EL
OPUS DEI LOGRÓ UN MINISTRO CON GUSTAVO BELIZ EN JUSTICIA
Por: Emilio J. Corbiére y Federico Corbiére
(exclusivo para ARGENPRESS.info)
(Fecha publicación:20/05/2003)
Argentina
Los ministros de Néstor Kirchner presentan un favorable
perfil que supera, en parte, la etapa menemista, duhaldista
y del gobierno de Fernando de laRúa. Hay, sin embargo,
una discutible designación, la de Gustavo Béliz,
ex ministro del Interior de Carlos Menem y que expresa a la
secta franquista denominada Opus Dei, como lo demostró
en aquella gestión.
El presidente Néstor Kirchner, torpedeado por una
clase política decadente, por banqueros mafiosos, el
gobierno norteamericano a través del Consejo para las
Américas, y otros grupos de poder, a los que se suma
una parte importante de la prensa al servicio de intereses
espurios, ha designado a sus ministros y principales colaboradores.
Hay solo dos duhaldistas netos: José Pampurro (Defensa)
y Aníbal Fernández
(Interior).
Ginés González García (Salud) y Roberto
Lavagna (Economía y¨Producción) no puede
incluírselos dentro del aparato duhaldista. Se trata
de técnicos. González García es odiado
por los laboratorios multinacionales por su ley de genéricos
y a Lavagna, todos los grupos reaccionarios del establishment,
incluido los diarios Ambito Financiero, Infobae, El Cronista
-amigo del Opus Dei-, y la prensa menemista (Radio 10, Canal
9 TV) le atribuyen temerariamente ser un 'populista' y 'neokeynesiano'.
En realidad, ambos, provienen de lo que alguna vez fue la
'renovación peronista' de mediados de los años
ochenta.
Otro tanto ocurre con Rafael Bielsa (Canciller) que es un
ex frepasista y también procedente de aquella 'renovación'.
Es un sólido jurista. En cuanto a Daniel Filmus (Educación)
posee importantes antecedentes como docente procedente de
la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)
y constituye una buena noticia, como la de González
García, en el nuevo gabinete.
Carlos Tomada (Trabajo) es un laboralista que procede del
campo profesional relacionado con los sindicatos. La suya
será una tarea muy dura ya que enfrentará, directamente,
con el ministro del Interior, la contestación social
que se avecina. Es amigo del que fue ministro de Trabajo,
Enrique Rodríguez, que procedía de la extrema
izquierda sesentista pero luego evolucionó hacia un
peronismo sui generis.
Vienen después los amigos del presidente, figuras
y personalidades de su absoluta confianza. En primer lugar
la sorpresa que ignoraba hasta el mismo Duhalde. A la SIDE
( Servicio de Inteligencia del Estado) irá Sergio Acevedo,
por lo menos hasta fin de año, porque piensa proponerse
como candidato a gobernador por Santa Cruz. Lo de Acevedo
es para cuidar las espaldas de Kirchner, especialmente de
la misma SIDE, donde pululan elementos residuales de la dictadura,
aventureros, menemistas y otros grupos de mano de obra desocupada.
Oscar Parrilli (Secretario general de la Presidencia), un
neuquino amigo del presidente; Aníbal Fernández
(Ministro del Interior) que junto a Acevedo es gente de mucha
confianza de los Kirchner -marido y mujer-; Julio de Vido
(Planificación federal, Inversión Pública
y Servicios (fue ex secretario de Gobierno de la provincia
de Santa Cruz); Alicia Kirchner (Desarrollo Social y Coordinación),
hermana del presidente y especialista en cuestiones de pobreza
y sociedad, con varios master a su favor y la experiencia
que tuvo en el gobierno de Santa Cruz.
Un grupo de ministros muy homogéneos. Habrá
que ver como funcionan y cual será el programa político,
económico, social y cultural de Kirchner, en medio
de la tempestad.
El Caso Béliz
Gustavo Béliz merece un tratamiento especial por su
vinculación con el Opus Dei, organización neofranquista
de origen español que regentea en la Argentina la Universidad
Austral, donde Béliz es profesor.
La Argentina es un país curioso. El mismo día
de la designación de Béliz, por Radio Mitre
se transmitió un programa sobre la apertura de las
fosas comunes en España que datan de los crímenes
del fascismo español durante la tiranía de Francisco
Franco. En Buenos Aires, un cuadro del opusdeísmo asume,
nuevamente, como ministro. En fuentes cercanas a Kirchner,
se dijo a ARGENPRESS.info que es probable que el nuevo presidente
aliente la candidatura de Aníbal Ibarra en la Ciudad
de Buenos Aires. Sacar del ruedo político a Rafael
Bielsa y a Gustavo Béliz habría sido una solución.
Desde luego que no se puede vincular a Béliz con los
crímenes de Franco pero su vinculación con el
Opus Dei es alarmante. Cuando fue ministro de Menem introdujo
una decena de funcionarios de ese signo en el Ministerio del
Interior. Ahora la Obra irá por más, como es
su costumbre. Veamos de que se trata esta historia.
Ante los ojos de Dios
No pocos fieles a las revelaciones de Camino persiguen con
singular fervor el cumplimiento de las obligaciones religiosas
observadas por Escrivá de Balaguer. Creen ganar el
cielo al amparo del poder y carecen de ecuanimidad a la hora
de revisar sus actos. Son los nuevos cruzados de la Iglesia
Católica que lejos ya de su historia de hierro y plomo
prefieren salvaguardar los intereses de la Santa Sede, desde
Roma con el cardenal Sodano como ángel custodio de
las cuentas del Vaticano, secundado por Joaquín Navarro
Valls en el área estratégica de marketing comunicacional
y, en el resto del mundo, fagocitando a sus cuadros políticos
y empresarios.
No es casual que haya sido 1990 el año elegido para
fundar la monumental Universidad Austral, especializada en
medicina, ciencias económicas y periodismo; y de donde
se supone surgirán los nuevos escuderos opusdeístas
para integrar una nueva elite dirigencial.
Resulta menos llamativo todavía que el terreno donde
está edificado el campus de Pilar sea una donación
de otro favorecido en esos años, el empresario opusdeista
Gregorio Pérez Companc; y que entre sus docentes la
Universidad haya contado con la presencia del ex militante
de Tacuara y polifuncionario menemista Rodolfo Barra; del
ex ministro del Interior y amigo de la familia Trusso, Gustavo
Béliz; además del actual director del Master
en Derecho Administrativo y auditor de la Armada en tiempos
de dictadura, el capitán de fragata (R), Julio R. Comadira.
