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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 19 de Julio de 2006



Nosotros somos vuestros hijos y hermanos. Para Marga Valenzuela.- Ottokar

Querida Marga,

 

Gracias por venir a Opuslibros. Como supernumeraria con un hijo exnumerario creo que tu presencia aquí puede constituir una aportación muy valiosa a lo que creo que es un problema muy extendido en las familias del Opus Dei. Me refiero a la relación entre hijos exmiembros de la Obra con sus padres supernumerarios y con sus hermanos que son de de la Obra.

 

Es mi caso, y no es una excepción. El mundo del Opus Dei es relativamente pequeño y gira alrededor de las “familias del Opus Dei”. La mitad de la vocación se la debéis a vuestros padres, decía el fundador. Yo creo que es mucho más de la mitad. En el planeta ‘Opus Dei’, y me refiero tanto a miembros como a exmiembros, nos conocemos todos. Cuando te llamo ‘Marga’ al comienzo de este correo no lo entiendas como un abuso de confianza; es simplemente porque en casa he oído tantas veces a mi madre y a mis hermanas hablar de Marga Valenzuela que para mí no puedes ser sino Marga.

 

Dices en tu correo que tu hijo entró y salió sin traumas de la Obra. Si realmente es así, enhorabuena, sobre todo para él. Si lo que afirmas lo sabes porque has tenido con él una comunicación profunda en la que ha compartido contigo su experiencia, enhorabuena a ti también como madre. Lamentablemente yo no puedo decir lo mismo de mi caso. En todos los años que han transcurrido desde que me marché de la Obra nunca he podido hablar en profundidad con mi madre ni con mi padre –los dos supernumerarios- de mi experiencia personal y de mi opinión sobre los aspectos de la praxis de la Obra que a mi entender son más criticables. Y lo mismo con mis hermanos.Y esto ocurre con unos padres y unos hermanos a los que adoro, con quienes convivo mucho,  y con los que en el resto de cuestiones existe una comunicación fluida.

 

¿Por qué se produce esto? ¿Por qué este debate que gracias a esta web puedo tener contigo, no puedo tenerlo con las personas que más quiero? ¿Por qué cualquier posible opinión crítica hacia la Obra es un tema tabú con mis padres y mis hermanos? ¿Por qué esa incomunicación? ¿Por qué ante la situación de un hijo/hermano exnumerario, a quien ellos quieren tanto como yo a ellos, el único comentario es que “con él se equivocaron”, pero jamás le han dado opción a que desahogue con ellos una experiencia vital que le hizo sufrir?

 

Marga, los que escribimos esta web no somos unos malvados rencorosos ajenos a los que seguís en la Obra. La mayoría de los que escribimos aquí somos vuestros hermanos y vuestros hijos. Imagina que un día descubrieras que tu hijo exnumerario también hubiera contado aquí su experiencia y hubiera criticado algunas de las formas de hacer de la Obra. ¿Cómo reaccionarías? ¿Le dirías que es como un disco rayado? ¿que hay otras formas de ganarse la vida? ¿que está haciendo de una experiencia personal el “leit motiv” de su vida? No, Marga. Si tú eres como yo creo que eres, primero te llevarías un disgusto importante, pero luego te acercarías a tu hijo para ayudarlo y acogerlo. Y seguro que te preguntarías si le habías proporcionado a tu hijo el apoyo que quizás necesitó antes de pitar, mientras fue de la Obra y después de marcharse. Si hiciste todo lo posible para que se sintiera comprendido. Si además de rezar por él, hablaste con él.

 

No sé la opinión de tu hijo sobre el Opus Dei. No sé si se marchó sin rencor, como tú dices. No sé si ha leído esta web o ha escrito en ella alguna vez. Pero lo que sí sé es que muchos hemos encontrado en esta web la posibilidad de compartir nuestros pensamientos y sentimientos sobre la Obra que no hemos podido compartir en nuestra casa. Y eso debería ser motivo de reflexión. No somos unos extraños, Marga. Nosotros somos vosotros. Vivimos juntos, aunque para leer opuslibros tengamos que hacerlo con mucho cuidado, y con el dedo sobre la tecla del ratón para cambiar de ventana en cuanto se acerque nuestra madre o nuestro hermano. Compartimos ilusiones, celebramos juntos cumpleaños y bautizos, os besamos al llegar a casa, y fíjate, si hace falta os llevamos en coche a Molinoviejo o al Soto al curso de retiro o a la convivencia. Marga, ¿por qué hemos tenido que venir a Opuslibros para encontrar quien nos comprenda? ¿Os dáis cuenta de que la mayoría de los escritos que aparecen en Opuslibros se escriben desde vuestras casas o las de vuestros hijos? Y vosotros, padres supernumerarios, pensando que vuestro hijo exnumerario en realidad es de los que “se marchó sin rencor", y “sigue queriendo a la Obra”.

 

Marga, no sé si lo anterior se da en el caso de tu hijo. Pero te aseguro que sí es el de muchos, muchísimos de nosotros. No te imaginas lo solos que nos hemos sentido en ocasiones rodeados de nuestra propia familia. ¿Qué hay en la pertenencia al Opus Dei que puede crear esa incomunicación entre padres e hijos?

 

Dices que en tu familia cada uno hace lo que le da la gana. Quizás tu familia constituya un entorno más abierto que muchas familias más ‘típicas’ del Opus Dei. Quizás existan familias más variadas donde un miembro es cura del Opus Dei y otro es religioso misionero en el Brasil. Si es así, enhorabuena. Pero, Marga, ten en cuenta que en general no es así. Por eso, en tus encargos dentro de la Obra, como celadora, desde la AOP o desde donde sea, te pido que digas a las supernumerarias que hablen con sus hijos. Que hablen con ellos antes de pitar, después de pitar y cuando se hayan marchado de la Obra. Que les escuchen, que les comprendan. Te lo suplico, díselo. Porque si tú lo has logrado con tu hijo, otros hijos también tienen derecho a ello.

 

Gracias, Marga, por haber venido a Opuslibros. Gracias por haberme dado la ocasión para decir, simbolizado en tu persona, lo que hubiera querido ser capaz de decir a mi propia madre, a mi propio padre, a mis hermanos.

