CORRESPONDENCIA

Lunes, 11 de Septiembre de 2006

Carta Circular 
del 9 de enero de 1939
José María Escrivá

                Ocupa una extensión de dieciséis cuartillas manuscritas, quince numeradas más una de portada, fechadas en la casa de San Miguel de Burgos, nombre con que designaba su lugar de residencia en aquella ciudad: en ese momento era un cuarto de una casa en la calle Concepción 9 - 3º izquierda. Cf. Cronica IX-1985 pp.90-104 (= pp.1086-1100). Las cursivas del texto son subrayados del original manuscrito, salvo cuando se citan textos latinos.

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En formato PDF (1,24 MB), el original

Muchas veces se ha hablado en Opuslibros sobre el doble lenguaje de la obra; un lenguaje o una teoría para quienes no están afiliados y otro para los que ya están dentro. De ahí también, la esquizofrenia doctrinal en la que se ven sumidos los que ya han escrito "la carta", o sea, ya han caído en la red.

Un ejemplo claro -quizá así algunos entiendan las denuncias que se hacen en la web sobre esa táctica-, es comparar la homilía que ha pronunciado el prelado en Torreciudad, sobre EL BUEN PASTOR, con la homilía pronunciada por el fundador bajo el mismo título para miembros de la obra.

El Buen Pastor, para el prelado, dirigiéndose a un público que no es de la obra, es el sacerdote de Cristo. Para el fundador y para el prelado (cuando no hay público "de fuera de casa"), es sólo el sacerdote de la Prelatura del Opus Dei.

Un abrazo,

Brian

LA CONCIENCIA DESPUÉS DE LA OBRA
E.B.E., septiembre 2006
Imagen: Andre Derain, "Portrait of a woman"

I. Introducción /a. Hacer (Normativismo)
b. No ser (el control mental)
c.  No tener (el orden de la pobreza)

II. Cuando la realidad ideal no cuadra 

III. El lugar en la Iglesia 

IV. Un intento de aproximación 

V. Conclusiones: el rol de la conciencia

          Muchas gracias por sus consejos, en especial a Rocaberti, Ananaru y Trinity, me han servido mucho, es tan así, que, durante estos días he analizado muchas cosas, las que quiero contarles.

          Estoy muy segura de mi vocación y de mi deber con Cristo, con Dios y con los hombres, por algo decidí ser parte de la Obra y dedicar gran parte de mi tiempo a esto. La verdad es que, hace más de tres semanas que no voy al Centro de la Obra, sólo avisé, un día, que no podía ir porque tenía problemas que después contaría, todo esto con el propósito de pensar las cosas, por supuesto, no he dejado de lado los deberes que se me dieron y los hago con mucho amor, bueno, tampoco he asistido a mis clases, cursos, meditaciones, entre otros. En fin, lo que me complica no es tanto el asunto de ser agregada o supernumeraria, el problema es una larga historia amorosa que tuve antes de pedir la admisión, yo aún amo a aquel chico, sin embargo, él está muy enojado conmigo pues le mentí por miedo, aún así, quiero luchar por él. Desde ya, sin que él lo sepa, pido a Dios por él, lo ayudo indirectamente a través de amigos, etc., incluso, él es colaborador de La Obra y estudia en una institución que pertenece a ella y siempre trato de velar por su bienestar y su acercamiento a Dios.

          Bueno, es esto lo que me confunde, me complica hablarlo en la Obra, no sé que hacer, he intentado muchas veces hablar con este chico, sin embargo, no sé que decirle, pues, la idea es ser sincera y buscar lo mejor tanto para él como para mí, explicarle claramente lo que siento por él y mis deberes de la Obra, sin olvidar que, a pesar de que tuvimos una hermosa relación, puede ser que ya no quiera estar conmigo.

          Mmm... ya no sé como explicarlo, por favor ayúdenme, ojalá puedan publicar esto, desde ya les doy las gracias. Lo otro es que tengo miedo de lo que me digan por haberme alejado, qué me dirán?, estarán enojados?

          Estaré pidiendo a Dios por ustedes.

Psicoevelyn

Leí con gusto y con grandes carcajadas (algo similar ha ocurrido con otros muchos, según se ha podido constatar en Ex_od) la anécdota de Satur sobre la tuna (I) y (II). Mientras la leía pensaba en algunos "retoques" personales que puede haber añadido el autor, sin que esos "retoques" signifiquen que está mintiendo o exagerando. Cualquier estudioso de la escritura y la literatura sabe que no se puede "reproducir" la realidad a través de la palabra escrita. Por eso, Satur cuenta su divertidísima anécdota y cada uno la "descodifica" como quiera, sabiendo que la anécdota es "verdad", pero que no es "la verdad". La "anécdota" es una ficción porque todo lo escrito es ficción, incluido este escrito.