En julio de 2001, en un congreso dedicado a la vida y obra
de Escrivá de Balaguer organizado por la Unversidad
Austral, no faltaron políticos y legisladores nacionales
identificados con el Opus Dei. Participaron Viviana Negri
de Alonso, senadora por San Luis y funcionaria de confianza
de Adolfo Rodríguez Saá; el diputado tucumano
Roberto Lix Klett, leal a Domingo Bussi -líder del
partido Fuerza Republicana e interventor durante el último
proceso militar-; y el ex gobernador salteño Roberto
Ulloa, entre otros. (1)
Descorrer el velo de la piadosa 'santificación del
trabajo y de la vida ordinaria', como su vocero en Argentina,
Miguel Angel Martínez predica, permite dudar sobre
los verdaderos objetivos del Opus Dei; y muestra la doble
moral de los dirigentes y parte de sus fieles que asimilan
dinero y poder con religión, para legitimar su conducta.
¿Escrivá de Balaguer habrá sido el representante
de Dios en la tierra y monseñor Carlos Nannei su heredero
en la Argentina? ¿Buscan volver del poderío
romano anterior a la Revolución Francesa, en base a
los errores del intento restaurador del Congreso de Viena
de 1814, que llegó a su fin luego de los chispazos
revolucionarios de julio de 1848, cuyo idealismo romántico
condujo a la Joven Europa?
Probablemente se trata de un plan restaurador debidamente
organizado que a falta de trono busca una nueva alianza de
las elites gobernantes con el altar. O quizá sea sólo
un club de negocios de un pequeño grupo apoyado en
la ingenua devoción religiosa de miles de católicos
practicantes; aunque algunos operadores dirán que la
participación de opusdeístas en los hechos expuestos
a continuación es pura coincidencia. Lo cierto es que
con el correr de los años la Obra de Dios ha logrado
una acumulación de poder político y económico
descomunal.
Béliz al gobierno, el Opus al poder
A veces el constante reordenamiento del mapa político
suele crear confusiones sobre la transparencia e intencionalidad
de los funcionarios públicos. El caso de Gustavo Béliz
es uno más en medio de la ensalada ideológica
que intenta sostener a los partidos. Su filiación político-religiosa
y espectacular ascenso a los más altos peldaños
del poder durante el gobierno menemista, despiertan una sospecha
cierta sobre el posible tráfico de influencias en torno
a su figura, especialmente al comienzo de su vida política.
Béliz no es el primer experto en dar vueltas en el
aire y cambiar de frente, sin embargo sus primeros pasos en
la gestión pública le han dejado cicatrices
imposibles de disimular y con una particularidad distinta
a las del resto de sus colegas: la marca del Opus Dei. Gustavo
era un pibe brillante. La apasionada lectura de las crónicas
deportivas de la revista El Gráfico lo mantenía
lejos del aroma a muerte que impregnaba aquellos días
en que cursó sus estudios en el Comercial de San Fernando.
Festejó con alegría el campeonato mundial de
1978 y, un año después, mientras terminaba el
secundario, ingresó al periodismo en la revista de
sus amores.
Se anotó en el Instituto Grafotécnico pero
enseguida eligió por la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Luegotrabajaría
en varias revistas y, entre 1985 y 1989, en el diario vespertino
La Razón bajo la tutela de Jacobo Timerman.
Pero su suerte ya estaba echada. En 1982, con 19 años
había conocido al sacerdote uruguayo del Opus Dei,
Ricardo Rovira. Y un año antes a Carlos Saúl
Menem en su propio estudio jurídico y búnker
político. Casualmente, Menem perseguiría hasta
el cansancio al maestro de periodistas y fundador del diario
La Opinión durante los últimos años de
su vida.
El entonces presidente logró que la Corte Suprema
de Justicia ordenara reabrir en 1996 un caso por calumnias
e injurias contra Jacobo Timerman, que terminó en su
pedido de captura. El periodista, absuelto en primera y segunda
instancia, creyó tener un panorama poco favorable,
renunció a su defensa y se radicó en Punta del
Este. Por esos días ya se hablaba de una 'mayoría
automática' de raíz oficialista, con Antonio
Boggiano entre los cinco jueces supuestamente complacientes.
Muchos aseguran que ese magistrado impulsado por los obispos
Antonio Quarracino y Ubaldo Calabresi (nombrado con la ampliación
del máximo tribunal a nueve miembros) también
pertenecería con la Prelatura.
En 1989, Carlos Menem designa a Gustavo Béliz como
secretario de la Función
Pública y en 1992 es elevado a ministro del Interior
en reemplazo de José Luis Manzano. Ese mismo año
la Cámara Junior de Buenos Aires lo elige como uno
de los '10 jóvenes sobresalientes de la Argentina'.
Pero un nuevo giro sorprendería al entorno menemista.
El premiado hijo de un empleado bancario que había
recibido la orden del mérito con su designación
ministerial renunciaría a los nueve meses alegando
falta de integridad en sus jefes.
Dueño de una imagen pública intachable, a fines
de 1992, edita el best seller Vale la pena. Adiós a
la vieja política. Es electo en 1997 legislador porteño
y luego de una fallida alianza con el entonces gobernador
bonaerense Carlos Ruckauf, pacta con Domingo Felipe Cavallo
para integrar la fórmula electoral que el nuevo frente
presentaría en la Ciudad de Buenos Aires. Las ofensivas
reivindicaciones al Proceso de Reorganización Nacional
y del accionar de Jorge Rafael Videla por parte de la candidata
cavallista Elena Cruz aceleran la ruptura del pacto entre
Nueva Dirigencia y Acción por la República.
Para las elecciones nacionales de octubre de 2001 el Frente
Nuevo País une a Gustavo Béliz, candidato a
senador, con la tristemente célebre candidata a diputada
por negar el cobro de una jubilación de privilegio,
Irma Roy. La lista de diputados incluye también al
titular de la desaparecida Secretaría de Desarrollo
Social, Santiago de Estrada, señalado en 1994 por el
periodista Jorge Lanata como miembro de la Obra. (2)
El corto paso de Béliz por en el Ministerio del Interior
había sido suficiente para concretar la operación
de avanzada opusdeísta. De la mano Aldo Omar Carreras,
ex dirigente de Guardia de Hierro y por entonces subsecretario
de Población, varios miembros de la Obra se apostaron
en la segunda línea de esa cartera ejecutiva. Entre
ellos los supernumerarios Guillermo Heissinger, subsecretario
de Coordinación y Juan Franchino, subsecretario de
Sistemas de Información; el numerario Andrés
Zuriani, jefe de Gabinete; Diego Blasco Fúnes, también
numerario, a cargo de la secretaría General; y otros
acólitos como el secretario privado, Fernando Sotz,
y el jefe de gabinete, Jorge Passardi (3).
Algunos de esos nombres seguirían reapareciendo. Diego
Blasco Fúnes, amigo personal de Juan Miguel Trusso
y Gustavo Béliz, sería subdirector de Negocios
de la tarjeta de crédito Carta Credencial, luego de
la liquidación de activos y pasivos del quebrado Banco
de Crédito Provincial (BCP). Aldo Omar Carreras y el
incorruptible ingeniero Juan Franchino aparecerían
durante la controvertida licitación del Proyecto DNI,
además de continuar en diversos cargos públicos.
