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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 30 de Julio de 2007



Mis dudas desde dentro.- Estrella

Hola,

Animada por "Busconavegando" que ha sido ayuda incondicional en una larga temporada me he lanzado a escribir este primer correo y a ver qué pasa. Soy numeraria del Opus Dei desde los 17 años. Mi nombre evidentemente no es Estrella, pero tampoco quiero dar demasiados datos en este primer email. En estos momentos soy una especie de "topo" y no querría que nadie de la Obra supiera que estoy escribiendo aquí.

Reconozco que antes me imponía un poco esta página porque leyéndola desde dentro parece imposible que haya tanta gente descontenta y defraudada por el Opus Dei. Yo he estado muchos años bien. Pero es cierto que llevo una temporada no tan bien. No sé definir bien mi estado interior ni cuáles son las cosas que han pasado, pero mentiría si no pensara que de vez en cuando se me viene todo encima, me entran muchísimas ganas de llorar y me parace un peso excesivo el que Dios me pide llevar.

Me costó pitar, es verdad. Tuve que dejar a un novio perfecto que todavía veo de vez en cuando y con el que me llevo estupendamente...de lejos, claro, aunque en estos últimos meses nos hayamos visto más por distintas circunstancias de la vida. Pero en aquel momento lo vi claro, tenía que hacerlo. ¿Presión? bueno, fui animada por disitintas personas pero creo que sí que había algo de Dios. Los primeros años fueron buenos, hasta que me fui al centro de estudios. En ese momento viví el mayor palo de mi vida, que fue la muerte de un familiar (sin concretar más, para no dar más datos) que marcaron un antes y un después en mi vida. Lo hubiese pasado igual de mal si no hubiese sido del Opus Dei, por supuesto, pero quizá en aquellos momentos me hubiese gustado tener más libertad de movimientos....El caso es que fueron unos años muy duros para mi, los más duros de mi, dento de lo que cabe, corta vida (que tengo veintitantos) y que todavía me cuesta aceptarlos. En la Obra siempre me han tratado bien,de eso no puedo quejarme. Lo que en aquellos momentos me costó más es que me cambiasen de centro para que no me apegara a personas claves que habían estado cerca en esa temporada dura para mi...me costó porque me estaban ayudando y la Obra quiso quitarme ese apoyo...

También me cuesta a veces el día a día, llevarlo todo para delante sin la más mínima compensación....pero no hablo de compensaciones malas, sino ánimo, fuerza, alegria, unidad....He leído algunas cosas de las que aquí se dicen y veo cómo hay mucha gente que se siente poco querida...y me da pena, pero la verdad es que yo muchas veces lo experimento. Muchas veces, después de estar dedicando todas tus mejores energías en sacar el Opus Dei adelante, en arrancar la labor apostólica y hacerlo compatible con tu trabajo, con la familia, la gente de Casa, tus amigas, el consejo local, ect, llegas a la charla y sólo te dicen que espabiles, que hay que llegar a más o que si estás rara cuando a lo mejor lo que te pasa es que estás agotada....No sé y a veces me encuentro que me falta libertad, que no hay margen para hacer lo que uno quiere dentro de lo que Dios le pide, que está todo muy hermetizado....Y sobre todo, que es muy difícil querer y que te quieran...muy difícil!!! Si quieres porque quieres (con el tema de apegamientos, que no dejes que la gente te coja demasiado cariño, que des un tono más sobrenatural) y si no quieres porque vas a tu bola...no sé, es muy difícil.

Luego que es un ritmo al que a veces no llego. Nunca hay tiempo para nada, cuando todas mis amigas se ven, quedan a cenar, se cuentan sus vidas ¡yo nunca! siempre va antes la labor...

Bueno, no quiero soltar más rollos, sólo quería comunicar esto.... y tambien que supierais que me da cierto miedo escribir por si me pillan, o algo así, bueno, no sé, quizá es por lealtad...

