testigo del funcionamiento, los mecanismos psicológicos, la metodología, el anverso y el reverso de los templos del fanatismo, sea éste en nombre de Alá, de Dios o de Satanás.

Supondría un alivio imaginar que lo que nos muestran es ficción, una narración sobre princesas desamparadas y villanos indestructibles que mancillan su inocencia y las obligan a corromperse, una batalla entre la luz y la oscuridad en la que forzosamente tiene que aparecer y triunfar el paladín del bien, una fábula convenientemente maniquea con tranquilizador o exaltante final feliz. No lo es. Hasta los habitantes del limbo saben que Javier Fesser está hablando de la Obra, de los principios, comportamientos, rituales, objetivos terrenales y celestiales de una organización religiosa que nunca ha descuidado el poder económico, político y social.

Berlanga nos hizo reír utilizando la sátira con personajes del Opus Dei en la espléndida La escopeta nacional. Esa novela tan eficaz en sus propósitos de comercialidad como chapuceramente escrita titulada El Código Da Vinci consiguió el desgarro de vestiduras y la inhabitual quejumbre pública de los discretos hijos espirituales de Escrivá de Balaguer. La embestida de Javier Fesser contra ellos no tiene formato de comedia ni de intriga, sino de tragedia. Aun más atroz porque las víctimas son niños. Una cría que es pura vida, utilizada como chivo expiatorio para la glorificación de la muerte y de la voluntad de Dios no ya por los mandarines de la secta sino por su propia, ciega y tenebrosa madre, y una hermana a la que estratégicamente lograron robotizar en la adolescencia, en la edad de la incertidumbre.

Sé lo que rechazo en este testimonio tan alarmantemente hermanado con la realidad. Me molesta la visualización machacante de los sueños y las pesadillas de la protagonista, las naturalistas secuencias del quirófano, un cura joven que resulta más caricaturesco que veraz, la excesiva y obsesiva utilización de la música, un desenlace inútilmente alargado. Me enamora demasiado esa cría maravillosa llamada Nerea Camacho como para distanciarme mínimamente de su tortura. Me creo lo que dicen los niños y cómo lo dicen. Me gusta la piedad de Fesser hacia ese padre débil, dubitativo, aterrado e impotente. Y me provocan mucha grima y miedo los apacibles verdugos. Si te obligan a elegir compañías indeseables entre las pavorosas sectas casi prefería a los simpáticos y siniestros ancianitos de La semilla del diablo. Y me entra el mal rollo cada vez que recuerdo Camino, lo cual me hace deducir que posee fuerza, que me ha tocado.

(Para Agustina y para los demás ... por ella)

¿Qué es más triste?

1. ¿Ser un miembro de tropa que entra de buena fe y cree que cuando sufre es por su soberbia?
2. ¿Ser un director que piensa que obedeciendo incluso los delitos y pecados son perdonados?
3. ¿Pensar que con dos consignas y clases de teología por correspondencia se puede convencer a seres racionales con experiencias de vida ricas y variadas?
4. ¿Haberse ido del opus y pensar que no tenemos deberes de caridad con las otras víctimas –ser un ex opus cool ?
5. ¿Haberse ido del opus, denunciar, desgastarse y ser el hazmerreír de los cobardes y cómplices?

No soy nadie, pero se lo he dicho a Agustina “no cualquiera podría hacer esto. Y lo digo en serio”.

Y te lo repito, Agustina, yo, no lo haría y no por miedo al opus que me dan exactamente lo mismo (así de joven e inconsciente soy), sino porque sicológicamente no podría hacerlo todo sola. Pero tú, tú sí puedes. Y ¿sabes qué? No sólo lo haces, sino que lo haces bien, sin erigirte en lideresa de nada, sin ataques de vanidad inútil, sin exigir que se te comprenda y se te siga ciegamente, sin ese airecito de “niños, yo lo sé todo y ustedes háganme caso”. No. Tú no eres así, tú sigues y sigues y te ríes de los dramas de los egos y te ríes de los insultos y sigues y sigues. Si no existieras tú, tendríamos que inventarnos una y creo que Quien te inventó, lo hizo genial.

Soy muy sincera cuando digo que yo Emevé, pienso que hay demasiada gente que lee opuslibros sobre quienes provoca decir “los ex no sirven de nada” y se aplica hasta para mi, porque es que yo no siento compromiso alguno con quienes (a su vez) no sienten compromiso alguno conmigo. Esto que hago (escribir) - a decir de alguna “lectora muda”- “hace mucho bien”- yo no lo creo. Hago bien, sí, pero no “mucho”. Me hago bien a mi y con eso he arreglado mi mundo… pero no podría (no tengo esa fortaleza que tienes, Agustina) hacer poco más.

Eso no quiere decir que lo que cuento sea mentira o que por escribir detrás de un nick me autorice a inventar idioteces (ponerse nombre de bruja del medioevo y tratar de contar una sarta de…bobadas, es el riesgo de los nicks, sí) porque está mi rostro allí, desde hace mucho y no lo quito porque doy la cara y ¿sabes qué? Ni aún así he hecho diferencia alguna, me han reconocido, me han escrito, he tomado café, he retomado amistades, pero no he salvado a nadie, no he cambiado vidas, no puedo, no es lo mío: eso es lo tuyo.

Sí, entiendo la soledad del héroe desde mi peculiar punto de vista (yo también me siento sola aunque mi lucha sea otra) y qué pena no poder hacer nada por cambiártela, es que es así Agustina. Sé que a ti no te gustan bobadas complacientes, pero yo no soy boba ni digo bobadas. Esto (opuslibros) sólo lo puede hacer una mujer como tú. Y si te empiezas a cansar… anda rezando para que Aquel se invente otra como tú, porque no conozco a nadie que te pueda reemplazar. Lo siento, eres especial y es por eso que sientes la soledad. Es así corazón… “sufrir y sufrir” jajajaja (lo siento es que Morgana es mi cómica favorita).

Y cuando te de la regalada gana de gritar a los cuatro vientos que estás harta de estar sola y de que la gente no se comprometa y se orine en los pantalones y de que gente adulta y aparentemente madura se haga pis pensando que les van a hacer daño (o lo que es más ridículo) que piensen que siendo justos y caritativos le “hacen daño a sus parientes de allí dentro”… escríbeme, que yo no te voy a decir “ánimo” (odio esa palabra), yo te voy a decir “saca todo lo que tengas dentro… grita… enójate…. Quéjate… que nada me gustará más que ser no tu oreja, sino el sitio aquel en donde uno va a arrojar lo que no sirve”. Cuando acabes de gritar, volverás a ser tú… y es que no lo digo por simpatizarte, lo digo porque ¡¡¡te necesito!!!!

Un beso a ti y saludos a todos…
Emevé

Nota de Agustina.- Querida Emevé, he estado a punto de no colocar tu escrito porque me ha dado la impresión de que voy camino de que me hagan una estampa con reliquia ;-). Agradezco tus palabras pero mi comentario del otro día, que no debí hacer, fue una tontería. Un mal día (o una mala noche) la tiene cualquiera. Y como dije, -se me pasaría pronto-, se pasó prontísimo. De paso doy por zanjado el tema de la nota porque aunque es verdad que valgo mucho (y soy simpática, lista, y estoy de buen ver -cosas éstas últimas que te has olvidado-), me siento incómoda por haber preocupado a muchas amigas y amigos. La próxima vez que me desahogue, te pediré hacer la charla mientras nos tomamos unos piscos :-) Un abrazo para ti y otro para tu hijo. 

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