Aquel adiós a la vieja política representaba
para Béliz el fin de uno de los capítulos más
oscuros en su historia personal. Pagado el derecho de piso
no estaba obligado a complicarse en la caída del Banco
de Crédito Provincial (BCP), propiedad de viejos conocidos.
Béliz, Trusso y las denuncias de Octavio Frigerio
A fines de 1997, el aspirante justicialista a la legislatura
porteña Octavio Frigerio inició una causa contra
su adversario Gustavo Béliz por averiguación
de ilícito. Aseguró que Béliz fue 'lobbista'
del clan Trusso mientras se desempeñó, primero,
como secretario de la Función Pública y, mas
tarde, como ministro del Interior. Según dejó
deslizar el denunciante, Béliz habría dado sostén
político a Francisco Trusso para su designación
vaticana a expensas de ciertas comodidades y beneficios económicos
por parte del titular del BCP.
'
Yo hace cuatro años que no tengo relación con
los Trusso y jamás aportaron un peso para ninguna de
mis campañas', alegó Béliz, a la vez
que calificó la denuncia como pieza de una 'campaña
sucia' oficialista.
Luego de ratificar y ampliar sus dichos ante el juez Larrain
en la causa Nº 427383, iniciada el 13 de octubre de 1997,
Frigerio declaró a Radio News que Béliz movió
influencias a favor de Francisco Trusso a cambio de favores
económicos.
Sostuvo que, entre 1989 y 1993, Béliz ocupó
en forma gratuita un dúplex del grupo Trusso ubicado
en la calle Juncal, además de señalar que él
y parte de sus colaboradores 'hacían uso irrestricto,
sin límites de gastos, de tarjetas Carta Credencial,
una empresa de tarjetas de crédito cautiva del BCP.
Tarjetas cuyo monto pagaba a fin de mes el grupo Trusso'.
Frigerio aseguró que Béliz 'actuó como
lobbista del grupo Trusso, proponiendo al presidente (Carlos
Menem) el nombre de Francisco Trusso como embajador de la
Argentina ante la Santa Sede', además de señalar
que el imputado 'no puede exhibir ningún recibo de
alquiler' y, tampoco, 'ni un solo recibo de pago de su tarjeta
Carta Credencial'. (4)
Gustavo Béliz fue absuelto por falta de pruebas. Tampoco
se atestiguó nunca
que Octavio Frigerio, cuestionado por presuntas irregularidades
en la administración y gestión en el envío
de soldados argentinos a las misiones de paz de los 'cascos
blancos', haya cometido delito alguno. Pero todos sabemos
que la política argentina no es apta para carmelitas
descalzas; menos aún durante el menemato, época
de corruptelas estructurales y negocios poco claros.
Vale destacar que Béliz y Frigerio surgen del mismo
riñón partidario. Y no deja de sorprender que
el cardenal Antonio Quarracino, monseñor Roberto Marcial
Toledo y el arquitecto laico Norberto Silva, ambos secretarios
del entonces titular del Arzobispado de Buenos Aires, hayan
poseído tarjetas de crédito también presuntamente
saldadas por el banco de la familia Trusso.
Los banqueros de la Iglesia
'Si tener cuenta corriente en un banco, si confiar en el
manejo que de ellas se haga, si aceptar algún regalo,
que a uno le costeen un viaje, si creer en la amistad, en
fin, es un pecado... Bueno, ¡reconozco que pequé!
Pero de ahí a atribuirme complicidad, negocios turbios,
un aval de fraude que perjudique a mis hermanos, creo que
es a esta altura de mi vida simplemente sumergirme en la congoja,
en un dolor inexpresable, terrible', declaró Antonio
Quarracino cuando todos los indicios lo señalaban como
responsable de una estafa por 10 millones de dólares
relacionada con la quiebra del BCP. (5)
El hundimiento del Banco de Crédito Provincial se
vio signado por un desfile de miembros influyentes de la Iglesia,
abogados y hombres cercanos al poder. Sus principales protagonistas
fueron Renato Dalle Nogare, Francisco Javier y Pablo Trusso;
además del clérigo Roberto Toledo. La estafa
redondeó los 200
millones de dólares. El dinero nunca apareció.
El 21 de agosto de 1997 la justicia platense suspende al BCP
por la causa que investiga la quiebra fraudulenta de entidad
financiera. Francisco Javier y Pablo Trusso eran los socios
principales con más del 50 por ciento de las acciones.
Su hermano Juan Miguel no integraba formalmente el directorio
pero se desempeñaba como asesor legal de la empresa
familiar, además de ser el vicedirector de Cáritas
Buenos Aires.
El 1º de noviembre Pablo Trusso, ex tesorero de Cáritas,
y otros nueve directivos son detenidos por los delitos de
'asociación ilícita, defraudaciones reiteradas
y falsificación de instrumento público'. Francisco
Javier Trusso y Renato Dalle Nogare escapan de la justicia
esperando tener la misma suerte que José Rafael Trozzo,
prófugo en México y responsable por el vaciamiento
del Banco de Intercambio Regional (BIR), a comienzos de los
80. Curiosamente, uno de los asesores del BIR era Francisco
Eduardo Trusso -padre de Francisco Javier, Pablo y Juan Miguel-,
que además actuaba como director de la sucursal Buenos
Aires del Banco Ambrosiano, cuya quiebra dejó al descubierto
un desfalco por más de 1000 millones de dólares.
Ambos datos fueron reconocidos por Trusso ante las periodistas
Olga Wornat y Alicia Galimany durante una reunión un
día del verano de 2001, en su departamento de Arrollo
y Suipacha. '¡Entre Trozzo y Trusso nos hicieron trizas!',
refunfuñó masticando bronca un prestigioso jesuita
que aún confía en la integridad de la Iglesia
Católica como institución dedicada a la enseñanza
religiosa y al trabajo
social.
Trozzo, vinculado comercialmente a la firma Sasetru, para
algunos cercana a la estrategia de los amigos del Opus Dei,
usó como interlocutor ante el gobierno de facto de
Jorge Rafael Videla, al general Guillermo Suárez Mason,
asociado a la fascista logia Propaganda Due (P-2). Casualmete,
'Pajarito' Suárez Mason y Francisco Eduardo Trusso
fueron condiscípulos en el Colegio La Salle (6). En
épocas de dictadura, Trusso representaría a
la petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF),
en tanto su viejo colega conspiraba al mando el 1º Cuerpo
del Ejército.
Según diversas fuentes, el fraude del Banco de Crédito
Provincial sumó 21mil créditos a nombres falsos
copiados de la guía telefónica y en orden alfabético,
por 64 millones de dólares presentados como activos
propios ante el Banco Central de la República Argentina;
16 millones en la falsificación de saldos de tarjetas
de crédito; más otro desvío por cuentas
'off shore' de 100 millones.