Ahora me voy de curso anual y me agobia un poco lo de tantas numerarias juntas, pero espero que también me sirva para aclarar un poco mis ideas. no pienso en absoluto en una salida inmediata ¿qué haría? dónde puedo ir? pero tampoco creo que sea bueno estar con tantas dudas...

Estrella





Cualquier tiempo pasado ¿fue mejor?.- Sirdan


         Después de mucho tiempo sin escribir, y antes de que venga el parón de las vacaciones, voy a cometer la temeridad, solo propia de los ignorantes, de  debatir sobre el último escrito de Moncada. Ocurre que los que ya vamos para mayorcitos (me incluyo Moncada no es una puya personal) tenemos la tentación de pensar que “eso en mis tiempos no pasaba” en definitiva como le diríamos al abuelo cebolleta “si abuelo si cualquier tiempo pasado fue mejor”.


Así podemos caer en la simplicidad de que los males e la Opus vienen dados por las nuevas, recientes o pos fundacionales generaciones, que no han recogido el primitivo y ¿autentico? espíritu de la cosa. Podemos señalar que los actuales directores son más inútiles que los que tuvimos nosotros. Por ello puede ser lógico que nosotros fuésemos atraídos por la Cosa, pero hoy en día es de lelos dejarse embaucar...



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Unamuno, yo me acuso.- Books

Hola Unamuno:

Quería comentarte en primer lugar que leer tu carta me ha supuesto un gran esfuerzo. Supongo que tendrías prisa y por eso has ido de corrida. El tono irónico que empleas me hace pensar que estabas tenso, te faltaba tranquilidad o no eras capaz de decir las cosas claras.

No has debido leer todo lo que se publica, pues hay exmiembros que cuentan experiencias positivas, aunque decidieran irse porque tal vez les pesó más lo negativo.

No sé porqué dices que hay personas que ponen verde a los que no se pueden defender. ¿han muerto? Si están en este mundo, y según tú en la Obra no hay impedimentos ni limitaciones para leer o escribir lo que a uno le dé la gana, ¿Porqué no lo hacen? Te reto que le sugieras al director de tu centro que un día en la tertulia de los numerarios hablen de la web, a ver qué te contesta. Conozco a algunos que para entrar en la página se tienen que ir a casa de un familiar o de un amigo, y claro está son los que saben que existe este sitio.

Hace unas semanas estuve con una persona, numeraria ella. Me llamó porque lo estaba pasando mal. Lleva casi cuarenta años en el Opus Dei. No quería que nadie nos viera, y nos fuimos a comer a un pueblo a 50 Km. de la ciudad en la que vivimos. Se moría de miedo. En el restaurante miraba para todos lados, intranquilo. !Qué triste! Menos mal que se animó un poco con la cervercita y se distrajo.

Me alegra que estés a gusto en la Obra. Creo que es bastante satisfactorio estar en el lugar en que uno cree que es donde  debe estar. De todos modos, no sé si estás de acuerdo con todo lo que ves, escuchas y vives.

Te hablo pensando en que eres un supernumerario y te cuento unas cuantas "anécdotas"

Estuve durante unos años atendiendo grupos de supernumerias. No podía soportar estar semanalmente rellenando fichas con datos personales. Pregunta tu encargado o celador. Me sentía fatal dando consejos sobre el matrimonio, yo, que no me había comido una rosca. Meterme en sus cosas, en su vida, en su casa.

Cuando llegaban las fechas de las convivencias, me obligaban a perseguirlas. Había algunas que no podían hacerla. Insistíamos una y otra vez. Yo cuando lo decidia, dejada de llamarlas por teléfono, arriesgándome a una seria llamada de atención. No comprendía que las directoras no confiaran en los motivos que ellas daban para no asistir.