 

Ottokar



La Obra como aldea.- E.B.E.

La aldeana es una forma de vida como tantas otras. Se transforma en patológica cuando percibe al mundo exterior únicamente como una amenaza.

 

La Obra es una especie de aldea, de mundo cerrado donde las creencias que circulan dentro no son contrastadas ni contrastables con lo que sucede afuera. Y abrir esta aldea al mundo puede ayudar mucho a quienes habitan allí sin saber que existe otro mundo, un mundo exterior a la Obra. Opuslibros es una manera contribuir con ese objetivo.

 

La misma tecnología atenta contra el encierro en el cual la Obra pretende permanecer. Esto ya sucedía en los años 90 y cada vez más seguirá sucediendo. Los directores saben que la tecnología es una amenaza e intentan controlarla sin buenos resultados (teléfonos celulares, computadoras, Internet, etc.).

 

Un ejemplo de este mundo de ficción es la carta del prelado, a la cual no le había prestado atención hasta que leí el mail de Mariano. Esas cartas, como toda la literatura interna, son la recreación de un mundo romántico, idealizado, que sólo existe en la imaginación de los habitantes de, lo que se podría llamar, la aldea-prelatura. Pienso que es muy cierto lo que dice Mariano: no se les ocurre hacer juicio porque destaparían una olla que ellos mismos mantienen cerrada a presión.

 

No es que –por ejemplo- l@s supernumerari@s «no se enteran de nada» porque son tontos –que es lo que se piensa en la Obra pero no se dice, es decir, son supernumerari@s porque no les dio para numerari@ o agregad@ y por eso hay cosas de las que no convienen que se enteren porque su entendimiento no les da-; en realidad l@s supernumerari@s no se enteran porque la Obra no quiere que se enteren, pues ell@s viven mucho más en contacto con la realidad que el núcleo duro, es decir, l@s numerari@s y agregad@s y es mejor que crearles una versión adaptada de lo que es la Obra, que encaje con la vida que llevan. Es un Opus Dei Light el que consumen l@s supernumerari@s, bajas calorías y de fácil digestión. No es otra la causa por la cual había/hay películas del fundador clasificadas como «no aptas» para supernumerari@s. Pero ell@s, ni se enteran de esto.

 

De hecho, Opuslibros es una vía para la descompresión de tantas personas y tantas vivencias, y esto no le gusta nada a la Obra, porque la debilita. Permite que l@s supernumerari@s se enteren y que much@s numerari@s y agregad@s se despierten. La fuerza de la Obra reside en su aislacionismo y hermetismo, en ser un mundo aparte más que en estar en medio del mundo.

 

Las críticas alimentan la calenturienta imaginación de ser perseguidos y así la Obra se compara con los primeros cristianos, lo cual es una falta de consideración y de cordura, pues una cosa es ser lanzado a los leones y otra ser objeto de críticas contrastables, que se pueden poner a prueba:

 

«En los Hechos de los Apóstoles, vemos cómo los primeros cristianos eran perseguidos, castigados, flagelados…»

 

Es lo que se llama hacerse la película. Esta comparación exagerada del prelado sólo la puede realizar en la intimidad, porque públicamente provocaría el ridículo, cuando no la indignación.

 

Forma parte de ese imaginario aldeano pensar que la Obra no va a la justicia porque sería una forma de contribuir a difundir el error. Que la Obra lleve a la justicia a una sola persona que denuncia los abusos de esa institución y abrirá la caja de Pandora. Lo sabe, no es novedad.

 

Abriría el camino para que testificaran frente a la justicia civil una enorme cantidad de personas. Sería una catástrofe (salvo que el juez fuera supernumerario, cooperador, amigo de la institución, como sucedió con el dominio de Internet anterior). Pero una cosa es un dominio de Internet y otra un juicio contra el testimonio de una persona que fue víctima de los  mismos abusos de tantos otros y puede ser respaldado por una enorme cantidad de testimonios semejantes y ampliados.

 

Si bien creo que el prelado se refería a la empresa que distribuyó el Codigo Da Vinci, también sus palabras pueden ser aplicadas a todos los que critican a la Obra, ya que dice: «no me refiero sólo al libro y a la película».

 

En esa carta, el prelado escribía para el mundo de la aldea –excitando la imaginación-, pero difícilmente podría respaldar esas palabras en público, y menos con ese tono próximo a lo paranoico donde toda crítica es considerada sinónimo de persecución y donde el enemigo no se sabe bien quién es pero existe.

 

«De momento, (…) se ha juzgado preferible no seguir ese camino, porque también tienen organizadas todas sus tramas para dar publicidad a sus errores»

 

¿De quién está hablando? Pareciera que de fantasmas.

 

A la vez, es notoria la facilidad que existe en la Obra para evocar al diablo como explicación de todo inconveniente o contrariedad institucional. De hecho, el prelado lo nombra tres veces en su carta, haciendo de algo teológicamente muy serio, un recurso cercano a lo supersticioso, que además termina desviando la atención.

 

«En asunto tan importante, como es el de la vocación, no admiten coacciones más que los débiles mentales. Y ésos no sirven para la Obra» (Catecismo de la Obra, nro 298).

 

Esta lógica interna con la cual se piensa y se obra en la Obra es inexpresable públicamente –da vergüenza ajena, ya que vergüenza propia no les causa- y por eso jamás se manifiesta espontáneamente sino sólo dentro de la aldea, no a la luz del día.

 

Saludos,
E.B.E.





Jesucristo no nos condeno, porque el Opus si lo hace?.- Emanuel

Cuando me fui de la Obra el cura de turno me dijo, como a tantos otros, que iba a ser infeliz, que iba a perder la fe, que estaba traicionando a Jesus, que me iba a condenar.