Francisco Javier Trusso fue detenido en Brasil en agosto
de 1999 mientras alquilaba un departamento en el distinguido
barrio paulista Higienópolis, que costaba 3500 dólares
mensuales. En diciembre de 2000, aprovechando la supuesta
distracción de su único custodio, José
Paraizo, escapó de una clínica de San Pablo
a la que había sido trasladado tras simular un fuerte
dolor en el pecho. Poco después es recapturado. El
otro prófugo, Renato Dalle Nogare, es descubierto por
la guardia civil española vendiendo filtros para piletas
en las costas de Barcelona en marzo del año 2000. La
investigación alcanzó también a Juan
Miguel Trusso, involucrado en presuntas maniobras con depósitos
enviados al exterior y sospechado por otra estafa relacionada
con la transferencia al BCP de las acciones de la Inversora
Recoleta S.A., dueña del un tercio del shopping Buenos
Aires desing.
Detenido el 1º de noviembre de 1999 en el destacamento
policial de la localidad 'El Pato', la jueza actuante Marcela
Inés Garmendia consideró la falta de elementos
suficientes para basar una acusación de 'asociación
ilícita' y fijó una fianza de 100 mil pesos.
Juan Miguel Trusso recuperó la libertad por orden de
la Sala III de la Cámara Penal, tras un confinamiento
de 25 días. Sin embargo, la imputación por 'administración
fraudulenta y estafa' siguen vigentes.
Para esa fecha instituciones dependientes del clero habían
sufrido importantes pérdidas. 500 mil pesos congelados
de los fondos de Cáritas, 100 mil de la Universidad
Austral del Opus Dei y otros 100 mil a la orden de la Comisión
Pro Catedral para la refacción del histórico
santuario ubicado en el viejo casco de la Ciudad de Buenos
Aires.
Más llamativa resultó la imputación
contra monseñor Roberto Marcial Toledo, ex secretario
privado del cardenal Antonio Quarracino y vicario general
de la diócesis de Avellaneda, detenido también
en noviembre de 1999 y 'excarcelado bajo caución juratoria'.
El cargo contra el prelado fue por el delito de 'administración
fraudulenta calificada', debido a un retiro de la cuenta corriente
del Arzobispado en el BCP, por la suma de 700 mil dólares
en un cheque con su firma. (7)
Dos años antes su nombre y el del secretario laico,
el arquitecto Norberto Silva, giraron en torno a otro escándalo
relacionado por un préstamo de 10 millones de dólares
concedido por la mutual Sociedad Militar Seguros de Vida (SMSV)
al Arzobispado, con aval del ex BCP. Silenciosamente y en
forma paralela, los mismos fondos terminaron en las arcas
de la entidad bancaria mediante un segundo préstamo
otorgado a los Trusso. Antonio Quarracino negó hasta
su muerte su participación en la maniobra supletoria
y tampoco reconoció la rúbrica -certificada
por el BCP- en la documentación que lo obligaba como
deudor ante la presunta mesa de dinero administrada por militares
retirados. Durante su detención, monseñor Toledo
aseguró haber 'confiado' firmando dos cheques en blanco
a los Trusso. De esta forma el consagrado relativizó
su responsabilidad por el cobro de los cheques a la orden
del BCP, de 5 millones cada uno.
La asociación de retirados castrenses inició
una querella contra el Arzobispado. En el allanamiento de
la Curia ubicada en Rivadavia 415, los peritos contables judiciales
inspeccionaron los balances del año 1997. La falta
de asiento en los libros del Arzobispado de ese movimiento
millonario fue justificada según Toledo, por tratarse
de una cuenta personal del cardenal. El estudio de abogados
manejado por ex ministro de Obras Públicas, Roberto
Dromi, intercedió a favor de los religiosos y, misteriosamente,
la Iglesia y esa mutual de viejos hombres de armas acordaron
resolver la disputa e iniciar acciones contra la entidad bancaria.
A juzgar por las declaraciones de Antonio Quarracino y monseñor
Toledo, sus buenos oficios para en la concreción de
una audiencia entre Juan Pablo II y altos directivos de la
SMSV, pagados por los Trusso, nada tendrían que ver
con el préstamo antes mencionado, entre otras operatoria
financieras. Luego de la estrepitosa caída del BCP,
Toledo acusó a Francisco Javier Trusso de traición
contra su persona y la de Antonio Quarracino, pero no rasgó
sus vestiduras cuando se le recordó un viaje a Nueva
York con alojamiento en un lujoso departamento del Hotel The
Pierre, en Manhattan, con limosina y cargos de tarjeta también
por cuenta de los Trusso. Sostener que un sacerdote miente
sería sumergirlo en una desvergüenza eterna. Y
en el caso de comprobarse tal pecado ninguna congregación
católica podría resguardarlo. Nadie resultó
excomulgado, por tanto sospechar que tales 'regalos' recibidos
fueron devoluciones de favores -como la recomendación
de Francisco Eduardo Trusso para representarnos en el Vaticano-
o compromisos a futuro -entiéndase cheques firmados
en blanco- sería una blasfemia que en ningún
caso se desea cometer. Precisamente la intención de
este libro es preservar a los justos de quienes perpetran
oficios poco santos.
Los herederos del BCP
Como aquellas aves desprovistas de plumaje que planean por
corrientes cálidas y se alimentan de carroña,
diversos hombres públicos ligados a otros entramados
de poder muy cercanos al cavallismo explotaron el cierre del
BCP. El 13 de noviembre de 1997 sobre las ruinas del banco
platense se constituye el Mercobank (MKB). Nuevos conflictos
financieros perjudicarían los intereses de empresas
afectadas al Vaticano que no encontrarían aliados en
el nuevo directorio.
Horacio Tomás Liendo (h), hijo del general que fuera
ministro de Trabajo y del Interior durante las dictaduras
de Jorge Rafael Videla y Roberto Viola ocuparía su
presidencia. Liendo (h) cobró 660.000 dólares
del millón y medio de honorarios fijados a ese directorio.
Su estudio jurídico había participado en todas
las negociaciones para la creación del MKB. Casualmente
su hermano Gustavo se había desempeñado como
gerente de Asuntos Legales del BCP y fue mencionado en las
acciones penales y civiles que las socias del BCP, Fiorini
Sistema y Fiorini Investiment iniciaron durante el proceso
de capitalización que derivó en la constitución
del MKB.
La disputa giro en torno a una transacción fallida
que no se efectivizó por falta de cumplimiento del
BCP, según alegaron los empresarios italianos. Entre
esos activos están el edificio del ex Banco de Italia
y tercio del paquete accionario del shopping Buenos Aires
Desing. En noviembre de 1999 la jueza Marcela Inés
Garmendia demostró que las acciones de Emprendimientos
Recoleta pertenecían al grupo Fiorini. Actualmente
el Banco Provincia tiene los bienes bajo su dominio pero nunca
pudo escriturarlos.