En una ocasión, teníamos retiro en un centro. La encargada me llevó a una salita y me dijo: "Busca a fulanita, y que escriba la carta. Ha llegado una nota de la delegación y tenemos que hablar con las más preparadas para que piten, hay gracia especial". Y se fue. Yo me quedé ciega, muda y sorda. Cuando reaccioné, obedientemente me fui a buscar a la víctima. Nos fuimos a una habitación. No sé lo que le dije. Ni si quiera era amiga mía. La suya estaba de curso anual, y yo había estado con ella dos o tres veces. Le puse las cuartillas y la pluma por delante, pues la encargada me dijo que lo hiciera así. Ella empezó a escribir. Le temblaban las manos. Yo me mordía las uñas. Cuando iba por la segunda línea, soltó la pluma, abrió la puerta y se fue. Me quedé tiesa. Había entrado en el juego del "compelle entrare". Estaba judando con la vida de una persona. Ojalá me la enconatrara para poder pedirle perdón.

Ya ves cuántas cosas hice mal. También dejé de hacer otras muchas, es decir omití el deber de caridad. Desoí a gente que me necesitaba, por acudir a un círculo vacío o a una reunión sin ssentido. No corregía a la directora entregada de un centro que con la mayor frescura me comentó: !Yo, la administración nunca, qué orror trabajar los domingos! !Eso para otras!. Era la misma que predicaba maravillas sobre vida de entrega. Tampoco corregí a las sibaritas, prepotentes y sabias, que hacían mucha corrección fraterna pero nunca fregaron un plato ni cogiero una escoba. Eran marquesas, en familias numerosas y pobres. Debí convocar a huelga al personal que soporó durante años las meditaciones de un cura que una y otra vez sacaba las fichas manidas, y volvía a repetir lo mismo, aunque las numerarias ya no usaran velo. Una plaza en el sorteo de la lotería de Navidad, le hubiera hecho feliz y a nosotras también.

Prediqué sobre pobreza, sin creer en lo que decía. Hablé de caridad, una caridad inventada. Hice la "enmedatio", por quedar bien, porque me horrorizaba ponerme de rodillas delante de 14 mujeres. !Patético!Pero yo tenía que hacer todo ésto, porque tenía vocación, y tenía que ser fiel. Y no plantearme nada, porque el tema de vocación "no se toca", hasta que lo toqué y !GRACIAS A DIOS ME FUI!,  por mi bien, y supongo que por el de las demás.

Esto es una muestra de lo que hice mal, ya tienes un ejemplo, pero un día decidí hacer las cosas bien, meter la pata por mi cuenta y obedecerme a mí !Y qué feliz soy!

Saludos, Books.





Si te sientes desatendida, coméntalo y pide que te atiendan. Para Jss.- Leonardo

Hola,

de verdad últimamente he estado muy activo leyendo opuslibros y he participado muchas veces, aunque no es la primera vez que lo hacía. Lo que pasa es que llevo un tiempo saliendo de un estado de conciencia un tanto depresivo, caracterizado por un paso de la pasividad a la actividad. Me da un poco de vergüenza el notar que escribo a veces con un tono muy dramático.

 

Creo que eso es una lucha porque durante muchos, muchos años, siempre me sentí juzgado negativamente por los del opusdei. Yo creo que es por eso que luché por parecer, o quizá ser, uno bueno. Lo bonito que puedo contar, es que al final, me guío con el corazón, independientemente de que exista el cielo o no.

 

Aprovecho para dirigirme a Unamuno y desearle buena suerte, pero especialmente a Jss ya que es por eso que escribo este mensaje. Entiendo perfectamente lo que le pasa ya que tuve un amigo que quizá pasó por algo similar. Él era cooperador del opusdei, y quizá los del opusdei hubieran podido ver en el cuidado de su enfermedad, una oportunidad para atender al necesitado. Otra de las cosas difíciles para los enfermos en general es que se tienen que someter a tratamientos y a circunstancias ya hechas, y en donde se les priva por principio de su libertad para que las cosas sucedan por el camino trazado o por trazar.

