CORRESPONDENCIA

Miércoles, 24 de Enero de 2007

Hola a todas / os:

Un inciso. Si últimamente no escribo aquí, en nuestra querida Web, no es por falta de ganas o porque me haya olvidado, sino porque ExOpus me consume todas las energías.

Paso a exponeros el tema.

Hace unos 30 años (sobre 1975) un psiquiatra (no del Opus Dei) que se había especializado en la Universidad de Navarra me expuso con todo lujo de detalles que en la década de los sesenta el director del Departamento de Psiquiatría de dicha Clínica envió un informe al Padre (a Escrivá, no a Dios) sobre los múltiples aspectos patógenos (engendradores de enfermedad) y patológicos (enfermizos) de la forma de vida de los de la Obra, acompañados de los respectivos consejos para evitarlos.

Como ejemplo, recuerdo que me explicó el «síndrome de la numeraria de 35 años» que —según él— sólo se da en las mujeres solteras de la Obra. Ese mal consiste en depresiones y / o enfermedades psicosomáticas que se producen en las célibes del Opus Dei alrededor de esa edad por no encontrar salida a la situación de vivenciar que se les disipan las posibilidades de ser madres sin la contrapartida de sentirse felices en donde están.

Siguiendo la exposición de dicho psiquiatra, el fundador del Opus Dei hizo caso omiso de esos informes y les respondió a quienes se los enviaron que o a callar o a perder su trabajo.

Y entonces, todos los componentes del Departamento de Psiquiatría de la Universidad, en bloque, se fueron voluntariamente. Y además los que eran del Opus Dei dejaron la Obra.

Cuando me lo contó eran unos acontecimientos recientes por lo que me dio toda suerte de datos (nombres, fechas, etc.) que no recuerdo (yo entonces era un fanatizado más de la Obra y pasé directamente a considerar lo que me narraba como una sarta de calumnias, sin pararme ni un instante a investigar la verdad que había en ello; tal y como ahora hacen otros del Opus Dei con lo que les contamos).

Es curioso que las fechas en las que supuestamente ocurrió todo esto coinciden con la salida brusca y traumática de la Obra de Antonio Pérez Tenessa. ¿Estarán relacionados ambos acontecimientos?

He intentado localizar a ese médico, mas no lo he conseguido. Sí alguien puede corroborar  o aportar algo a estos hechos (que considero muy importantes), le animo a que lo haga.

Iván.

Sobre el correo que remite Supo. Estando en gran parte de acuerdo con lo que dices, si me gustaría precisar dos cosas.

1.- La Teología, en contra de lo que afirmas, sí tiene actualmente reconocimiento civil. Al menos en España (creo que es a España al país que te refieres ¿me equivoco?). En virtud de un convenio firmado unos diez años atras, el Ministerio de Educación reconoce la validez de los títulos expedidos por las Facultades de Teología y les otorga efectos idénticos a los de cualquier otra licenciatura o doctorado.

Si es fuera de España, existen países donde la Teología no solamente está reconocida, sino que se imparte incluso en Universidades Civiles (v. gr. Alemania). Por no añadir la historia y tradición intelectual que los estudios teológicos tienen, anterior a muchas otras disciplinas.

Personalmente, la frase "si es que se le puede llamar carrera" me parece ofensiva para quien ha estudiado cinco o seis años (según plan de estudios) con el esfuerzo de cualquier otro universitario. Desconozco el "par de asignaturas" que tú has cursado, pero te aseguro que mis profesores no consideraban sus materias precisamente una "maría" y nos hicieron trabajar a base de bien.

2.- Con el inmenso respeto que siento por González de Cardedal (y es mucho), no me atrevo a citarlo como "el teólogo español más importante". Espero (recordando los siglos XVI y XVII, llenos de grandes teólogos españoles) que te refieras a tiempos más recientes. Y aún así... ¿Por qué no ALFARO? ¿RUIZ DE LA PEÑA (para mí mejor que LADARIA)? ¿por qué no ROVIRA i BELLOSO? ¿JUAN BOSCH, uno de mis preferidos? ¿CANDIDO POZO? O tal vez un escriturista (que teólogos son también) como O´CALLAGHAN o SCHÖKEL. ¿Un moralista como VIDAL puede servir? No se... me parece demasiado arriesgado dar ese título así como así.

Con todo el cariño, JACOBUS.

PD. ¿Metemos a José María Escriba como aspirante a "teólogo español más importante" o eso se le queda corto? ¿Mejor teólogo de la historia universal? ¿Maestro y guía del propio Espíritu Santo?

Hola a todos:

El tema de "la inocencia de los directores" está dando para mucho. Por algo será. Tal vez, porque el castillo de naipes que es el Opus Dei se aguanta en algo muy recóndito, incluso no consciente en los corazones de sus fieles: el miedo, miedo al que manda, que no se enfade el de arriba, ya sea Dios, el Padre, o el director de turno. Por la especial naturaleza de la Obra, yo señalaría al Padre, ya que el director le representa, y el Padre representa a Dios.