Lo mismo pasa con el libro de Ana Azanza. He leído con interés su capítulo, incluso con gran dosis de emoción porque habla de personas a las que conozco. Lógicamente no tanto como ella.

Ahora bien, estimada Ana, me parece que tu interpretación de la anécdota y las necesidades sexuales de los ex numerarios o de la posible represión son una exageración. Personalmente, e insisto: personalmente, no tuve esa represión de la que hablas. Y después de haber abandonado la Obra mi comportamiento sexual ha sido bastante coherente con lo que pienso. Pero eso ha sido una decisión mía, igual que vivir la castidad fue una decisión mía motivada por mi amor a Dios. A mí me enseñaron que había que vivir la castidad porque nuestro amor era para Dios. Es decir, es una afirmación positiva, no negativa. Y me parece algo positivo. No me dijero nunca que el sexo dentro del matrimonio fuera algo sucio. Sí puede ser exagerado decir que siempre debe estar unido a la procreación, porque si mantienes relaciones sexuales en los días no-fértiles no hay posibilidad de procreación. Pero esto es salirse a un terreno que no domino. Que hay numerarios que hayan tenido problemas de afectividad es obvio. Que hay numerarias que han tenido problemas de afectividad es obvio. Que hay casados en Kuala Lumpur que tienen problemas de afectividad es obvio. Que hay gentes (ex numerarios, ex numerarias, gentes del mundanal mundo, gentes de órdenes religiosas) que no tienen problemas de afectividad es obvio.

Ana, por favor, no generalices. Ni todos los varones somos maltratadores ni todas las mujeres son unas fulanas. Es más, hay más gente buena y sin problemas que gente mala y con problemas. Aunque leyendo a Dostoyevki pueda parecer lo contrario.

Supo

Querida Agustina, lee porfavor este escrito y si crees que puedo ofender a alguien no lo pongas en la pagina. Me he animado a escribir esto porque es mi verdad y creo que le puede dar animos a los orejas, pero si algien se puede ofender no lo pongas

un abrazo

Pancho

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Yo  os quiero decir que por el contrario a ti y a Miguel, y a australopitecus, que  yo no me arrepiento de haber sido del Opus Dei. Es verdad que hoy con la experiencia de los años y con lo que se……. No me haría otra vez, porque claramente no es lo mi y miedo me da de que alguno de mis hijos se hiciesen de la obra si tener vocación.

Las razones por las que no me arrepiento de haber sido de la obra serian las siguientes:

1º Me hice de la obra, siendo muy generoso, y estando muy enamorado del Señor, di un salto al vacío por amor de Dios. Simplemente con eso es más que suficiente, para no tener arrepentimiento de haber sido de la obra ni pensar que los siete años que fui, fueron años perdidos.

2º Durante mi estancia en la obra he aprendido muchas cosas buenas, en doctrina, amor a la Iglesia, en virtudes humanas, como la constancia., el trabajo el espíritu de servicio etc. La cuales me han servido para mi vida después de dejar la obra  ( hoy hace ya mas de 25 años)

3º Como era agregado, no tenia labor de gobierno, así que no me puedo arrepentir ni pedir perdón, por haber sido fanático intransigente ni nada parecido. Eso que me ahorro por no haber sido numerario, porque si no tal vez hoy estaría pediendo perdon por mi “santa intrasigencia”.

 A mi me pitaron muchos amigos, unos de numerarios, otros de agregados. Tal vez por experiencia propia jamás le dije que tenian vocación a numerario o a agregado, simplemente que veía que tenían cualidades humanas para ser de la obra y que se lo pensasen, Es verdad que mi carácter y mi personalidad, alegre y divertida hacía que fuese un buen gancho para la gente,  pero como he podido ver en esta pagina, ese gancho con la gente tienen muchos orejas, no soy el  único.

4 º cuando alguien dejaba la obra, me dolía mucho y lloraba como si estuviese enterrado a mi madre. Jamás le negué el saludo a nadie que hubiese dejado la obra, muchas correcciones fraternas me he comido por eso, y siempre a los directores le decía lo mismo. De 100 almas nos interesan las 100, y más si han sido de la obra.  Aunque por esta misma razon me dolio mucho mas el sentir en propia carne la "muerte social" cuando dejé la obra.