 

Algunos caminos de la enfermedad son momentos de desfallecimiento, de crisis. Mi comentario para Jss es el siguiente: que si se siente un poco desatendida que lo comente y lo pida. Que sobre todo, Dios le de mucha fuerza para sobrellevar los momentos difíciles.

 

saludos,

Leonardo Cantú.





El secuestro del Evangelio por parte del Opus Dei.- Spiderman

Motivación

Comienzo mi escrito citando la segunda epístola de Santiago a Opuslibros:

" Mi confianza está en que en el futuro esos casos sean cada vez menos, y para ello no asumo que el camino a seguir sea desear que el Opus Dei se extinga sino sería mejor desear que sus miembros sean realmente fieles en todo a su espíritu y al Evangelio de Cristo que es lo más importante."

Si una cosa está clara es que en el futuro los casos no van a ser menos. Santiago fija su confianza en que los miembros vuelvan su mirada al Evangelio de Cristo, que es lo realmente importante, y así se subsanen los errores. Lástima que tanto él como muchos otros desconozcan que eso es bastante difícil en el Opus Dei, básicamente por un sólo motivo: La Obra tiene el Evangelio secuestrado...



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Llamar a las cosas y personas por su nombre.- Australopitecus

Hola:

Me parece que fue spiderman -o algun otro- el que dijo algo que me parece muy acertado acerca de la conveniencia de poner los nombres de las cosas del Opus Dei como son a pesar de que la ironia nos aconseje ponerle motes o nomignolos.

Lo importante es hacerlo en la manera correcta y no por que si, ademas como en todo hay libertad para nombrar a la obra como a uno se le parezca. Pero por tactica poner una vez en el escrito el nombre completo de la persona o de la obra en el escrito ayuda a los buscadores como google a indexar algun escrito que se refiera a la persona que nos interese...



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El Opus Dei te inculca...- Lali Riera

El Opus Dei te inculca desde que conoces a alguno de ellos, la vida y milagros del fundador, y el resto de tu vida seguirás oyendo y leyendo su vida. Es como si fuera el único santo de la Iglesia, desde luego el mejor. Para él van todas las súplicas y oraciones, la admiración.

 

No existe para ellos otro santo, sólo algún libro de alguno. A los demás no se les da valor ni se les conoce. ¿Hay algo más bonito que leer e impregnarse de la vida de todos los santos? ¿Hay algo mejor que aprender de ellos? Que de todos se puede aprender.

 

El Opus Dei pertenece a la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica y si tienen fe ¿por qué no creen en los demás santos? A todos les hacen de menos, les quitan méritos. Cuantos más santos conoces mejor. El Opus Dei hace de su fundador no un santo sino un líder.

 

Hay personas del Opus Dei que, lejos de ser uno más como pide la humildad, se creen con derechos a honra, a honores con derecho a información extra, seguir con control y tener a sus pies a los demás por haber sido director durante un tiempo o toda su vida, da igual.

 

En el Opus Dei hay costumbre de poner flores en sus múltiples celebraciones, cantidades de flores que depende de cómo se celebre, si las fiestas son grandes o medianas se gasta una vergonzosa cantidad de dinero. Las flores las ponen sin agua para que se consuman delante del Señor. Creo que la Virgen les diría: “Consúmete tú y no la flor”.

 

Los numerarios no saben tratar a los niños, ponerles notas sí, pero jugar, quererlos no, porque de ordinario se van de su casa jóvenes y tratan poco a sus hermanos. Desde el principio hacen del Opus Dei su familia y ahí vuelcan sus fuerzas, cariño y demás. Olvidas a tus familiares e incluso notas que estás en otra órbita y que en 10 minutos has acabado la visita. Apenas los conoces porque no los tratas. Hay algo que te repiten: “Al Opus Dei no vienes a querer ni a que te quieran”, eso lo he comprobado yo, que ni me han permitido querer ni me han querido.