En septiembre del año 2000 el MKB cierra sus puerta
arrojando pérdidas por casi 80 millones de dólares.
La ley del dinero
Al inicio de la Causa Penal las actuaciones del juez Juan
Carlos Bruni (h) confirmaron que la familia Trusso explotó
sus relaciones en el Vaticano para hacer negocios con la Iglesia
Católica Argentina. Los respaldaba el Banco Monte di
Paschi di Siena, el más antiguo de Italia (9). Una
vez descubierto el desfalco aquella solidez emblemática
se esfumaría. Pero la situación procesal de
los implicados no dependería sólo de la pericia
de los abogados defensores. Aquellos viejos buenos tiempos
en que Juan Miguel Trusso jaraneaba con Gustavo Béliz
en Punta del Este habían terminado. De esa relación
sólo quedaba un amigo común, el opusdeísta
Diego Blasco Fúnes que apenas pudo ocuparse de la tarjeta
Carta Credencial, una vez separada de los activos del
BCP. Tampoco sería conveniente ya la buena relación
de Francisco Javier con Amalia Lacroze de Fortabat o con Ramón
Hernández, entonces secretario privado de Carlos Menem,
a quien frecuentaba semanalmente en el Hotel Alvear. Menos
aún lo ayudarían sus conexiones que llegaron
a reunirlo con los reyes de España. En tanto la Iglesia
local lo quería bien lejos y con la boca cerrada.
Mientras el hábil operador menemista que arbitró
en los 90 las leoninas privatizaciones de las empresas públicas,
Roberto Dromi, cuidaba las espaldas de monseñor Toledo,
muchos abogados de renombre que desfilaron por las causas
contra el clan Trusso. Jorge Anzorregui, hermano del entonces
jefe de la SIDE, fue el primero en defenderlos. Luego aparecerían
Francisco Castex y Ramiro Pérez Duhalde, en aquel momento
vicedecano de la Facultad de Derecho, como patrocinantes de
Juan Miguel Trusso.
Con el cambio de siglo y de signo político en el gobierno
aparecieron nuevos personajes. Por la defensa de Francisco
Javier Trusso también pasaron dos penalistas de alto
impacto mediático y de reconocido mérito a la
hora resolver a su favor complicados laberintos jurídicos,
primero Mariano Cúneo Libarona y luego Fernando Burlando,
además de la participación del abogado Gonzalo
Díaz Cantón. Mencionados continuamente en el
ambiente farandulero, Cúneo Libarona logró su
pico de popularidad en su actuación como patrocinante
de Guillermo Cóppola en el caso del jarrón con
cocaína; y el siempre bronceado, Fernando Burlando,
la obtuvo con la absolución, contra todas las conjeturas,
de Alfredo Pesquera, acusado de provocar el accidente en el
que falleció el cantante cuartetero Rodrigo Bueno.
Francisco Javier Trusso estuvo por largo tiempo en rebeldía
ante la justicia platense evitando su inexorable extracción
desde Brasil. Una vez trasladado a la Argentina Trusso insistió
en no comparecer ante la justicia.
Hasta la fecha de cierre de este libro en marzo de 2002 el
estado de la causa era bastante confuso. Diversos artículos
periodísticos anunciaban la inminente liberación
de Francisco Javier Trusso y de Renato Dalle Nogare presos
en la Unidad Penal (23) de Florencio Varela, dependiente del
Servicio Penitenciario Bonaerense. Fuentes tribunalicias que
negaron esos transcendidos, explicaron que los últimos
días de diciembre de 2001 la Sala III de la Cámara
penal de la Plata determinó que no existió 'asociación
ilícita' en la causa que se investiga la quiebra fraudulenta
del BCP y mantuvo la acusación por 'estafas reiteradas',
delito excarcelable que beneficiaría a Trusso y Dalle
Nogare. La Sala III, integrada por los camarista Carlos Silva
Acevedo, Alfredo Sanucci y Armando Correa, estableció
que no había suficientes elementos probatorios, en
tanto se anunciaba la posible incompetencia de la magistrada
platense Marcela Inés Garmendia. Hasta mediados de
febrero, la jueza Garmendia que aún continuaba a cargo
del proceso, rechazó los insistentes pedidos de excarcelación
por considerar que los únicos dos detenidos podrían
'eludir la acción de la justicia' habida cuenta la
magnitud de las penas de comprobarse los ilícitos y
el antecedente de fugas anteriores.
Los camaristas dispusieron el sobreseimiento de los ex directivos
de BCP, María Luján Andrade, Patricia Mulhall
y Tarquino Della Nogare, sobrino del detenido, que manejaba
las operatorias al exterior. No obstante, de resolverse una
sentencia condenatoria varios imputados en el proceso podrían
volver a la cárcel, entre ellos monseñor Roberto
Toledo, otros integrantes del directorio del BCP, Pablo y
Juan Miguel Trusso. Pero como ocurre generalmente en los fraudes
en que aparecen involucrados miembros allegados del Opus Dei,
la mayoría de los acusados terminan recuperando su
libertad.
Documentos por favor
La historia negra del intento licitatorio para la creación
de un nuevo documento de identidad 'inviolable', parece estar
escrita con tinta invisible y protagonizada por super agentes
del recontra espionaje. Las figuras estelares Alfredo Yabrán
y Francisco Macri esta vez ocupan un rol secundario en una
trama secreta que involucra actos heroicos, agentes dobles,
padrinos políticos y consejeros formados a la sombra
de elementos autoritarios.
¿Qué tienen en común el subsecretario
de Empleo del interinato duhaldista,
Aldo Omar Carreras, y el síndico general de la Nación
también de ese gobierno provisional, Julio Cesar Comadira,
además de surgir de las mismas entrañas del
Opus Dei? Que los dos hicieron carrera en el menemismo y supieron
aggiornarse a los nuevos tiempos. Que tienen una formación
académica impecable y que ambos participaron en la
licitación del sistema nacional de identificación
y registro del tránsito fronterizo, junto a otros opusdeístas
como Rodolfo Barra y Juan Franchino.
Una minuciosa investigación iniciada por el periodista
Miguel Bonasso desenredó el entramado de intereses
económicos en medio de un juego de influencias cada
vez más complicado (10). El asesinato de José
Luis Cabezas torció el camino de la licitación.
Pero la tromba política que desató tal crimen
convirtió en mala palabra el apellido Yabrán
y a quienes lo rodearan.
Carlos Corach repartió nuevamente las cartas marcadas
y, casualmente, apostados en diferentes frentes estaban los
hombres del Opus Dei. Sólo un jugador se animó
a patear el tablero.