Hoy a la vuelta de los años me fijo en la escena de Jesus crucificado bajo el peso de todos nuestros pecados que son muchos, los mios al menos, y no recuerdo que dijera "perdonalos a todos menos a los numerarios que dejan el Opus Dei". No, dijo "Padre, perdonalos (a todos) porque no saben lo que hacen". Por tanto incluso si fuese un gravisimo pecado el dejar la obra, que no lo es, Jesus que es Dios lo lavo con su propia sangre. Por tanto como dice Larralde, un gran payador argentino, "cuando clave la guampa y mi cuerpo se agusane, cuando al fin se desgrane la espiga de mi osamenta, solo a Dios le entrego mis vales porque El me hara las cuentas". A ese Dios grande, bueno, que viendo todo lo malo que habriamos de hacer y por lo cual El estaba sufriendo indeciblemente, a ese Dios repito le entregare mis vales, no a un cura entrenado que se arroga para si mismo potestades que no son suyas.

Me resisto a aceptar, y por eso me fui (aun hoy creo que si no hubiese sido por esa amenaza seguiria siendo numerario, ya que el director manejo el tema con muchisima mas caridad, Providencia Divina creo que le llaman algunos), la imagen de un Dios vengativo, que castiga por la eternidad la debilidad de un momento, olvidando la entrega sincera de años, suponiendo que fuese debilidad querer dejar la Obra, que no lo es.

Pues sepanlo prelaturianos que nos leen, a Dios le entregaremos nuestros vales porque El murio por nosotros, no los curas ni directores de nuestros centros de quienes no juzgo su bonhomia pues les concedo un privilegio que no nos dieron a nosotros y es decir qui iudicat Dominus est. Pero, espero equivocarme, no creo que ellos hubiesen dado su vida por nosotros (el mismo santo fundador dijo que no daria un duro, que decir de su vida) como si la dio Jesucristo que es Dios. Sin duda El algo sabia que todos ellos no saben, por eso es Omnisciente no?

Saludos y keep up the good work.

Emanuel





Gracias a esta web se están sabiendo muchas cosas.- Mabel

Llevo unos días de vacaciones y entre otras cosas estoy aprovechando para leer escritos y documentos de esta web que tenía pendientes, la gran cantidad de material de que dispone esta página hace que durante el curso no me dé tiempo a mucho y me estoy reafirmando en la idea de que opuslibros está siendo muy eficaz ya que aquí se están poniendo las cartas boca arriba para que todo el que quiera saber lo que es realmente el opus  tenga acceso a una información veraz, contrastable con la que da el opus oficialmente. 

Por eso me llama la atención la actitud de Margarita Valenzuela  cuando se siente ofendida o molesta  cuando alguien le dice que los supernumerarios no se enteran de mucho con respecto a lo que se cuece en el opus.

A Margarita le haría algunas preguntas:

¿Tú eras consciente, antes de que apareciera en esta web, que de lo que se dice y cuenta en la dirección espiritual se hacen informes?

¿Tú sabías que las cartas que le escribes al padre son leídas por otras personas que no son su destinatario? 

¿Conocías de los retoques hechos en las fotos de las llamadas publicaciones internas cuando alguna de las personas que aparecían en esas fotos dejaba de pertenecer al opus?

¿Sabes del empeño que  pone el opus para impedir que los padres acompañen a sus hijos opusinos al psiquiatra cuando los susodichos hijos quieren ser acompañados por su padre o madre?

No quiero alargarme con más preguntas pero me parece que como botón de muestra sirven.

Siendo yo agregada, opusina del montón, no tuve acceso a mucha información digamos confidencial, imagino que no sería la única y si alguien me hubiera dicho lo de la existencia de los informes o lo de los retoque de las fotos por ejemplo  lo hubiera rebatido con todas mis fuerzas pues, ingenua de mí, me creía lo que me decían las directoras sin darme cuenta que había gato encerrado: el opus pide a sus miembros total transparencia pero en cambio el opus no es transparente para sus miembros, a eso se le llama cara dura o tener doble rasero: uno para mí y otro para los demás.

En el opus cada uno sabe lo que a los directores les interesa que se sepa dependiendo del "nivel" en que cada uno esté.

Y cuando se pregunta algo "inoportuno" los directores recurren a la restricción mental o sencillamente a la mentira.

La jerarquía eclesiástica va demasiado lenta a la hora de investigar al opus pero lo que está claro es que gracias a esta web, entre otras iniciativas,  los de a pie sabemos lo que realmente es el opus con experiencias vividas, datos y documentos que el opus esconde.

Como esconde o ignora a los exmiembros, en la web oficial del opus si se escribe exmiembros buscar se encuentran nada menos que 0 resultados, está claro que para el opus los que nos fuimos no existimos porque no interesa contrastar información, únicamente se quiere allí a gente con muchas pero que muchas tragaderas (lo llaman obediencia) y eso es como poco inhumano.

Y esta web les debe estar molestando mucho, no porque la intención sea de molestar sino porque aquí la inteligencia se respeta y los razonamientos y argumentos que aparecen en los escritos que durante estos días estoy leyendo son muy buenos, aquí se rompe con lo de ser borreguillos sin criterio propio.

Saludos y felices vacaciones a los que las disfrutéis en estas fechas.   

Mabel 





Margarita y el prelado.- Terpsícore

Margarita,

 

Con gran sorpresa veo, en la prensa más reciente, que apareces  como "Portavoz de la Oficina de Información del Opus Dei en España". Permíteme, por tanto, que te hable en plural en el resto de mi correo. Ya no eres tú: sois "vosotros", los que nos escribís desde la oficina de información. Como veis, a Agustina no le importa publicaros en esta web. A ver si vosotros, algún día, os atrevéis a publicarle algún correo a ella, je je.

 

Margarita y colegas, en serio: ¿no tenéis nada mejor que hacer, allá en la "oficina", que escribir diatribas a Opuslibros, precisamente a una página que sabéis tiene más información que vosotros para rebatiros cualquier argumento sobre el opus –por lo vivido en primera persona, por los documentos internos que seguro no habéis ojeado en vuestra vida, etc., etc.-? ¿Es que se os ha acabado el trabajo diario, ahora que ya pasó el subidón de lo del Código Da Vinci?. Os lo digo porque en Opuslibros, la mayoría de nosotr@s tenemos que sacar horas a nuestros trabajos profesionales y a nuestras familias para escribir estos correos, sin ninguna compensación a cambio, exceptuando la de saber que nos ayudamos y estamos ayudando a otras personas. Fue genial lo de que nos ganamos la vida aquí, faltó añadir “con la ayuda del demonio, que no descansa nunca”...

