CORRESPONDENCIA

Miércoles, 16 de Julio de 2008

Ayer martes, de madrugada, falleció el padre de Kaiser. Desde aquí le envío un abrazo muy fuerte y quiero que se sienta acompañado, con cariño, en estos momentos duros para él. También quería hacerlo público para quienes seáis amigos suyos y no conocíais la triste noticia.

Kaiser: un abrazo!

Agustina 

 NUMERARIA AUXILIAR DURANTE 35 AÑOS (25)

Maripaz, 16 de julio de 2008

Contaba en mi ultimo escrito que, al lado de mi cuarto, se oía llorar con la misma amargura que la mía, a una auxiliar que acababa de llegar de Roma donde habia pasado casi toda su vida. Pero no era ella sola, a veces escuchaba unos alaridos impresionantes de otra habitación al lado de la mia, que me ponían los pelos de punta... eran de otra auxiliar que segun me han contado sigue en la obra y a lo mejor ya no da los alaridos, pero muy bien me dicen que no anda.

Enfrente de mi ventana podia observar por el estado de la persiana, cómo estaba la auxiliar que alli vivía. La mayoría de los dias permanecía cerrada a cal y canto y con un silencio sepulcral. Pasaba dias enteros encerrada sin querer ver a nadie. Esta chica era muy joven y me impresionaba más si cabe.

Poco a poco, iban cayendo más en el mismo estado. A las directoras se les habia ido de las manos…

El otro día contaba cómo había llegado a mis manos el libro de Enrique Pérez Ames y que lo iba a leer.

Lo he leído y quiero hacer unos comentarios:

-         El libro presenta unas desgarradoras reflexiones de un hombre que lo dio todo, y todo lo perdió.

-         Un crítico que no sepa lo que esto se siente, podría decir que están hechas con resentimiento y quizá no se equivoque, pero es que el resentimiento es un rasgo de humanidad que Enrique nos regala, nos abre su alma y cuando entramos allí nos tenemos que quitar el gorro y los zapatos porque estamos pisando terreno sagrado.

-         Satur tiene razón en el prólogo cuando dice que Enrique es un gran hombre. Hay que leerlo para conocerlo.

-         Hay mucho dolor y muchas ganas de entender y mucha pena por el tiempo perdido y muchas reflexiones sinceras que me he hecho (que me hago) algunas veces sobre la iglesia y sobre Dios.

Quien quiera conocer un gran tipo, quien quiera visitar el terreno sagrado de su alma abierta y quien pueda compartir ese dolor que sólo quienes lo dimos todo entendemos… no debe perderse ese libro.

Ahora, hay otra cosa que quiero compartir. Le escribí a Enrique avisándole que iba a leer su libro y que había escrito en mi blog sobre el tema. Y me respondió diciéndome un montón de cosas que en realidad me emocionaron. Luego de unos días me volvió a escribir diciéndome: “Estoy recogiendo mis cosas para marcharme de esta residencia. Tus antiguos "amigos del Opus" siguen haciendo de las suyas”. Y me he quedado preocupada.

Voy a compartir lo que yo le respondí: “cuéntame cual es la ventaja de ganarse enemigos tan feos, si no hay "amigos" que te protejan. Eso es lo que a mi me detiene a veces”.

Y esto lo comparto con ustedes porque no es posible que haya gente como Enrique quemándose solos. Si uno abre la boca se expone a enemigos incansables y a críticas dolorosas… pero también ese exponerse sirve para que otros (como tú, lector “anónimo”) se sientan comprendidos y puedan “reconstruirse” más rápido y mejor.

Entonces, insto a que se inicie una campaña entre todos los ex opus que alguna vez hemos sabido lo que es el dolor de darlo todo y perderlo: Todo mundo a comprar el libro de Enrique (sí, que gane plata… ¡se lo merece!) y si no se puede comprar, a hacerle publicidad. Que esto no muera en silencio.

A lo mejor “gente ex opus VIP” pensarán que soy una idiota al hacer o decir estas cosas… pero enfrentémoslo, esas gentes siempre me han tratado como menor de edad y me han ignorado oficialmente, así que una raya más al tigre no hace diferencia. Además, yo les devuelvo favor con favor: yo también vivo feliz sin ustedes.

Y quien tenga oídos, que oiga.