En agosto de 1994, el presidente Carlos Menem y el ministro
del Interior Carlos Ruckauf firmaron el decreto 1310 que habilitó
el Proyecto DNI, fundamentando entre otros motivos la necesidad
de mejorar la seguridad los controles fronterizos. También
fue una de las imposiciones de la administración de
Bill Clinton a la Argentina para eximir del requisito de visa
a quienes visitaran Estados Unidos -que fue limitada nuevamente
en febrero del año 2002 con el pretexto de extremar
las medidas de protección a raíz de los atentados
sobre las torres gemelas-. Quien se adjudicara tal licitación
sería responsable de la confección de los documentos
-y su distribución-, el control migratorio y la elaboración
de los padrones, en un negocio que en 1997 alcanzaba los 600
millones de dólares.
Tres grupos empresarios se presentaron en a concurso: la
Unión Transitoria de Empresas (UTE), compuesta por
Itron S.A., SHL Systemhouse, TRW Systems Ovearseas Inc y Malam
Systems Ltd.; su principal oponente encabezada por Siemens,
asociada a la imprenta Boldt; y una tercera que fue descalificada
en la primera etapa, formada por Ivisa-TTI, del grupo Bulgheroni.
Ivisa-TTI tenía buenas perspectivas hasta que se desató
el escándalo de las coimas que involucró a funcionarios
del Banco Nación con la firma nortamericana IBM, su
socia en la licitación. De ganar la Unión Transitora
de Empresas, la compañía OCA postal perteneciente
a testaferros de Alfredo Yabrán se ocuparía
de repartir los documentos. La empresa informática
de los Macri, Itron, actuaría como cabeza integradora
junto a SHL, TRWdigitalizaría las huellas digitales
y la firma mixta israelí Malam, de sobrada experiencia
en documentación y controles fronterizos, sería
el otro
soporte informático.
Contra todos los pronósticos, en noviembre de 1998
el Estado nacional termina firmando el contrato con la alemana
Siemens, que había ganado luego de infinitas postergaciones
y el rechazo de una contundente impugnación presentada
por Malam. 'Los informes técnicos y jurídicos
iniciales le otorgaron el más alto puntaje a la UTE
liderada por Itron y todo parecía andar sobre rieles,
cuando empezaron las dificultades. Siemens tenía también
amigos influyentes y empleados de lujo, como el abogado Rodolfo
Barra, ex ministro de Justicia y actual Auditor General de
la Nación. O el empresario Carlos Sergi, representante
en Argentina de Printac, empresa que se dedica a procesar
huellas digitales informatizadas, una de las sofisticadas
exigencias del pliego licitatorio. Sergi era muy amigo del
entonces presidente (CEO) de Siemens Argentina, Luis Rodolfo
Schirado. Y también del director de Migraciones Hugo
Franco quien, de acuerdo a lo que dice la impugnación
de Malam, habría producido un 'brusco cambio' en el
expediente, 'con la clara intención de privilegiar
la situación de uno de los oferentes, Siemens S.A.'.
(...) En el nuevo frente de tormenta se alzaba también
el dictamen jurídico de Julio Comadira, un abogado
que Menem incorporaría al Consejo de la Magistratura
y en tiempos de la dictadura fue auditor de la Armada. Según
el escrito de Malam, fue el único informe jurídico
adverso a la propuesta de Itron', explica Bonasso en su artículo.
Lo llamativo del caso es que Carlos Corach desde el ministerio
del Interior es quien rechaza la impugnación de Malam
por considerar que representaba sólo a una parte de
la UTE. Que Julio Cesar Comadira era uno de sus asesores.
Y que el entonces consejero de Siemens había tenido
bajo su tutela a Comadira cuando el marino pasó a retiro
para comandar la dirección de Asuntos Jurídicos
de la vieja cartera de Obras y Servicios Públicos,
durante la gestión del ministro Roberto Dromi y de
su segundo Rodolfo Barra.
Casualmente el capitán de fragata de la dictadura
y el viejo militante de Tacuara pertenecen al Opus Dei. Casualmente
el profesor Aldo Omar Carreras había participado de
una comisión evaluadora; y, casualmente, Juan Franchino
había integrado otro grupo paralelo. Por esas cosas
de la vida Franchino y Carreras habían sido funcionarios
de Gustavo Béliz que también por casualidad
integra las filas del Opus. Casualmente, Comadira había
asesorado a Dromi para el desguace del Estado; y, casualmente,
el estudio de Dormí ejerció la defensa de monseñor
Toledo en otro caso donde fueron procesados viejos conocidos
de Béliz.
Pero no fue tan casual que Juan Franchino presentara informes
opuestos a los que favorecieron a Siemens. El ingeniero en
Sistemas ya había obtenido fama de 'incorruptible'
y de excelente funcionario público a principios de
los 90 cuando denunció el supuesto negociado de los
DNI de factura francesa. También es importante destacar
que la comisión evaluadora en la que participó
el entonces subsecretario de Población, Aldo Omar Carreras,
se disolvió rápidamente a fines de 1997, al
resistir a ciertos procedimientos de apariencia poco regular.
De la actuación de Carreras no surgen argumentos para
cuestionar su idoneidad. Al contrario, durante su paso por
esa secretaría enfrentó al entonces titular
de migraciones, Hugo Franco, cuando este impulsó un
proyecto de delación que contemplaba recompensas a
quienes denunciaran a extranjeros indocumentados. Ambos quedaron
desalineados en la ofensiva opusdeísta. Entonces el
Octopus Dei extendió los tentáculos de sus hombres
más duros. Aquellos que en su juventud adoptaron el
saludo romano y otros colaboracionistas de interregnos militares.
En los setenta, Julio Cesar Comadira fue asesor jurídico
de la Armada. Obtuvo el cargo de capitán de fragata
y pasó a retiro el 1 de agosto de 1989. Fue director
de Asuntos Jurídicos del ministerio de Obras y Servicios
Públicos. Subrogó por el ministro del Interior
en el Proyecto DNI. Asesoró también a Raúl
Granillo Ocampo durante su gestión en el ministerio
de Justicia y representó al ejecutivo menemista en
el Consejo de la Magistratura. Apenas llegado al sillón
presidencial, Duhalde lo designa síndico general de
la Nación. Actualmente es profesor de las universidades
nacionales de La Plata y Buenos Aires, en la Universidad Fraternidad
de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino de Mar del Plata
y dirige el postrado en Derecho Administrativo de la Universidad
Austral -cargo que ocupara Barra en 1991- (11).
En septiembre de 1997, una nueva postergación hasta
el 3 de mes siguiente dilataría los resultados de la
licitación. A pesar del retraso la evaluación
de la comisión entendida en la materia había
concluido sus recomendaciones. Algunas trascendidos periodísticos
relataban supuestas 'explosiones de ira en el consorcio germánico'
respecto al conocimiento informal de tales conclusiones, debido
a la particularidad de presentar posiciones adversas. Uno
fue realizado por el ingeniero Franchino y el otro por el
abogado Julio Cesar Comadira. (12)
Por esos días se realizaban las Jornadas Industriales
de Bariloche, organizadas por la Unión Industrial Argentina.