5º No fue una perdida de tiempo, puesto que fue una entrega a Dios, tal vez me perdí mi pubertad, no tengo en mi memoria histórica  mi vida de pandillas de quiceañeros  ni podré contar mis experiencias de mi primer amor de verano ya que desde los 15 a los 22 años vi el mundo por un agujero que se llama Opus Dei pero la empresa “valía la pena”   y a pesar que mi estancia en la obra,  como la de muchos orejas fue una vida “a contra corriente” a mi me pasó como aquel chiste que dice un amigo otro:

-         ¡Me he enterado que te has casado ¡

-         Si, hace ya un año  - le contestó-

-         ¿ Y…. que …. Como te ha ido?

-         Bien al principio bien…….. pero fue salir de la Iglesia y ya se torció todo

Hoy tras el paso de los años, para ser exactos 25 años después, veo todo claro, no me siento un traidor, un judas, ni un joven rico que ha dejado al Señor, tal vez me si me tengo que comparar con un personaje del evangelio me comparo con el leproso que el Señor no le dejó ir con él como apóstol,  sino que lo mandó a su casa para dar testimonio. Creo que la providencia del Señor, hizo que fuese de la obra durante un tiempo porque Él quiso. Se que el Señor me ama apasionadamente, por ello murió por cada uno de nosotros en la cruz, yo sigo enamorado de mi Dios,  sigo con mis normas de piedad, con mi apostolado, amando a mi Iglesia. Soy tan feliz como cualquier vecino, o mas,  porque gracias a la obra he se trasformar el dolor en amor y ofrecer los contratiempos.

No me defino como un exmiembro del Opus Dei, porque yo soy, por lo que soy en el momento actual, no porque lo que fui. Sería absurdo que yo me presentara como estudiante de derecho, lo mas lógico es que me presente como Panchoverano azul abogado. Hoy ya lejos de mi ciudad de nacimiento poca gente sabe que fui de la obra

Bueno me pierdo, con este escrito solo quiero demostar que no me arrepiento de haber sido de la obra, tampoco de haberla dejado, no me veo como un traidor a la obra y menos al Señor sino todo lo contrario, tengo el orgullo de por amor a Dios haberme dejado la piel en la obra por Él, aunque no fuera mi sitio.

La obra no es el único camino para la santificación y fuera de ella se puede llegar a ser santos y ser felices

Espero que este testimonio os sirva

Un abrazo

Pancho

¡No lo puedo remediar! Se me desmoronan las constantes vitales y se me saltan las lágrimas, con saltos mortales, cuando leo algunos correos, de almas buenas, convencidas de que la obra, aún teniendo sus cosillas, tiene también la virtud innegable de acercar a la gente a Dios.

Eso sería verdad si no fuera por un pequeño detalle. El dios del opus no es el mismo que conocí de niño. Yo tenía en el cielo un padre bueno que me quería.

En la obra, se adora a un dios impostor, tirano, puntilloso y excéntrico, el dios Tiquismiquis, (también llamado Pejigueras), que te impone un millón de obligaciones y prohibiciones innecesarias, caprichosas y liberticidas, que se mosquea por cualquier chorrada y al que hay que temer más que a una vara verde...

Crónica de país del caos, firmado por Hilario Eslava pseudónimo de Roberto Mesa. Ruedo Ibérico 1971, 31-32.

El autor analiza la situación de España en ese año, 1971, y la tacha de “anormal”, una anormalidad que comenzó en 1936 y que según dice, cualquier corresponsal extranjero que pasa por Madrid describe con estas notas: “estado católico, martillo de herejes, perseguidor de demócratas, triturador de huelgas, celador cuidadosísimo de la salvación personal de sus súbditos, restaurador de monarquías olvidadas, hambre, especulación, emigración, lucro, corrupción…Y al conjunto se le ha llamado franquismo.” 

Hay que reconocer que algunas de esas notas del franquismo nos resultan muy familiares a los ex miembros del opus. 

“Pero, sin embargo, el esperpento que es la España de 1971, no es, no se parece casi nada, al esperpento de 1940, ni al de 1950. Subterránea, mediocremente, a veces heroicamente, se han producido cambios. Alteraciones en las estructuras sociales que están haciendo distinta a la España de 1971. Desde 1939, treinta y dos eternos años, se ha pasado de un Estado semifeudal a un estado que, de alguna forma, pudiéramos llamar moderno: con unas estructuras económicas dentro, o muy cerca, del neocapitalismo europeo, aunque sea como mercado de consumo para excedentes invendibles o como depósito de mano de obra barata y sumisa…”

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