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Miércoles, 29 de Noviembre de 2006
Experiencias sobre el modo de llevar charlas fraternas. 19-III-2001.- Webmaster
EXPERIENCIAS SOBRE EL MODO DE LLEVAR CHARLAS FRATERNAS
Roma, 19 marzo 2001
PRESENTACION
El 19 de marzo de 1975, durante una tertulia, nuestro Padre decía que la charla fraterna es un medio bendito, sobrenatural, de sabor evangélico, de primitivos cristianos; en cuanto abrimos el corazón, sin trampa, dejando que entre la luz, la claridad, hasta el último rincón, nos quedamos felices, serenos, tranquilos, se nos quitan las falsas enfermedades y vamos con alegría a las enfermedades verdaderas. Y en muchas otras ocasiones también le escuchamos afirmar que la Confidencia —esa charla sincera, llena de sentido sobrenatural— es el medio de santificación más soberano que, aparte de los sacramentos, tenemos en el Opus Dei.
Este medio de dirección espiritual personal nació en la Obra por una especial providencia de Dios, con espontaneidad, con naturalidad, como una fuente: porque el agua está allí y no puede dejar de brotar; porque es parte de la vida nuestra. Los primeros tomaron voluntariamente —libérrimamente— la costumbre de contar a nuestro Padre todas sus cosas, de abrir la conciencia de par en par. Después, cuando el desarrollo de la labor apostólica hizo que resultase físicamente imposible que pudiera escucharles personalmente, comenzaron a abrir su alma al Director, con la misma visión sobrenatural, con la misma sencillez y confianza con que hablaban a nuestro Fundador.
Desde entonces, todos los fieles del Opus Dei somos conscientes de que la charla fraterna es un medio sobrenatural, dispuesto por el Señor para nuestra santificación en el mundo: los Directores son instrumentos de Dios, y cuentan con las gracias convenientes para ayudarnos; por tanto, acudimos siempre con disposiciones de completa sinceridad, con el deseo de que sea cada vez más claro, más pleno, más íntimo el conocimiento que tienen de nuestra lucha ascética, deseando facilitar, a quienes tengan la misión de formarnos, el conocimiento de todas nuestras circunstancias personales (...): nos ha de dar alegría hacer que nuestra alma sea transparente. Y esto, independientemente de quien sea la persona designada para llevar nuestra charla, porque a la Confidencia no se va por amistad, ni por motivos personales; sino por motivos sobrenaturales; cualquiera que sea quien recibe la Confidencia, es vuestro mismo Padre quien la recibe.
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¿Por qué publicamos los Documentos y escritos internos del Opus Dei?
Una de otras tantas historias.- Maximiliano
Una de otras tantas historias
Maximiliano, 29 - noviembre - 2006
Saludos Orejas,
llevo visitando esta web desde hace mucho tiempo, ávido lector pero poco frecuente escritor. Y no por dejadez, sino por mi particular situación, que dos años y pico después de pedir la cuenta sigo relacionado con el Opus Dei (o más bien con personas del Opus Dei) viviendo en una residencia de la Obra en el norte de España. Yo mismo tengo un problema a la hora de abordar la Obra con mi pensamiento: por una parte mi paso por ella me ha abierto el alma y desarrollado una finura hacia todo lo sobrenatural así como me ha ayudado a destruir buena parte de mi personalidad durante mucho tiempo.
Pité a los dieciseis años, a finales de una convivencia de verano. He de decir que nadie me habló de pitar de tú a tú (evidentemente, hubo charla colectiva de "Vocación"), sino que yo, habiendo notado ya "algo" en la parte de atrás de mi mente, y a raíz de lo que sigo creyendo firmemente era una manifestación de Dios durante un rato de oración, decidí pitar. Al día siguiente me dejaron pitar (un tiempo muy prudencial, para asegurarse de que era una decisión "madura"). En fin, ¿cómo podría describiros tal sensación? Era la locura, lo sublime, una felicidad tal que me extraña que de puro gozo no se abrasara mi corazón. Abría las puertas de mi alma a Dios, y decidí entregarme a Él.
Como todo hijo de vecino, tuve mis crisis. Soy una persona con mucho corazón, que ve en cada chica un ángel, y eso consiguió que titubeara a veces a la hora de seguir el camino que había pedido. Me vino bien aprender a perseverar, a superar pequeños baches. En cambio, no me vino nada bien la separación física y comunicativa de mis padres, que poco a poco se iba imponiendo. Todos sabemos que una vez que uno es de la Obra, las confidencias se hacen solo al Director, pero la gente y amigos te pueden hacer las suyas. Yo, alocado adolescente que descubre la vocación cristiana (paralelamente a pitar), fácilmente influenciable, empecé a cometer el error del que más me arrepiento durante mi tiempo en el Opus Dei: levantar un muro entre la familia y amigos y yo. Tardaré mucho en olvidar el daño que hice a mi familia, especialmente a mi padre, durante ese tiempo, que creo que de verdad dejé de comportarme como hijo suyo y pasé a ser alguien de paso en su casa.
Se critica mucho la obediencia dentro de la obra, pienso que la autoridad no supone un control absoluto del individuo, así como asumir las labores de conciencia. La advertencia del "mal espíritu" creo que es una de las armas más contundentes que hay para alguien que de verdad quiere echar toda la carne al asador en una institución así. Tal "advertencia" salió de los labios del Director del Centro no pocas veces, y desde luego, y con bastante vergüenza de mi parte, era lo que bastaba para doblegar el impulso rebelde del momento. ¿Cómo podía ser que yo, una persona que quería con locura a mis padres, con un corazón del que me siento orgulloso y no pocas veces me ha hecho pasarlo mal, llegara al punto de no escucharles para escuchar a los Directores? Qué peligroso resulta hablar en Nombre de Dios, y cuánto daño ha hecho el "seguir la más leve indicación de los Directores como un mandato imperativo". Desde luego, hay que tener cara para afirmar "en la Obra lo máximo con lo que te van a pedir algo es con un por favor".
Pero claro, mi corazón, atado y bien guardadito bajo siete cerrojos, se fue rebelando ante lo que el yo ¿racional? estaba haciendo con mi vida, y empezó a forcejear.