Allí estaba presente Francisco Macri, cabeza de Socma,
poseedora de la firma Itron, que todavía parecía
disputar la licitación. Pero el hábil comerciante
sabía que el asesinato de José Luis Cabezas
aquel verano del 97 no le jugaría a su favor. Se había
descubierto que los principales accionistas de OCA eran Blanca
Pérez de Alonso y Oscar Raúl Alonso, los cuñados
de Yabrán. La denuncias de los entonces diputados Juan
Pablo Cafiero y Darío Alessandro llenaban los espacios
periodísticos. El ministro Carlos Corach recurrió
a un plan b para esquivar el huracán mediático.
La presencia circunstancial de la organización religiosa
siempre habida de poder sería funcional para la ocasión.
'En ese contexto -dicen todas las fuentes- Macri se reunió
con Schirado, el CEO de Siemens, y comenzó a negociar
la venta de Itron a la transnacional alemana, que más
tarde se concretaría por una cifra que -según
los informantes- sería muy superior al valor real de
la integradora (...) La cuestión es que, a la hora
de protestar, los socios de Macri descubrieron que estaban
solos y sospecharon que se había negociado a sus espaldas.
Malam depositó los 500 mil dólares que el pliego
establecía como fianza para poder impugnar y presentó
un explosivo escrito ante Corach. El ministro del Interior
desestimó la impugnación porque la presentaba
solamente una parte de la UTE', explica Bonasso.
En tal oposición, el representante de Malam en Argentina,
el ingeniero Israel Lotersztain, denunció la falta
de legitimidad de la preadjudicación del contrato por
existir ''serias irregularidades en el desarrollo de la licitación',
'graves falencias en la resolución de la Comisión
Técnica de Evaluación' y un 'extraño
proceder del ministerio del Interior' que el 17 de diciembre
de 1997, 'casi un año más tarde de la fecha
de apertura de la licitación, puso en marcha un procedimiento
tendiente a rescatar la oferta de la empresa Siemens, claramente
descalificada, y a otorgarle un puntaje muy superior al de
la UTE', ignorando 'todos los elementos de juicio elaborados
por las distintas instituciones y técnicos convocados
para la evaluación y cuya tarea fue avalada por la
SIGEN', con informes alternativos...'(13)
La impugnación rescató la pericia del ingeniero
Juan Franchino, cuyas evaluaciones habían otorgado
un mejor puntaje a la UTE. Pero que luego, según el
escrito, fueron dejadas de lado por la Comisión Técnica
de Evaluación basándose en las opiniones del
director de Migraciones HugoFranco, el titular del Registro
Nacional de las Personas, Eduado D`Amico y las el licenciado
Patricio Bustos, descalificado por Malam. La integridad de
Franchino deja constancia de que muchas veces las acciones
de los hombres pueden transformar instituciones integristas
de estructura patriarcal como la del Opus Dei. Que esa congregación
impulsé a sus congregantes para ocupar espacios de
poder no significa que ellos respondan ciegamente a intereses
poco claros. No obstante ello el resultado de la licitación
concluyó en un sínodo de sombras. En donde no
se distingue el púrpura del rojo, y se allana el camino
para que el Diablo meta la cola.
Barra brava nunca, sólo militante de Tacuara y del
Opus Dei 'Yo formo parte de un grupo de personas que colabora
en distintas actividades que realiza el Opus Dei. Pertenezco
a la categoría de Cooperador.
-¿Cómo colabora?
-Yo trabajo en una tarea universitaria. El año pasado
se creó la Universidad Austral (...)
-¿Es cierto que la Corte beca a algunos funcionarios
del Poder Judicial para que estudien en esa Universidad?
-Sí. Fue una propuesta mía.' (14)
Confesó Rodolfo Barra desde una playa de Pinamar en
febrero de 1992, mientras posaba para la revista Somos, luciendo
un gorro-vicera bordado con arabescos en forma de B de Barra,
y su infaltable pipa sumergida en una barbilla candado, a
tono con su condición de magistrado. Una década
más tarde hombre orquesta de Carlos Memen debía
escapar con su familia por los corredores del patio de comidas
del shopping Paseo Alcorta anticipando un inminente escrache
con sobrecitos de salsa de tomates picante, desenfundados
por decenas de ciudadanos que expresaban su repudio.
Una vez que Antonio Boggiano se atornillo bien al sillón
de la Corte Suprema de Justicia, su hermano de fe y doctrina
clerical, colgó la toga para profundizar otras tareas
afines con el programa de gobierno menemista. Condujo el ministerio
de Justicia y aconsejó a esa administración
para defender los decretos que habilitaron la privatización
de los aeropuertos. Asesoró a las empresas adjudicatarias
y estuvo al frente del ente regulador de la actividad en las
terminales de vuelo (ORSNA). Se ocupó de encontrar
argumentos legales para la reelección de su jefe. Emprendió
una cruzada contra el aborto y auditó las cuenta de
la Alianza cuando Fernando de la Rúa y Carlos 'Chacho'
Alvarez alcanzaron la presidencia.
Pero sus detractores más severos han escogido elementos
del pasado vinculados a su militancia en el brazo estudiantil
de Tacuara, la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios
(UNES), sin considerar los sufrimientos de un adolescente
engendrado bajo la rigurosidad marcial de un padre comisario
y admirador de José López Rega.
No han tenido en cuenta el lado sensible de este hombre que
a pesar de quebrantar sus mandatos religiosos fue accionista
de un hotel alojamiento de procedencia familiar. Nadie observa
el rostro humano de Rodolfo Barra que tuvo como colaborador
a un judío mientras fue ministro y pidió disculpas
por sus errores de juventud a los representantes de la DAIA.
En su metamorfosis Barra dejó de ser el 'Petiso' de
la agrupación de extrema derecha de fines de los cincuenta
para abogar contra la despenalización del aborto. Hoy
es un incomprendido que debe caminar por la sombra, ya sin
el sombrero delator ni barba característica.
Durante los diez años en que desfiló por la
función pública los medios de información
dedicaron extensas páginas a su persona e, incluso,
Barra llegó a tener, hasta ahora, una columna propia
en uno de los diarios de mayor tiraje. También hubo
cruces periodísticos de diverso tipo.
