CORRESPONDENCIA

Miércoles, 18 de Abril de 2007

Querido, he leìdo tu intervenciòn sobre mì escrito que la web ha publicado en italiano y en español.

Pienso que, en larga medida, tu opiniòn es muy de compartir: especialmente en lo de « aburrido, excesivamente plano». Se habla metodicamente de inumerables detalles que todos conocimos.

Pero…, hay unos “pero”.

Ademàs del argumento que ya alegò Agustina (que aprovecho para agradecer), acerca de la importancia de dar informaciòn previa a padres y aspirantes miembros de la Prelatura y que no necesita de màs profundizaciòn, quiero alegar alguno màs...

Alde,

Solo quería contar mi experiencia personal, por si te da un pequeño rayo de esperanza.

Me hice del Opus Dei con 24 años (sabia lo que hacia – eso creía) aun así 5 años después me fui, los motivos esta de más que los cuente.

¿Me costó tomar la decisión? NO, rotundamente NO. Lo que me costó fue aceptar mi equivocación, que no fue tal, teniendo en cuenta la diferencia del Opus Dei teórico al práctico.

Durante esos cinco años la crisis fue continua, no encontraba paz, hasta que después de un cambio de centro, ya desesperada en una conversación con el sacerdote del Opus Dei  me dice que “Tú le dices NO al Opus Dei, no le dices no a Dios”, y desde ese preciso momento no dude más.

Y hoy después de 14 años sigo teniendo fe en Dios y en el ser humano.

Lobo

Magisterio paralelo en el Opus Dei

Doserra, 18 de abril de 2007

Copio a continuación uno de los guiones que regulan el control que los Directores de la Obra ejercen sobre las lecturas de sus miembros.

Como puede comprobarse, hay afirmaciones muy válidas. Pero lo que no está tan claro es que el Prelado del Opus Dei tenga facultades en esta materia, de forma que pueda establecer en la Prelatura que dirige, como de hecho hace, una censura diferente de la que la Iglesia autoriza  a instituir a los Ordinarios locales. Si se lee el n. 1 de la segunda parte del guión, se verá que cita el parágrafo 1 del canon 823, en que se habla genéricamente de la responsabilidad en esta materia de los pastores de la Iglesia. Pero omite el segundo parágrafo y el siguiente canon, donde se concreta que esa responsabilidad compete a los ordinarios locales:

823 § 2.    El deber y el derecho de que se trata en el § 1 corresponden a los Obispos, tanto individualmente como reunidos en concilios particulares o Conferencias Episcopales, respecto a los fieles que se les encomiendan; y a la autoridad suprema de la Iglesia respecto a todo el pueblo de Dios.

824 § 1.     A no ser que se establezca otra cosa, el Ordinario local cuya licencia o aprobación hay que solicitar según los cánones de este  Título para editar libros, es el Ordinario local propio del autor o el Ordinario del lugar donde se editan los libros.

En todo caso, ateniéndonos a los resultados, este sistema está resultando muy negativo para el Opus Dei, pues ha ocasionado, por una parte, que los fieles de la Obra no vivan como cristianos corrientes, sino que ellos tengan un magisterio paralelo en estas materias doctrinales, como si el que ejercen los obispos no fuera suficiente o suficientemente fiable.

Además, esta censura ha dado lugar a un empobrecimiento teológico monumental en los ambientes de la Obra. Y, al romper la comunión eclesial en la profundización de la comprensión de la fe, los medios de formación se han vuelto muy pobres, tediosos, limitándose a repetir las frases e ideas del Fundador.

Saludos cordiales,

Doserra

Normas de prudencia en las lectura

Querido Alde:

Lo primero es que tienes que ser muy honrado contigo mismo y con Jesucristo, y no esperar que en la web te contesten lo que tu esperabas o deseabas oir.

Algunos te pueden decir que te vayas, y eso es muy fácil de decir pero tu eres para ti mismo insustituible y debes pechar con la responsabilidad de tu decisión.

Yo estoy en trámite de irme de la Prelatura, por eso tampoco es honesto que te aconseje "quédate, por fidelidad, contra viento y marea".

Hay una solución intermedia que es la que estoy siguiendo yo. Pedir una dispensa para pasar unos meses viviendo con tu familia. Si en el decurso de esos días, echas de menos el normativismo, la seguridad, los planes del Club... siempre puedes volver como hijo pródigo con gran alegría y felicidad por el retorno del hijo pródigo.

Sin embargo, puede ocurrirte lo que me está pasando a mi: que disfruto de cada segundo de libertad, de mi unión con Dios espontánea y libre, de hacer apostolado sin tener que dar "cuenta de resultados", que no hay que poner límites a la divina providencia con lo de las 500 vocaciones ¿y por qué no diez mil?