Mucho tiempo pasó, pero ciertos acontecimientos fueron precipitando mi rebelión. Hubo un tiempo en que pensé en irme a otro país para estudiar mi carrera (sugerido y alentado por mis padres), por lo que lo comenté al Director del Centro. Cuando me dijo que mi entrega era estar disponible, y que no podía irme a otro pais para estudiar me sentí defraudado, pues el día en que planteé pitar, preguntando esta cuestión, me dijo el sacerdote que no había ningún problema, que podía estudiar donde quisiera. Peor aún fue cuando mis padres invitaron al Director del centro a comer, para hablar temas de mi ida al Centro de Estudios. Me acuerdo perfectamente de mi padre preguntandole sobre la posibilidad de irme a otro país a estudiar (le hacía mucha ilusión), y me acuerdo de la respuesta del Director: "Por supuesto, Fulanito es libre para estudiar donde quiera". Que cinismo. Delante de mis propias narices. ¿Y sabeis que hice? Nada. Pero me empezó a abrir los ojos.
Entonces fue cuando empezaron las manifestaciones físicas de que algo no andaba bien. Poco después comenzaron las mentales, acompañadas de un aumento de la agresividad sin precedentes, así como de una tendencia depresiva cuando me quedaba solo. Sufría, porque estaba solo. El Señor, tan presente en otros momentos de mi vida, estaba ausente, distanciado. Me rebelé, por dentro, sufriendo por mi soledad. No me atrevía a contárselo a nadie, ni a mis amigos más "íntimos". Al pasar el tiempo, y pasar yo cada vez más de las reglas, de las normas y de tanta estupidez superflua comencé a explorar la vida que yo me había negado a mí mismo, y que comentarlo en el centro sería motivo de escándalo acompañado de pecado mortal por mi parte. Empecé a hablar con una chica, compré una entrada para ir a un concierto del Canto del Loco, ¡pisé una discoteca! ¡Buah! En cualquier otro momento eso hubiera sido para mí pisar el Infierno mismo, pero no fue para tanto.
Evidentemente, esto lo iba comentando con mi director espiritual, distinto al Director del Centro. Con mis directores espirituales tuve suerte, pues el primero de ellos me decía que mis decisiones las tenía que tomar yo, rezando ( fue el único que de verdad permitía desarrollar una conciencia normal, lástima que estuviera poco con él). El segundo era una persona muy nerviosa, pero un buen director, y a pesar de que tuvo sus cagadas, y yo las mías, guardo muy buen recuerdo de él.
No puedo decir lo mismo del director del centro. Una persona que externamente rezumaba amabilidad y bondad resultó ser en la realidad una persona fría, instalada en un universo paralelo gobernadas por las Normas de la obra y la radical interpretación de la Voluntad de Dios. Esta persona, supuestamente provista de criterio, fue capaz de comparar mi situación a la de un esposo que abandona a su mujer. Tenía yo 17 años. Se negó a reconocer los daños mentales y físicos que sufría, sugiriendo que era exageración mía. Por este deterioro ficticio mío pasé el peor verano de toda mi vida y a la vuelta tuve que pasar por la consulta de un psicólogo, una persona de la Obra que de verdad vivía la caridad cristiana y vivía en este mundo. Ojalá hubiera más como ella.
Para terminar, abreviaré. Dos años y pico después de "abandonar a mi mujer" tengo novia, amigos y una familia de verdad que quiero y que me quiere. Me dirijo con un sacerdote de la Obra, amigo mío, ajeno a todo lo que pasó, pero que fue testigo indirecto a través de mi madre. Y he conocido la felicidad, fuera de la Obra, aunque en momentos la haya perdido por mi estupidez. No me arrepiento de haber pitado, y me arrepiento mucho menos de haberme ido. Sé que a pesar de los pesares salgo yo ganando.
Un abrazo muy fuerte a todos,
Max
(in aeternum! jeje)
Hay que dar nombres.- E.B.E.
Estoy de acuerdo contigo Ana en que hay que dar nombres. Tal vez me faltó señalarlo de manera puntual. Pero para mí está claro que si uno quiere dar testimonio a la Iglesia, ha de ser con nombre y apellido (nada de teorías), tanto de uno mismo como del resto de las personas involucradas, ya sean las que obraron el bien como las que obraron la iniquidad. Y dejar en claro cómo estaba formada la cadena de mandos, es decir, no sólo quién era el director sino también quién era el que tenía que controlar a ese director, el consiliario, etc.
Hay que dar nombres, además, porque no creo en la crítica generalizada. No creo que por el simple hecho de ser nombrado director local o de una delegación, ya uno cae en las generales de la ley. No lo digo por mi experiencia sino por la que he observado en otras personas: se nota cuando un director pasa a formar parte del staff de la Obra y cuando un director no termina de encajar y finalmente es despedido de esa órbita selecta. Pero esto puede llevar años.
Lo mismo que aplicas a los directores de las delegaciones se podría decir de todos los que estuvieron en la Obra más de cinco años, por dar un número. Cualquiera, desde afuera, podría decir que es imposible ser inocente habiendo estado tantos años en la Obra por más que se haya sido «numerario de a pie».
Como razonamiento está perfecto, pero le faltan datos a ese razonamiento. En la Opus Dei se dura más de lo que se quisiera, por muchas razones (el control mental, entre otras) y en los cargos de dirección se dura por las mismas razones.
Salvo aquellos que pasan a formar parte del staff, como decía antes. Y se los detecta, ya sea por su cinismo o por su amianto.
No trato de quitar responsabilidades puntuales, pero tampoco pienso que se les pueda aplicar una responsabilidad generalizada, como si todos los directores fueran pardos... J Saludos, E.B.E.
Mensaje para Idiota.- Alfredo
Mensaje para Idiota
Estoy intentando contactar contigo. Me puedes escribir a mi correo electronico habitual (alfredo1902[arroba]yahoo.es)
Muchas gracias y un abrazo para todos,
Alfredo
A propósito del último escrito de E.B.E. - Carocha
A propósito del último escrito de E.B.E., me parece que hay algo enteramente nuevo en los testimonios ante la Santa Sede: el peso de internet. Para las personas que tienen ahora veinte años, muchos de los problemas de que hablamos aquí son totalmente ininteligibles, en gran parte porque los recursos mentales de que disponen son totalmente otros, y eso, en gran medida, porque internet y sus modos y tiempos peculiares son, por primera vez, parte radicalmente integrante de la educación – y, probablemente, la única parte que defina y unifique verdaderamente la experiencia de vida y la sensibilidad de esta primera generación, tan distinta de la mía, gracias a Dios :)) Será interesante observar como se comporta la lenta, prudente y monárquica Iglesia frente a esta divertidísima destrucción de fronteras mentales, que tanto convienen a gatos y gatas muy pardos ;) La historia de las mentalidades pasará a ser estudiada, me parece, en grande medida, como se lee un buen y grueso libro policial: con sobresalto y mucha atención. La Iglesia no puede, por definición aquí, ignorar este nuevo modo de ser, no puede ignorarnos a nosotros en esta web, pero puede repetir, claro está, negativas actitudes del pasado. Tal vez no lo haga. Saludos, carocha
Hacer amable la mentira.- Galtzagorri
HACER AMABLE LA MENTIRA
Galtzagorri, 29 de noviembre de 2006
Cuántas charlas, círculos y sermones acerca de la verdad y la libertad habremos padecido en el Opus. Cuánto cinismo. Voy a tratar de explicarme.