 

Vosotros, parece que no tenéis nada más importante que hacer en todo el día, excepto, quizá, alguna "mesa redonda en Barbastro sobre la vida de Tia Carmen", hermana del fundador, todo financiado con el dinero que generosamente aportan supernumerari@s, agregad@s, numerari@s y cooperadores, en algunos casos en detrimento de sus familias y de ellos mismos. ¿Contasteis a la audiencia cómo le quitaron y bajo qué circunstancias, el rosario que le dio “tia Carmen” a María del Carmen Tapia cuando estaba secuestrada en Roma por el fundador? ¿Relatasteis a la concurrencia que “tia Carmen” no quería morir en Roma sino en España, y se lo impidió su hermano? En fin, ¿contasteis algo de verdad en lo referente a Carmen Escriba, empezando por su verdadero apellido?

 

Lo que creo que deberíais hacer vosotros, los de la Oficina de Información, es leer con calma la última carta de Echevarría, publicada en Opuslibros esta semana, y contestarle a vuestro prelado cuanto antes con muchas cartas de protesta. Especialmente las que sois, madres de familia de 6 hijos o más. Veréis: si algún día a mi madre la insultan públicamente, SONY, Hollywood o quien sea, yo pondré una denuncia ante los tribunales pase lo que pase. Incluso aunque sepa que mis enemigos son poderosos o aunque sepa que los jueces van a investigarme todavía más. Lo haré pase lo que pase pues el honor de mi madre está por encima de todo y además, si sé que la razón y la verdad están de mi parte, pondré toda la potencia de la denuncia para defenderla, como haría cualquier hija, cualquier hijo.

 

Pero vuestro prelado, en cambio, prefiere no defender el honor de "vuestra madre la obra". No. Vuestro prelado prefiere excusarse contándoos por carta a todos que, aunque está "convencido" de que la "razón" y la "verdad" están de su parte, considera que será mejor no hacer mucho ruido y no realizar denuncia alguna. ¿y ese hombre dice defender y amar a su madre?.¡Por favor!.

 

Así que lo dicho: en vuestras largas horas sin nada que hacer en la oficina de información del Opus Dei, escribid al prelado Echevarría y decidle los que tengáis hijos que cualquiera de ellos habrían ido a denunciar a quien fuera el culpable para defender vuestro honor y que desde la Oficina de Información del Opus Dei exigís al prelado que haga lo mismo con la obra, si es que realmente está tan convencido de que la verdad está de su lado.

 

Muchos saludos a todos los de la AOP (Apostolado de la Opinión Pública) que nos leéis cada día.

 

Terpsícore





Fiarse de los textos oficiales o no.- Episcopo

Es frecuente que los autores del Opus Dei citen diversas cartas e instrucciones, escritas supuestamente por el Fundador en los primeros tiempos de la Obra, para así argumentar a favor de ciertos aspectos del "carisma" de la institución: secularidad, aprecio por la libertad, modernidad, etc. Por ejemplo, las citas que figuran en "El itinerario jurídico del Opus Dei" a las que hace referencia Haenobarbo en su último correo.

 

La Prelatura mantiene secretos dichos documentos todavía hoy (60 años después de ser escritos y 30 después de la muerte de su supuesto autor): ni tenemos la lista completa de los escritos "fundacionales", ni conocemos ninguno de ellos en su totalidad (sólo breves citas que podrían estar sacadas de contexto).

 

Para los entendidos en los metódos de investigación en Historia: ¿es razonable concederles credibilidad?

 

Por cierto: lo mismo podría decirse de "Surco" y "Forja": ¿cuándos puntos habrán dejado de incluirse en dichas obras por resultar inconvenientes en nuestros días, y cuántos habrán sido modificados cambiando su sentido original?

 

episcopo

 





El anzuelo de pescador.- Heavy

El anzuelo de pescador

 

            Ahora se me escapa una media sonrisa al recordar aquellos tiempos inocentes y tremebundos y se me viene a las mientes ese personajillo, discípulo del Dómine Cabra que, enfermo y consumido por el hambre viva: "ya pedía confesión más que otra cosa".

 

Pero, de aquellos luctuosos acontecimientos hasta hoy, han transcurrido muchos años. Afortunadamente, “no hay mal que cien años dure”, (ni cuerpo que lo resista).

 

Desde que me quité el canuto del ojo y, sobre todo, desde que descubrí esta Webera, mi vista ha mejorado (un Webo) y ahora distingo un sinnúmero de cosas que fui incapaz de ver durante los largos años que permanecí cautivo en las galeras del opus.

 

Mi último descubrimiento, seguramente obvio para la mayoría de vosotros pero, creo yo, poco celebrado en estas páginas, es la filfa que se esconde, en la obra, tras la bandera enarbolada de la santificación a través del trabajo profesional.

 

La teoría dice más o menos así:

 

Camino 372. …Te apartas de tu camino de apóstol, si, con ocasión —o con excusa— de una obra de celo, dejas incumplidos los deberes del cargo. Porque me perderás el prestigio profesional, que es precisamente tu "anzuelo de pescador de hombres".

 

Y la práctica, pues resulta que también es teoría (y además apócrifa)...



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Escritos densos y más cosas.- Isabel Nath

Hola a todos,

Ultimamente he leído varios correos remarcando la importancia de las anécdotas o chascarrillos varios de nuestros tiempos en el Opus Dei. No seré yo la que niegue lo que me río yo sola leyendo a algunos de los habituales. Ser capaz de reirse de uno mismo es importante, y una terapia muy buena sin duda. Hay gente que tiene una especial habilidad para sacarle punta a todo, y cuenta anécdotas sencillas con tanta gracia que no puedes para de reirte. Como ocurre que casi todos tenemos una anécdota parecida a esa que se cuenta, nos metemos perfectamente en situación y todavía nos reímos más. Genial, me consta que a muchos les ayuda, y ese que yo sepa es uno de los principales objetivos de esta Web...