 

Cuando sales al mundo real no se sabe estar con la gente, con los niños; no entiendes el verdadero cariño ni a sentirte madre o con corazón de madre. Después tratas a los niños y los disfrutas, aprendes de ellos, juegas, los quieres y te quieren, palpas el alma de los niños y te quedas boquiabierta de lo que te has perdido durante tanto tiempo por el dichoso cúmulo de normas. Dios quiere que la ternura sea para los demás y a través de ellos llegas a Dios.

 

Cuántas veces te corrigen porque manifiestas tus sentimientos y lloras. Te dicen: procura que no te vean, que no se den cuenta, olvídate de ti y atiende a tus obligaciones. ¡Hala! ¡Hala! No le des más vueltas, ponte a trabajar, sonríe, disimula, no des mal ejemplo, no puedes presentarte así. Es decir, qué más da tus sufrimientos, ¡qué más da la persona! Cosas de la imaginación. Tú sal, debes ser fuerte y cumple con tu deber, te necesitan. Una palmadita y al ruedo. Si no te pones en su piel, si no la comprendes, por  no ser no eres ni humana y mucho menos divina.

 

Es más, te han enseñado a quejarte sólo al de turno, nadie más debe saber de tu salud, de tu estado de ánimo y problemas. Los demás no deben saber, no te conocen, no saben de ti y por tanto se vive en una perpetua compostura y nunca con auténtico cariño. Te comunicas con palabras estereotipadas igual que las conversaciones, no te permiten hablar de tus preocupaciones. En el fondo no se conocen, es algo impersonal y superficial. ¡Familia! Entiendo que vaya tanta gente al psiquiatra.

 

Lali Riera





Argumentos ad hominem contra el Opus Dei: un camino equivocado.- Daniel_M

Estimados todos:

 

Pasemos un tupido velo a la carta-burla de Unamuno. Se le contestó perfectamente el 27 de julio. Sin embargo, esta carta, como otras de ex-miembros, hace necesario plantearse los términos en que manifestamos nuestras opiniones en la web. Porque para un ex-miembro puede ser una tentación fácil descargar resentimiento por el trato recibido y llegar directamente al insulto a la institución y sus dirigentes cuando se critica al Opus Dei. Debo decir que esto ha sucedido en algunos casos en esta web. Me parece una actitud comprensible, pero no justificable. Sea esto como autocrítica de la que nunca efectúa el Opus Dei.

 

Sabemos que la institución jamás reconocerá sus responsabilidades ni modificará su funcionamiento interno. Tampoco la Iglesia se moverá para que cambien ni modifiquen su línea de funcionamiento. Hay que diferenciar en la Iglesia lo que es la enseñanza de la moral de lo que es su derecho organizativo. Aquí se les nota el atraso respecto a los modernos estados de Derecho. Especialmente en que el cristiano pese a que en una sociedad occidental tiene perfectamente delimitados sus derechos y deberes, en la Iglesia prácticamente sólo tiene deberes y casi ningún derecho (pese al Catecismo de la Iglesia). Un católico jamás podrá interponer un recurso de reposición contra la decisión de un Obispo, pese a que la decisión sea abusiva. Ejemplo, el caso de Don Antonio Petit y el decreto anti-jurídico del Prelado del Opus Dei. No es una democracia, y esto se nota en sus procedimientos organizativos.

 

El Opus Dei seguirá manteniendo sus tesis contrarias al código de derecho canónico y en contra de la autoridad de la Santa Sede. La Iglesia tolera esto y no reaccionará ante este comportamiento institucional prácticamente medieval. Seguirá llevando la contraria a la voluntad de Dios, que en su providencia ha establecido como Vicario de Cristo a quien defiende que las prelaturas personales son una forma de asociación y no una estructura jerárquica desde hace más de 30 años. Y el Opus Dei seguirá con su técnica de manipulación y desinformación respecto a sus miembros y a quienes quieran captar, para poder controlarlos mejor.