No decimos la verdad sólo por el hecho de no decir explicitamente una mentira. Si yo -por ejemplo- (y perdonad que sea un ejemplo tan mal improvisado) voy a tomar un café contigo a un bar y me muestro simpatiquísimo y todo lo que te cuento mientras tomamos el café es verdad – no digo explícitamente ninguna mentira- , PERO ya he premeditado secuestrarte o atracarte una hora después... ¿podré decir que estuve diciéndote la verdad mientras tomábamos el café?
NO.
Porque el encuentro fue mucho más falso que sincero, fue un engaño. Cada una de mis sonrisas o cada una de mis risitas – como respuesta a cualquiera de tus comentarios- escondían un plan malévolo y oculto. Este ocultamiento de la realidad, de lo que yo verdaderamente pretendía hacer contigo, convierte a todo en una farsa: en una gran mentira.
Hay un libro del opus por ahí que se titula “hacer amable la verdad”. El opus tiene experiencia de sobra para publicar también un libro con el título “Hacer amable la mentira”. Porque consigue eficazmente que sus propios miembros pierdan el rechazo moral a la mentira cuando está en juego el prestigio del Opus o algún “botín” proselitista. Por eso manipulan tanto la verdad, y omiten tanta información crucial a los pitables y a sus padres: porque un pitaje es el botín más preciado para el opus. La dimisión de un miembro, correspondientemente, es una de las peores noticias para el opus: por eso el fundador no dudó en lanzar amenazas que parecen más de adivinadora del futuro de television, que de un sacerdote cristiano. Y todos sabemos que dentro del opus hoy en día se sigue con la misma política, intimidando a los miembros – herencia del fundador- a no salirse del opus, como si fuera la acción más irreparable y abominable que una persona del opus pueda hacer, y para ello manipulando el concepto de "vocación". ( Por esto "vocación" es la palabra más utilizada en el opus: porque es gracias a ella que luego pueden realizarse todo tipo de manipulaciones y presiones. No caigamos en el error de hablar de "vocación" como lo hace el opus, tan a la ligera)
Ayer leí el artículo de Australopitecus en el que él copia algunos puntos de la “instrucción para directores”, y el texto desprendía un hedor insoportable. La obsesión por las fichas personales recogiendo meticulosa y pacientemente todo tipo de información personal (perteneciente no a malhechores o peligrosos delincuentes, sino a personas de buena voluntad como cualquiera de vosotros - incluso se utiliza el adjetivo “íntima” en dicha instrucción-) nos hace pensar en un sistema totalitario en el que cada sujeto está totalmente controlado por los que mandan.
¿Cuántos de nosotros, habiendo pertenecido al Opus durante 5, 10 o 15 o más años, fuimos informados de la existencia de esas fichas personales? ¿Dónde guarda hoy el opus toda esa información? ¿cómo sabemos si aún conservan nuestras fichas personales o no? ¿ Quién nos informó de que había “hermanos” nuestros que se dedicaban a recoger información íntima y confidencial acerca de nosotros y luego enviarla a la comisión o a otros lugares? ¿Por qué nos hemos tenido que enterar ahora, ya fuera del opus, y por internet? ¿Nos hubieramos enterado si siguieramos perteneciendo al opus, o por el contrario, nos hemos enterado porque nos hemos ido y estamos haciendo ASEQUIBLE la verdad? ¿ Por qué el opus no pone de una vez algo de empeño en dejarse de amabilidades con la verdad y simplemente DICE la verdad, pero... de verdad, no a medias??
Si no lo hace, seguirá haciendo amable la mentira, y muchos directores seguirán diciendo verdades a medias y ocultando la verdad ( es decir, mintiendo) sin el menor resentimiento moral.
Miguel L (Galtzagorri)
Retorica opusiana.- Drake
Leido en un periodico mexicano: (http://www.jornada.unam.mx/2006/11/16/index.php?section=capital&article=044n1cap) "El vocero de la Universidad Panamericana (UP), Oscar Colorado Nates, informó que la asociación civil Centros Culturales de México, operadora de esa institución educativa perteneciente al Opus Dei, analiza la reubicación de algunas de las instalaciones que posee en la colonia Insurgentes Mixcoac. (...)Al preguntarle qué significaría esa cantidad de dinero para una institución como el Opus Dei, señaló que "hay veces que se prejuzga mucho sobre los ricos, sobre el Opus Dei, sobre mucha otra gente y otras organizaciones de la Iglesia a las que se ha atacado tradicionalmente porque son muy ricos, pero te puedo decir que no es cierto; hay muchas leyendas"."No es cierto ¿que? - que se prejuzga? - que se prejuzga mucho? - que se prejuzga mucho sobre los ricos? - que se prejuzga mucho sobre el Opus Dei? - que se prejuzga sobre mucha otra gente? - que se prejuzga sobre otras organizaciones de la Iglesia? - que algunos de los anteriormente mencionados son muy ricos? - que todos los anteriormente mencionados son muy ricos? - que son muy ricos?... porque son ricos pero no muy O sea que en la retorica opusiana sobre las riquezas puede que si, puede que no, pero lo mas probable es que a lo mejor quien sabe. -drake
Perlas de la Instruccion para los directores (2).- Australopitecus
Hola: De la Instrucción para los directores, otra frase de esas clarificantes: "87 [325] Esta unión espiritual evita, en el trato y en la labor apostólica, el peligro de regionalismos —los de Valencia, los de Valladolid, los de Sevilla; más tarde, los franceses, los portugueses, los Italianos, los americanos, los españoles—, las camarillas o grupitos con personalismos —yo soy de Pablo, yo de Apolo (I Cor. I, 12)—, y las amistades particulares.