Emevé

Nota de Agustina.- Para adquirir el libro de Enrique, estos son los datos:

PEDIDOS: al correo electrónico: enriquemolego@hotmail.com

PRECIO: 13,90 euros más gastos de envío.

Como advertencia previa, debo sentar que no es mi intención hacer que el todo (Studium Generale) coincida necesariamente con la parte (mi experiencia personal). Tampoco pretendo restar valor a las opiniones y vivencias diferentes o contrapuestas. Serán las cosas como son, pero yo las siento como son en mí. Y, según lo siento, así digo.

He cursado dos carreras universitarias, una de ciencias y otra de letras, obteniendo el grado de doctor. Ejerzo ambas. En los últimos veinte años he sido profesor en varias universidades españolas, públicas y privadas, habiendo realizado ciertas tareas de investigación, parte de las cuales fueron publicadas en su día. Hoy tengo hijos que estudian en la universidad. También he formado parte de algún que otro tribunal y de otros órganos institucionales universitarios. Nada del otro mundo. Forman legión los que tienen más y mejores méritos.

Además, he sido alumno del Studium Generale, si bien hace ya tiempo.

Cuando el Studium Generale y yo interactuábamos, nunca tuve la sensación de que fuese una cosa poco seria, ni de baja calidad, ni una farsa. Tampoco me pareció que la benevolencia de algunos tribunales perjudicara la justicia de su fallo. Pude apreciar que no todos los profesores tenían idénticas habilidades pedagógicas ni poseían igual inteligencia, ni ejercían una similar o única vocación investigadora.

En caso alguno encontré profesor que no supiere o que fuese un inútil. Tampoco me pareció malo el material docente, ni me hallé nunca ante un examen de chiste. Con temas plúmbeos he peleado toda mi vida, aunque los exponga la cátedra del mismo Sócrates o cualquiera de sus más aventajados discípulos.

Por todo ello, habida cuenta de que todo es mejorable -yo mismo también-, juzgo como buena la calidad universitaria del Studium Generale del Opus Dei, al menos del que yo conocí hace pocos lustros.

Lo siento así.

Mineru.-

En fin ya hace un tiempecito que no piso el ambiente "Opus Dei" y sinceramente gracias a Dios. Hoy me ha dado por acordarme que el año pasado en estas fechas estaría en el campo de trabajo con ellos, pero fué de lo último que hice con ellos y que socarrada salí.

Después de tanto tiempo y por fin empezar las vacaciones quisiera compartir con vosotros algunas cosas que me han venido a la cabeza. Esta vez me voy a centrar en sitios católicos opus dei y sitios católicos no opus dei.

Está claro que mi sitio es el segundo. Por qué. (perdón por mi desorden al escribir)

En primer lugar la gente, en la parroquia o en otros sitios en las que estoy metida, me siento querida, puedo ser yo sin encorsetarme. El cariño, la naturalidad de todas ellas, mi párroco que es un encanto, un sol, un ejemplo de buen cristiano, de buena persona, lo quiero al querer de la vida, no como los "señores de negro" del opus dei, lo mismo el párroco de la parroquia de al lado de la mía, con el que también tengo muy buen trato. Mi catequista que me ayuda pero que me deja ser yo, me deja "equivocarme",con una mezcla de formación y humanidad (la segunda para mí la más importante), de la gente con la que me crucé en el Opus Dei solo puedo decir de una sola persona eso. Además me cogieron con los brazos abiertos, con todo el cariño del mundo cuando me metí con "la cosa el batacazo" a ellos les debo tantas cosas. Del resto de los sitios pues lo mismo, aunque mi parroquia es especial.

En segundo lugar. La relación con Dios. mi relación con Dios no está hecha por una serie de normas, sino por lazos mucho más fuertes que me hacen ver la vida de otra manera. Dios no es alguien con el que te tienes que relacionar con normas de piedad, sino que hay afectividad implicada, alguien a quién te dan ganas de conocerlo más, aunque sea todo un misterio.

En tercer lugar. Crecimiento personal, las dos cosas anteriores, me empujan a crecer en muchos aspectos. En relación conmigo misma y con los demás, cosa que en "la cosa" salvo cosas puntuales no lo llegaron a hacer

En fin y que narices, gracias a vosotros, sois estupendos, vuestra página es una terapia muy buena.

Os quiere

Py

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