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Un saludo a la hermandad de Torre 2.- Momo

Acabo de leer los 7 capitulos de la hermandad de torre 2, xq me ha hecho mucha gracia y queria saludar a Alancourt y a los demas.

Por el nombre del dire y del subdirector tieso, y por los años de vuestra estancia, creo q pude coincidir con vosotros al menos un año; cuando yo era de "año 1" y vosotros de año 2". Y os digo q no me enteré de la existencia de la Hermandad, aunque sí de que en la 7ª planta se cocían cosas......... je.

Yo gracias a Dios me fui hace 4 años y estoy muy bien, hasta casado y todo¡.

un saludo!

Momo





Derecho canónico.- Alberto Moncada

Me parece encomiable el trabajo de quienes están analizando las violaciones u ocultaciones del derecho canónico que practica el opus. Muchas reglas internas del opus son simples “dicta” del gobierno de turno, desconocidos por la Iglesia y por el público en general y, por supuesto, por los mismos afectados. El secreto es el caldo de cultivo, el escenario ideal para las sectas, principalmente porque proporciona impunidad al mando.

 

Denunciarlo está bien aunque yo pienso que la Iglesia tiene una larga historia de ocultaciones y permisividades a gusto del arbitrio vaticano y las seguirá practicando hasta que no sea una sociedad democrática, también a efectos normativos. Ello no parece probable que ocurra, dadas sus características. Puede que este papa sea menos favorable al opus que el anterior e incluso puede que se produzca pronto una de esas tradicionales luchas intestinas en el Vaticano que el opus pierda pero yo le doy al derecho de la Iglesia una muy baja calificación ética. De hecho el derecho canónico es más una suma de reglas sobre organización administrativa y deberes de los católicos promulgadas por el gobernante de turno y solo muy lentamente entra en él un reconocimiento de los derechos humanos de los creyentes. Claro que mientras la Iglesia no controle la legislación civil, ello solo debe preocupar a los que se sientan afectados.

 

Recordarán los más talluditos que el código civil franquista obligaba a contraer matrimonio canónico a los bautizados, de modo que un accidente involuntario de tu nacimiento condicionaba tu futuro amoroso hasta que llegó la democracia. Y si alguno ha pasado por un proceso de nulidad eclesiástica sabrá de lo que hablo.

 

El opus no va a dejar de ser una secta totalitaria por denunciarse sus violaciones canónicas ante la autoridad eclesiástica. Ni siquiera por una sentencia civil de condena. El opus seguirá siendo una maravilla para los que están en la burbuja y opuslibros contribuye a agujerearla más por lo que tiene de documentación de violaciones de la conciencia, de los derechos humanos en último término, que por denunciar las violaciones canónicas que cometen sus mandos. Dada la naturaleza sociológica de las sectas, yo aconsejo abandonarlas, quitarse de en medio más que empeñarse en su reforma.

 

Por cierto me alegro de que Emilio Díaz Esteve fuera capaz de salirse, al menos murió en paz rodeado de los verdaderamente suyos. Le recuerdo como un sevillano zumbón, muy cariñoso pero laico, debieron hacerle cura después mi salida.

 

Alberto Moncada





Carta al prelado que vive en las nubes, en respuesta a su carta.- Compaq

Al leer la reciente carta del Prelado quisiera hacer algunos comentarios al autor.

 

Escribe usted:

 

“Simultáneamente, es decir, con el perdón, hemos de pensar en la responsabilidad que nos incumbe de defender la verdad, también –como hizo San Pablo- ante la autoridad civil. Por eso, se ha estudiado, con el necesario asesoramiento profesional, la posibilidad y la oportunidad de actuar ante los tribunales civiles para que reconozcan formalmente la naturaleza calumniosa de determinadas afirmaciones. De momento, pensando en la defensa de la Iglesia y de la Obra, tras valorar todos los elementos disponibles, se ha juzgado preferible no seguir ese camino, porque también tienen organizadas todas sus tramas para dar publicidad a sus errores, a base de una polémica interminable.”

 

¿A qué tipo de asesoramiento profesional ha acudido el Opus Dei para ver si era oportuno o no, defenderse de “la naturaleza calumniosa de determinadas afirmaciones[en el libro, en la película, en el campo de la cultura, de la política, de la ciencia, de la educación, de la moda, de los medios de comunicación, etc.; escribe más arriba.]

 

Señor prelado: si sobre mi madre hubieran escrito un libro calumnioso, le aseguro que ningún “asesoramiento” me hubiera convencido de no emprender acciones legales. Y yo no hubiera buscado un abogado para consultar, sino un abogado para actuar. Y no me hubieran importado las “tramas organizadas” (¿quién tiene más tramas organizadas que el Opus?, dicho sea de paso) porque de existir tales, hubiera seguido recurriendo contra ellas si también las considerase atentatorias o contrarias a la ley.

 

“Tramas para dar publicidad a sus errores, a base de una polémica interminable”..., repito su frase. ¿Y qué ve de malo en seguir defendiendo sus derechos en una polémica interminable, si usted cree que la razón y la justicia están de su lado? ¿Acaso la Iglesia no ha estado y estará siempre inmersa en una polémica interminable y no por ello ha silenciado su voz ni ha tenido miedo de tramas? ¿Qué hubiera sido de la Iglesia si ante los primeros cismas, hubiera pedido “asesoramiento profesional” para saber cuál era su obligación? ¿Pidió Jesucristo "asesoramiento profesional" para expulsar a los mercaderes del Templo?