Bendición de Dios ha sido que nunca han existido ni conatos de estas cosas en la Obra. Vigilad, para que nunca se puedan introducir esos males, con perjuicio de la unidad del apostolado, peligro para las almas, daño para la Obra e ineficacia para el servicio que debemos a la Iglesia.123[326] Procurad separar de nuestras casas a aquellos que con facilidad pueden contraer especiales amistades, que siempre van en detrimento de la caridad con los demás y que, si la otra alma llega a darse cuenta, acaban en una verdadera esclavitud. Inculcad en los corazones de todos y en sus cabezas —cuando sea oportuno— la necesidad de cortar, desde el principio, las predilecciones entre sus hermanos.
Prevenidles contra esas inclinaciones de simpatía, de parentesco, de paisanaje, de amistad anterior a la vocación, de estudios comunes, etc., que son ordinariamente el origen de esos posibles errores.12488 Haced que pongan los remedios convenientes: oración, mortificación;. que hablen con sencillez, para que podáis ayudarles; que traten menos y con menos amabilidad a aquellas personas, por las que [327] sienten excesiva simpatía; que traten con más amabilidad a aquellas otras, cuya convivencia les molesta.125
Si es necesario se procura que no convivan en la misma casa o en el mismo Centro. Y, después de todo esto, no deis al asunto demasiada importancia: despreocupaos."En especial me llamo la atencion eso de "Procurad separar de nuestras casas a aquellos que con facilidad pueden contraer especiales amistades". Genial Escriva! (o del Portillo?) Ya ven si les da por "contraer" amistades especiales, la obra no es lo suyo. Esta Claro? Saludos, Australopitecus
Recuperar la fe desde abajo.- Vadovia
Recuperé mi fe desde abajo y cuando caí muy bajo. ¡Gracias Señor!
El libro que recuperó mi fe. Transcribo algunos párrafos. Escrito por un monje benedictino. ¿Estará en el index del prelado? Su planteamiento es opuesto al del Opus. Me explico porqué el Opus llegó a enfermarme y porqué seguirá enfermando a otros.
Antes de transcribirlos, reproduciré algunas de las ideas de la parafernalia militar de José maría Escriba Albás para contrastarlo: "La paz es algo muy relacionado con la guerra, La paz es consecuencia de la victoria. La paz exige de mí una continua lucha. Sin lucha no podré tener paz" (Camino 308); "ser fiel a Dios exige lucha. Y lucha cuerpo a cuerpo" (Surco, 126); "La prueba, no lo niego, resulta demasiado dura" (Surco 127); "el Reino de los Cielos se arrebata con violencia, con la pelea de cada instante" (Surco, 130); "que tú no eres más que el envoltorio del regalo: un papel que se rompe y se tira" (Surco, 288); "obedeced, como en manos del artista obedece un instrumento" (Camino, 617); "Siempre al mismo paso. Siempre las mismas vueltas. -Un día y otro: todos iguales"; "las orejas estiradas como antenas, austero en la comida, duro en el trabajo, con el trote decidido y alegre" (Camino, 998 y Es Cristo que pasa, 181).
En cambio Grum:
“En la historia de la espiritualidad se pueden distinguir dos corrientes clasificatorias. Hay una espiritualidad desde arriba, que parte de los principios de arriba y desciende a las realidades de abajo. Y hay otra espiritualidad desde abajo, que parte de las realidades de abajo para elevarse a Dios. La espiritualidad desde abajo afirma que Dios habla en la Biblia y por la Iglesia pero también nos habla por nosotros mismos a través de nuestros pensamientos y sentimientos, por nuestro cuerpo, por nuestros sueños, hasta por nuestras mismas heridas y presuntas flaquezas.”
El ascenso a Dios pasa por el descenso a la propia realidad, hasta lo más profundo del inconsciente. La espiritualidad de abajo contempla el camino hacia Dios no como una vía de dirección única que lleva directamente a Dios. El camino hacia Dios pasa generalmente por muchos cruces de errores, curvas y rodeos, pasa por fracasos y desengaños. Pero resulta que no son precisamente mis virtudes las que más me abren a Dios sino mis flaquezas, mi incapacidad, incluso mis pecados.
La espiritualidad desde arriba parte de las cumbres de un ideal prefijado. Arranca del ideal bien perfilado de un fin que el sujeto debería alcanzar mediante la oración y las prácticas espirituales. El ideal se diseña partiendo del estudio de la Sagrada Escritura, del magisterio de la Iglesia en materia moral y del autoconcepto.
La espiritualidad de arriba brota de la aspiración humana a ser mejor, a superarse, a acercarse cada vez más a Dios. Esta espiritualidad tuvo su representación principal en las corrientes de la teología moral de los tres últimos siglos y en la ascética más común enseñada desde la Ilustración. La psicología moderna se muestra muy escéptica frente a esta forma de espiritualidad por considerarla como un peligro de desintegración interior del sujeto. El que se identifica con su ideal prescinde frecuentemente de su propia realidad si ésta no se acopla a aquél. El resultado es un sujeto interiormente dividido y enfermo. La psicología en cambio apoya una espiritualidad de abajo tal como la practicaron los antiguos monjes. Para la psicología es incuestionablemente claro que el hombre no puede llegar a su propia verdad si no es por el propio conocimiento.
En la espiritualidad desde abajo no se trata sólo de prestar atención a la voz de Dios que me habla por mis pensamientos, sentimientos, inclinaciones y enfermedades para llegar por su medio al descubrimiento de la imagen que Dios se ha formado de mí. Tampoco se trata sólo de la elevación a Dios por el descenso a mi realidad. En la espiritualidad desde abajo se trata sobre todo de conseguir abrirse a las relaciones personales con Dios en el punto preciso en que se agotan y cierran todas las posibilidades humanas. La auténtica oración, dicen los monjes, brota de las profundidades de nuestras miserias y no de las cumbres de nuestras virtudes. Jean Lafrance describe la auténtica oración cristiana como una oración que brota de lo profundo, pero necesitó él mismo largos años de fracasos para llegar a esta clase de oración.
La espiritualidad desde abajo intenta responder a la pregunta sobre qué se debe hacer cuando parece que todo sale torcido y cómo se deben colocar los fragmentos de nuestra vida rota para formar con ellos una figura nueva.