En un memorable discurso de San Agustín a los fieles de Hipona, les decía: "Para vosotros, sin duda, soy Obispo, pero con vosotros soy cristiano"

Lo importante no es ocupar un determinado papel en la Iglesia o pertenecer a una institución como la Obra, lo determinante es estar bautizado, ser cristiano y vivir heroicamente como tal.

Lo que no sería de recibo es irte de la Obra porque quieres una vida más cómoda, con más bienes materiales, a tu aire, sin ninguna exigencia ni responsabilidad. La Obra es una "partecica" de la Iglesia pero en absoluto agota toda la catolicidad-universalidad de ella.

Para terminar: ve donde te lleve el corazón, donde seas libre, muy libre y, por ende, feliz, muy feliz.

Rezo por ti y ya te tengo mucho cariño

Abelardo

Para Agustina:

Quisiera hacer una sugerencia, para que los de fuera, también entendamos al Opus Dei en forma objetiva, y para facilitar también una información abierta, para la sociedad civil y para el Vaticano (y obligarles también al final a una auditoria):

1)      Un artículo enciclopédico propio, desarrollado por Opuslibros (el artículo de Wikipedia se inspira además de Opuslibros), donde se aclare lo siguiente:

-         La persona y la historia del fundador, José María Escrivá Albás

-         La institución del Opus Dei (y la relación con la personalidad de su fundador)

* Tomando como modelo la expresión filosófica “Yo soy, yo y mi circunstancia” (J. Ortega y Gasset), el Opus Dei sería la circunstancia artificial que el fundador, Escrivá, intentó como sacerdote construir entorno a sí mismo (además, como sacerdote – de ahí varias deficiencias graves, en cuanto al espíritu laical). Esto explicaría las disfunciones y el sufrimiento de miles de personas seglares que han sido miembros...

Si una amiga mia me cuenta que ha decidido separarse de su marido porque le pega, le humilla, bebe desconsideradamente, le pone en ridículo... yo le doy la razón y le digo "no aguantes ni un minuto más, tienes derecho a ser feliz, ponte el mundo por montera y sal corriendo".

En opuslibros, me encuentro con frecuencia expresiones de "qué duro es esto, qué mal lo estoy pasando, es un paso muy fuerte..."

Y no lo entiendo pero tampoco tengo derecho a entenderlo todo. Yo estoy en proceso de irme del Opus Dei y no se me hace nada duro, estoy contentísimo y disfruto cada segundo de libertad. Veo que todo lo real es muy normal: el panadero, el tendero, tu familia que te quiere y te apoya. Observo que para querer a Dios no "hace falta tal cantidad de normativismo", que está ahí en el Sagrario de la Iglesia de tu pueblo. Yo estoy pasando de la esclavitud a la libertad y eso es enormemente letificante. ¿Qué va a pasar después de esto? No me importa, yo vivo al día y cada mañana le digo al Señor "dignare Dómine isto die sine peccato me custodire": dígnate Señor conservarme sin pecado EN ESTE DÏA.

No alcanzo a entender el "drama" de la separación pero, insisto, no tengo por qué entender todo y a todos. Yo estoy feliz y contento con muchos proyectos de ayudar a la gente sin seguir los denostados métodos de la Obra. Disfruto tanto la libertad que me apena la esclavitud de aquellos compañeros míos que siguen ahí sufriendo pero ¡pobres chicos! ni siquiera se dan cuenta de lo que sufren.

Si me lo permitís, a todos los que os habéis ido o estais en ello, yo os digo: ¡enhorabuena!

Y continuamente me repito a mi mismo: ¡de la que tes has librado, Abelardo, de la que te has librado! Tienes toda la vida por delante,  para ser libre y, por libre, feliz, muy feliz.

Yo también os quiero

Abelardo

Después de meses visitando esta web me decido a escribir, durante un tiempo el Opus Dei me ha parecido muy mal, ahora no tanto, creo que le achacais tener la culpa de todos los problemas que os han ocurrido en la vida, y yo creo que no, es un refugio al que mucha gente acude y alli se pasa unos años huyendo -es cierto- de una familia que no le comprende, de la incomprensión de amigos, falta de relaciones, etc. pero repito que no me parece la madre de todos los problemas. Hay gente que pasa unos años en el opus y luego salen reforzados, por la dureza de la vida alli dentro.

El problema no me parece el opus, me lo parece la vida, esta sociedad que hemos creado en la que hay que ser casi perfecto para tener pareja, un trabajo digno, etc. El problema me lo parecen estas ciudades deshumanizadas en las que vivimos.