 

Bajo el paragüas de la Iglesia se intenta amparar usted, siempre repitiendo la misma cantinela: “Quien ataca a la Obra, ataca a la Iglesia”. Hubiera sido el momento de dar la cara por ustedes mismos, dejando a la Iglesia en paz. ¿Qué tiene que ver la Iglesia con la falta de secreto en la dirección espiritual (ya le habrán contado que en la película un sacerdote de la obra se va de la lengua, para escándalo de un supernumerario); ¿qué tiene que ver la Iglesia con la obediencia ciega?: “obedecer o marcharse” (por la que el monje Silas va cumpliendo tareas “desagradables” encomendadas por el prelado del Opus Dei. No he visto que maten a personas pero sí he visto matar almas, y no sé qué es más grave). ¿Qué tiene que ver la Iglesia con que se "exagere" el uso de la mortificación corporal? (“A solas con Álvaro del Portillo, forcejea para que le permita redoblar la mortificación corporal «como antes».  Como antes significaría que, cuando entrasen en su habitación, después de haber utilizado él las disciplinas, encontrarían restos de sangre por las paredes”. Pilar Urbano, “El hombre de Villa Tevere, capítulo XVIII. ¿Exagera Pilar Urbano o exagera Alvaro del Portillo cuando lo contaba y escrito está por él?).

 

La Iglesia no necesita defenderse, pero ustedes sí. “El código da Vinci es ficción, pero el Opus Dei no lo es” (anuncio publicado en un periódico de Costa Rica). La Iglesia no tiene que pedir “asesoramiento profesional” para estudiar si tiene que emprender acciones legales porque la divinidad de Jesucristo no se viene abajo por ninguna película ni ningún libro, sea actual o antiguo. Recuerda la Iglesia su doctrina a los católicos, que en lo básico, no ha cambiado desde lo vivido y revelado por Jesucristo y que se cierra dicha revelación con el nuevo Testamento, y que no se reabre con la aparición de la mal llamada “obra de Dios” que usted preside.

 

Si usted ni su aparato directivo han querido emprender acciones legales, ¿qué ha pasado con los miembros de la obra a titulo particular? Porque la obra es “la madre guapa” de todos sus hijos ¿o no? Eso predican a numerarios, agregados y supernumerarios. Ninguno ha sido capaz de actuar por su cuenta convencido de que “está en la Verdad”, ni le ha dejado a usted por "cómodo" al dar él un paso adelante en la defensa civil de lo que cree intocable: su madre. Ahí se ve el borreguismo de la “obediencia ciega”, la falta de libertad de los miembros del Opus y que ni usted ni ellos tienen argumentos para salir airosos tras una pretendida acción “civil” ante los tribunales. ¿A qué temen?

 

Todo lo justifica usted echándole la culpa al demonio: “El diablo no soporta que haya personas –débiles, como los demás- que, en medio de los dolores o sufrimientos que –de un modo u otro- acompañan la existencia del hombre, se muevan con la gran alegría de ser cristianos y con ansias de comunicar la perenne novedad de este mensaje a quienes se hallan a su alrededor. No lo ha soportado nunca. No lo soporta ahora. No lo soportará en el futuro: basta conocer la historia de la Iglesia, sin olvidar que lo anunció el mismo Maestro”. Quizá el “asesoramiento profesional” se lo haya pedido usted a un grupo de exorcistas y esos hayan sido los que le hayan hecho desistir.

 

Si yo siguiera perteneciendo a la obra -¡gracias a Dios! me fui-, habría sentido vergüenza ajena por dos cosas: a) porque la dirección no emprendiera acciones legales y b) por leer esta carta suya justificándose ("es que, creí que...") por no haberlas emprendido.

 

Feclices vacaciones, señor licenciado en Derecho y prelado del Opus Dei.

 

Compaq





Cuando se vaya Julián Herranz, ¿sabremos qué es una prelatura?.- Compaq

Hola Haenobarbo,

 

Enhorabuena por tus colaboraciones en Opuslibros, que considero muy valiosas e interesantes.

 

Tengo una pequeña discrepancia respecto a lo que le escribiste a Claire Fisher sobre la voz “Prelatura personal” del Diccionario de Derecho Canónico de la Universidad de Comillas, texto firmado por el jesuita Giancarlo Ghirlanda, Rector de la Universidad Gregoriana Pontificia de Roma.

 

Dices que es un artículo de divulgación general y quizá por ello, no sea muy fiable. Yo creo que precisamente por ser un escrito de divulgación general ha ido al meollo de la cuestión y no se ha perdido en disquisiciones menos fáciles de asimilar, ni enredado en términos sólo entendibles para eruditos en la ciencia canónica. Y la bibliografía que cita incluye a canónicos de la obra, cosa que los autores del "iter jurídico", a mi entender, son menos profesionales y científicos por no citar a un solo experto reconocido -y son numerosos-, que no coincida con su tesis.

 

A mi entender también, Ghirlanda deja claro lo básico de lo que son las prelaturas personales: que están bajo la jurisdicción de los obispos locales, que no forman parte de la estructura jerárquica de la Iglesia, que los laicos –mediante un contrato- colaboran con ellas pero no pertenecen y que no existe subordinación de estos respecto al prelado. (Excelente tu escrito al respecto de la dispensa). Pero se necesita un pronunciamiento oficial, más allá del criterio de unos o de otros, sobre qué es una prelatura personal.

 

Efectivamente, el dicasterio para la Interpretación de los Textos Legislativos, presidido por el cardenal Julián Herranz, sacerdote numerario del Opus Dei, ha tenido mucho tiempo para pronunciarse al respecto. E, incomprensiblemente no lo ha hecho. No hay que buscar la interpretación, porque no ha pronunciado. Si no ha llevado el agua a su molino para interpretar lo que dice el Código de Derecho Canónico sobre las prelaturas personales y ponerse a favor de la tesis que defiende el Opus Dei, al que pertenece, es que la cosa no la tiene fácil. Quizá si con los cambios que se avecinan en la curia, él fuese uno de los enviados a la jubilación forzosa, como Navarro-Valls, su sucesor al frente de ese dicasterio bien pudiera aclarar, ¡por fin! qué es y qué no es una prelatura personal.

 

Un abrazo,

 

Compaq





Ángeles, zapatos y Marujas. Respuesta a Margarita Valenzuela.- Dionisio

Querida Margarita Valenzuela:

 

Te aseguro que me quitas un gran peso de encima cuando dices que no hay madre más orgullosa que tu, que lo de que tu hijo no valía tanto lo dijiste con ironía. De verdad que me alegra, lo digo sin ironía. Yo habitualmente nunca escribo a gente como tu, no por nada, sino porque es perder el tiempo. No hay posibilidad de convenceros una vez que entráis a decir que somos unos obcecados, entre otras lindezas. No tiene caso, pero cuando leí tu mensaje se me fundieron algunos circuitos al no ser lo suficientemente inteligente como para captar tu ironía. Sigo siendo el mismo ingenuo de siempre. Celebro tu explicación. Me da mucha paz.