No podemos, por tanto, prescindir de la espiritualidad de arriba. Ejerce la función positiva de despertar vida en nosotros. Sólo actúa negativamente produciendo enfermedad cuando los idea les pierden contacto con nuestra realidad. Hay quienes se proponen unos ideales tan elevados que resultan inasequibles. Y para no renunciar a esos ideales prescinden de la propia realidad para poder identificarse con ellos. El resultado es una personalidad desdoblada. Cierran los ojos a la propia realidad, por ejemplo, a la agresividad que puede esconderse en sus devociones religiosas. La tensión producida por el desdoblamiento de la personalidad puede desembocar en una vida a dos niveles sin contacto de uno con otro y a la proyección sobre los demás de los instintos reprimidos. Para mantener erguido el ideal de perfección se desplazan los defectos propios proyectándolos sobre los demás contra los que se chilla y se maldice. El desplazamiento del mal del propio corazón lleva a inconsideración con los demás a los que se anatematiza y trata brutal mente en nombre de Dios. La espiritualidad de arriba se practica generalmente al comienzo del camino espiritual. Pero llega un momento en el que el individuo necesita poner en contacto la espiritualidad de arriba con la espiritualidad de abajo si desea subsistir en una vida normal. De no hacerlo así se originan tensiones internas y el sujeto enferma. Es entonces cuando debe tomar muy en serio la propia realidad y conectarla con el ideal. Es la única manera de lograr la trasformación.
El peligro de la espiritualidad desde arriba consiste en hacerse a la idea de que se puede llegar a Dios por el propio esfuerzo. Lafrance define este falso concepto de perfección con estas palabras:
Los hombres han imaginado en general la perfección como un continuo crecimiento o como un proceso de ascensión con más o menos dificultades, pero como un logro del esfuerzo humano. En consecuencia elaboran una determinada ascética o técnicas de oración que luego ofrecen a la magnanimidad espiritual de los otros como medio para ayudarlos a escalar los peldaños de la perfección. Si un dirigido habla con su director espiritual de la imposibilidad de lograr ese objetivo recibe muchas veces esta respuesta: basta con intentarlo. En el último peldaño de esta subida se trasforma automáticamente este intento en flor de libertad.
Pero no. No podemos llegar a Dios por el propio esfuerzo. Lo paradójico consiste en que todo esfuerzo nos lleva a constatar que con él, solo nadie puede ni hacerse mejor ni llegar a Dio No podemos lograr solos el ideal que amamos. En un momento dado llegamos a tocar techo en nuestras posibilidades y a comprobar allí que solos fracasaremos irremediablemente y que únicamente la gracia de Dios puede cambiarnos.”
Vadovia
Encarna, más vale tarde que nunca.- Books
Hola Encarna,
como siempre voy con el tiempo un poco ajustado. He pensado que era un poco tarde para continuar mi escrito, pero de todos modos lo voy a hacer, aunque voy a tener que dejarme algunas cosas en el tintero.
Anteriormente te hablaba de los que "están" en el Opus Dei. Hoy te hablaré de los que se han ido. No es que los que se vayan se queden vacíos, más bien se tienen que hacer un hueco. Esto lo consiguen vaciándose de sandeces para intentar llenarlo con lo que necesitan para vivr su nueva vida.
Los que se van , muchos de ellos por el estado de inmadurez en que se encuentran (porque la Obra no les ha dejado madurar), tienen mucho que aprender: tomar decisiones, ir al banco, relacionarse con la gente del mundo, pensar en qué van a creer ahora después de este desengaño. Vivir la vida real.
Hay quien tiene la suerte de salir más "madurito" y tiene muchas cuestiones ya resueltas. Les cuesta menos adaptarse a su nueva vida. Los que se van tienen mucho menos tiempo que tú, porque lo normal es que formen una familia y tengan que atender a sus hijos, trabajar. Los que se van, y estando en la Obra tenían un trabajo externo, también tienen mucho adelantado. Los que tuvieron la mala suerte de estar en "trabajos internos" lo tienen más crudo, y si encima no tienen familia, y un lugar para vivir, entonces digamos que no tienen tiempo ni para respirar. Búscate un piso, un trabajo, hazte la comida, plánchate la ropa.
En fin creo que todo lo que escribo lo sabes tú, y lo sabemos todos, porque hay que ser un poco tonto para pensar que los que se van, se sienten vacíos y tienen mucho tiempo.
Gracias a Dios los que se van se sienten libres para contar su historia porque "les da la gana", porque quieren ayudar, o porque se quieren desahogar, pero dudo que el que escribe lo haga para hacer daño. Escribir su historia es escribir su biografía. Los buenos autores, que escriben las suyas, lo hacen para entretener, para informar... pueden aburrir, pueden dejar indiferentes a los lectores, pero quieren contar lo que han vivido. No creo que decir verdades pueda hacer daño a nadie. Leéte en "Camino" el capítulo de "sinceridad".
Adios, Encarna. Sigue siendo feliz. Creo que debes ser de esas personas, que caen bien a las directoras, de esas lanzadas, de esas que animan las tertulias mustias con sus buenos golpes. Pero sé sincera contigo misma y párate a pensar si la vida que llevas es coherente, si lo que haces es lo que quieres, o es lo que te imponen.
Siento si mi escrito ha quedado hecho un mazacote y tal vez un tanto acelerado, pero creo que "lo esencial" lo he dicho, aunque por circunstancias de "tiempo" no lo haya podido hacer como me hubiera gustado. ¿Nos contarás tu historia alguna vez?.
Un saludo. Saludos para los orejas,
Books
Complementando Testimonios.- Emevé
He estado pensando en si de verdad debería sentarme y “perder” tiempo para decir lo que voy a decir, pero es que no puedo con mi genio. A lo mejor es que me gusta ver mi nick publicado con regularidad, me gusta que me reconozcan en el chat y que mi amiga “Carmen” me diga que me lee (y que le gusta cómo escribo)... carencias que tiene una, ¿acaso ustedes no tienen carencias? A mi me hace falta sentirme importante .. so what?
Bueno, lo que quiero es complementar un poco lo que dijo Daniel M. en la actualización pasada, y es que en mi caso (también expulsada por “enfermedad”) lo que me enfermó no fue el plan de vida “too high” para mi, o el que yo haya nacido para manada y me pusieron de líder... o algo así. Nop, yo con el plan de vida de abad de monasterio no tenía problema, había aprendido a llevarlo bien, es más, en las dos medias horas frente al sagrario sacaba fuerzas para seguir adelante, hallaba paz y consuelo, en la comunión diaria me sentía revitalizada, en fin, la presencia de Dios, considerar mi filiación divina, acciones de gracia, actos de desagravio, oraciones jaculatorias, todo “okey”... muchas de esas cosas las sigo haciendo porque las necesito (la lectura espiritual me costaba, pero no por leer, sino por los librillos internos de “sanchema” que me tenía que soplar, que me hacían pensar que cómo es posible que ese señor tan egocéntrico y no muy intelectual sea santo y cómo iba a hacer para amarlo... cosa que no logré nunca).
