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"ESO NO TIENE NADA QUE VER CON DIOS"


FranÇois Normand

LE MONDE DIPLOMATIQUE | SEPTIEMBRE 1995 | Página 23
Versión original en francés

"Mi hija vive un presidio. Ha sido seducida en la forma en que lo hacen las sectas", dice Mme. Cécile Arnaud-Des Lyons. Para esta familia de Grenoble, así como para muchos otros en Francia que sufren por ver a sus hijos "retenidos" por el Opus Dei, ha llegado el momento de hablar. Un gran número de obispos han sido alertados, algunos de ellos no esconden su "turbación" pero, por el momento, ninguno ha deseado condenar públicamente los métodos de los estrechos guardianes de Juan Pablo II.

"Al principio estábamos muy contentos de ver a nuestra hija frecuentar el Opus Dei", dice Mme Arnaud-Des Lyons, quien cinco de sus seis hijos entraron en la Obra. Todos han salido de ahí excepto Florence, que actualmente tiene 28 años, de los cuales 8 los ha cumplido en la Obra. Había empezado los etudios de medicina en Grenoble. "Durante una mala racha encontró refugio en el Opus Dei. Nuesta hija era generosa por naturaleza, pero no tenía confianza en sí misma, no sabía elegir... Necesitaba que alguien decidiera por ella". Una "presa" fácil para la Obra que iba a hacerse cargo de su destino. Hoy en día Florence es enfermera en Paris. Su "nueva familia" es el Opus Dei.

¿Cómo reclutar jóvenes de ambientes católicos y burgueses sin que el fraude se destape ante los ojos de inteligencias despiertas y dotadas de cultura religiosa?. "Tenía catorce años y era alumno del liceo Chaptal en París, cuenta Dominique. Un día, un compañero de clase me invitó a un club de jóvenes. La acogida era calurosa, en presencia de un sacerdote con sotana que se ocupaba de todo un poco. Nos ofrecían una variedad de actividades de ocio. También había una sala de estudio donde una persona podía ayudarme en mis estudios. No había actividad religiosa tal cual, sólo una charla-meditación". El tiempo ha transcurrido, varios viajes a Roma y a España donde la Obra puede acoger a los jóvenes en uno de sus centros y fines de semana en el castillo de Couvrelles para retiros en los que el silencio era una regla. "Un laico con quien hablaba regularmente era mi director espiritual. Entonces me hicieron descubrir los principios de la Obra".

Para la mayoría de los jóvenes el encuentro con el Opus Dei se efectúa por mediación de un amigo. En el caso de la Srta Véronique Pair-Peccate, de veintinueve años, era un joven supernumerario quien tenía que hacerle descubrir el carisma de Monseñor Escrivá, a medida que su relación se hacía más profunda, primero prestándole un libro, después proponiéndole un encuentro con un cura del Opus Dei, el padre Pallais. "Estaba dispuesta a casarme con ese joven que yo amaba pero no a entrar en el Opus Dei", dice ella misma, después de haber frecuentado durante varios meses la Obra y haber descubierto el modo de vida de este microcosmos. Lo uno no iría sin lo otro... Como comprendería Véronique, tras escuchar al padre Pallais, la ruptura era inevitable: "Dios no se alegra en caso de matrimonio "mixto ". "Lo importante es la comunión espiritual."

Con el paso del tiempo, las conversaciones con el padre Pallais fueron esclarecedoras. Primero reproches: "Has ido muy lejos, a penas os conocéis...", después preguntas fuera de lugar. "Me preguntó si yo era virgen, si nos habíamos besado, cuáles eran los gestos de afecto que habíamos tenido." Más tarde, en relación con la ruptura entre los dos jóvenes: "¿sabes? La única cosa que vale la pena es amar a Dios. Los hombres te decepcionarán. Dios no lo hará nunca."

Véronique iba de sorpresa en sorpresa. Las charlas sobre temas de la vida eran también muy frecuentes. El sacerdote llegaba incluso a animar a Véronique a unirse a la lucha de Claire Fontana, madre de siete niños y fundadora de la Trêve de Dieu. (La Tregua de Dios) "Es una mujer formidable que lleva a cabo acciones en los hospitales. Se encadenan en los pasillos que llevan al aborto y es un día entero que está perdido para los abortistas. Después van a juicio, son muy valientes, y eso les permite dar testimonio, salir en la prensa, de poner en tela de juicio el dogma del aborto. Hacen cosas magníficas. Si quieres conocer algún día a Claire Fontana, yo te la presentaré".

Católico tradicional, Arnaud de Lassus ha estudiado meticulosamente el Opus Dei. Miembro del Grupo de acción familiar y escolar, anclado en las ideas de derecha en la Iglesia, también él mismo considera que la Obra tiene "prácticas sectarias ". Para advertir a las familias católicas de los riesgos que corren sus hijos, ha publicado un pequeño folleto que saca a la luz las actividades y métodos de la Obra. Se pueden destacar cinco puntos en los que el autor está en total desacuerdo con el Opus Dei.

En primer lugar, la organización avanza "enmascarada": "atraen la atención de aquellas familias que buscan estructuras educativas para sus hijos, explica Monsieur de Lassus. Tienen buen ambiente, hay cierta disciplina y otras ventajas como estancias en la nieve o en el extranjero. Estas familias no saben que los meten en una obra religiosa. Si el niño ofrece el perfil adecuado será reclutado. "Segundo reproche: El Opus Dei incita al niño a mentir. "Se dice al joven que no debe hablar a sus padres. Su vocación es una " frágil flor". "Esto es arrebatar a los padres su autoridad. También cabe pensar que, de esta forma, también hay falsas vocaciones". Seguidamente, M. de Lassus denuncia la "falta de libertad de sus miembros". Destaca en particular la obligación de confesarse con un sacerdote del Opus Dei, lo que entra en contradicción con la propia Iglesia, que "siempre ha estado a favor de la libre elección de los confesores". El modo de acción de la Obra en la sociedad constituye otro "peligro" puesto de manifiesto por el autor del folleto. "Percibo en ellos una confusión entre lo espiritual y lo temporal. Las personas que reclutan son elegidas entre la élite intelectual del país. Tienen responsabilidades civiles muy importantes. Sin embargo, están sometidas a un poder eclesiástico por un voto de obediencia. "Finalmente, M. De Lassus denuncia "una especie de negación de la doctrina social de la Iglesia". Todos estos argumentos tienen un gran peso. La mayoría de las familias víctimas de la Obra se sorprenden del silencio de la Iglesia con respecto a esta desviación sectaria. A pesar de todo, éstas no han roto con la práctica religiosa. Cuando alguien se sorprende de ello, responden como Veronique Pair-Peccate: "Es normal, eso del Opus Dei no tiene nada que ver con Dios... "

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