Creedme que yo pasé 12 años desde la infancia en un colegio opusino, mis dos hermanas se hicieron numerarias -aunque luego una se salió- y nunca se me ocurrió ni por el forro hacerme numerario aunque aguanté presiones demenciales para hacerme del opus en la adolescencia y luego he sido perseguido toda la vida. Creo también que el haber pasado por uno de estos colegios, durante una buena cantidad de años es una putada, sobre todo porque al salir te das cuenta de que la mayoría de la gente no ha sido educada como tu, y se la refanfinfla el pecado mortal y hasta en los colegios de monjas se les dice a las niñas que vayan a misa si pueden, que si no no pasa nada. La putada es que esta educación te marca de por vida como alguien decía tenemos una formacion religiosa tan dura como una roca, grabada a fuego.

Animo a todos y adelante.
Un saludo.

Angie

Querido Dago!

Estoy casi segura que ni nos conocemos, pero tu escrito me lo he tomado como algo personalísimo.... no me preguntes por qué... y te lo agradezco de verás, ha sido como un bálsamo. Todo esto puede sonar hasta cursi, pero hay cosas cursis realmente grandiosas.

Te digo que cuando me fui, de las cosas que más me costaron es que me prohibieran despedirme de la gente. Para mi en aquel entonces, la obediencia y la unidad a los directores lo veía como cauce de gracia para todos los que formábamos parte de la Obra. Me habían convencido de que si al obedecer te negabas a ti mismo hasta el holocausto, pues más gracia para todos. Y así lo hice.... bueno, al final no pude más y les escribí una carta a cada una. 

La única respuesta que hubo fue una llamada de teléfono frustrada de R. Nada más saludarnos oí al otro lado del teléfono como la directora le preguntaba "¿con quien hablas?", dijo mi nombre y tras un silencio me dijo "tengo que colgar", me dio tiempo a decirle "no te preocupes". 

En los centros donde viví siempre me indicaban sobre los que se iban, que ellos habían dicho que no querían contacto, a los que se iban, que les iba a hacer mucho daño a los de la casa el tener contacto. Unos y otros haciendo caso y.... Estando dentro, al hablar con los ex no se cumplía lo dicho por las directoras, y al intentar aclarar el malentendido (creyendo que era tal), me sometían las del consejo local a una batería de preguntas propia de interrogatorios...

Igual que tú no dejas de querer a una persona de una día para otro, lo que se van tampoco. Si les echas una mano, una oreja, una sonrisa... te lo agradezco como si fuera para mi (muy sensible me estoy poniendo ... no?).

Dago, me alegro que hayas escrito.

Un abrazo, un gracias y un hasta otra

Mafalda

Para contestar a Pablo, que pregunta sobre la Obra y los judíos, recuerdo lo siguiente:

1) la enseñanza del fundador: mis tres primeros amores son judíos: Jesús, María y José. Se lo oí decir en las tertulias de febrero de 1975 en Venezuela, pero lo dijo muchas otras veces.

2) En la Residencia Universitaria Urabá, de Medellín, Colombia, vivió un judío, X, de quien siempre se hacían excelentes comentarios, por ser persona de grandes cualidades humanas. Sus padres, encantados del tono humano de la Residencia Universitaria del Opus Dei, quisieron que su hijo menor, o sea, el hermano menor de X, también viviera en una Residencia del Opus Dei, pero no en Medellín, sino en Bogotá. Llegaron en 1969 al Centro de Estudios, que externamente se llamaba Centro Cultural Universitario Hontanar. Los atendió el Director y les dijo que no había cupo. En realidad, no había cupo para él, porque era el Centro de Estudios, pero la discreción era tal que no se podía decir sino eso, que no había cupo.

3) Tiempo después se puso en funcionamiento una vez más la Residencia de Estudiantes Universitarios Ingará, que un año después estaría destinada únicamente a casa de numerarios, pero durante un año funcionó como residencia universitaria (en Colombia no se usa para estas casas el nombre de Colegio Mayor). Fue la oportunidad de darle un cupo a Z, el hermano menor de X, que efectivamente se fue a vivir allá y dio muy buen tono. Asistía a las meditaciones. Hacía apostolado, pues les decía a los demás, esto es así, pues así lo dice el Papa. Y además, hacía su ayuno cuando le tocaba e iba muy puntual cada sábado a la sinagoga. Yo mismo lo acompañé una vez a la sinagoga (yo era numerario). Del trato con este magnífico muchacho (hoy eminentísimo médico) salió la idea de invitar a la tertulia de un viernes, después de la meditación, a un rabino, para que nos hablara de la historia del pueblo judío y de la situación política de Israel en esa época. Todo perfecto. Alguien escribió un artículo para "Crónica", en el que se relataban actividades de la reinaugurada Residencia de Estudiantes Universitarios Ingará y se hablaba de paso de la conferencia del rabino. ¡Quién dijo miedo! La respuesta de Roma fue contundente. Eso no había estado bien hecho y no se debía repetir nunca más. Un rabino no tiene por qué estar en una tertulias de san Rafael ni mucho menos.