Mi “problem”, es decir, la causa de mi internamiento por gastritis a los 18 añitos, de mi bajada de azúcar, y de mis desmayos en el “centro cultural universitario” era por el proselitismo. ¡No me pitaba ni el aire!!!! Me llevaba a la oración las listas, me mortificaba (pedía mortificaciones extraordinarias y mis “sabios” directores me las autorizaban), rezaba como una posesa, lavaba “cocos”, y naaaaaaaada, me pitó una (con mucho esfuerzo y varias mentiras que tuve que decir... ya lo conté por allí un 19 de marzo). Y mis directores me hacían recordar lo de la higuera maldita, que Jesús fue a buscar higos y aunque no era tiempo de higos, no encontró nada, y la maldijo. Me recordaban también, con mucha visión sobrenatural, que “por sus frutos los conoceréis” y quien no daba fruto, se secaba.
Con tanta visión sobrenatural de mis guías espirituales, me dió gastritis, hipoglucemia y me debilité tanto que en un mismo año me dio tifoidea y me operaron del apéndice. (Nota al pie de página, a mis directores y a mis hermanitas tampoco les pitaba nadie... pero sentía que la culpable era yo, y nadie me dijo lo contrario).
Me dijeron, cuando me echaron “por salud”, que a pesar de que yo no era una traidora, que me estaba yendo porque ellos veían que finalmente esta humilde servidora no tenía vocación (ellos, los que algunos años atrás vieron que sí tenía y que Dios me había elegido desde toda la eternidad), igual no me podía acercar al centro al que estaba adscrita porque (no es literal) iba a causar confusión entre las asistentes, que van a pensar que la gente entra y sale del opus como si nada.
No sentí que yo haya abandonado a Dios, sentí que Dios me había abandonado a mi. Sentí también que a lo mejor era mi culpa tanta enfermedad, porque ¡oh milagro! me curé una vez liberada de tantas presiones “sobrenaturales”, y como nunca tuve un diagnóstico (los médicos me decían que lo mío era sicológico, porque físicamente estaba perfecta) me empecé a pensar que yo era la causante, que me había inventado las enfermedades para ser una “Judas” sin parecerlo (pasaron más de 7 años hasta que conocí esta web, y ese tiempo da para atormentarse mucho).
Así que ese jovencito que se está pensando en entrar al opus porque es “super cool” eso de asistir a la labor de San Rafael, a lo mejor podrá también considerar que a algunos, que hicimos todo lo que está escrito que debe hacerse y que fuimos “fieles” hasta la negación de uno mismo y nos dejamos la piel en aquello, resulta que no nos fue bien. A lo mejor le sirva mi testimonio, a lo mejor solo sirve para ver mi nick en esta actualización y sentirme importantilla... qué le vamos a hacer.
Saludos a todos.
Emevé
He leído, he comprendido y me ha dado miedo.- Jose_A
Queridos todos: He estado leyendo el " Vademecum del gobierno local" y en su apartado de admisión e incorporación he encontrado un párrafo en el que, creo, se resumen muchos de los problemas del Opus Dei. Lo he leído y me ha dado miedo. "Los fieles de la Prelatura tienen la obligación de conciencia de cultivar y defender, en todo momento, las características divinas de la Obra: su naturaleza y sus fines sobrenaturales, su régimen, su unidad, los modos apostólicos queridos por el Señor, el Derecho propio —santo, perpetuo e inviolable— que nuestro amadísimo Fundador, por Voluntad divina, estableció para siempre, y la Santa Sede ha sancionado". El subrayado es mío (las negritas no), y las frases me han hecho ver como la Obra se juzga a sí misma. Es la primera vez que leo una frase que positiva y directamente liga la voluntad de Dios a la acción del fundador sin posibilidad de duda, caracterizando el derecho propio de la institución como "santo, perpetuo e inviolable" vamos, como si la Obra fuera una nueva alianza entre Dios y los hombres y justificando sus modos de hacer al presentar el beneplacito de la Santa Sede para convencer al que no lo estuviera ya e imposibilitando cualquier tipo de crítica o duda porque ni Dios ni la Iglesia se equivocan (silogismo falaz con el que se alimenta las cabezas de "la aristocracia de la inteligencia"). Sinceramente creo que la divinización de la institución es el problema básico del Opus Dei y la causa del mal que produce a su alrededor (como a mí me produjo ) y aunque haga bien a muchos (como a mí me lo hizo). Es la única institución u organización de la Iglesia que se adjudica la seguridad y certeza absoluta de tener un contacto directo con el Altísimo, parece que estuvieramos hablando de la mismísima fundación de la Santa Iglesia. Por eso no admite la crítica, ni siquiera la constructiva. La adjudicación del discernimiento de la voluntad de Dios es, sencillamente, la manera de obrar de las sectas y esto es lo que me parece pasa en la Obra y muestra el párrafo de arriba. Creo que el fin del Opus Dei es bueno, pero el método equivocado. ¡Qué pena! Pero sigo leyendo y no doy crédito a los consejos oficiales. ¿Y luego nos extrañamos que algunas personas de la obra traten a los ex- como escoria? Subrayado y negritas mío: " Trato con los que no perseveran
A los que no perseveran se les trata siempre con mucha caridad y delicadeza —como querríamos que hiciesen con nosotros, si nos encontrásemos en las mismas dolorosas circunstancias—, y si lo desean, se les atiende espiritualmente en una iglesia. A la vez, es preciso evitar todo lo que pudiese contribuir a dar —a los interesados y a los que son fieles a su [67] vocación— la impresión equivocada de que “no ha pasado nada”, de que la infidelidad no es algo muy serio.
Tenemos una bendita experiencia, que no deja de constituir una gracia especial de Dios: los que no perseveran suelen mantener un cariño grande a la Obra, lógicamente, siguen amando lo que amaron. El hecho de que no hayan seguido adelante, no es razón para que no continúen de algún modo unidos a la Obra, colaborando —con su oración, con su limosna— en los apostolados.