 

Pero yo quería referirme a las críticas al Opus Dei, porque al menos, nosotros si podemos actuar de otra manera que ellos, autoridades de la Prelatura y autoridades de la Iglesia. Podemos presentar la verdad de manera objetiva aunque ellos la rechacen con la excusa de “ataques a la Iglesia” y “ataques a la Obra”. Es esta sordera a las críticas de su funcionamiento por lo que luego pasa lo que pasa, como por ejemplo que una diócesis tenga que pagar millones de dólares de indemnización por centenares de casos de abusos ocurridos durante decenios. Tiene que intervenir la justicia humana –también querida por Dios- en el ámbito donde la justicia eclesial se manifestó inoperante.

 

Para aportar una tesis verdadera se debe evitar todo aquello que sea razonamiento errado. Es mejor siempre presentar los hechos veraces que caer en la tendencia de emitir opiniones. Una opinión nunca es un hecho. De la opinión se puede disentir, del hecho no. Quiero citar unas frases de un reciente artículo del periódico “El Mundo” (“Un debate dirigido al hombre”, Lourdes Martín Salgado, 7 de julio de 2007), es un análisis del último debate del Estado de la Nación en el Congreso de Diputados del Reino de España. Creo que podría servir como reflexión para mejorar nuestras futuras aportaciones a la web.

 

“El pasado martes, Rajoy dedicó a Zapatero, y Zapatero a Rajoy, toda una serie de argumentos ad hominen, aquéllos que implican responder a un argumento o afirmación refiriéndose a la persona que lo formula, en lugar de al argumento por sí mismo. Por ejemplo, cuando Rajoy pide al presidente del Gobierno explicaciones sobre su política antiterrorista, éste opta por no darlas y, en su lugar, acusa a quien las pide de ser el “único líder de la oposición que haya hecho ese papel tan triste para la democracia”.

Los argumentos ad hominem o dirigidos a la persona suelen incluirse en los manuales de retórica como un tipo de falacia, pero no siempre lo son. Por de pronto, en política son imprescindibles…Así pues, no es falaz cualquier argumento ad hominem, sino sólo aquél que resulta irrelevante para la cuestión debatida o para determinar la veracidad o el soporte lógico de las afirmaciones del oponente”.

Falaz es también el argumento ad hominem circunstancial, que no se centra en supuestos defectos del oponente, sino que se trata de transmitir que la circunstancia o condición en la que éste se encuentra el impide emitir un testimonio veraz….”

 

Hay argumentos ad hominen que pueden no ser falaces, por ser pertinentes. La articulista cita un caso, restringido al campo de la política.

 

“Atañe al Estado de la Nación que su presidente mienta o no, y sobre todo si lo hace en relación a la lucha contra el terrorismo. La credibilidad es, sin lugar a dudas, el atributo más importante para un gobernante”.

…” para conocer esos pormenores [sobre la negociación con ETA] , el líder del PP [partido de la oposición] necesitaba asirse a un elemento objetivo, una tercera parte, unas actas conocidas por otros, cualquier dato que no dependiese sólo de la sospechosa palabra del presidente. Su argumentación, desde el punto de vista lógico, fue impecable”.

 

En esta cita y prescindiendo de cualquier filia ideológica del lector, se describen brevemente unos principios básicos en el razonamiento. El argumento “ad hominem” que no se centra en la idea del contrario sino que busca la descalificación de la persona es un error grave en cualquier tipo de dialogo. Son argumentos falsarios, falaces, errores serios en la conversación entre personas. Impiden el acceso a la verdad que la otra persona pueda estar exponiendo. Fácilmente se ofende al prójimo.

 

Otro principio es que para descubrir la verdad, se debe tender a localizar, descubrir los elementos objetivos que apoyen nuestra opinión. Los hechos que acreditan lo que exponemos. Algo fuera de nosotros, sea documental, o sean los testimonios o vivencias de otras personas que se asemejen a lo que contamos. La aportación de un elemento objetivo es básico para dar verosimilitud a lo que decimos.