Ahí tienes, pues, Pablo, mi aporte. Ojalá otras personas te cuenten algo más.

Gómez.

Me gustaría saber si la red de colegios del Grupo Vaneduc en Argentina pertenecen al opus dei. Les agradecería mucho esa información.

Carla

Como muchos de los que leen la web no están registrados en VuelaLibre.org, voy a compartir unas reflexiones con vosotros, que forman parte de una discusión sobre "pérdida de Fe":

Mi caso es el de una persona que cree en Dios y en el Evangelio anunciado por Jesús de Nazareth, confiado a la Iglesia, pero que su antiguo amor incondicional (con sentimientos y forofismo, y papismo, y etc) ha quedado herido de muerte tras su paso (y tras la siguiente reconstrucción intelectual) por el Opus Dei. El sólo hecho de que exista esta institución y se le de cancha en la Iglesia institucional, es algo que me llena de estupor y desconcierto. Y me quita las ganas. Las ganas de ir a Misa, de rezar, y de defender las doctrinas de la Iglesia. Pero la vida es algo más que una doctrina, y la Fe es un acontecimiento, un encuentro con Alguien, no estar apuntado en una lista en algún sitio. (Por esto mismo, ir a "apostatar" ante el Obispo, es un hecho al que no le encuentro gran sentido; ¿cómo se borra uno de la reunión de los bienaventurados?). Pero el problema, el abismo, la gran zanja (como el cómic de Asterix), sigue abierta. Y no se llena este vacío, esta fractura, con fórmulas sencillas, desde luego no con un "creo en Dios pero no en la Iglesia", que no me satisface. Pues la "Iglesia" esa de la que habría que descreer es la Casa del Hombre, que dice Chesterton, o la Casa de la Belleza, que dijo Ratzinger, o el Cuerpo Místico de Cristo, que dice la teología eclesial; o la Mano Abierta del Padre, donde duerme el Mundo, que dice Malco. De las que las instituciones, jerarquías, mitras y prelados no son sino su aspecto burocrático, organizativo y orgánico, la nata que queda en la orilla de un océano.

No puede estar ahí la solución. Pero es cierto que la experiencia ex marca el modo de mirar el mundo, y ya nunca se siente uno tentado de prestar confianza ciega a una doctrina, a un grupo, a algo articulado con normas y parámetros establecidos. En la medida que una iglesia muestra, inevitablemente, este aspecto, el ex tiende a sentir un gran rechazo, un empujón hacia el extremo opuesto. Otra consecuencia: como la oración necesita de -aunque sea mínimo- un acto de voluntad, mi rebotada aversión por el voluntarismo lo rechaza. Esto es un gran problema, pues es cierto -y no una manía opusina- que el amor opera en todo el ser, cuyo centro es la voluntad. Es como si, a base de haber obligado a alguien a escuchar música toda su vida -y música mediocre- éste rechazase oir cualquier música desde entonces, incluso si es de Bach. Una pena, pero el camino sigue y sigue.

Entretanto, voy teniendo necesidad de autores diferentes, católicos o no, en mis lecturas. Leoy Bloy, Peguy, Balthasar, Barth, Jünger...

Seguiremos hablando.

Malco

Efectivamente, viajar es vivir pero no siendo del Opus Dei, especialmente cuando eres agregado y en principio, debíamos – y deben los que siguen dentro- ser mas sedentarios que un mueble en un hogar.

Hablando con Carmen Charo de todo un poco en “vuela libre”, surgió el tema de los viajes lo cual me hizo recordar muchas cosas que ahora comparto con todos vosotros.

En primer lugar por pobreza, ni un agregado ni un numerario pueden costearse un viaje, por lo que siempre tenía que lograr que lo pagaran todo él o los que me invitaban a un congreso o lo que fuera. Ahora bien, solo en caso de estricta necesidad y porque fuera bien para la labor apostólica, podías pedir a caja el dinero necesario para realizarlo. De este último caso hice un viaje nada más, no me costearon todo, solo una parte que saque de caja para tener algo y también, complementar el costo del billete de avión...

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la página principal