En cualquier caso, los Directores han de tomar las medidas —dictadas por la caridad y por la prudencia— para que no se perturbe el buen espíritu de los demás, ni se creen confusiones o situaciones equívocas. Se perturbaría o se confundiría, por ejemplo, si mientras no transcurran muchos años, se les permitiera que fuesen por nuestros Centros con demasiada frecuencia y confianza, o se les invitara a comer allí; si se tuviera con ellos una excesiva familiaridad, en el trato y en las conversaciones; si se les contaran cosas de la vida en familia, o si se les hiciera intervenir prematuramente y con cierta autoridad y responsabilidad en actos o en trabajos relacionados con la Obra y que, por ser públicos, pudieran tener una cierta difusión. Tampoco resulta oportuno, de ordinario acudir a su boda, al bautizo de los hijos, etc.
No resulta tampoco oportuno que, después de abandonar su camino, comiencen a colaborar con personas de la Obra en trabajos profesionales de los que obtengan un beneficio material.
La mejor manera de manifestar su buena disposición es que ayuden generosamente con sus limosnas —según su capacidad— en las labores de apostolado, al menos durante bastante tiempo."
A que viene eso de evitar la colaboración profesional con otras personas de la Obra de donde se obtengan un beneficio material.
¿Es venganza?, yo no veo otra razón.
Eso sí, al revés funciona siempre: si hay dinero de por medio y "al menos durante bastante tiempo" y la que se beneficia es la Obra entonces
cambian las tornas.....
El dinero lo cura todo.
¡Venga ya hombre!
Esto no puede ser serio.
Jose_A.
Una breve corrección a mi escrito del lunes.- Daniel_M.
Estimados amigos.
El lunes, se publicó mi correo contestando a Nicas. Como lo escribí de una tirada e inmediatamente lo envié, no detecté el error de "gaudem cum pacem", es "gáudium cum pace", por supuesto. En una novela de John Grisham, en el capítulo dedicado al juicio -siempre hay uno-, se desarrolla una escena en la que declara en el estrado un testigo fundamental para la acusación, un grupo contrario a las empresas tabaqueras. El testimonio que emite es imposible de refutar, sin embargo, el abogado defensor de las empresas intenta desvirtuar la validez del testimonio a partir de un minúsculo error en su declaración.
No vaya a ser que Nicas le haya contado a su amigo supernumerario el contenido de mi carta (o se la haya llevado) y éste haya intentado anular mis opiniones con el error del " Gáudium". Por supuesto es la primera palabra con la que comienza la oración final de las " Preces", la inmediatamente anterior a las peticiones dirigidas a los Arcángeles y y los Santos Pedro, Pablo y Juan.
Saludos a todos y a Nicas.
Daniel M.
No todo el que deja la Obra deja la Fe. Para Iván.- Pentium
Estimado Iván y todos los que leéis esta web:
He leído tu escrito y no he podido por menos que discrepar de la opinión que apuntas.
Te preguntas -y te cito textualmente: "sí tras dejar la Obra la gente deja de rezar y abandona el Catolicismo, lo que todo el mundo debe preguntarse es: ¿Qué daños le produce el Opus Dei a su gente, y con ellos a la Iglesia, para que en el momento en que escapan de él abandonen las prácticas religiosas y la Fe?"
Partes de una premisa no del todo exacta: que todo aquel que deja la Obra deja la Fe. Y, no es del todo cierto, puesto que aunque hay gente que sí que deja la Fe al dejar la Obra, muchos otros -entre los que me cuento yo y muchos de los que me leen- no abandonan la Fe al dar este paso.
Por lo tanto, llego yo a varias conclusiones que están en las antípodas de tu comentario y que a continuación indico:
1.- No todos los que dejan la Obra dejan la Fe aunque hay algunos que dejan la Fe al dejar la Obra.
2.- Posiblemente hay que pensar que el que deja la Fe al dejar la Obra, lo haga por motivos que le lleven a ambas cosas, pero no como causa-efecto.
3.- Dejar de amar a la Iglesia o de creer en Dios porque haya gente en la Obra que no lo haga bien, no debe llevarnos a abandonar el amor por la Iglesia o la Fe. Son dos cosas distintas y es señal de madurez saber distinguir las personas de la institución a la que pertenencen. Te pondré un ejemplo: si me cae mal Joan Laporta no por eso abandonaré mi afición por el fútbol. En todo caso abandonaré mi afición por el F.C. Barcelona. Dicho sea de paso a mi el fútbol como que me la repanpinfla.
4.- La Fe es algo personal y don de Dios, por tanto del hecho de abandonar la Fe no debe culparse a nadie que no sea uno mismo, puesto que igual que la virtud es personal, el pecado también lo es. De lo contrario, diríamos que tal o cual institución de la Iglesia hace que sean santos los que a ella pertenencen por el hecho de pertenecer y sabemos de sobra que en la Obra, aunque hay gente muy santa, hay otros que -sin entrar en juicios temerarios- dan la impresión de estar muy lejos de la santidad.
5.- Finalmente, y como prefiero hablar por mi y no generalizar, en mi caso, no sólo NO he dejado la Fe al dejar la Obra, sino que ahora me siento mucho más dentro del mundo, más cristiano y con posibilidad de hacer mucho más bien del que traté de hacer -como tú, seguramente- durante mis años en la Obra.
6.- Una de las cosas que aprendí en mi marcha de la Obra es que pertenecer a ella no garantiza la salvación del alma y no es salvoconducto para la santidad. De lo contrario, y siguiendo tus argumentaciones hasta el final, deberíamos pensar que todo el que muere en la Obra tiene la salvación asegurada y sabemos que no es así.
7.- A mi la Obra es como un zapato bonito, pero que no tienen de mi número. A quien le guste y sea lo suyo, ¡¡estupendo, le felicito!! Para mi pertenecer a ella como numerario que he sido durante 18 años, no es lo que colme de ansias de felicidad mi corazón y mi vida.
Un abrazo
Pentium
Tú no eres del Opus Dei. Para Inés_dos.- Valle
Hola Ines_dos
Tengo que decirte, que realmente tú no eres del opus dei. Te copio a continuación algunos fragmentos del capítulo de Admisión e incorporación del Catecismo de la obra, aunque te aconsejo que te lo leas entero (lo encontrarás en esta web):
"56. -¿Cómo se realiza la adscripción de los Numerarios, Agregados y Supernumerarios al Opus Dei?
