SAN
JOSEMARIA DEL OPUS DEI
Recuperado de Infordeus.com
Octubre 2002
Siempre hay un español que salva a la Iglesia Católica,
podría decir el chiste. Y así como Ignacio de
Loyola creó los Jesuítas para hacer frente a
la Reforma Protestante, un curilla madrileño, refranero
y mandón, creó este polémico Opus Dei
que se ha convertido en la columna vertebral del contrataque
vaticano contra ateismo, materialismo y descreimiento generalizado.
No es extraña pues la meteórica subida a los
altares de San Josemaría. Cuando Juan Pablo II lo proclame
al mundo desde su balcón en la plaza de San Pedro el
6 de octubre a las 10 de la mañana, sus muchos partidarios
exultarán de alegría y sus innumerables detractores
dentro y fuera de la iglesia católica rechinarán
los dientes. Hay argumentos para todos pero una cosa es cierta.
Aquel cura gordito de aspecto campechano fue un personaje
excepcional cuyas intuiciones se han demostrado ciertamente
importantes en el agitado trayecto entre milenios que la humanidad
está viviendo.
El Comité organizador afirma que vendrán unos
400.000 peregrinos. La canonización ha sido impulsada
con gran celeridad para hacerla coincidir con el centenario
del nacimiento de Escrivá y los diez años de
su beatificación. Al día siguiente de que San
Josemari haya sido presentado al mundo, a las 11'30 tendrá
lugar en la plaza de San Pedro la audiencia del Papa con sus
seguidores. La canonización de Escrivá ha sido
declarada "Gran evento" por el presidente Berlusconi
con un decreto oficial. Y además será sólo
una penúltima etapa en su ascensión a los cielos,
porque ya se habla del plan de hacerle Doctor de la Iglesia,
como Santo Tomás de Aquino y Santa Teresa de Jesús.
Y para acompañarle, el Opus prepara las causas de beastificación
de varios miembros más, a comenzar por su sucesor Álvaro
del Portillo.
Las celebraciones durarán una semana. Los devotos
podrán acudir a la basílica romana de San Eugenio
(Viale delle Belle Arti, 10) donde van a ser expuestas las
reliquias del nuevo santo. En 16 iglesias de Roma se celebrarán
29 misas de acción de gracias, presididas por cardenales
y obispos, en 18 lenguas para que el mundo se entere bien
de los sucedido: árabe, checo, chino, estón,
francés, japonés, indonesio, inglés,
italiano, latín, lituano, holandés, polaco,
portugués, español, sueco, alemán y húngaro.
Será toda una impresionante guardia de honor la que
acompañará a Escrivá en su proclamación
de santidad. El prefecto de la Congregación para las
Causas de los Santos, cardenal José Saraiva Martins,
celebrará la misa en lengua portuguesa; el arzobispo
de Madrid, cardenal Antonio María Rouco, presidirá
la concelebración en lengua española. El cardenal
Paul Poupard, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura,
será el concelebrante principal de la misa en lengua
francesa.
Según la portavoz del Comité organizador, Marta
Manzi, los peregrinos procederán de 84 naciones: "a
grandes trazos, un tercio son italianos, otro tercio proviene
del resto de Europa y el tercio restante del resto del mundo".
San Josemaría Escrivá de Balaguer el 2 de octubre
de 1928 estaba celebrando misa y de repente le llegó
inspiración acompañada del tañer de una
campana. Siempre dijo que fue un mensaje divino. Y funda el
Opus Dei.
Al estallar la guerra civil, en 1936, la persecución
religiosa le obliga a refugiarse en diferentes lugares. Ejerce
su ministerio sacerdotal clandestinamente, hasta que logra
salir de Madrid. Después de una travesía por
los Pirineos hasta el sur de Francia, se traslada a Burgos
para apoyar la causa franquista. Cuando acaba la guerra, en
1939, regresa a Madrid.
En 1946 fija su residencia en Roma, desde donde viaja en
numerosas ocasiones por Europa, para impulsar el establecimiento
y la consolidación del Opus Dei. 'Camino' es el libro
clave del Opus Dei, un conjunto de reflexiones y máximas
de su fundador que ha vendido cuatro millones y medio de ejemplares.
En los últimos años del franquismo, se le concedió
el marquesado de Peralta. Falleció en Roma el 26 de
junio de 1975. Pocos años después, varios miles
de personas, entre ellas numerosos obispos de distintos países
(en conjunto, un tercio del episcopado mundial), solicitaron
a la Santa Sede la apertura de su causa de canonización.
El 17 de mayo de 1992, Juan Pablo II le beatifica.