Este miedo puede tener connotaciones diversas; miedo a condenarse, a no ser santo, a defraudar, a disgustar, o incluso puede tomar aspectos más terrenales, pero muy humanos: a perder el trabajo, a ser despreciado, a quedar a la intemperie de la vida sin la seguridad que ofrece la Obra.

Esto es muy humano, yo tuve miedo a alguna de estas cosas mientras estuve allí, y hoy tengo miedo a otras. La diferencia es que soy consciente de ello, y en ningún caso, el miedo que pueda sentir me lleva a actuar en contra de mi conciencia, ni a hacer daño a nadie.

Esta es la trampa de la Obra: uno se enrola para unirse a Dios y hacer el bien, y acaba siendo un engranaje en la cadena de transmisión del Padre, sin autonomía, ni juicio propio, ya que la obediencia está por encima de la propia conciencia, de la ley y de todo lo que no sean las indicaciones de los directores, que deben recibirse como procedentes del mismo Jesucristo.

¡Cuánto tragamos mientras estuvimos allí! Empezamos cediendo, pensando que si veíamos las cosas de manera distinta al Padre, estábamos equivocados, y no convertimos en seres crueles con nuestros hermanos, fríos e insensibles al dolor ajeno.

La vida de un numerario me parece similar a la que se describe en la película "El verdugo": el protagonista desea ir a Alemania para capacitarse como mecánico, pero su bondad le lleva a ceder, a decir sí a cosas que no quiere hacer, a renunciar a su forma de ser, y acaba de verdugo, por no haber sabido decir que no cuando era necesario. Yo he visto realizar injusticias manifiestas por parte de los directores, y los soldaditos no dijimos de mu. Agachamos la cabeza, y a tragar

Este tragar, la obediencia, es lo que lleva a la irresponsabilidad, a la injusticia. El miedo a desobedecer y sus consecuencias es un auténtico desastre para el alma. Por encima de la obediencia están las leyes, y nunca lo que dice un director es una ley. No deja de ser curiosa la escasa formación jurídica que da la Obra. Se fomenta el abandono en las arbitrarias manos de los directores, no el tener criterios basados en el Derecho.

Desde el momento en que escribimos la carta se nos inculcó este desprecio al derecho. Nadie nos informó con claridad, ni pudimos leer la documentación oportuna para saber dónde nos metíamos, ni recibimos una copia sellada de nuestra carta. Todo fue arbitrario.

Creo que los directores saben utilizar muy bien el miedo del rebaño y esta inseguridad jurídica en que se mueven internamente los numerarios, para hacer lo que a ellos les interesa y así tenerlo todo atado y bien atado.

Un saludo.

Rocaberti

Muchísimas felicidades Tapatio!!!!

Que bien por ti!!!! abandonas el gremio de los solteros y claro, a los que nos quedamos aún engrosando esas filas, por lo menos a mi, me da muchísima alegría saber que delegas la soberanía e independencia de la que has gozado jejejejeje.

Acepto lo de ser tu padrino, aunque en la lejanía, de haberme enterado antes igual me planto en la iglesia y en la fiesta, no obstante estaré muy pendiente de ese acontecimiento. Espero que sepamos de ti luego y nos cuentes como va todo.

Recibe de mi parte un fortísimo abrazo el cual hago extensivo a tu futura esposa.

Armando

Mis felicitaciones a EBE, y agradecimiento por el artículo “La responsabilidad de los dirigentes del Opus Dei”.

Hablaba en el 97 con una directora de delegación - que pasó a la asesoría- sobre la posibilidad de pedir perdón por parte de la Obra, de abandonar los métodos sectarios que se han utilizado, de velar para que no se entienda el modo propio de actuar de la Obra como modo de actuar de la Iglesia, de hablar con el Padre para que se replantee el grave daño psicológico y espiritual que acarreaba esa forma de actuar.

Dos fueron las ideas que me dejó claras la directora: 1) El Padre pide un número de vocaciones que presentar ante la Iglesia y se utiliza cualquier medio o presión con tal de llegar a esto, a los primeros les pitaban así y muchos se han quedado. No todo el mundo sale ileso de las presiones -ella tenía la relación de cada 10 personas, a 3 les ha causado daños, se replantearían los métodos si la proporción fuera mayor-. 2)La Obra no está para hacerse cargo de esas personas que salen enfermas por la presión a la que han sido sometidas.

Todo esto estaba contruido en la creencia del origen divino de la Obra, de la unión con Dios concretada, para los miembros, en las intenciones del Padre, de la obediencia vivida como unión a Cristo y que esta buena intención legitima la acción y desliga de responsabilidades, que tan bien explicó EBE.

Las actitudes de los miembros que vi ante esto fueron: autosometerse a vivir de una forma más estricta el espíritu de la Obra -el espíritu de la Obra visto como purificador, y en épocas de crisis la humildad llevaría a vivir mejor ese espíritu-,  argumentarse  que es imposible evitar que las personas se hagan daño unas a otras, rechazar de cuajo todo lo que lleve la palabra sectario en la argumentación, y que en congregaciones de religiosos ocurren cosas parecidas.