 

Ya no celebro tanto tu afirmación de que tú no eres una de esas supernumerarias que no se enteran; que no eres una “clásica maruja” vamos. Me explico, lo bueno de muchos “super” es precisamente que no se enteran, con lo cual el día del tremendo juicio podrán alegar ignorancia. Cuanto más te enteras, más cómplice eres. Tú verás. Eso por un lado. Por otro, me parece que en eso de las marujas estás volviendo a usar una ironía de las tuyas, que no la entiendo, no la quiero entender. ¿Qué tienen de malo las marujas? A mí me caen muy bien. ¿Tú no serás elitista, verdad? No se porqué se me está viniendo a la memoria una frase de un santo santísimo, que en una tertulia que le filmaron se refería a gente “blancos como los ángeles y otros negros como mis zapatos.” ¿No podría haber hecho otra comparación que la de ángeles y zapatos? ¿No podría haber dicho blancos como la leche y negros como el café? A mí siendo blanco me molestaba, supongo que si hubiera sido negro me hubiera enfadado más. ¿O es que no hay angelitos negros como cantaba Antonio Machín? Bueno, déjalo, seguramente es otra ironía que estoy incapacitado de entender.

 

Sobre mi nombre, verás, hija (perdóname la confianza recíproca, pero calculo que eres una chica de mi edad), Dionisio no es un nombre falso. Es un nombre adoptado, muy querido por mí, pero no falso. Como mi tío Eduardo, que su DNI pone Eufrasio. Comprensiblemente tiene menos problemas usando Eduardo para el día a día. O mi primo Xavi, que por la mala pronunciación de mi tío está apuntado como Gabriel, pero todo el mundo le llama Xavi, como querían sus padres. Esto me recuerda un chiste. "¿Cómo te llamas? --Jojojosé.-- Vale, José.-- No, me llamo Jojojosé.-- Pero no me pareces tartamudo. -- Yo no soy tartamudo. Lo era mi padre, y el del Registro Civil un cabrón."  El nombre que tengo escrito en mi DNI es algo que no te incumbe y que no altera ninguno de mis escritos, no les añade ni les quita verdad. Sin embargo, me gusta que no sepas mi nombre oficial. Creo que una dosis de misterio hace la vida muy divertida. Nunca sabrás si soy ese sacerdote con el que te confesaste alguna vez y de repente nunca más volviste a encontrar, o si soy una directora con la que hiciste muchas veces la charla, o si has leído libros escritos por mí. De todas formas mi nombre no te diría nada. Es perfectamente común y corriente. Como Carlos Gómez, Luis Fernández o Carmen González. Mira, hija, acabo de poner mi nombre en google y han salido un millón setecientas mil referencias. De verdad, no me imaginaba que saldría esa burrada. Me he dado cuenta de que hay delincuentes buscados y famosos con mi nombre, cosa que no me ha hecho mucha gracia. Luego puse mi nombre seguido del nombre del lado oscuro y han salido más de quinientas. Conozco a bastantes personas homónimas dentro y fuera del lado oscuro. Yo prefiero no poner mi nombre, además, porque sería muy aburrido estar recibiendo emilios de México, de Argentina, de Colombia, de todas las Españas de gente que afirmaría haber estado conmigo en el centro de estudios, o que coincidieron conmigo en tal curso anual. “¡Ché, Dionisio! ¡Qué gusto saber de ti! ¿Te acordás del verano del 91 en La Chacra? Lo pasamos fenómeno. Pedile mi mail a los orejas y nos ponemos en contacto.” Déjalo, hija, muy complicado. Por otro lado, tu nombre a mí tampoco me dice nada. Valenzuela suena bonito, parece que tiene caché. No lo digo por ofenderte, pero me eres totalmente desconocida. Me da lo mismo lo que ponga tu DNI, si eres Margarita o Filomena, de verdad. Yo eso de la separación de las secciones lo viví muy escrupulosamente.

 

Para terminar, me enternece (esta es una ironía) tu interés por saber de qué como. Pues verás, hija, de lo que comemos mi numerosa familia y yo, es algo que no te incumbe, pero para tu paz interior te digo que no vivo “de ir contra nada.” Además te tranquilizará saber que no soy empleado público, por lo tanto no me beneficio de tus impuestos que pagas a Hacienda.

 

Termino mi respuesta a tus preguntas alegrándome de que digas “Lo bueno es saber ser feliz sin tener que recurrir al ataque personal.” Eso es muy bueno. Yo trato de aplicarlo. Espero que no te hayas sentido atacada por mí. Sinceramente creí que aquella frase irónica tuya era algo que no una madre no podía decir en serio. Me reconforta que haya sido así. Si te he ofendido personalmente, te pido disculpas. Si lo que digo sobre el lado oscuro te molesta, lo comprendo, pero luego de haberles dado mis ilusiones de juventud, casi 30 años de vida y muchos miles de euros, tengo derecho como mínimo a decir lo que sé y lo que pienso de ellos, sin intención de molestar a nadie, sino de abrir los ojos de los que quieran saber toda la verdad.

 

En lo que a mí respecta, sobre todo sabiendo que colaboras con la propaganda del lado oscuro, esta conversación está concluida. Que Dios te acompañe e ilumine para que veas. Ut videas!