Actualmente es monseñor Javier Echevarría el
que lleva las riendas de una organización multinacional
entre las más poderosas existentes. Es también
madrileño y cumple 70 años este octubre. Fue
secretario de Escrivá desde 1953 hasta su muerte. Hace
un par de años declaró: "Se podría
decir que el Opus Dei en España está empezando:
si me permite la expresión, existe mucha "demanda",
mucho interés por ese ideal de seguir a Jesucristo
en las circunstancias ordinarias de la vida"
De los 82 mil miembros del Opus Dei en el mundo, mil están
en África, 4 mil en Asia y Oceanía, 27 mil en
América y 46 mil en Europa. Todos, haciendo del trabajo,
militancia. Dice Echevarría: "El trabajo no es
un modo de llenar el tiempo, de obtener éxito o dinero.
Es aporte a la sociedad. El trabajo se convierte en la materia
prima con la que cada uno ha de realizar su propia obra de
arte. Cualquier trabajo honrado es ocasión de dar gloria
a Dios y servir a los demás".
CRÍTICAS CONTRA UNA 'OBRA' MUY, MUY HUMANA
Las principales críticas contra la Obra de Dios que
fundara el nuevo santo vienen desde dentro de la misma iglesia
católica, aquello sectores que han perdido influencia
en detrimento del Opus. Afirman que desde que Karol Wojtyla
asumió el papado en octubre de 1978, inició
una restauración de las tradiciones más conservadoras
de la iglesia católica, que se hace sentir con particular
fuerza en América Latina. La tradicional influencia
de la Compañía de Jesús sobre el papado
fue sustituida por la del Opus Dei, punta de lanza para combatir
a las corrientes modernizadoras de la iglesia.
Quizá un compendio actualizado de todas las críticas
sea un informe, El poder del Opus Dei, publicado por François
Normand en Le Monde Diplomatique, de Septiembre 2001. Para
Normand, el Opus cultiva el secreto desde sus orígenes,
y a pesar de que Escrivá pretendía haber "descubierto"
el principio de la santificación de la vida cotidiana,
esa idea es tan vieja como el Evangelio. Su fundador es tildado
de pequeño burgués ambicioso, colérico
y vanidoso. El prelado del Opus depende directamente del Papa,
escapando así a la autoridad de los obispos diocesanos.
Se trataría de "la santa mafia" o "la
masonería blanca", una nebulosa de sociedades,
bancos y fundaciones en la que destaca la Fundación
Limmat, creada en Zurich en 1972, vinculada con instituciones
de España (Fundación General Mediterránea),
de Alemania (Fundación Rin-Danubio o el Instituto Lidenthal)
y de América Latina (Fundación General Latinoamericana,
en Venezuela).
Normand afirma que el cardenal Wojtyla era el candidato papal
del Opus y que desde el inicio del papado se rodeó
de miembros del Opus y designó numerosos miembros como
obispos en América Latina (siete en Perú, cuatro
en Chile, dos en Ecuador, uno en Colombia, uno en Venezuela,
uno en Argentina y uno en Brasil). La nueva estrategia de
la Obra consistiría en infiltrarse en las organizaciones
internacionales, por ejemplo las Naciones Unidas, la Unesco
o la OCDE, cree el periodista francés.
Por su parte, el sociólogo Alberto Moncada, antiguo
miembro del Opus Dei, cree que en la España actual
hay solamente algunos, más bien pocos, hombres y mujeres
del Opus en la cúspide de los partidos de derecha nacional
y regional y del poder bancario, y además ya no actúan
de una manera teledirigida como durante el franquismo. Cree
que lo más importante de la nueva etapa es la transformación
de la Obra en una organización dedicada a la enseñanza
privada heredando a las clientelas de clase media que los
jesuítas están abandonando.
"Poco a poco, el Opus Dei se clericaliza y hoy son sacerdotes
la mayoría de sus mandos nacionales y regionales. La
evolución de la institución lleva consigo también
la transformación del paradigma de numerario. En la
primera época el modelo ideal de numerario era un candidato
a profesiones liberales, con un trato social esmerado. En
la segunda, un gestor, un ejecutivo eficaz. Y en la actual,
el perfil de numerario se clericaliza. También se incrementa
la endogamia social porque muchos de los socios numerarios
nacen ya en un hogar de supernumerarios, van a los colegios
propios, a las Universidades propias, de allí a Roma
y, una vez entrenados, son destinados a la burocracia interna
o a la red educativa sin ejercer una profesión civil
ni tener experiencias mundanas, una decreciente calidad social
e intelectual", opina.
"Es una nueva Contrareforma en la que ya sólo
se trata de mantener la lealtad al mensaje tridentino en su
actual versión vaticana. Como comentaba el padre Arrupe,
"viendo lo que ellos son hoy, veo lo que nosotros fuímos
ayer y no debimos ser nunca". Pero bastaría que
el siguiente Papa no fuera tan complaciente para que aquella
primera animosidad eclesiástica contra la institución
rebrotara y muchos lo están deseando. A ello contribuye
la prepotencia, la animosidad con la que se comportan los
hombres y mujeres del Opus cuando pueden prevalerse de alguna
influencia para calumniar y machacar al adversario', escribe
Moncada.
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