 

Llevaba tiempo considerando necesario exponer estos principios básicos en opuslibros, pues a veces, las cartas de “correspondencia” adolecen de caer repetidamente en los argumentos ad hominen. Y cualquiera las descartará rápidamente como fuente de información veraz. A veces son simples insultos dirigido al Opus, a su prelado, sin pasar de eso. 

 

Lo peor es que los insultos y el denigrar por sistema a la Obra, el fundador, el prelado o algún numerario o sacerdote son tanto para la Iglesia como para la Obra, parte del camino –lleno de tribulaciones- del cristiano. Se equiparan a las ofensas que recibió Jesucristo en vida de quienes, por seguir al diablo, se le oponían. De esta manera se levantan barreras en las mentes eclesiásticas y no hay nada que hacer para convencerles de ninguna verdad. Es más,  ¡es que para ellos los ataques a cualquier institución eclesiástica son prueba de la verdad de la santidad de la institución y de su seguimiento a Cristo!

 

Os deseo que tengáis todos unas felices vacaciones.

Daniel_M.





¿Un salvavidas para el Opus Dei?.- Inocencio

El último número del semanario “Alba” contiene un suplemento titulado “Habla el Vaticano”, que incluye el reciente Motu proprio de Benedicto XVI sobre las dos expresiones de la Misa de rito latino, la ordinaria (el Novus Ordo de Pablo VI) y la extraordinaria (de san Pío V y misal del beato Juan XXIII, 1962), con textos completos del Romano Pontífice. 

Los documentos son de primera importancia, y además el Motu Proprio del Papa me parece una obra maestra de tacto y prudencia. Quería comentar aquí que me ha sorprendido gratamente la aparición destacada en “Alba”, lo cual podría indicar el gran acierto del Prelado de la Obra y de sus consejeros al aceptar, difundir y (esto es una suposición, pero pienso que razonable) dar libertad para volver, al menos en parte, a decir o asistir a la Santa Misa que el propio documento dice que ha “impulsado la vida espiritual de muchos santos” y que el Fundador de la Obra quería. Aunque objetivamente no sea disculpable, personalmente comprendo la falta de fortaleza del Fundador en la cuestión, porque ya llevaba encima muchos palos. Parece que Dios da ahora una segunda oportunidad a la Institución.

 

Está claro que no es la única vía de agua que amenaza con hundir el barco de la Obra, pero la renuncia a la Misa de san Pío V (y en realidad de muchos siglos antes, alguna parte incluso del tiempo de los Apóstoles) ha sido en mi opinión una de las principales causas de la terrible crisis de la Obra. Para empezar (y repito que es una opinión personal), causa de la falta de cariño galopante que hay desde hace tantos años. Parece lógico: la caridad no puede venir, aunque ayude, de la sola buena voluntad, o de que la predique o se anime a vivirla; hace falta el alimento adecuado. No estoy aquí atacando el “Novus Ordo”, al que asisto a diario o al menos todos los días que puedo.

 

La cuestión no es tan automática como podría parecer. Al menos un Obispo español ya ha dicho que de ninguna manera se dirá la Misa tradicional en su diócesis. No es para alegrarse, pero eso contribuye a aclarar la postura real (desde hace años) de algunos eclesiásticos.

 

Los que hemos estado en la Obra le hemos tenido aprecio durante algún tiempo, y sin opinar sobre la importante cuestión (tantas veces comentada en esta web) de si tiene o no arreglo, sencillamente porque no tengo la bola de cristal, creo que ese suplemento apunta a que podría arreglarse algo que contribuirá (seguramente no de modo inmediato) a que vuelva a haber cariño, vocaciones, libertad, etc. Hay unas pocas cosas de primer orden y muchas importantes, que cambiar, pero esta es una de las principales. Si es el caso, mi enhorabuena al Prelado y a sus consejeros, porque todos lamentamos el bien que deja de hacer la Obra mientras se pierde en absurdos vericuetos, y es motivo de alegría que se agarre a este salvavidas que Dios envía.

 

Inocencio




 

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