 

Atentamente,

 

Dionisio



Denunciar una estafa no es calumniar.- Inocencio

Hay que agradecer que se haya puesto en esta página un reciente rescripto de gobierno de la Prelatura. Puesto que el gobierno en la Obra es colegial y en el propio escrito se habla de los informes jurídicos recabados, puede considerarse que es un elaborado trabajo colectivo. Se refiere a varios acontecimientos y situaciones más o menos recientes. Extraigo, espero que sin deformar su intención, unas frases:

 

“… No… sólo al libro y a la película… sino a todas las argucias con las que, en el campo… de los medios de comunicación, etc.… se pretende impedir que… encuentren… a Jesucristo… El diablo no soporta… Se ha estudiado, con… asesoramiento profesional, la posibilidad y la oportunidad de actuar ante los tribunales civiles para que reconozcan formalmente la naturaleza calumniosa de determinadas afirmaciones. De momento, pensando en la defensa de… la Obra… se ha juzgado preferible no seguir ese camino…

 

Con el mayor respeto a las dignísimas personalidades involucradas en ese escrito, y a sus asesores, sólo querría hacer algunos comentarios.

 

El primero es que el demonio ciertamente actúa. Sin embargo, la invocación al diablo puede algunas veces ser abusiva. Me recuerda esto la reacción de Kiko Argüello (no es mi intención criticar a alguien tan destacado y que, como las autoridades de la Prelatura, tan grandes servicios ha prestado a la Iglesia, sino poner aquí un símil, quizá no muy adecuado), cuando la Academia de Bellas Artes de san Femando emitió un escrito en el que, por unanimidad, decía que sus pinturas de la Catedral de Madrid no eran acordes con el templo. El interesado (hombre de magnífica voluntad), dijo que eso era un ataque “diabólico.”  

 

No se deduce claramente del escrito que estoy comentando, qué asuntos se están considerando, distintos del libro y la película. Puede que uno de ellos sea esta página, y se ocultase para no dar información a los que lo ignoren. (No es sorprendente, porque en una tertulia el Prelado habló sobre la guarda de la vista en Internet, diciendo sobre esta página: “ya sabéis a lo que me refiero.”) Si así fuera, me parece que hablar de la “naturaleza calumniosa de determinadas afirmaciones” es algo sorprendente. Un juez preguntaría a los representantes de la Prelatura: “¿Cuál es la calumnia que les han hecho a ustedes?” Y tendrían que responder: “Son varias. La principal es que dicen que lo que escribimos hace veinticuatro años para nuestros fieles, es distinto a lo que escribimos hace cincuenta y seis, y que no se comunicaron los cambios a los interesados.”  

 

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua Española, calumnia es: (1) Acusación falsa, hecha maliciosamente para causar daño, y| (2, en Derecho) Imputación de un delito hecha a sabiendas de su falsedad.

 

Sin embargo, mucho me temo que la palabra calumnia se utiliza en el caso del mencionado escrito casi como sinónimo de  andar diciendo las cosas por ahí.” Con independencia del juicio moral o legal que merezcan estas actitudes, está claro que no pueden calificarse de calumnia. Si acaso de difamación, pero quizás esa palabra se omita voluntariamente. Desde luego, desde el punto de vista de personas de la calle, es simplemente un aspecto de la libertad de expresión, legítima mientras no se falte a la verdad ni al orden público.

 

En cualquier caso, la velada amenaza “de momento,” no parece adecuada dirigirla, si es el caso, a gentes que casi siempre han entregado dentro su tiempo, sus energías, muchas veces sus ilusiones profesionales, su dinero, su salud, la alegría de tener hijos, etc., y sólo porque “llevan la contraria.” Tendrían que pensar las autoridades de la Prelatura que, por un motivo u otro, ya no están “dentro.” Y que manifiestan su libertad denunciando una estafa que han sufrido en sus carnes, en su psique y en su bolsillo.

 

Intentando disculpar, pienso que entra dentro de lo posible que el Fundador haya dejado una herencia imposible de cumplir, y espero que se entienda en qué sentido hago esta afirmación. Ojalá haya una solución, pero posiblemente tenga que venir del Cielo.

 

Saludos cordiales,

 

Inocencio    





A Margarita Valenzuela.- Ananaru

Hola Margarita:

Hace años que no visitaba esta página, y hoy lo he hecho y me he encontrado con tu carta a Agustina. Sólo quería decirte una cosa. Yo me fui de la Obra bien, y eso que me invitaron a dejarlo después de haber estado casi diez años, y siempre he hablado bien de la Obra y la he defendido, pero sí que quiero decirte una cosa.

Mis padres son de la Obra desde hace más de 40 años. Todos mis hermanos (incluido yo) fuimos numerarios, y ahora no lo somos ninguno. Todos menos uno hemos encontrado nuestro sitio en la Iglesia en distintos lugares, y más o menos hemos sanado las heridas que teníamos. Pero hay uno que no, y que aún le sangran (y ya hace como 15 años que lo dejó, y ahora está casado con niños), y mi madre muchas veces ha hablado conmigo diciendo que no entiende por qué mi hermano tiene esa fobia a la Obra. Pues bien, en esas conversaciones con mi madre, le he contado qué le sucede a mi hermano, y qué cosas ha sufrido él en la Obra. Y mi madre no daba crédito a lo que oía. A ella siempre le han dicho que la vocación de numerario y de supernumerario es la misma, y por eso comprendo que tú tampoco comprendas muchas de las cosas que se dicen en esta web.

Es cierto que hay muchos comentarios en esta web que se pasan. Yo suelo leerlos con cierto reparo, pero no puedo negar que, aunque describan las cosas de una forma rencorosa en algunos casos, los hechos que describen son verdaderos, y yo los he vivido de una forma semejante. Y, por otro lado, aquí además podemos encontrar parte de nuestra vida (hoy he visto que ya está publicado el cancionero: lo estaba echando de menos).

Bueno, sólo eso. Un abrazo en Cristo, ananaru



Numerarias auxiliares.- Ananaru

En el mensaje que hoy he escrito para Margarita Valenzuela  indicaba que hace años que no leía esta web. Pues bien, sólo quería añadir una cosa. De entre las muchas cosas que leí entonces, recuerdo el testimonio de una numeraria auxiliar (se llamaba algo así como luna, o amapola, no lo sé). Cuando lo leí me quedé de piedra. No tenía ni idea de esa realidad. Estuve varias noches sin dormir, porque me sentía en parte culpable (por colaborador) de ese sufrimiento.

Sólo eso.

Un abrazo, Ananaru.




 

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