Parte de la escritura del albergue transitorio fue publicada
en un artículo de Horacio Verbitsky en el que también
aseguró que Rodolfo Barra estuvo implicado en un atentado
contra una sinagoga. '(...) un funcionario judicial que durante
la presidencia del doctor Arturo Illia (1963-1966) cumplió
tareas en el juzgado federal Nº 3 del doctor Jorge Aguirre,
secretaría Jorge Raúl González Novillo,
dijo a este diario que Barra fue detenido y conducido a ese
tribunal luego de haber arrojado bombas de alquitrán
contra una sinagoga de la Capital. 'Eran tres jóvenes
y la causa se sustanció en un juzgado federal porque
también dañaron un edificio vecino que pertenecía
a alguna repartición nacional''. (15)
Los super amigos
Como el saga animada del Salón de la Justicia, el
Opus Dei debe salvar al mundo de las garras del mal. Para
lograr su cometido tiene que aventurarse en terrenos ásperos
repletos de variables económicas y de encrucijadas
morales. Desde allí pelean por el bien desde el superhombre
indestructible, linterna verde o el mono de los gemelos fantásticos.
No importa su aspecto ni sus debilidades mientras cada uno
de ellos cumplan con su misión en la tierra. A continuación
una breve reseña de algunos superamigos del Opus Dei.
Gregorio Pérez Companc, alias 'Goyo'. Viaja en Ferrari
o en su Boeing 737. No terminó el colegio secundario
pero maneja una de las 500 fortunas más grandes del
mundo. Según la revista Forbes ocupaba el puesto 292
hasta fines del año 2001. Su pulpo empresario se benefició
con las privatizaciones de petrolero (refinería San
Lorenzo), gas (Transportadora Gas del Sur) y telefonía
(Telecom). Es dueño del 25 por ciento de Edesur además
de otras industrias alimentarias. Vendió el Banco Río
de la Plata al Santander durante la guerra financiera que
la banca española mantenía con el BBV (dueño
del Francés) antes del corralito. El multimillonario
donó el terreno donde esta edificada la Universidad
y es un cooperador destacado del Opus Dei. Pero lo más
importante para la Obra es que concurre asiduamente a misa
como cualquier católico devoto.
Orlando J. Ferréres también pertenecería
al Opus Dei. Es graduado en Economía en la Universidad
de Buenos Aires y cursó el Advances Management Program
de Harvard. Trabajó por más de 20 años
para el Grupo Bunge & Born. Dirige una compañía
que lleva su nombre dedicada a la consultoría empresarial.
Es presidente de la Fundación Norte y Sur, vicepresidente
del Harvard Club de Argentina, miembro promotor de la Universidad
Austral. También fundó el Centro de Estudios
Macroeconómicos de la Argentina (CEMA), cubículo
neoliberal de donde saldría el ex ministro Roque Fernández
y del cual participa el inefabkle Avila que dice que Kirchner
es 'socialista'.
Otro caso es el de David Halperín, un ex socio del
estudio Cassagne y Asociados, que denunció a su titular
'por cederle honorarios del estudio de abogados en que ambos
trabajaban al Patronato de la Infancia y tres instituciones
vinculadas con el Opus Dei' (...) La donación de cuatro
millones de pesos provenía de un arbitraje que realizó
ese estudio en una disputa entre Manliba y el CEAMSE. (16)
Como dice muy bien un sacerdote jesuita amigo, entre 'Trozzo
y Trusso, nos hicieron trizas'. Como se recordará Trozzo,
para quien trabajó Mariano Grondona, era otro miembro
del Opus Dei que llevó a la quiebra al Banco de Intercambio
Regional (BIR), a comienzos de los años ochenta. Ahora
está en México, y enseña 'ética'.
Estas son algunas andanzas de miembros del Opus Dei.
Para más datos se puede leer: 'Opus Dei. El totalitarisnmo
católico (Integrismo y progresismo cristiano)', por
Emilio J. Corbiére, Editorial Grupo Sudamericana, Buenos
Aires, 2002..
NOTAS:
(1) Sergio Rubin, Los políticos que abrevan en el Opus
Dei rompen un viejo mito, diario Clarín, Buenos Aires,
8 de julio de 2001.
(2) Jorge Lanata, Locomotoras, diario Página/12, Buenos
Aires, 15 de julio de 1994, pág. 6
(3) Emilio J. Corbière, Béliz conformó
su elenco con preeminencia del Opus Dei, diario El Cronista,
Buenos Aires, 28 de diciembre de 1992, pág. 11
(4) Frigerio acusó a Béliz de recibir dinero
de los Trusso, diario La Nación, Buenos Aires, 9 de
octubre de 1997; Embestida de Frigerio, diario La Nación,
Buenos Aires, 16 de octubre de 1997 y Denuncias contra Béliz,
diario La Nación, Buenos Aires,12 de noviembre de 1997
(5) Maximiliano Seitz, Quarracino niega lazos con el banco,
diario La Nación, Buenos Aires, 30 de septiembre de
1997.
(6) La logia criminal PDOS, liderada por Licio Gelli, fue
expulsada y repudiada por la masonería mundial. Por
tanto sobra aclarar que Suárez Mason de masón
no tuvo nada, aunque el silencio de radio que guardaron algunos
de sus dirigentes durante la dictadura militar haya sido bochornoso.
Sin embargo, el Opus Dei y la Masonería parecen bailar
un eterno minué en un tablero de ajedrez donde el Opus
siempre tiene las piezas blancas. Inspirado en el secreto
divino y bancario, el Opus acaba de consagrar a su rey y jefe
con la santificación. La masonería, en cambio,
dedicada a lo místico y filosófico se parece
mas a los siete samurais de Akira Kurosawa. Con solo comparar
el volumen patrimonial administrado por ambas partes puede
observarse el desequilibrio de fuerzas. Investigar sobre el
origen de las riquezas del de las 'sociedades auxiliares'
del Opus Dei y la existencia de eventuales 'hombres de paja'
es un buen comienzo para dar cuenta de tal diferencia.
(7) Javier Navarrete Ibáñez, Un monseñor
y 14 directivos cerca de la condena, diario Hoy, La Plata,
29 de marzo de 2001.
(8) Horacio Verbitsky, La Caja, Página/12, 9 de setiembre
de 2001.
(9) Los últimos escándalos bancarios, diario
La Nación, Buenos Aires, 15 de mayo de 1998.
(10) Miguel Bonasso, Un negocio con diferentes identidades,
diario Página/12, Buenos Aires, 1 de marzo de 2000.
(11) Horacio Verbitsky, Orden de zarpar, diario Página/12,
Buenos Aires, 1 de noviembre de 1998.
(12) Fernando Lascano, En el campo empresario. Jornada tras
jornada, La Nación, Buenos Aires, 20 de septiembre
de 1997.
(13) ob. cit.
(14) Pirulo de tapa, Opus, Página/12, 18 de enero de
1992; y Marcela Luza, Justicia en barra, Somos, Buenos Aires,
20 de enero de 1992.
(15) Horacio Verbitsky, Amor y Odio, Página/12, Buenos
Aires, 7 de julio de 1996, págs. 2 y 3.
(16) El presidente de Metrogas fue procesado por defraudación,
diario La Nación, Buenos Aires, 1 de junio de 1997.
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