La adscripción al Opus Dei se realiza por la Admisión, por la Oblación y por la Fidelidad."
Tú todavía no has hecho ninguna de las tres cosas
"58. -¿Qué condiciones son necesarias para que se pueda conceder la Admisión?
Para que se pueda conceder la Admisión, el interesado debe: 1) tener uso de razón y haber cumplido diecisiete años."
Tú no tienes 17 años
"59. -¿Qué otras condiciones son necesarias para ser admitido? Para ser admitido, el interesado ha de desearlo con plena libertad; ha de conocer las obligaciones que la Admisión lleva consigo; y ha de ser capaz de sustentarse."
Por si acaso no queda claro el punto, en el propio catecismo, a continuación aclara: "El interesado debe confirmar su plena libertad con un querer seguro, consciente y responsable"
Por lo que cuentas tú no pareces desearlo con plena libertad y mucho menos sin ella y dudo que seas capaz de sustentarte sin la ayuda de tus padres. Por todo esto, entiendo que no estás dentro, y no tienes ningún compromiso con Dios ni con la obra, si alguien te dice lo contrario, te está mintiendo en nombre de Dios y podrías llevarle estos puntos del catecismo para que te explique de dónde se saca que tienes que esperar al 19 de Marzo o cualquier otra cosa que te estén diciendo para retenerte.
Otra cosa que puedes hacer es pedir consejo a cualquier sacerdote que no sea de la obra.
Ines_dos, en este momento tu paso por la obra sólo es una anécdota en tu vida, decide tú sola qué es lo que quieres, sé firme y no permitas que nadie te coaccione. Yo fui numeraria durante 4 años y medio por no defraudar a mi madre, pero lo que realmente quería era ser madre a pesar de que en la obra me insistían que mi vocación desde toda la eternidad era ser numeraria del opus dei; Gracias a Dios, me di cuenta a tiempo que mi vida la tengo que vivir yo y nunca jamás me he arrepentido de haberme marchado. Tener hijos es lo mejor que me ha pasado en la vida y me llevo estupendamente con mi madre.
Te deseo que realmente seas libre para decidir lo que quieres hacer, si quieres contactar conmigo le puedes pedir mi correo a los orejas de guardia. Mi hijo mayor tiene 15 años y me subleva el engaño y coacciones a los que se somete a l@s chaval@s en el opus dei.
Un fuerte abrazo María (Nick : Valle)
Perlas de los documentos internos.- Australopitecus
Hola:
Hace mucho tiempo no leia los textos del vademecum del consejo local, ni de la instruccion para los directores- que tuve un par de veces entre manos, ya saben los que lo conocen los escasos que son los ejemplares y no recordaba muchas cosas que aparecen alli.
Confieso que me sorprende la manera en que estan redactados, tomando en cuenta de que hace cuatro años no pertenezco a consejo local alguno y que llevo un año largo en libertad de formarme mi propio criterio no me sorprende mi sorpresa. Lo que me llama la atencion es el grado de fanatismo con el que estan escritos esos documentos.
Como habra gente a la que le resultara mas dificil leer esos textos, por aburridos y por pesados, pero que tiene interes en enterarse en cosas de la obra, me tomare el trabajo de extraer textos de los documentos internos de vez en cuando, dando algun comentario que se me ocurra, o simplemente dejando el texto que se "revele" solo.
Lo bueno del asunto es que queda de tarea para gente como la de AOP & co explicarnos el sentido de esos textos y como no considerarlos de una hipocresia descarada. Y para algunos que siguen dentro, espero que les ayude a aclarar ideas y a decidirse a dejar esa doble vida que llevan.
Una advertencia, tratare de dejar los textos con el debido contexto, asi que habitualmente dejare todas las frases y no solo las mas escandalosas, para que no digan que las saco de contexto. Procurare subrayar la parte jugosa de los textos en negrita. [Mis comentarios van entre parentesis cuadrados y en italica, si funciona esto del explorer (es que soy usuario del Firefox)]
Aqui va el primer texto, un clásico ya comentado en ol- por ebe tal vez-, pero que me sorprendio volver a encontrarlo en la nueva version del vademecum de cl (pag 57):
"No hay que extrañarse si, a pesar de todo, surge en alguno la tentación de volver la cara atrás (cfr. Lc 9, 62); porque el demonio, con la complicidad de las debilidades de cada uno, trata de derribar el edificio de la vida interior.
Con la gracia de Dios, tenemos motivos abundantes para esperar que siempre serán pocos los miembros de la Obra que abandonen su vocación [segun los datos que manejan los mismos que redactan estos textos esto es una flagrante mentira, estadisticas por favor!]; entre otras razones, porque —además de haber comprobado previamente que reúnen condiciones humanas básicas: sinceridad, reciedumbre, espíritu de trabajo, etc, todos piden la admisión con un conocimiento suficiente de las exigencias de la entrega [si como no?]; porque son personas maduras, que ya han superado las posibles crisis espirituales de la adolescencia; porque reciben una formación constante, sincera y abierta, que les ayuda a valorar —en medio de la realidad del mundo— la hondura sobrenatural de su camino; porque cada uno tiene recursos sobrados para desenvolverse social y económicamente [luego cuando lleven años dentro de la obra y no tengan ahorros propios esto no va a ser así]: nadie está en el Opus [59] Dei por conveniencia; porque ninguno se siente nunca coaccionado o forzado humanamente a seguir el camino: su entrega a Dios fue libre, y libre sigue siendo su perseverancia; todos saben que, para salir, la puerta está abierta. [como para transcribir una de esas charlas tetricas del 19 de marzo acá]
De todos modos, resulta inevitable que algunos se vayan. Es una prueba más del vigor sobrenatural y de la salud de espíritu de la Obra. Como todo cuerpo sano, se resiste a asimilar lo que no le conviene, y expulsa inmediatamente lo que no asimila. Y no sufre por eso: se robustece. [el siguiente parrafo aplica la frase a un caso que no es el unico frecuente, y que pasa con los cientos de numerarios y numerarias que dejan la obra despues de la fidelidad e incluso despues de ordenarse o de pasar por el colegio romano?] En concreto, no puede extrañar —lo contrario no sería normal— que durante el año y medio antes de la Oblación, algunos no sigan adelante. En la gran mayoría de los casos, no constituyen defecciones: se trata simplemente de que los Directores —o el mismo candidato- comprenden con claridad que no están en condiciones de continuar."
Saludos,
Australopitecus
Correos
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