EL
OPUS DEI: ¿OBRA DE DIOS O DEL DEMONIO?
"El Observador"
Noviembre 2002
El domingo 20 de Octubre del año 2002, Juan Pablo
II canoniza a José María Escrivá de Balaguer,
fundador del Opus Dei, en el Vaticano. Esta es la canonización
más polémica del Pontificado de Karol Wojtyla;
y lo es, esencialmente, porque el nuevo Santo no es en verdad,
un modelo de virtudes si se analizan -sine ira et studio-
algunas de las facetas de su personalidad. Pero a la vez,
esta santificación pone en el debate a una de las organizaciones
más polémicas del mundo actual, el Opus Dei
(Obra de Dios), considerada por algunos como una secta con
un apetito voraz de poder, que al momento tiene enorme influencia
en Roma y en el mundo. El Pontífice actual por ejemplo,
ha designado en los últimos diez años a numerosos
miembros del Opus Dei como obispos en América Latina
( 7 en el Perú, 2 en el Ecuador: Larrea y Arregui),
1 en Colombia, 1 en Venezuela, 1 en Argentina, 1 en Brasil
y 1 en El Salvador, nada menos que en la sede arzobispal de
Monseñor Oscar Romero, asesinado en 1977). Los miembros
del Opus Dei, pertenecen a grandes grupos de poder económico
que pretenden gobernar el mundo tomándose el poder
político y procurando el resurgimiento del "integrismo
católico".
Su fundador, un obispo español, nacido en 1902 y muerto
en 1975 fundó en Madrid la Sociedad Sacerdotal de la
Santa Cruz y Opus Dei, en 1928. Fue beatificado en mayo de
1992 por el "milagro de haber curado a un médico
que padecía cáncer, que sanó en 1992
por causas "misteriosas" para la ciencia, tras haber
rezado al Obispo. Escrivá era un pequeño burgués
que gustaba de vivir la "dolce vita" y por ejemplo,
más allá de haber sido "piadoso, santurrón,
mojigato y beatífico" tenía una personalidad
ambiciosa; era colérico, vanidoso y tenía a
su haber, una fogosidad y un carisma personal, que subyugaban
a quienes lo rodeaban, radicando aquí el secreto de
su éxito. Prueba fehaciente de su vanidad constituye
el hecho de que a finales de los años sesenta, compró
un título de nobleza: "Marqués de Peralta".
Sentía un especial desprecio por las mujeres, y también
por la tropa, que necesita del matrimonio para vivir, a diferencia
del estado mayor que no padece esa debilidad.
Su mediocridad intelectual se ve reflejada contundentemente
en uno de sus libros más difundidos por los miembros
del Opus Dei: Camino. En él se preocupa obsesivamente
por la virilidad de sus seguidores, por hacerles entender
que hay que ser caudillo de la masa informe, por la obediencia
al superior, por mantener a su organización lejos de
las influencias del mundo aunque participando y preparándose
para dirigirlo. Pueden leerse -para muestra basta un botón-
frases como éstas: Sé recio. Sé viril.
Sé hombre. Y después... sé angel. ¿No
te da vergüenza ser, hasta en los detalles , tan poco
masculino?. Libros: no los compres sin aconsejarte de personas
cristianas, doctas y discretas. Entre los tuyos, evita cuidadosamente
aun la apariencia de una amistad particular. Viriliza tu voluntad
para que Dios te haga caudillo. Obedecer..., camino seguro.
Obedecer ciegamente al superior..., camino de santidad. Extrema
el respeto al superior cuando te consulte y hayas de contradecir
sus opiniones.
Y nunca le contradigas delante de quienes le estén
sujetos, aunque no tenga la razón. Las mujeres no hace
falta que sean sabias, basta que sean discretas.
Cuando joven, le tocó vivir la Guerra Civil Española
como un combate entre católicos y comunistas, en quienes
veía la encarnación del mal. Su visión
del mundo se vio así deformada y del mismo modo que
Pío XII, minimizó el nazismo y sus horrores,
tomándolo como muro de contención "providencial"
contra el comunismo. Reconocía que el cristianismo
había sido salvado del comunismo gracias a la llegada
al poder del general Francisco Franco con el apoyo del canciller
Adolf Hitler. En este sentido, exclamaba: "Hitler contra
los judíos, Hitler contra los eslavos, significaba
Hitler contra el comunismo." Se alineó entonces
con el franquismo y prueba de ello es que en 1956 Franco se
rodea progresivamente de ministros pertenecientes al Opus.
Cuando piensa en restablecer la monarquía para que
lo suceda en la persona de don Juan de Borbón, el Opus
apoya a su hijo, Juan Carlos, que estaba al cuidado de un
preceptor de la secta: Anael López Amo. Pocos meses
después, se completa el triunfo del Opus: de los diecinueve
ministros del noveno gabinete de Franco: doce son miembros
de la organización.
El Opus Dei es una organización secretista que utiliza
testaferros y sociedades pantalla bajo el pretexto de la humildad
colectiva y la eficacia apostólica. En 1969, varios
cientos de millones de francos fueron desviados hacia una
sociedad luxemburguesa (Sodetex) presidida por el príncipe
Jean de Broglie, cercano al Opus, el cual fue asesinado después
en circunstancias hasta ahora no aclaradas. En 1982, uno de
los hombres más ricos de España, José
María Ruíz Mateos, fue acusado de fraude fiscal
y de violación de la ley cambiaria. Una investigación
reveló que financiaba las actividades del Opus, al
que confesó haber entregado 300 millones de pesetas.
¿Por qué no pensar entonces, si verdaderamente
estamos ante una obra de Dios o del demonio?.
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