En útima instancia si ese daño ha sido provocado por equivocaciones de los directores, se ve como querido por Dios para el bien de esa alma, y ese sufrimiento puede ser redentor si esa alma tiene vida interior.

Otras actitudes ante esto fueron la de entender que ser fiel a Dios era irse de la Obra, y tomar la decisión de irse, o bien defenderse de aceptar la idea de que uno ha tirado por la borda lo mejor de sí, a precio de un gran sufrimiento inútil -no inútil ante la conciencia pasada, por creer en la inocencia de la Obra- y descubrir que se ha estado muy cerca de la neurosis.

No nos toca a nosotros juzgar a otros. Pero si la cuestión es saber si existen directores que dirigen a su vez a otros, y tienen conocimiento de que vivir el espíritu para muchos cristianos es fuente de enfermedades y pérdidas de fe, la respuesta es sí. Cuanto más arriba en la jerarquía, más claras tiene las cosas. ¿Que habrá alguno que estando arriba no sabe de esto?,...hay gente pa to. ¿Que hay otros que ofrecen resistencia a los mandamás y van toreando la situación para hacer el menor daño posible a los que tiene abajo?, también. 

Cambiando de tema. Mis felicitaciones a Tapatio. Trasmites una alegría contagiosa en tu mensaje. Les deseo a ti y a tu novia todo lo mejor.

 ¡¡¡¡que vivan los novios!!!

Abrazos

Matilde- 

Tapatío, me desconciertas por dos motivos.

1º      No te conozco de nada, pero tu alegría se me contagia. ¿Por qué?

2º      Vas a cometer el mismo error que tan feliz a mí me hizo. ¿Por qué?

Permíteme un fuerte abrazo para desearos felicidad y para que dejes de temblar como un flan. ¡¡Enhorabuena!!

Luxindex y Yo.

Hola:

En el sitio web de la obra aparecen las tres ultimas cartas del prelado a sus hijos menores de edad, pero yo creo que deben ser versiones expurgadas de las originales como ya se demostro en algun correo anterior acerca de alguna carta del prelado.

Alguien podria conseguir las originales? Me parece que la autocensura del opus demuestra que ni siquiera ellos se creen sus propios esloganes y su imagen de ser gente descomplicada.

Saludos,

Australopitecus

Nota de Agustina.- Trinity envió "Observaciones a la Carta del Prelado de noviembre 2006", en la línea que tú apuntas.  Una carta es la que se publica en la web oficial y otra, "más completa y sin expurgar", la que se envía a los fieles de la prelatura.

Tantas veces van por aparentar, por no ganarse una regañina. Ir a Misa es como una garantía de ir al cielo. No importa que comulgues con rencores en el corazón, con críticas, mentiras, sintiéndose los mejores, con malas ideas, con envidia. Comparan lo que ven a su alrededor con sus oratorios llenos de lo que Dios no quiere = riquezas.

Ir todos los días a Misa no garantiza ir al cielo, si que lo es tener el alma en paz y vivir como Dios quiere, ser justos en la vida y con las personas. Y mientras son injustos, embusteros, criticones, orgullosos, ¿qué sentido tiene ir a comulgar? ¿quién comulga un ángel o un demonio?

Mi vida es una verdadera Misa si la vivo cada día, cuando soy una verdadera cristiano, cuando sirvo de verdad, cuando soy humilde, cuando me olvido de que existo porque sólo me salen los buenos pensamientos hacia los demás. Entre ellos no hay quien quiera vivir el auténtico servicio, les gusta destacar entre ellos, ser los más admirados y queridos, se creen superiores a los demás, buscan ser “perfectos”. ¿Han oído alguna vez, han comprobado que esta es la vida de los santos? Es todo lo contrario, pasan ocultos, son humildes, viven mirando sólo a Dios, no les importa el que dirán, no buscan ser perfectos sino hacer bien las cosas que Dios les pide. Esto sí es una Misa y si vas en estas condiciones, intentando hacer bien las cosas que Dios te pide la Misa no es una norma, es algo sagrado y como la viven como una norma no les importa como vayan, sucios de mente, de pensamiento y de corazón.

Cumplen una norma, luego cumplen con el Opus Dei, pero no con la Iglesia porque no es una norma de la Iglesia.

Son capaces de dejar un bebé sin comer y no darle hasta la vuelta de Misa.

Está claro que gente del Opus Dei que va a Misa todos los días no cumple con Dios, ni la Misa les sirve para nada, cumplen unas normas más del Opus D.

No se han dado cuenta realmente de lo que es una Misa porque si supieran lo que realmente es no se atreverían a ir por ser como son. Hay verdaderos demonios que se acercan a comulgar. El verdadero cristiano es todo lo contrario a lo que se vive en el O.D.

Lali Riera

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